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WALTER GIARDINO TEMPLE
 

El ex líder de la banda argentina de rock duro más exitosa de la historia dice que la gente “desperdició” a Rata Blanca, que igualmente se manejaron de manera “brillante”, que algunos medios quieren perjudicar a algunos artistas y que se hace cargo de todo, lo dicho y lo hecho. Ahora, con un nuevo proyecto (con el ex baterista de A.N.I.M.A.L.), regresa más distendido, pero siempre con la guardia alta.

En su sala de ensayo de Flores, Walter Giardino charla de pie con dos integrantes de su nueva banda -bautizada Walter Giardino Temple-, el ex baterista de A.N.I.M.A.L. Martín Carrizo y Norberto Rodríguez, alguna vez cantante del grupo Vago. Los mira desde arriba: les saca una cabeza a cada uno de ellos dos. Giardino dejó de crecer hace rato, pero siempre parece más alto que la última vez. Cuando era guitarrista de Rata Blanca, la banda que llevó el rock duro a las bailantas y a los charts latinos, llegó bien alto también. Colocaron cerca de medio millón de copias en el mercado local, en su mejor momento tocaron en el estadio de Vélez como número principal y giraron por casi toda Sudamérica, México, España y Estados Unidos. Sin embargo, apenas un año después de la disolución, Rata Blanca parece haber quedado en el olvido. “Creo que en mi caso le di todo a la banda hasta donde me pareció que le estaba dando de más. Tal vez el último disco (editado a fines del ‘97) fue una exageración de mi parte. Me podría haber ido antes del grupo. Hoy en frío pienso que forcé todo, pero a la vez era algo personal. Me dolió ver cómo la gente desperdiciaba y no valoraba un grupo así.” Está claro que para el guitarrista-fundador con el simple suceso de números no alcanzaba. Y si lo que quedó de todo aquello es un show en una bailanta o un abrazo con Tinelli después de tocar en Ritmo de la Noche, Giardino no tiene reparos en decir que a su ex grupo se lo sacó de encima.

-¿Cómo tomaste el hecho que gran parte de la prensa te dio la espalda en los últimos años de Rata Blanca?
-Como la mierda. Porque no lo entendía ni lo voy a entender nunca, pero es un poco la idiosincrasia argentina. Hay cosas muy raras en la mentalidad de este país, la gente es muy especial. Hoy Boca es campeón y para todo el resto no le ganamos a nadie o fue de culo. Con Rata sentía que pasaba algo parecido: vendíamos un montón de discos y no porque fuéramos lindos. Nunca entendí qué pasó, ni me terminó de cerrar. Musicalmente creo que el grupo se movió de una manera brillante porque dio lo mejor que tenía, nunca defraudó a nadie en vivo, aun dando exámenes con público en contra. Pero pienso que todo pasó por una cuestión de status.

-¿Pagaron el precio por ser los primeros?
-Sí. Es algo que odié toda mi vida eso del pionero porque siempre fui consciente que el que va al frente se come los primeros balazos. Hoy estoy contento de que bandas como A.N.I.M.A.L. puedan tener el consenso de su entorno. En su momento Rata de su entorno lo que obtuvo fue indiferencia y competitividad con personajes que no estaban a la misma altura.

-¿Y cómo te llevás hoy con las demás bandas del género?
-Muy bien. Creo que en su momento lo que le pasó a Rata fue una especie de mal entendido general. Nosotros seguimos siendo exactamente igual que en ese momento y antes de vender muchos discos, pero los que venían detrás nuestro la entendieron mal en vez de venir a tocarnos el timbre o saludarnos, nadie nos vino a consultar nada. Tal vez sí tenga que reconocer algunos malentendidos que surgieron de nuestro management que era la cara de la banda hacia fuera. Nosotros no nos enterábamos de un montón de cosas que pasaban alrededor nuestro y nos hicieron quedar muy mal. De ese tipo de cosas no tengo la culpa. Me hago cargo de lo que yo haya dicho y de mis acciones. Pero también es real que hay muchos medios periodísticos que apuntan a perjudicar a un artista. Hay quienes están dedicados específicamente a enaltecer a ciertos artistas y ciertos géneros musicales, menospreciar a otros, tratar de anularlos o entorpecer sus carreras. Es algo que a mí me ha sucedido. A lo mejor me pasó porque actué ingenuamente en muchos aspectos. Fui de frente porque pensé que estaba obrando con un tipo de gente y resulta que era gente de mierda. Hoy estoy más allá de todo eso. Hay artistas que después de terribles discursos antimultinacionales, hoy lo tienen que dejar de lado y queda demostrado que todo era una mentira gigante. Yo hace diez años que firmo con unadiscográfica multinacional y estoy aprendiendo que lo más importante de esto es tener una muy buena banda, conservar un público fiel, hacer buenos espectáculos, poder salir de gira y ser feliz con lo que uno está haciendo.

Con el certificado de defunción de su banda en la mano, en el verano pasado Walter Giardino se puso a componer y en menos de dos meses tenía las diez canciones de su nueva apuesta. Faltaba formar un grupo. A Norberto Rodríguez lo escuchó cantando por primera vez desde su camarín, cuando Rata Blanca hacía una de sus últimas presentaciones en el Gran Buenos Aires. Martín Carrizo ya había terminado definitivamente en A.N.I.MA.L. y siendo uno de los mejores bateristas de rock duro no tardó en incorporarse. A ellos se agregaron Rubén Trombini en el bajo y Pablo Cataña en los teclados. En esta primera aventura como solista, el mismo guitarrista que dio sus primeros pasos en Punto Rojo, tuvo su cuarto de hora en V8 y conoció la fama con Rata Blanca, ha concretado posiblemente su mejor disco en mucho tiempo. Sin haberse alejado demasiado de su estilo, este admirador confeso de Ritchie Blackmore encuentra en Temple un lugar más distendido y así se lo nota más suelto y directo en las canciones, sin importar las facturas que puedan llegar por no encerrarse en el género. “La ambigüedad es algo que le criticaron hasta a Mozart. Una concertista de piano dijo una vez que Mozart era espantosamente ambiguo y eso está mal, porque a la vez podría decirse que era terriblemente amplio. ¿Por qué hay que menospreciar la capacidad de una persona para hacer un montón de música dentro de un género? ¿Quién lo dice, quién lo dictamina? Creo que la cultura musical del tipo que escucha es importante para absorber diferentes texturas musicales, que al fin y al cabo es lo que está sucediendo en un disco de hard rock de los ‘90 que parece más de los ‘70. Estoy podrido de las palabras heavy metal, porque es algo que en vez de darte un nombre y apellido te da una bola de hierro atada a las piernas y si te movés para un lado o el otro dejás de ser fiel y entrás en un montón de pelotudeces que no tienen nada que ver. El otro día veía en MTV un especial de Black Sabbath donde Ozzy decía que no quiere que cataloguen a su música como heavy metal. ¿Hoy qué es heavy metal? Pantera, Sepultura, entonces ¿qué hace Ozzy? Rock’n’roll. Si se supone que yo no hago heavy metal porque no sueno como Pantera. Entonces pongamos que hago hard rock.”

Miguel Mora

Casa

Un mes antes de que A.N.I.M.A.L. se dispusiera a grabar su cuarto álbum con la producción del ex Sepultura Max Cavalera, Martin Carrizo deja al trío partido en dos. El festival a beneficio de las Madres de Plaza de Mayo fue el último show del baterista con el grupo que lo hizo conocido. Nunca se entendió demasiado sobre los hechos que derivaron en tal decisión, que obligó a su ex banda a grabar su cuarto disco con un sesionista. En las pocas declaraciones que hizo Martin al respecto, quedó la difusa idea de que A.N.I.M.A.L. le requería mucho más tiempo de lo que deseaba. Hoy en Walter Giardino Temple, el temor que vuelva a suceder lo mismo parece algo lejano: “Por ahora la idea con Walter es trabajar y disfrutar de esta música que está saliendo y me parece espectacular. Yo confirmé que iba a estar en la banda 18 días antes de empezar a grabar. Vengo a ensayar con unas ganas tremendas porque es importante saber que uno cuenta con su tiempo. Acá es todo muy relajado. Desde que agarré los palillos por primera vez lo que me propuse es ser lo más profesional que pueda y disfrutar. A mí no me excita el hecho de reventar un Obras, hacer giras por todo el mundo o que me corran para pedirme un autógrafo, cosas que me parecen bárbaras. Si no me siento contento con lo que hago, aunque eso sea tocar con U2, prefiero quedarme en casa”.