• Las orgías en la Grecia antigua eran muy diferentes a como nos las imaginamos.
  • En ellas se tomaban sustancias alucinógenas, se sacrificaban animales, se comía carne cruda y se daba rienda suelta al sexo.
  • Con el tiempo, estas celebraciones, dedicadas a Dionisos, el dios del vino y la fertilidad, comenzaron a percibirse como peligrosas para los poderosos.
  • Vídeo-orgías en cuarentena: las sex parties virtuales están de moda.

A menudo, pensamos en el mundo antiguo, el de griegos y romanos, como un tiempo de menores remilgos respecto al sexo, de mucha mayor naturalidad y apertura sexual y, en parte, es así. Pero también es cierto que existen muchas ideas muy extendidas respecto a esa época que no son exactas o que, directamente, son falsas.

Algo así pasa con la orgías. Los griegos fueron quienes crearon el término orgía y quienes se consideran el primer pueblo que practicó este tipo de actos, a pesar de que había habido algún ejemplo anterior.

El origen de las orgías griegas, las llamadas orgías dionisíacas, eran las fiestas de celebración en honor al dios Dionisos, el dios de la fertilidad y el vino. Estos eventos, se popularizaron mucho en Grecia en torno al siglo V antes de Cristo, se celebraban dos veces al año, en diciembre y en marzo, y comenzaban con una procesión en la que desfilaban hombres y mujeres llevando objetos que representaban al dios como jarras de vino u hojas de parra. Tras ellos, venían los falóforos que portaban un gran falo y cantaban canciones con alusiones sexuales y los italóforos, hombres disfrazados de mujeres y que caminaban como si estuvieran borrachos. Cerraban la procesión las bacantes, mujeres que vestían pieles de animales.

Las orgías en sí comenzaban por la noche, cuando mujeres de todas las clases sociales y edades se reunían en montes o claros de los bosques donde se pasaban días bebiendo alcohol y consumiendo sustancias alucinógenas. No estaba permitido que ningún hombre estuviera presente.

Estas celebraciones eran una especie de liberación simbólica, pero también real, de las leyes y las costumbres imperantes en la sociedad de la época. También de la tecnología, el progreso y del machismo. Era un tiempo en el que se regresaba a un pasado más salvaje y, en consecuencia, se comía carne cruda de animales que se sacrificaban allí mismo, se entraba en trance bailando bailes frenéticos y se daba rienda suelta a los impulsos sexuales entre mujeres. Era como volver a un estado casi animal.

calyx krater depicting a scene of symposium
DE AGOSTINI PICTURE LIBRARY//Getty Images
Cerámica griega que representa al dios Dionisos

Estas fiestas pasaron a los romanos, aunque ellos las llamaron bacanales (otro término que hemos heredado como sinónimo de juerga desenfrenada), pero con el paso de los años, comenzaron a ser mal vistas, prohibidas y perseguidos quienes las promovían, ya que su rechazo de las leyes y de las costumbres se consideró que ponía en cuestión el poder supremo del emperador.

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Juanjo Villalba

Juanjo es experto en cultura y lifestyle, con un foco especial en el impacto que internet y las redes sociales están teniendo en nuestra sociedad y en el mundo. Por eso mismo, sus temas suelen tener también mucho que ver con cine, series, psicología, relaciones personales y sexualidad. 

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Juanjo se licenció en Economía Internacional, aunque desde muy temprano en su carrera, por vocación personal, se dedicó a la divulgación y al periodismo, que con los años se convirtió en su profesión.

Juanjo lleva más de 15 años escribiendo en diferentes medios y fue Director editorial de Vice España, coordinando toda la producción de contenidos de la revista, desde cápsulas para redes sociales a documentales sobre ocultas subculturas urbanas de nuestro país. Tras su paso por Vice, se ha dedicado a escribir y su trabajo ha aparecido en medios como El País, El Periódico de España, ABC o Yorokobu, entre otros.