La de Job sentado entre cenizas es una de las obras menos conocidas del pintor valenciano José de Ribera (Xàtiva, 1591). Esta pintura que el 30 de enero saldrá a subasta en la casa Sotheby's de Nueva York por un precio estimado de entre 300.000 y 500.000 dólares, no fue descubierta hasta principios de este siglo en la colección privada que ahora la ha puesto a la venta. Antes había pertenecido a una aristocrática familia genovesa, los Doria, y antes, probablemente, a Enríquez Afán de Ribera, tercer duque de Alcalá, virrey de Nápoles y (probablemente también) la persona que le encargó a Ribera reproducir esta escena del Antiguo Testamento en la que la esposa de Job le recrimina al paciente y llagado santo que siga confiando en Dios pese a los castigos que le inflige.
El lienzo de gran tamaño (140 por 188 centímetros) es tan poco conocido que -a diferencia de tantas obras de Ribera-, sobre ésta apenas hay estudios y solo se ha expuesto en público en cuatro ocasiones, una de ellas en el Museo de Bellas Artes de València en 2005. Y, también a diferencia de otras pinturas del artista setabense, no consta ningún documento sobre la fecha en la que Ribera lo pintó, aunque, tal como señala Sotheby's en el catálogo de la subasta, por motivos estilísticos se puede datar alrededor de 1630. «Su reaparición -añade la casa- marca una importante incorporación al corpus del artista, como una obra importante de la plena madurez de Ribera».
En 1616 Ribera se mudó de Roma a Nápoles, y a pesar de sus duros comienzos allí (los artistas napolitanos eran famosos por su animadversión hacia los «intrusos»), rápidamente se hizo un nombre gracias a su particular estilo expresivo y poderoso y se convirtió en una especie de pintor no oficial de la corte virreinal que, además recibía numerosos encargos de toda Italia.
Sus imágenes de finales de los años 1620 y principios de los 30 habían comenzado a mostrar un renovado interés en un realismo intenso y un escrutinio más cercano de los personajes de sus cuadros, con un sentimiento mucho más conmovedor y humano. De esta época de plenitud artística y reconocimiento internacional es esta escena sobre Job, un episodio bastante raro en la pintura barroca, y parece ser el primer tratamiento importante de Ribera sobre un tema del Antiguo Testamento, al menos el primero que existe.
Según señala Sotheby's, el momento retratado «es particularmente conmovedor y muy adecuado para las habilidades particulares de Ribera: efectos de luz y oscuridad, la representación de la textura de la piel, la monumentalidad de las figuras y la emotividad del protagonista». «La elección de un tema tan inusual sugiere que debe haber sido el encargo específico de un cliente, aunque no se conoce ningún documento que registre la comisión», añade el catálogo, que sin embargo considera «bastante interesante» la hipótesis de que el primer propietario de la pintura fue Fernando Enríquez Afán de Ribera, tercer duque de Alcalá.
El duque fue un experimentado coleccionista de arte incluso antes de llegar a Italia en 1625, nombrado embajador ante la Santa Sede. A su llegada a Nápoles como virrey español, un cargo que ocupó de 1629 a 1631, se convirtió en uno de los patrocinadores más importantes de Ribera, encargando numerosas obras del artista. Estas incluyeron varias obras maestras, entre las cuales se encontraba la pintura más extraña y visualmente discordante de El Españoleto, el Retrato de Magdalena Venturi, la Mujer Barbuda (1631). El duque murió en Austria en 1637 y parte de su colección -en la que aparece descrito un «quadro grande di Job»- fue puesta a la venta ese mismo año en Génova. Ahí, y como propiedad de Marco Antonio Doria, uno de los coleccionistas de arte más importantes de su época, aparece por primera vez referenciado el cuadro del artista valenciano que ahora sale a subasta en Sotheby's.
