Sarah Polley: “La sociedad patriarcal infecta todo y a veces consigue que incluso ese mensaje nos haga enfrentarnos entre nosotras"

Ellas hablan, la película dirigida por la actriz y cineasta, opta a dos Premios Oscar (mejor película y mejor guion adaptado). La cinta está protagonizada por Rooney Mara, Claire Foy y Jessie Buckley, entre otras.
Sarah Polley dirige Ellas hablan película basada en la novela de Miriam Toews.
Sarah Polley dirige Ellas hablan, película basada en la novela de Miriam Toews.STEPHANE DE SAKUTIN/Getty Images

Sarah Polley llevaba una década sin dirigir y no sentía ni la urgencia ni la necesidad de volver a las jornadas maratonianas de un set de rodaje con tres hijos que la esperaban en casa. Pero la historia de Ellas hablan (Women Talking), novela escrita por Miriam Toews, la conmovió desde la primera página y quiso ponerse de nuevo detrás de las cámaras. “Cuando leí el libro sentí la necesidad de investigar más y de contar esa historia”, explica la actriz y cineasta canadiense a Vanity Fair vía Zoom desde su hogar. Ellas hablan cuenta la historia desgarradora de un grupo de mujeres de una colonia menonita que durante varios años han sido violadas por los hombres de su comunidad. 

La discusión parte de decidir entre todas si quieren perdonarles, huir o quedarse para cambiar las cosas. Para contar esta historia sobre el patriarcado más feroz pero también sobre la esperanza y el amor, Sarah Polley se ha rodeado de un grupo de actrices talentosas como Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey o Sheila McCarthy. La película, dirigida y protagonizada por mujeres, cuenta con dos nominaciones a los Premios Oscar (a mejor película y a mejor guion adaptado). 

Sarah Polley junto a Claire Foy en el rodaje de Ellas hablan.

Michael Gibson

¿Cómo describiría la historia?
Creo para mí es contar cómo es una democracia radical y cómo gente que no está de acuerdo se puede sentar a hablar y mirar al futuro para poder avanzar. Creo que resulta muy interesante ver cómo la gente trata de convencer a otras personas, cómo algunas intentan que otras cambien de opinión y algunas cambian de parecer. Para mí creo que es la Génesis de la verdadera esperanza de crear un nuevo mundo que es injusto y cruel en el que se puede escuchar al otro.

Es su primera película de ficción como directora en los últimos 10 años. ¿Estaba buscando la historia correcta? ¿Por qué Ellas hablan fue la historia perfecta para usted?
En realidad debo decir que no estaba buscando activamente una historia. Estaba muy feliz escribiendo y tengo tres niños pequeños, así que no tenía ganas de volver a la intensidad de trabajar 14 o 15 horas al día, pero cuando leí el libro me entraron ganas de poder contar esta historia tan particular y me ilusioné para investigar más y convertirla en una película apasionante para mí.

La película habla sobre mujeres, son mujeres las que hablan, solo hay un hombre en toda la historia, pero también es una película para hombres, ¿no?
Absolutamente, es una película para todos los seres humanos. Es una historia sobre la capacidad de cambiar las cosas y la habilidad de mirar hacia el futuro y poder cambiarlo a través de una conversación y del acuerdo. Creo que hoy eso es complicado porque no escuchamos las historias de los demás, cada uno va a lo suyo y es difícil llegar a esos acuerdos. 

Le recomendaron el libro en el que se basa la película en un club de lectura, ¿qué pensó la primera vez que lo leyó?
Rápidamente me quedé impresionada con la historia y como que me golpeó por dentro de una manera casi transformadora. Todas las preguntas fundamentales que plantea sobre la naturaleza humana, el perdón, la fe, y sobre cómo hacer para que el mundo cambie a mejor de alguna manera. Es como que un libro tan pequeño contenía todo un mundo enorme. Cuando lo terminé sentí una esperanza algo desconcertante. Me impresionó que un escritor pudiera plasmar todo eso.

¿Cuál ha sido su relación con la autora del libro, Miriam Toews?
Ella es maravillosa. Siempre se mostró abierta y muy generosa y entendió perfectamente el trabajo que conlleva hacer una película así que no me presionó de ninguna manera y me dio absoluta libertad para que yo pudiera hacer lo que consideraba mejor para llevar la historia del libro a la película. Al mismo tiempo para mí fue una gran guía y me ayudó muchísimo para conseguir lo que quería plasmar. 

La historia es muy dura pero también está llena de esperanza, perdón y de solidaridad entre mujeres… una solidaridad que no siempre es fácil de conseguir…
Totalmente y creo además que la sociedad patriarcal infecta todo y a veces consigue que incluso ese mensaje nos haga enfrentarnos entre nosotras. En la película se ve perfectamente, las dudas, el culpar a la mujer incluso de los abusos que ha sufrido, juzgarla, responsabilizarla de la violencia que ella misma ha podido sufrir, el perdón, la ira… luchar contra ese tipo de violencia también es muy importante.

Rooney Mara, Judith Ivey y Claire Foy junto a Sarah Polley en el set.

Michael Gibson

Háblame del espectacular casting de la película, ¿tuvo claro desde el principio quién era la actriz perfecta para cada personaje?
¡No! Tenía a un grupo de actrices increíbles y quería que se creara una comunidad por lo que fue alucinante verlas a todas juntas y tenían que tener esa relación tan especial que tienen en la película. Pero por ejemplo, a Rooney (Mara) yo la había imaginado en un principio en el personaje de Mariche (papel que finalmente interpretó Jessie Buckley); a Jessie (Buckley) la había imaginado como Ona (que finalmente interpretó Rooney Mara); a Claire (Foy) también la imaginé como Ona… Hubo muchos cambios de lo que había tenido en mi cabeza en un principio. Ellas estuvieron encantadas de jugar y aunque en un principio las probamos para los papeles que a priori mejor encajaban con ellas y fue muy interesante hablarlo con ellas y prepararlo juntas.

¿Cómo fue trabajar con todas esas actrices talentosas?
¡Ha sido alucinante! Son mujeres con mucho talento pero también se apoyaron entre ellas y creo que todas trataron de crear un ambiente en el que todo el mundo se sentía cómodo y eso fue extraordinario. Crearon una verdadera comunidad. 

¿Recuerda algún momento especial dentro o fuera del set con ellas?
Fue divertido porque aunque todas tenían su propio camerino, su propio espacio, que es lo normal, también había un espacio común en el que poderse reunir y estar relajadas. Y te juro que entrar en esa habitación era un espectáculo increíble en el que pasaban mil cosas (risas). De repente estaba por allí el perro de alguien, veías a otra persona acunando al bebé de Rooney o dándole un paseo en el carrito, o a otra persona haciendo manualidades o bordando… Era como un mundo paralelo en el que pasaban cosas que no tenían nada que ver con el set de rodaje. Pero la gente estuvo muy cómoda y se generó una relación muy cercana, casi mágica que hizo posible que eso se trasladara luego a la pantalla.

Sarah Polley junto al reparto de Ellas hablan.

Gilbert Flores/Getty Images

También ha trabajado con niños, algo que no es fácil. ¿Cómo fue la experiencia?
Tenía muchas dudas sobre incluir niños en el rodaje, porque sé cómo son los niños, tengo tres, y eso me asustaba un poco porque es difícil que un niño esté en un espacio de trabajo siendo tan pequeño. Pero hicimos todo lo posible para que estuvieran genial, hablamos con los padres para que hicieran lo que los niños querían, acortamos las jornadas de trabajo, podían irse a casa si estaban cansados o si tenían que esperar y se aburrían, hicimos todo para que fueran felices y la grabación fue un juego para ellos sin forzar nada. Creo que al final el problema está en cuál es la relación que pueden tener con los padres cuando salen del set de rodaje, si hay algún tipo de ‘presión’ para que sean actores, eso no lo podemos controlar nosotros. Por eso creo que es muy delicado cuando tienes niños en un set porque no sabes realmente cómo lo viven ellos fuera de ahí. Hay que ser muy muy cuidadoso y me sigue resultando complicado.

Menos horas de trabajo, un terapeuta en el set…

Durante la grabación usted quiso ‘reescribir’ las reglas en el set y por ejemplo hizo cambios en los horarios de grabación para que todo el equipo pudiera ver a sus familias… 
Fue muy importante para mí y también sorprendente porque creamos como un micromundo. He trabajado en España y allí es diferente. Aquí puedes trabajar 18 horas, la gente duerme fuera de casa durante semanas, no ves a tus hijos durante muchos días o semanas, es algo totalmente absurdo. Son unas condiciones laborales imposibles. Así que fue genial poder cambiar ciertas cosas, porque sobre todo los que tenemos hijos es muy difícil trabajar en una industria así. Así que fue estupendo poder tener nuestro micromundo dentro de la industria.

¿Y tuvo un terapeuta en el set? ¿Por qué?
Sí, para mí era muy importante sobre todo para las escenas más difíciles de los abusos sexuales y no solo para el reparto de actrices sino para el resto del equipo, porque podían surgir ciertos dilemas o miedos. Algunas personas del equipo provenían de entornos con ciertas similitudes y eso hacía que todo fuera más intenso. Quería que todos estuviéramos cómodos. La gente estaba feliz porque podían acudir al terapeuta siempre que querían… ¡y lo hacían! Creo que se generó un ambiente único y muy especial. No es una película fácil y pides a la gente que se meta en unos sentimientos y en unos lugares muy profundos, y queríamos que se viera todo desde la verdad más absoluta y eso no es difícil y conlleva una gran responsabilidad. Las actrices tenían que afrontar unas escenas muy muy intensas emocionalmente y así sentían también que estaban en un lugar seguro para ellas antes de lanzarse y se podían tomar su tiempo si lo necesitaban.

En el rodaje se creo una verdadera comunidad entre el casting y el equipo.

Michael Gibson

Tiene dos nominaciones a los Premios Oscar, a mejor película y a mejor guión adaptado. ¡Enhorabuena! Se enteró de las nominaciones mientras estaba en el médico. ¿Qué pensó en ese momento? 
Sí, sí, no lo hice a propósito (risas). Yo estaba justo esperando para entrar al médico porque tenía una cita para una revisión rutinaria y de repente cuando salí me enteré de que me habían nominado en dos categorías. Fue muy loco (risas).  

¿Ha preparado ya su discurso por si acaso?
¡Para nada! Creo que no me lo van a dar (risas). Oh, quizá no debería decir esto (risas). Siempre puedes tener algo en la cabeza sobre lo que te gustaría decir o a quién agradecerlo, pero prefiero no generarme expectativas. No, definitivamente no sé qué diría si gano (risas).

Bueno, le quedan 12 días para prepararlo…
¿12 días? ¿Estás de broma? ¿Qué día es hoy? Ay, Dios, no queda nada, ¡acabo de estresarme! Yo no suelo ponerme nerviosa pero… ¡es que falta poquísimo! (risas)

No es la primera vez que le nominan a los Oscar. ¿Siente que ahora la industria respeta más a las mujeres directoras?
Creo que estamos en proceso y se va progresando pero no es un proceso que se haya completado, estoy segura de eso. Creo que este año hay un buen número de directoras mujeres que no han sido reconocidas. Proporcionalmente, solo hay una mujer que haya dirigido una película que está nominada y creo que no solo hay un mujer directora que se merecería estar nominada este año, para nada. Seguro que está avanzando y estamos mejor que en los últimos años pero es algo sistémico y queda mucho por hacer. Veremos que pasa en los próximos años. 

¿Cree que las cosas han cambiado para las mujeres en la industria en los últimos cinco años desde el inicio del movimiento Me Too?
Absolutamente. Creo que hoy hemos entendido que no se deben permitir ese tipo de abusos sexuales hacia las mujeres que había antes y que era tan obvio y tan consciente por parte de muchos que casi era algo sistémico. Creo que había una cultura de que se intentaba que se tomara como una broma pero que hacía sentir realmente mal e incómodas a las mujeres. Así que creo que ha sido de gran ayuda porque eso ha ido desapareciendo y ahora se trata de que se esté bien en todos los equipos, ya sea en el lado técnico, de dirección y de las actrices, por supuesto.

Frances McDormand también tiene una aparición en la película.

Michael Gibson

Ellas hablan es la única película dirigida por una mujer que tiene una nominación a la mejor película en los Oscar. ¿Se está haciendo lo suficiente desde la Academia para que haya una muestra representativa de lo que realmente está pasando hoy con las mujeres en el cine?
Mmmm, tal vez creo que se podría hacer mejor. Creo que este año había muchas películas y muy buenas dirigidas por mujeres y es muy raro que no haya una mayor representación de mujeres en esta edición. 

La próxima semana se celebra el Día Internacional de la Mujer. ¿Lo vive de alguna manera especial?
Suelo quedar con algunas amigas pero la verdad es que no solemos hacer nada especial ese día. 

¿Cree que las mujeres estamos viviendo un momento especialmente difícil?
Lamentablemente creo que siempre es un momento difícil para las mujeres en el mundo, es especialmente complicado hoy en día con lo que está pasando en Irán y en Estados Unidos… Creo que nunca en mi vida había visto o sentido una misoginia tan aterradora y en todas partes. Me asusta que mis hijos crezcan en un mundo en el que la misoginia esté tan en la superficie y mucho más a la vista que por ejemplo cuando yo crecí. Creo que hemos avanzado muchísimo en muchas cosas pero al mismo tiempo estamos como yendo hacia atrás en el pasado en otras tantas. Es un momento muy complicado.

Polley creo un microcosmos en el set de rodaje para que el equipo se sintiera cómodo.

Michael Gibson

Antes ha comentado que en España se sintió muy bien trabajando. Ha hecho dos películas con Isabel Coixet, ¿cómo fue trabajar al lado de la cineasta española?
Es la mejor experiencia que he tenido en mi vida laboral. Sentí que Isabel me dio un gran espacio como actriz y una confianza máxima que me permitió expresarme como actriz de una manera única. Sí, fue la mejor experiencia que he tenido nunca como actriz. 

¿Qué aprendió de ella como directora?
Una de las cosas que me impresionó de ella y que he intentado interiorizar fue que el día antes de empezar a grabar La vida secreta de las palabras yo me puse enferma con gripe y entré en pánico al pensar que tenía que rodar al día siguiente y que no estaba en plenas facultades para hacerlo. Ella me dijo: perdemos un día de rodaje, no pasa nada. No entró en pánico y no se puso nerviosa por perder un día o por tener que cambiar el plan de rodaje. Eso me impresionó muchísimo y yo trato de hacérselo sentir ahora a mis actores. No tengo miedo. Eso para mí fue un regalo y además Isabel es una mujer que como directora está muy presente en el momento, en el aquí y ahora, trabaja muy duro y eso para mí fue increíble.

Artículo publicado originalmente el 1 de marzo de 2023.

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