Una tradicional familia uruguaya, decenas de obras de arte y un lugar emblemático: la guerra por la herencia de Carlos Páez Vilaró

Una de las hijas del artista plástico uruguayo fue desalojada de Casapueblo. La furiosa carta contra la viuda y contra su hermano, sobreviviente de la tragedia de Los Andes

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Carlos Páez Vilaró (1923-2014), Annette Haussen, Casapueblo, Magdalena Agó Páez y Carlitos Páez Vilaró
Carlos Páez Vilaró (1923-2014), Annette Haussen, Casapueblo, Magdalena Agó Páez y Carlitos Páez Vilaró

Casapueblo fue quizás su máxima obra. A 13 kilómetos de Punta del Este, fue  primero casa de veraneo y el lugar en el mundo del artista uruguayo. En el atelier que allí había imaginado, pasaba horas creando sus obras. Estaba enamorado del entorno y él mismo, con su talento, le había dado el soplo necesario para darle vida propia. En ese paraíso personal pasó sus últimos días Carlos Páez Vilaró, hasta su muerte, el 24 de febrero de 2014. Y ahora esa, su máxima obra, es motivo de disputa familiar. De una feroz disputa familiar.

El viernes último, la viuda del artista -Annette Heussen- citó a todos los herederos. Se presentaron algunos de los seis hijos de Páez Vilaró. Tuvo tres con Madelón Rodríguez -su primera esposa- y otros tres con su tercera mujer, de origen alemán. La mujer propuso la reunión porque, como directora general de Casapueblo y por orden testamentaria, es quien tiene ahora el poder sobre el destino del emblemático lugar.

Casapueblo, el lugar disputado por los herederos de Carlos Páez Vilaró (@museocasapueblo)
Casapueblo, el lugar disputado por los herederos de Carlos Páez Vilaró (@museocasapueblo)

Durante la cumbre, donde los recelos al parecer se volvieron explícitos, se tomó una decisión que generó una implosión entre los primeros hijos del artista plástico uruguayo. En ese encuentro a Magdalena Agó Páez le comunicaron que debía retirar sus objetos personales y abandonar el lugar. Estaba siendo desalojada. También debía llevarse consigo las obras de arte propias que exhibía en una de las galerías de la tradicional edificación.

"¡Esto es increíble!", estalló Agó Páez. "Me acaban de desalojar de mi propia casa. Del lugar en el que trabajo desde hace décadas. Es increíble. Aunque no podía esperar otra cosa de la mujer de mi padre. Nada bueno. Sí de mi hermano. Nunca creí que esto sucedería", dijo la mujer al diario El País.

Sobre su hermano, Carlos Páez, también explotó de furia. Se siente traicionada por su "propia sangre" y fue durísima en sus comentarios. "¡Qué puedo esperar de una tercera mujer de mi padre extranjera, que puedo esperar de una persona que cuando papá estaba muerto y yo muriéndome su mujer no fue capaz de ir al sanatorio, qué puedo esperar de una persona que nos trancó nuestra casa y no nos deja encontrarnos con los cuadernos de colegio!", dijo y continuó: "Pero aún peor que eso, fue la traición, sí la traición de mi único hermano varón de sangre, al que lloré en la cordillera y me desviví por él en sus 10 años de adicción: ¡Carlitos Páez, el que todos llaman héroe y admiran por su valentía, ese mismo que hoy junto a la viuda de mi padre quieren quitarme el lugar que papá creó para mí en Casapueblo incentivándome a pintar desde niña y de quien con tanto amor recibí su legado!".

"¡Sé que Dios es maravilloso y sus tiempos son perfectos! ¡Mucho dolor guardado que hoy comparto públicamente con todas las personas que conocen mi corazón!", dijo la mujer en una carta publicada en su perfil de Facebook.

En otro comunicado oficial, recordó: "Papá murió y yo casi me muero con él, al volver a Casapueblo luego de estar internada y gravísima, me encontré con que la hermana de la viuda me había tirado mis obras de arte, mis libros, esculturas y todas mis cosas por el piso", denunció y explicó que debieron llamar a un notario para que certificara lo ocurrido allá por marzo de 2014. Hasta señaló que colocaron cámaras para "seguir todos los movimientos" que realizara la artista dentro de Casapueblo.

Carlos Páez Vilaró y Magdalena Agó Páez Vilaró en el atelier de Casapueblo, hace más de 50 años
Carlos Páez Vilaró y Magdalena Agó Páez Vilaró en el atelier de Casapueblo, hace más de 50 años

Carlitos, el hombre que resistió junto a otros compatriotas durante 72 días la ferocidad de la cordillera de Los Andes, luego de un accidente aéreo en el que todos fueron dados por muertos, contó su versión sobre lo ocurrido en la tarde del viernes y se mostró resignado ante la realidad. "Me guste o no, tengo que respetar la voluntad de mi padre. Y la voluntad es que Annette es la administradora", comentó al diario uruguayo.

Agó Páez Vilaró y su padre, el afamado artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró, en Casapueblo
Agó Páez Vilaró y su padre, el afamado artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró, en Casapueblo

Casapueblo, por orden de Heussen, emitió un comunicado en el cual se anuncia que habrá un espacio "dedicado" a los descendientes del artista. "Próximamente quedará inaugurado un nuevo espacio en Casapueblo dedicado a los hijos de Carlos Páez Vilaró. Sus obras de arte y demás realizaciones serán expuestas en este sector del museo. Así, los visitantes estarán en contacto con la continuidad del legado artístico de Páez Vilaró, a través de sus hijos. Obras de Agó Páez Vilaró, de su trayectoria en la pintura. Obras de bronce y cobre de Sebastián Páez Vilaró. Libros de Carlitos Páez, sobre su experiencia en la tragedia de Los Andes".

Magdalena Páez Vilaró denunció que fue desalojada del lugar en el que vivió y trabajó durante casi cinco décadas (@soldleste)
Magdalena Páez Vilaró denunció que fue desalojada del lugar en el que vivió y trabajó durante casi cinco décadas (@soldleste)

La hermana de Agó, Mercedes, también intentó frenar el desalojo mediante una petición hecha en Change.org donde reúne firmas para hacer público el "aberrante" hecho y llevarlo ante las autoridades culturales uruguayas. "Agó Páez Vilaró es la auténtica heredera del legado cultural y artístico de su padre, y su representante viva dentro de Casapueblo, donde visitantes de todo el mundo toman contacto con ella como exponente actual de su padre en el Museo Taller de Casapueblo. No dejemos que esta aberración de la cultura tenga lugar en nuestro país, Uruguay", dice el texto.

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