Bellmunt y Puigcorbé, realizador y protagonista de ‘La orgía’ (1978), presentarán la película en la Filmoteca de Catalunya el 16 de agosto, unos 40 años después de su rodaje. Hablamos con el director sobre este largometraje “guarro”, libertino y libertario que se convirtió en un símbolo del aperturismo, cinematográfico y social, tras la largamente esperada caída de la reprimida y controladora dictadura franquista.

‘La orgía’, que se proyectará el 14 y el 16 de agosto en la Filmoteca de Catalunya, está incluida en un espléndido y variado ciclo sobre la censura: ‘Les escletxes de la censura (Las rendijas de la censura)’. “En su momento, la clasificaron con una "S". Teóricamente, la censura oficializada, emitida como una orden escrita en la que se dictaban los cortes a efectuar en una película desde el Ministerio, había desaparecido, pero seguían segregando los contenidos con marcas explícitas. Y una "S" limitaba el acceso de públicos ‘selectos’. Un film "S" era un film guarro”, explica Francesc Bellmunt (Sabadell, 1947), alejado de la dirección cinematográfica desde ‘Lisístrata’ (2002), pero dedicado a la producción en la pequeña pantalla.

Recordemos que ‘La orgía’ relataba el encuentro de un grupo de jóvenes, en un piso de Barcelona, para hacer una orgía. Por muy progres que fueran los actores, ¿estaban un poco asustados ante el hecho de rodar esta película, con este argumento, con esta desnudez? “No”, responde el realizador, “pero sí estaban intrigados. Para esos actores del Institut del Teatre, rodar escenas de desnudo en las que, además, se simulaban, de una manera u otra, relaciones sexuales resultaba algo muy experimental. Y para mí, más”. Entre estos airados y ya talentosos intérpretes catalanes, estaban Juanjo Puigcorbé (coguionista de la historia junto a Bellmunt), Sílvia Munt, Assumpta Serna, Ricard Borràs, Alicia Orozco, Francesc Albiol, Carme Elias, Vicky Peña, Pep Fortuny, Mercè Molina, Rosa Novell... ¡Casi nada!

¡Adiós, franquismo, hola, sexo!

¿Y el título también fue conflictivo en esa tierna post dictadura que alcanzaba sus cotas de libertad poco a poco, día a día, hora a hora? “Yo no recuerdo que hubiera problemas. Era un título muy explícito para un film que no pretendía ser erótico. ¡Podía haber salido mal! Podía haber defraudado a los que acudieran a ver destape”, explica el cineasta: “El guión partía de una experiencia real de unos actores durante una fiesta en una casita de La Floresta (Barcelona). Entre los actores de teatro jóvenes de entonces aquel experimento que hicieron sus colegas, a base de drogas y sexo, era todo un mito. A partir del hecho, inventamos los tres actos con Puigcorbé. Estuvimos un mes en Mont-ras, en una masía cerca de Palafrugell. Mi hija Anna tenía, entonces, dos meses. El guión sólo especificaba lo que era el relato en general. Después, durante el rodaje, se incluyeron algunas cosas que provenían de la larga amistad trabada con los actores. Canciones, referencias, bromas privadas... habíamos convivido en el Salón Diana durante un año de intensas asambleasnocturnas,las conocidas como Jornades Llibertàries. ¡Nos conocíamos de sobras! Las intervenciones asamblearias fueron una fuente para elaborar los perfiles de los personajes”.

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Bellmunt en un momento del rodaje de ’La orgía’, con Assumpta Serna y Puigcorbé entre otros

Ese paseo en vespino del héroe Puigcorbé...

Una historia, sí, sobre el sexo, ¿pero también sobre las ansias de libertad, de cachondeo y de deshacerse de la dictadura? Bellmunt la califica de “relato bastante vital. José Luis Guarner tituló su crítica en FOTOGRAMAS con un precioso ‘Desengrasando el pirulín’. Es eso, en todos los sentidos, un desengrasante tras el óxido franquista. Fue mi primer rodaje de verdad con actores. Los cortos que había dirigido, el sketch de ‘Pastel de sangre’ (1972) o el largo ‘Robin Hood nunca muere’ (1974) habían sido primeras experiencias de dirección dentro de la maquinaria de la industria. Trabajos de género para tener oficio. ‘La orgía’ la tenía en la cabeza desde hacía tres años, y estuvo a punto de no pasar de ser un mero proyecto”.

Inevitablemente, todo el mundo recuerda (incluso aquellos que no han visto la cinta) la escena post orgía en la que Juanjo Puigcorbé se pasea por las calles de Barcelona en moto, desnudo: “¡Ay, ¡ese épico viaje en pelotas desde la fiesta a su casa! Con el tiempo aprecio con mayor nitidez la valentía y el compromiso de Juanjo con el proyecto. Entre los dos habíamos pensado esta escena, y estábamos contentos de haber atinado en terminar con un final así de atrevido, pero, ¡ah, amigo!, él tenía que hacerlo. Una cosa es escribir, imaginar, y otra desnudarse, subir a la vespino y recorrer la ciudad en hora punta, plano tras plano. Visto en perspectiva, Juanjo, para mí, fue un héroe, y siempre le estaré agradecido”.

Un repaso a la carrera

“Hace mucho tiempo que no veo la película”, reconoce Bellmunt: “He dirigido 20 films y he producido TV-movies, largometrajes y series. 40 años de oficio no se resumen en un solo título, pero, bueno con ‘La orgía’ me siento emocionalmente bastante atado, y bien atado. Junto al documental ‘La Nova Cançó’ (1976), simbolizan mi fin del franquismo. ¡Santa inocencia!”. Puesto en el compromiso de tener que escoger sus trabajos preferidos, dentro de estas cuatro décadas de carrera, se queda “si me limito a la ficción, con ‘La ràdio folla (Radio Speed)’, ‘Gracias por la propina’, ‘La orgía’, ‘Pan de ángel’, ‘Monturiol’ y ‘Un negro con un saxo’. Pero aún estoy obligado a hacer mi última película. La buena. Y sé cómo hacerlo”.

Antes de despedirse, y a la espera de esta presentación especial de ‘La orgía’ el 16 de agosto a las 18:30 horas (el pase del día 14 no tendrá una introducción previa), nos deja con una anécdota/reflexión muy oportuna. “Un amigo que ejerció de camarero en un bar de Cadaqués durante tres o cuatro veranos llegó a la siguiente y sabia conclusión: ‘La verdad, siempre follan los mismos’". Dicho queda.