Clio Historia

Máscaras y CARNAVAL. La COMEDIA DEL ARTE

- POR JAVIER RAMOS

NO PODRÍAMOS CONCEBIR EL MUNDO DEL CIRCO SIN LA PRESENCIA DE LOS PAYASOS O LOS ARLEQUINES EN SUS PRIMEROS AÑOS. PUES BIEN, EL ORIGEN DE SUS FIGURAS SE REMONTA A LA COMEDIA DEL ARTE, UN TIPO DE TEATRO POPULAR DE FARSA Y SÁTIRA QUE NACIÓ EN ITALIA HACE MÁS DE 500 AÑOS. Y QUE TAMBIÉN SIRVIÓ DE INSPIRACIÓ­N A DRAMATURGO­S COMO WILLIAM SHAKESPEAR­E, LOPE DE VEGA O MOLIÈRE.

LA COMEDIA DEL ARTE COMENZÓ EN ITALIA EN EL SIGLO XVI POR OPOSICIÓN A LA COMMEDIA SOSTENUTA Y RÁPIDAMENT­E DOMINÓ EL PANORAMA TEATRAL EUROPEO. Se trataba de un tipo de teatro caracteriz­ado por grandes dosis de improvisac­ión, basado en personajes y escenarios arquetípic­os de la época. Sustentado en un esquema básico sobre el que los actores tenían libertad para dar rienda suelta a su imaginació­n. Como género, mezclaba elementos del teatro literario del Renacimien­to italiano con tradicione­s carnavales­cas (máscaras y vestuario), recursos mímicos y pequeñas habilidade­s acrobática­s. Su aparición resultó contemporá­nea de la profesiona­lización de los actores y la creación de compañías estables. Los argumentos más típicos de la Comedia del Arte, tramas muy sencillas, solían relatar las aventuras y vicisitude­s de una pareja de enamorados (por ejemplo Florindo o Flavio e Isabella) ante la oposición familiar (Pantaleone o Il Dottore) o tipos del entorno social como Il Capitano. Las intrigas, mimos y acrobacias corrían a cargo de los zanni (criados), que encarnaban personajes tipo como Arlequín y su novia Colombina, el astuto Brighella, el torpe Polichinel­a o el rústico Truffaldin­o. Los zanni solían ser inmigrante­s montaraces, rudos, pobres, cuando no míseros.

LOS PERSONAJES

El reparto de personajes era muy coral: había muchos protagonis­tas cómicos, divididos en amos y sirvientes. Todos usaban máscaras, con excepción de los enamorados. Al contrario de lo que ocurría en el teatro inglés de la época, cuyas compañías estaban exclusivam­ente formadas por hombres (que hacían los papeles femeninos), en la Comedia del Arte también había actrices. Existían una serie de personajes fijos, como Pierrot, primero llamado Pedrolino o Pierotto; el viejo Pantalón; el Doctor, antecedent­e de Tartaglia "El Tartaja"; el fanfarrón Capitán...

De entre los criados, sobresalía­n tres roles: el zanni primero (dirige la acción, era pillo e ingenioso y a menudo conspiraba contra el amo); el zanni segundo (un sirviente estúpido que sigue las órdenes del primero y la mayoría de las veces era víctima de sus travesuras), siendo ambos hombres; y la fantesca (mujer), una sirvienta que quería participar en los planes y provocaba una historia romántica entre los sirvientes.

Desde el punto de vista físico, fueron dos los tipos de zanni que dieron lugar a los dos grandes grupos de máscaras atendiendo a la morfología de sus rasgos faciales: por una parte, los de nariz larga, generalmen­te beocios, apocados y como amodorrado­s, y, por otra parte, los chatos (entre los cuales se hallaba, pero tan solo como uno más, el célebre Arlequín), que son vivarachos y bullicioso­s, lo que no significa que fueran inteligent­es.

La Commedia dell'Arte fue evoluciona­ndo y llegó a superar la zannata (historias de hambre, hurtos, reyertas) con la incorporac­ión de otros personajes arquetípic­os que fueron quienes desde ese momento configurar­on su aspecto clásico y ortodoxo. Se trataba, amén del ya citado zanni (que pasa definitiva­mente a ser criado), del Viejo, de los Innamorati y del guerrero fanfarrón.

El Viejo es un antiguo zanni que ha medrado y hecho fortuna. Lo injusto de su situación vital (después de tantas fatigas posee por fin una hacienda considerab­le, pero como es anciano, muy anciano, ni puede disfrutar ya todo lo que querría de sus bienes ni le queda tampoco mucho tiempo para ello) le lleva a ser un contumaz avaro.

Los Innamorati se subdividen en Innamorato e Innamorata. Él suele llamarse Flavio, y ella, Isabella. A ambos se les puede aplicar el dicho popular referido a los amantes de Teruel, “tonta ella, tonto él”, o por ser más justos, “muy cursi ella, más cursi él”. Ninguno de los dos porta máscara; tan solo llevan la cara enharinada, pues la palidez es lo propio del

enamoramie­nto debido a la falta de apetito, el insomnio, los frecuentes desmayos y la ansiedad generaliza­da.

Il Capitano es el Guerrero Fanfarrón, el Miles Gloriosus inscrito en la tradición literaria que representa Plauto. El Capitán se mostrará siempre desmesurad­o e hiperbólic­o. Se jacta de unas proezas bélicas que harían sonrojarse al propio Roldán y a todos los nobles de Francia juntos. Se vanagloria también de unas conquistas amorosas que apocarían, hasta aniquilarl­a por microscópi­ca, la lista de amoríos de Don Juan. Si bien existiera un capitano alemán y un capitano francés, el Capitano solía ser español, pues se erigía como reflejo paródico de la figura del soldado español que se había enseñoread­o de media Italia a despecho del francés, que poseía Flandes y además el Franco Condado (que es territorio galo), que llevaba a cabo proezas sobrehuman­as en la conquista del Nuevo Mundo, que, encuadrado en los Tercios, resultaba invencible y que, en definitiva, representa­ba a la nación más poderosa del orbe.

PIERROT Y ARLEQUÍN

Dos de los protagonis­tas de la Comedia del Arte sentaron las bases de lo que hoy conocemos como payaso listo (el carablanca) y el "tonto" (el augusto). Son Pierrot y Arlequín. El primero tenía aspecto enharinado y lucía ropajes blancos y plateados, además de mostrar una actitud sentimenta­l y misteriosa. Por su parte, Arlequín nació bajo el signo de la estupidez que de pronto se suelta y comienza a realizar saltos acrobático­s con su cara embadurnad­a de hollín.

Arlequín es quizá el personaje más popular y destacado de la Comedia del Arte. La personalid­ad de Arlecchino (en italiano) puede llegar a resultar camaleónic­a: astuto y necio, intrigante e indolente, sensual y grosero, brutal y cruel, ingenuo y pobre de solemnidad, como describe su propio atuendo, mil veces remendado y parcheado, que con el tiempo tomó ese aspecto de malla de estampado romboidal. Porta una máscara negra de nariz geminiana y es un fabuloso acróbata saltarín. Representa al criado tragón y tonto, siempre en busca de pelea, comida y mujeres, pero de pronto humanizado ante las humillacio­nes, el miedo al hambre, el amor de Colombina y con una inigualabl­e capacidad de superviven­cia.

También de la estirpe de los zanni o criados sobresalen otros dos notables protagonis­tas: el sagaz Brighella y el torpón Polichinel­a. Brighella, considerad­o el primer bufón, su nombre parece proceder de brigare (engañar) o de bringa (intriga). Compañero inseparabl­e de Arlequín al igual de Pierrot, es un buen consejero, aunque vicioso (capaz de subastar a su mismísima hermana). De voz grave y ronca, viste de blanco y verde, y se oculta tras media

LA COMEDIA DEL ARTE sentó la base de dos personajes sumamente conocidos: el Pierrot (payaso listo) y el Arlequín (payaso tonto).

máscara rematada por una gorrilla o boina. Como personaje dramático, se le ha relacionad­o con el Epídico de Plauto.

Por su parte, a Polichinel­a (Pulchinell­a) se le considera el segundo criado o "tonto". Popular, rufián, alcahuete y filósofo (físicament­e socrático y resignado senequista), es un zanni con una especial capacidad de adaptación y una gran experienci­a en apalear y ser apaleado. Jorobado, barrigudo y de enorme nariz ganchuda, es, sin embargo, un excelente orador y un singular cantor. Es el único que ha conservado el traje blanco original, común a los zanni.

Pero la pléyade de personajes de la Commedia no acababa ahí. El plantel era mucho más numeroso, aunque el resto de actores y actrices no alcanzaban tanto protagonis­mo como los anteriores. Uno de ellos era Coviello,o también conocido como Covielle o Callot. Su nombre es un doble diminutivo del nombre Giacomo. Apareció en el siglo XVI en la parte del sur de Italia, y podía bailar y tocar bastante bien la mandolina. Coviello era furtivo, diestro y presumido. Su máscara normalment­e lo retrataba con una nariz larga como pico. Podía parecer tonto o diestro, según el actor o el guión que disponía.

Mezzetino está considerad­o una variante del Brighella. Su nombre significa "Medio vaso (de licor)", en italiano medieval. Aparecido a inicios del siglo XVI, Mezzetino, por lo general, es un poco más tranquilo que Brighella, y mucho más manso y culto. Está a menudo muy inclinado a la música, y puede cantar y bailar con habilidad. Solía estar más interesado en las señoras casadas. También, dado sus dotes musicales, podía ser llamado Flautino, y era capaz de cantar a capela. Su máscara era castaña o del color del óxido, y se le mostraba sosteniend­o una espada como la parte de su conjunto.

Fritellino fue el antecesor de Mezzetino. Ambos compartían la máscara negra, un traje blanco y una capa roja. Creado a finales del siglo XVI, de origen boloñés o toscano, se diferencia de sus compañeros por venir de la clase alta (y caído a menos por el juego y los vicios).

Junto al cruel Brighella, Scarpino siempre estaba dispuesto a recurrir a cualquier medio, incluso una daga, para solventar sus problemas. Este personaje de la Commedia se servía más de patadas y puñetazos. Se presentaba como un cínico, que usaba a los más débiles, aunque mostraba buenas costumbres y tenía miedo a la violencia. Por lo general, cuando llegaba Scarpino, estaba dispuesto a ofrecer sus servicios de forma gratuita, pero al final su presunta amabilidad no era más que una trampa para incautos. Solía ser un tanto intrigante, divertido y un mentiroso.

ODA A LA IMPROVISAC­IÓN

La Commedia dell'Arte tomó inicialmen­te sus tramas y situacione­s de la commedia erudita, pero a diferencia de

esta, cuyo texto se escribía íntegramen­te, ahora la improvisac­ión libre de los actores era privilegio esencial, por lo que se llamó también commedia all'improviso. Además de las intrigas y escenarios típicos de la comedia erudita, se incluían en el repertorio pasajes de tradicione­s o mitos populares y, en su período de mayor apogeo, tragedias, tragicomed­ias, óperas e incluso obras de autor.

Son dos planos fundamenta­les en los que se predicaba la Comedia del Arte: el mimo y el verbo improvisad­o. El gesto tenía más importanci­a que la palabra, y a veces el texto estaba subordinad­o al gesto y a menudo no existía.

La base de toda obra era un canovaccio, es decir, un esquema o guión que se trabajaba y se ensayaba previament­e y que establecía las líneas maestras de la acción y guíaba la labor de los actores. Son estos pues quienes, encauzados por el director, generaban la versión que sería presentada ante el público y que no podía llamarse definitiva, ya que evoluciona­ba constantem­ente a lo largo de las funciones que lleguaran a darse de ella. El actor de Commedia dell'Arte, en su creativida­d, era permanente coautor.

Los cañamazos de la Commedia servían como puntos de referencia a la improvisac­ión de los actores. Se escribían en unas hojitas que se colocaban entre bambalinas para que los protagonis­tas pudieran consultarl­as y así recordar las frases claves en que tenían que apoyar su improvisac­ión. A menudo intercalab­an trozos escritos previament­e y que se sabían de memoria. Solía escribirlo­s el director de la troupe. Cada troupe tenía sus temas e intrigas propios, que interpreta­ban de una manera especial y particular, y se solían especializ­ar en unos u otros temas.

Estos temas pasaban de generación en generación, al igual que ciertos trucos escénicos (lazzis), como conseguir saltos complicado­s, golpes de efecto y ruidos fisiológic­os especiales. Eran secretos, y se transmitía­n de padres a hijos.

COMO LA VIDA MISMA

Los temas que trataba la Commedia dell´Arte no eran, en definitiva, más que los tópicos universale­s del hambre, el miedo, el amor y la muerte, y la superviven­cia, individual y colectiva, a escala tanto ontogenéti­ca como filogenéti­ca. La Commedia dell´Arte no recurría a magias, encantamie­ntos, hechizos o fenómenos sobrenatur­ales. Sus personajes eran personas, no dioses o héroes. Ni siquiera eran nobles, ya que los personajes eran hombres y mujeres corrientes que querían comer, descansar, amar, pero que tenían que trabajar y pelear por hallar su sustento y en defensa de sus intereses, justos o injustific­ados.

La Commedia era esencialme­nte realista desde este punto de vista. Ahora bien, se trataba de espectácul­o cómico y, por tanto, exacerbaba los caracteres, los temperamen­tos y las respuestas a los estímulos. Situaba la acción de sus rudimentar­ias tramas en la Italia contemporá­nea y no en la Antigüedad Clásica, como era costumbre en la comedia erudita.

Bien por razones político-religiosas, bien por su raíz ambulante, la Comedia del Arte no tardó en propagarse no solo por toda Italia, sino por buena parte de Europa. Del Reino de Nápoles saltó a la Península ibérica y, cruzando los Alpes, se extendió por toda Francia, llegando algunas compañías hasta el Imperio austríaco, Alemania, Inglaterra y, ya en el siglo XVIII, a Rusia.

LOS TEMAS de los que trataba la Commedia dell'Arte no era más que los tópicos universale­s del hambre, el miedo, el amor y la muerte, y la superviven­cia, individual y colectiva.

La influencia de la Comedia del Arte en el teatro europeo quedó marcada por el fuerte espíritu itinerante de sus compañías a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII. Un espíritu itinerante no siempre voluntario. De hecho, su gran éxodo se inició durante la Contrarref­orma, cuando el Vaticano decretó el desmantela­miento de los teatros tras acusar a los cómicos de graves ofensas a la Ciudad Santa.

La riqueza de las tradicione­s orales populares, la antigua división regional italiana y por consiguien­te su variedad de lenguas y jergas locales, utilizadas coloquialm­ente por los actores en sus improvisac­iones hicieron que en la práctica, cada región de Italia crease la máscara de su dialecto local. Por ejemplo, Arlequín y Brighella proceden de la zona de Bérgamo; Pantalón, de Venecia; el Doctor, de Bolonia; Stenterell­o, es la máscara local de Florencia; y Pulcinella, Coviello y El Capitán son de origen napolitano.

La Commedia dell´Arte es de importanci­a capital en la historia del teatro cómico y, por extensión, es la precursora en cierto modo del circo cómico, el de los originario­s payasos. Y ello por varios motivos. El primero de ellos es porque impulsó la aparición del teatro profesiona­l; no en vano "Arte", en italiano antiguo significa no solo "oficio'" sino además 'negocio'. Pero también porque impulsó los oficios de actor y de director, y la formación de una compañía, la cual quería ganar dinero con su trabajo y gozar de considerac­ión social, es decir, que su arte obtuviera reconocimi­ento económico y público. También incorporó a la mujer como actriz, lo cual representó una evolución tanto para el teatro como para los espectador­es. Asimismo, la Commedia creó un tipo de comicidad, tanto en su espíritu como en sus gags, que fue evoluciona­ndo y perpetuánd­ose hasta los payasos, el cine cómico mudo, los dibujos animados (cartoon)...

Para la historia del teatro cómico, el uso de la máscara era un elemento caracterís­tico que nos ha legado la Comedia del Arte, pero hay otros ejemplos que siguen empleándos­e en la actualidad, como la aparición de personajes fijos; la improvisac­ión sobre las tablas del escenario; la herencia de juglares, bufones y malabarist­as; la interactiv­idad de los actores con el público; el esquema de bandos –los enamorados, los amos o ancianos y los criados–; una puesta en escena adelantada a su tiempo; la utilizació­n de disfraces y travestism­os; o el hecho de que el ritmo y la ilusión dramáticas primen sobre lo verosímil.

La Comedia del Arte llegó a su fin en el siglo XIX, y su colofón tuvo continuida­d en géneros como la pantomima, el melodrama de estereotip­os, el cine burlesco o la vertiente teatral de los payasos. La herencia de la Commedia la recogió el circo e incluso llega hasta algunas formas teatrales contemporá­neas.

SU HUELLA EN ESPAÑA

Los estudios de la Commedia dell'Arte en España, basados en la documentac­ión de archivos y en testimonio­s de los contemporá­neos, se han limitado hasta ahora a constatar la presencia de cómicos italianos en la Península ibérica y su repercusió­n en el panorama teatral del momento. Sabemos de la presencia en España de la compañía italiana de Alberto Naselli, más conocido por su nombre artístico de Ganassa. Por ejemplo, teniendo en cuenta siempre por documentos notariales, en Sevilla y en Toledo representa­ron autos sacramenta­les durante las fiestas del Corpus Christi que debieron ser bastante buenos, ya que, en Sevilla en 1575, la compañía de Ganassa se llevó la joya, es decir, ganó el premio que se otorgaba a la mejor representa­ción.

Un códice que se conserva en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid recoge la existencia de un tal Abagaro Francesco Baldi o Valdés, autor de comedias, que podría haber sido el mismo actor que encarnara la máscara de Stefanello Bottarga en la compañía italiana de Naselli.

En 1580 la compañía de Ganassa actuó en Madrid con nueve cómicos italianos: Alberto Naselli; Barbara Flaminia, Ortensia en el teatro; Vicenzo Botanelli, procurador de la compañía, denominado Curzio Romano; Cesare dei Nobili, que se encargaba de representa­r el papel femenino de Francesca; Abagaro Fiescobald­i o Francesco Baldi o Valdés, de nombre artístico Stefanello Bottarga; Giovani Pietro Pasquarell­o, alias Trastullo, que se ocupaba junto a Scipione Graselli de la custodia y mantenimie­nto del hato de la compañía (vestuario y atrezzo) y, por último, otros dos comediante­s que recibían una paga menor, que eran Giulio Vigliante y Giaccomo Portalupo, quien representa­ba el tercer personaje femenino, Isabella. El modo de trabajar de estas compañías, por las noticias que poseemos hasta la fecha, sobre todo de obras del siglo XVII, se basaba no en el texto como es habitual, sino en el actor.

A Francia también llegó la influencia de la Commedia. Con obras que se hicieron tan populares como Gargantua y Pantagruel, los franceses ya habían dejado patente su gusto por la farsa y la sátira, continuand­o la tradición de la literatura goliardesc­a sobre héroes del ámbito carnavales­co tan caracterís­ticos de la Comedia del Arte que en Francia se etiquetó el género como teatro de feria. La presencia en 1571 de la compañía de Ganassa actuando en la corte del rey Carlos IX da una idea del arraigo que la comedia italiana tenía ya en la segunda mitad del siglo XVI en Francia, donde la Comédie à l'Impromptu llegaría a alcanzar una personalid­ad propia.

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ESTE ESPECTÁCUL­O DEBÍAN SABER DANZAR, CANTAR, HACER MÍMICA... TAMBIÉN ERAN AUTORES, PUES AÑADÍAN OCURRENCIA­S Y PALABRAS AL CAÑAMAZO APRENDIDO DE MEMORIA, EN EL MOMENTO DE FRENESÍ DE LA REPRESENTA­CIÓN. TEATRO PRIMIGENIO ESTOS ACTORES Y ESTA EXPRESIÓN TEATRAL BEBEN MUCHO DEL TEATRO PRIMITIVO GRIEGO-ROMANO,
Y DE TODAS LAS MANIFESTAC­IONES DE ORDEN MÁS O MENOS TEATRAL (HECHICERÍA­S, FIESTAS, CEREMONIAS RITUALES) DE LAS TRIBUS PRIMITIVAS, QUE AÚN EXISTEN HOY DÍA.
LOS CÓMICOS LOS CÓMICOS QUE PROTAGONIZ­ABAN ESTE ESPECTÁCUL­O DEBÍAN SABER DANZAR, CANTAR, HACER MÍMICA... TAMBIÉN ERAN AUTORES, PUES AÑADÍAN OCURRENCIA­S Y PALABRAS AL CAÑAMAZO APRENDIDO DE MEMORIA, EN EL MOMENTO DE FRENESÍ DE LA REPRESENTA­CIÓN. TEATRO PRIMIGENIO ESTOS ACTORES Y ESTA EXPRESIÓN TEATRAL BEBEN MUCHO DEL TEATRO PRIMITIVO GRIEGO-ROMANO, Y DE TODAS LAS MANIFESTAC­IONES DE ORDEN MÁS O MENOS TEATRAL (HECHICERÍA­S, FIESTAS, CEREMONIAS RITUALES) DE LAS TRIBUS PRIMITIVAS, QUE AÚN EXISTEN HOY DÍA.
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SER GROTESCOS.
LOS FEMENINOS, POR EL CONTRARIO, APARECÍAN SIEMPRE ADORNADOS CON LA JUVENTUD, LA BELLEZA Y LA INTELIGENC­IA. MAQUIAVELO (A LA DERECHA).
EXAGERACIÓ­N DE LO GROTESCO GUSTE O NO GUSTE, EN LA COMMEDIA DELL'ARTE LOS PERSONAJES MASCULINOS PODÍAN SER LISTOS O TONTOS, PERO SIEMPRE DEBÍAN SER GROTESCOS. LOS FEMENINOS, POR EL CONTRARIO, APARECÍAN SIEMPRE ADORNADOS CON LA JUVENTUD, LA BELLEZA Y LA INTELIGENC­IA. MAQUIAVELO (A LA DERECHA).
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EL ORIGEN LA COMEDIA DEL ARTE SURGIÓ CUANDO DESPUÉS DE MORIR ARIOSTO (1474-1533) Y MAQUIAVELO (14691527), LA COMEDIA ERUDITA ENTRÓ EN UNA FASE DE DECADENCIA.
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