Buscando a Heidi
Heidi (Alain Sponer, 2015)
Bruno Ganz pasando de ser la encarnación de Adolf Hitler a darle vida al no tan fiero como lo pintan abuelito ermitaño de Heidi… Para servidor no deja de ser una evolución incluso lógica… Chistes aparte, el actor alemán está soberbio en el personaje, así como esta última traslación a la gran pantalla del popular texto escrito por Spyri sabe hallar un tono realista que va de las secuencias bucólicas en los bellos paisajes suizos a un agradecido tono tenebrista (a lo ‘Jane Eyre’) en la parte urbana. Lo que se decía en mi época: una pulcra adaptación de un clásico al gusto de todos los públicos. Ni más ni menos.
Heidi (Allan Dwan, 1937)
Hay decisiones que son de cajón. Cuando Hollywood quiso hacer su primera versión sonora de la novela de Johanna Spyri tenía como activo taquillero principal a la menudita Shirley Temple con sus ricitos de oro y su empalago supino. Personalmente le hubiera dado el rol a Freddie Bartholomew travestido, o alguna veinteañera, no sé… El film ha quedado como la plasmación cuasi oficial del relato, algo que le viene tanto por el reparto, por ser una producción USA y por la ajustada dirección de un veterano como Allan Dwan.
Más allá de la aventura (Christopher Leitch, 1989)
Ni en nuestras mejores ensoñaciones etílicas (ni en las del propio actor al que vamos a nombrar ahora mismo) podríamos haber imaginado que Pedro el cabrero, el triscador amigo de Heidi (y de la inválida Clara, todo un triángulo amoroso… cuarteto si añadimos a Copito de Nueve, la cabrita lasciva), acabaría convirtiéndose al crecer en ¡Charlie Sheen! Todavía no el abismo pero coqueteando con los excesos, Sheen se dejó convencer por su amigo Christopher Leitch para dejarse de ‘Arma joven’ y cosas con su weed pack de la época y aparecer en un agradable film familiar. Ambientado en la Primera Guerra Mundial, Heidi ya es una jovencita de muy buen ver y la señorita Rotenmeier es Leslie Caron.
Heidi (Isao Takahata, 1974)
Hayao Miyazaki intervino dentro del nutrido grupo de animadores y creadores que nos hicieron vivir (años después de ‘Meteoro’) el primer boom de la animación japonesa. Animación televisiva a la que pronto se sumarían ‘Mazinger Z’ y otra adaptación de un incunable de la literatura para todos los públicos europea: ‘Marco. De los Apeninos a los Andes’. ‘Heidi’, dirigida por Isao Takahata, fue un melodrama en toda regla, lleno de humor, de lagrimones, de un par de canciones en los créditos pura lisergia y de un sentido del folletín a valorar, y mucho, desde la perspectiva actual. Todo un fenómeno, por supuesto. Siempre imaginaremos a Heidi tal como está aquí dibujada y animada.
Heidi (Luigi Comencini, 1952)
¿A que desconocían que uno de los baluartes e iconos de la gran comedia italiana, Luigi Comencini, tiene en su extensa filmografía una, a ratos adorablemente ridícula, versión de ‘Heidi’? Pues es verdad, una coproducción italo-tedesca (italo-germana, vamos) de una ñoñería tan insoportable como entrañable. Comencini ni siquiera intenta darle al relato toques neorrealistas, pero sí que deja caer algo de humor al caricaturizar a los villanos y al retratar al huraño abuelo, a ratos casi un italiano cabreado más que un suizo lacónico.
Heidi und Peter (Franz Schnyder, 1955)
A Luigi Comencini ya no le pillaron para seguir explicando las ‘Nuevas aventuras de Heidi’ (así se titula la novela que sigue a la más conocida por todos). El autor italiano declinó la oferta, y con él la coproductora transalpina. La parte alemana (y suiza) siguió adelante con el proyecto y aunque tararon tres años en estrenar el film (problemas de financiación) al fin lo hicieron. Poca cosa, discreto trabajo pero lleno de ese aire del cine germano de la época, el de las Sissí, para entendernos.
Heidi (Michael Ray Rhodes, 1993)
Uno de los mayores ineptos tras las cámaras televisivas, tanto en series como en miniseries o telefilmes, en la década de los 90 fue un tal Michael Ray Rhodes. Por razones inexplicables, el fulano no paraba de trabajar y llegó a ser considerado, por ciertos críticos de TV USA (igual de gurús que algunos que sufrimos hoy en España) como el heredero de autores de la generación catódica anterior (y en activo) como, verbigracia, John Erman. Uno de sus empeños con mayor presupuesto fue esta tvmovie a costa de ‘Heidi’, mala incluso vista con indulgencia. Ni Jason Robards está bien.
Heidi (Delbert Mann, 1968)
Perteneciente a la generación de la televisión, la clásica de los años 50 y primeros 60 que daría el salto a la gran pantalla de inmediato para quedarse (la mayoría) en ella, Delbert Mann estuvo siempre un tanto a la cola del listado de sus compañeros con mayor talento como John Frankenkeimer, Sidney Lumet o Martin Ritt. Aplicado artesano, sus años finales (que comprenden el final de los 60 y los primeros 70) los dedicó a filmar adaptaciones de clásicos literarios, de Charles Dickens a las hermanas Brontë pasando por la Johanna Spyri de ‘Heidi’. Esta versión de 1968 no estuvo nada mal. No es memorable pero mucho más digna que la mayoría de las rodadas.
Heidi (Werner Jacobs, 1965)
En la década de los 60, el cine popular y comercial alemán tenía dos filones que estaba explotando (y que dejaría agotados en pocos años) a conciencia: las adaptaciones de las novelitas del Oeste de Karl May y las versiones de los relatos de misterio de Edgar Wallace. La industria austríaca vivía a remolque de coproducir con sus vecinos, pero no acababan de tener un estilo propio o una serie de películas que fueran éxitos de taquilla nacionales. Una serie de ayudas estatales, y la obligatoriedad de exaltación nacional y de ofrecer productos para toda la familia, llevarían a la ‘Heidi’ de un tal Werner Jacobs. Superproducción en color, fue un éxito en Austria y también en el mercado alemán, pero no funcionó del todo fuera de sus fronteras.
The new adventures of Heidi (Ralph Senensky, 1978)
Johanna Spyri escribió una continuación de su trabajo más célebre, ‘Heidi’, asimismo con buena acogida entre público y crítica. Este telefilme norteamericano del habitualmente inspirado Ralph Senenski no acudió a ese texto para imaginar cómo habrían sido las vidas de la niña suiza y sus amigos, siendo su guión una interpretación tan libre como respetuosa y coherente con el universo de Spyri. Emitido en las navidades de 1978, tuvo una excelente acogida, igual que en su posterior (menos de un año más tarde) pase por TVE. Gran Burl Ives como el abuelo.
Heidi (Paul Marcus, 2005)
Hará como una década (un poquito más, once años) que alguien reparó en que no se había vuelto al personaje de Heidi y se planteó reparar este olvido con uno de esos productos de calidad contrastada (Max Von Sydow como el abuelo, esta vez sin súper barba blanca) pero sin ningún atisbo de imaginación o de creatividad. No es un trabajo desdeñable pero no aporta nada, la niña que hace de Heidi es bastante estrangulable y todo es taaaan correcto que el aburrimiento hace acto de presencia cada cinco minutos.
Heidi 4 Paws (Holly Goldberg, 2008)
A ver… si existieron los videos esos horrorosos de gatos y perros cantando (perdón: maullando o ladrando) villancicos, y si la Disney podía convertir cualquier clásico literario en una fiesta con animales parlantes… ¿por qué unos cachondos con mucho sentido del humor pero con mucha mala pata no podían hacer una versión de ‘Heidi’ con chuchos, mininos y otros bichos disfrazados como personas? Una rareza que creo que no se ha llegado a ver jamás en España pero que a los japoneses les encanta. En la V.O. pusieron voces Angela Lansbury y Steve Guttenberg. Una locura.
Heidi (June Wyndham-Davies, 1974)
El mismo año (1974) que en Japón dejaban lista su serie de dibujos animados sobre Heidi, la prestigiosa BBC británica (valga la redundancia, también por los de prestigiosa) hacia lo propio con una miniserie que adaptaba fielmente la novela de Johanna Spyri. No recuerdo que se llegara a emitir en España (si alguien lo sabe que nos lo comente aquí. Gracias), pero quienes coleccionamos compulsivamente todos los dramáticos de la época de la cadena inglesa podemos dar fe de su extraordinaria valía y calidad.
A gift for Heidi (George Templeton, 1958)
Otra rareza de esas que nos pone las pilas a los buscadores de ellas. Hoy fácilmente localizable y visionable (háganlo, está muy bien), este film norteamericano toma al personaje de Heidi e imagina para ella una aventura nueva. Transcurre durante unas navidades (ostras… creo que eso es un spoiler) y posee un encantador toque melodramático lleno de ternura, además de una apología de la amistad y de hacer de ella la mayor y la mejor de las peripecias; el mejor y más valioso de los regalos que uno puede dar y recibir.
Do Phol (A. R. Korda, 1958)
Más conocida (aunque siga siendo una de esas producciones desconocidas) por su título internacional en inglés, ‘Two flowers’, nos hallamos ante una traslación al universo y los parajes hindúes de la obra de Johanna Spyri. Rodada a finales de los 50 y con un tratamiento estético de arrebatadora belleza, ‘Do Phol’ no se corta en el tema almibarado y sentimentaloide, pero no por ello deja de hacer una película con momentos, secuencias, de un lirismo verdaderamente arrebatador. A descubrir.
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