Ibiza para principiantes

La primera vez que se viaja a Ibiza se hace con una lista mental en la que ir tachando puntos: check, check y check.

Las platges de Comte guardan calas nudistas, restaurantes deliciosos y ... el mejor atardecer de la isla

Getty Images

Cuando alguien viaja por primera vez a Ibiza quiere encontrar a Ibiza. Sorpresas, las justas. Sin embargo, la isla, como las grandes estrellas de cine, se guarda cartas bajo la manga, gestos con los que luego epata el día del rodaje o del estreno.

Ibiza es una supernova, uno de esos destinos que, como Saint-Tropez, Marbella, Capri o Bali destilan verano, sexy y disfrute. Por eso, todo aquel que llega a ella espera lo mucho que prometen y esconden esas cinco letras.

Ibiza la queremos blanca e isleña. Los tópicos existen por algo. Larga vida al tópico. Esto es, la necesitamos mediterránea y con el mar siempre a menos de 20 minutos. Lo contrario es decepción y aquí no se viene a eso.

En Ibiza queremos la cala, la buscamos desde la península y la buscan desde Birminghan o Múnich. Dicha cala tiene rocas, algunas toallas, algo de dificultad para entrar en el mar, oh, estas piedras, y un agua de un turquesa casi ofensivo. Las gentes espabiladas llevan sus gafas de snorkel y cangrejeras incluso en el avión y las menos se conforman con flotar mirando al cielo.

Cala Conta (Ibiza)

Sunset Ashram. Texto: Marta Sader

Este no es un texto enciclopédico, faltaría más; por tanto, no vamos a detallar las calas de Ibiza aunque muchas son tan míticas que las conocen hasta quienes no han ido. Sí nos detenemos en una que es pequeña y perfecta. Se llama Cala Codolar y es la idea platónica de cala; a ella solo van quienes saben que existe y tienen ganas de bajar y subir escaleras.

En ella hay un chiringuito y como dice Mery, quien lo regenta con gracia, “esto no es un beach club, es un chiringuito de los de antes”. Y continúa mientras te sirve la cerveza fría: “es para quien quiera saber cómo era la Ibiza de los años 70”. El chiringuito no tiene ni media pretensión. Es una anomalía y, a la vez, es puro Ibiza.

Otra cala que es como un extracto de Ibiza es Cala Xuclar: es recogida, tiene el tono justo y nos conecta, como la anterior, de manera directa con el Mediterráneo. A eso hemos venido y si no lo encontramos, por favor, que nos devuelvan el dinero.

Cala Xuclar

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La primera vez que se viaja a Ibiza se hace con una lista mental en la que ir tachando puntos. Ya hemos hecho check en la cala y el chiringuito. Vamos al hotel. Hay dos formatos de hotel en Ibiza: el extrovertido y el introvertido.

Este año nos pide el primer tipo: ya hemos vivido hacia dentro demasiado tiempo. Buscamos un hotel que mire al mar, que no es un simple mar, buscamos que se relacione con la Naturaleza, que tenga una buena piscina (o más de una) y eso llamado ambiente; eso también lo buscamos, sin pedir perdón, los neófitos de la isla.

Hay buenos ejemplos que reúnen estas condiciones en todo el perímetro de Ibiza y uno de ellos es 7Pines, que está, como indica su nombre, rodeado de pinos. Este hotel acaba de reabrir y de anunciar que es parte de Destination by Hyatt.

Su principal amenity es que se encuentra frente a Es Vedrá. Los ibicencos veneran este islote, que cuenta con la responsabilidad de ser una fuente de energía, una roca cuasi sagrada, magnética. Por eso, estar frente a ella es un reclamo potente para el viajero, pero mucho más para el local.

La 'infinity pool' del 7Pines Resort Ibiza con vistas a Es Vedrà

7Pines Resort Ibiza

Este hotel es blanco por fuera, con detalles azules y tierra por dentro y está colgado en un acantilado. Check, check y check. El 7Pines es un resort y eso significa que podrías pasar muchos días sin salir de él. Cuenta con habitaciones y villas que te hacen sentir que tienes tu propia casa en Ibiza.

Su piscina es protagonista: estar dentro de ella con el mar de frente es una buena carga de endorfinas. Es infinita en tamaño y formato, pero no es la única: hay otra en la zona familiar y una más frente al spa que es bastante potente.

En 7Pines se pueden tachar varias líneas más de esa lista que hemos traído a Ibiza. La puesta de sol es esperada cada día en Cone Club y en The View como solo se hace aquí y, si se tiene la suerte de ver comiendo en este último restaurante y con la música oportuna, la experiencia se eleva muy alto. Otro check.

Las vistas desde Cone Club

7Pines Resort Ibiza

En Ibiza queremos la puesta de sol con puesta en escena. La exigimos y no volveremos sin verla. Si tenemos la suerte de que nuestro hotel la ofrece no será necesario que nos movamos. Si no, siempre podemos ir a cualquiera de las calas desde la que se puede ver.

En Cala Compte o Cala Conta está Sunset Ashram que da, justo, lo que espera alguien que pisa Ibiza por primera vez. Este beach bar concentra todo lo que pensamos que es el ibicenquismo: un escenario boho, personas que pasan días descalzas y tienen el pelo lleno de sal, conversaciones en distintas lenguas y unas vistas al agua turquesa que alegran al más mate.

Se puede ir de día tras darte un baño o esperar a la noche, que es cuando empieza la celebración del atardecer. Todas las decisiones son correctas e ir entre semana las hace aún más correctas.

Sunset Ashram

Nacho Sánchez

En Ibiza también queremos el pueblo de interior, con su iglesia y su tienda autosuficiente; queremos la foto en sus paredes encaladas con buganvillas, delante de sus casas decoradas con macetones. Uno de ellos es San Agustín, que pertenece a San José.

“Son cuatro casas, una iglesia y un restaurante”, te dicen los lugareños como quitándole importancia. No sean tan humildes, ibicencos: son cuatro casas muy cuidadas y respetuosas, una iglesia rotunda del siglo XIX y Can Berri Vell. Este, uno de los restaurantes más recomendados de Ibiza, está en una casa tradicional que data del XVII.

Es el epicentro del pueblo, con perdón de lo sagrado. Se encuentra integrado con la arquitectura de tal forma que no sabes dónde acaba él y donde empieza la aldea, porque San Agustín es más aldea que pueblo. Can Berri, como le llama quien lo conoce, ha cumplido treinta años, tiene mesas bajo el árbol, comida mediterránea creativa y la personalidad de uno de esos sitios que se saben queridos.

Treinta años tiene también Es Xarcu, otro restaurante situado en el sur, junto a Cala Jondal, donde podemos comer ese pescado que debemos comer en todo viaje a Ibiza. Check.

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En Ibiza también buscaremos novedad. Acaba de abrir El Silencio, el “hermano” del Silencio de Paris y fundados ambos por David Lynch. Lo ha hecho en Cala Molí, en colaboración con ToShare –un concepto de restauración propiedad del chef Jean Imbert y el músico Pharrell Williams–, la artista Miranda Makaroff, el estudio Moredesign y el director de ambiente Arman Naféei.

Toda esta sucesión de nombres tiene su por qué: sirve para contar que promete ser uno de los sitios más buscados de Ibiza este verano; e Ibiza está llena de sitios buscados. El Silencio no es un club, es un restaurante con un programa cultural lleno de intención.

Reúne un restaurante principal, un restaurante de tapas y cocktail bar junto a la piscina, un salón privado y una zona chill out. Esta expresión había que escribirla en algún momento de este texto de manera irremediable: bien, ya ha aparecido.

Quien va a Ibiza también espera encontrar celebridades en pareo. Este será uno de esos lugares. No había abierto y ya lo había elegido Jean Paul Gaultier para celebrar una fiesta. Si es bueno para él puede serlo para nosotros.

El Silencio, en Cala Molí

Daniel Balda

En Ibiza esperamos también alguna que otra terapia de bienestar. Los retiros de yoga ya son parte del paisaje, como el aloe vera, la música-mantra al final del día o el cocktail junto a la tumbona. Los nuevos programas de bienestar se sofistican: ahora persiguen fortalecer la inmunidad, ayudar al sueño o conectar con nuestras emociones.

Los más ambiciosos, los Retiros de Inmersión que se realizan una vez al año, buscan una transformación profunda. Todo esto lo propone el Six Senses Ibiza, que se inaugura en julio en Cala Xarraca.

Este gran hotel llega con un enfoque intenso en el bienestar y con una serie de retiros y programas que encajan, tanto con la filosofía de la marca como con la isla. Su arquitecto, Jonathan Leitersdorf, destaca "nuestra visión es capturar la auténtica experiencia de comunidad, espiritualidad y celebración de Ibiza".

El hotel abre también con la sostenibilidad y la conexión con lo local como preocupación y ocupación. Esto es algo que la isla no debería descuidar si quiere seguir siendo relevante entre quienes, cada vez más, buscan tener un impacto positivo allá donde viajan.

Six Senses Ibiza: un viaje interior con vistas a Cala Xarraca

Six Senses Ibiza

En Ibiza también esperamos algo de moda; en Ibiza, en realidad, esperamos de todo. Algunas y grandes marcas abren cada verano un pop up en la isla. Loewe ha inaugurado tienda en la Marina y en ella estará al completo su colección de Paula´s Ibiza; esta alianza con la isla parece natural.

Gucci cuenta también con su espacio veraniego allí. La tienda de Gucci Ibiza se inspira en los estampados de flores rosas de Ken Scott y presenta las últimas colecciones de Alessandro Michele en un espacio inundado de flores.

Un primer viaje a Ibiza, si se tiene el mínimo interés por la moda y por las tiendas singulares, no está completo sin una visita a la tienda de Vicente Ganesha. Esta institución ibicenca lleva en la isla desde 1973 y si piensas que tienes vestidos largos bonitos de verano es porque no has visto los que vende él en su tienda. Kate Moss pasa siempre por ella. Sé como Kate Moss.

En una primera vez en Ibiza hay que tachar de la lista muchas líneas y lo hemos hecho. Hemos tachado la cala, la puesta de sol, el hotel disfrutable, el chiringuito, el restaurante de pueblo y el que está a pie de playa, la piscina eterna, el pueblo blanco, el baño con gafas de snorkel y hasta una isla sagrada. Check, check y check. Además, ofrece moda y cultura. Te da lo que esperas y más. Así son las estrellas.

Gucci cuenta también con su espacio veraniego en la Marina de Ibiza

Gucci

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Una postal desde Ibiza