En función de la edad, la estructura y el tiempo de sueño varían. Así, el recién nacido duerme aproximadamente unas dieciocho horas, un adulto joven una media de siete-ocho horas, un anciano alrededor de seis horas y media.
En el recién nacido la fase REM ocupa más del 50 % del tiempo total de sueño, en el adulto el 25 % y en el anciano el 20 %. De los 30 a los 60 años se produce una disminución lenta y gradual de la calidad y del tiempo total de sueño. A medida que avanza la edad, el sueño se vuelve más fragmentado y superficial.
Algunas personas presentan cambios en la necesidad de sueño en función de las estaciones del año (más necesidad en invierno y menos en verano), en situaciones de cambio fisiológico (adolescencia o menopausia) por los cambios hormonales, y en situaciones de mucho cansancio por exceso de trabajo o de preocupaciones, que también aumentan la necesidad de sueño como una manera de recuperarse de dicho cansancio.
Existen múltiples causas del insomnio. Unas son frecuentes y otras raras, unas se deben a influjos ambientales y otras a trastornos del individuo, unas son de origen psiquiátrico o psicológico y otras orgánicas, unas son pasajeras y otras son crónicas.
Las causas más frecuentes de insomnio son las alteraciones emocionales de carácter reactivo y las enfermedades psiquiátricas.
En segundo lugar están aquellas enfermedades o molestias de origen físico, que no le permiten la relajación previa al sueño o le despierta varias veces durante la noche.
En tercer lugar están los insomnios relacionados con la toma de sustancias. Los estimulantes (café, refrescos de cola, chocolate, etc.) tomados por la tarde-noche pueden producir insomnio de conciliación.
La primera solución es descubrir la causa y, si es posible, eliminarla. Si no se puede eliminar, o mientras se trata la causa, se debe tratar el insomnio con medicación hipnótica.
En caso de padecer insomnio por primera vez, no hay inconveniente en tomar infusiones de tila, valerianas u otras hierbas relajantes ya que son inocuas y ayudan a dormir mejor.
En caso de insomnio ligero pueden ser eficaces las medidas de higiene del sueño.
De otro modo, exiten diversos tratamientos como:
Este método ayuda a eliminar los factores que condicionan tu mente para oponer resistencia al sueño. Por ejemplo, podrías aprender a establecer un horario constante para acostarte y levantarte, a evitar las siestas, a usar la cama solamente para dormir y mantener relaciones sexuales, y a salir de la habitación si no puedes conciliar el sueño antes de los 20 minutos, y a regresar a la cama cuando estés somnoliento.
La relajación muscular progresiva, la biorregulación y los ejercicios de respiración son maneras de reducir la ansiedad a la hora de acostarte. Poner en práctica estas técnicas puede ayudarte a controlar la respiración, la frecuencia cardíaca, la tensión muscular y el estado de ánimo para que puedas relajarte.
Esta terapia reduce el tiempo que pasas en la cama y evita las siestas diurnas, lo que produce la privación parcial del sueño y aumenta tu cansancio la noche siguiente. Una vez que logres dormir mejor, se aumenta gradualmente el tiempo que pasas en la cama.
El objetivo de esta terapia para el insomnio aprendido, también llamada intención paradójica, es reducir la preocupación y la ansiedad por lograr conciliar el sueño, y consiste en acostarse e intentar mantenerse despierto en lugar de esperar quedarse dormido.
Si te duermes muy temprano y luego te levantas muy temprano, puedes usar la luz para retrasar tu reloj interno. Puedes salir al aire libre en las épocas del año en que anochece tarde, o bien usar una lámpara de fototerapia. Habla con el médico sobre sus recomendaciones.
En Tu Aura contamos con un área de Reumatología, liderado por un especialista quien, con su amplia experiencia, realiza la evaluación médica y tratamiento de enfermedades reumatológicas, desde la artrosis, artritis o enfermedades inflamatorias.
Reserva una cita médica con nuestros profesionales sin que tenga que salir de casa.
Conoce al equipo médico Tu Aura y sus especialidades.
Recibe atención médica personalizada.
El descanso es fundamental para el organismo, con una finalidad restauradora: es esencial para la conservación de la energía y la termorregulación.
Si no estás durmiendo tus horas, o tienes la sensación de no haber alcanzado el sueño reparador, recomendamos acudir al médico.
Una atención médica y tratamiento personalizado para que la persona consiga mejorar su calidad de vida, es lo ideal.