EFE
RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Con una exhibición de samba y capoeira, y unas cuantas jugadas con un balón de fútbol, la favela Cidade de Deus (Ciudad de Dios), en Río de Janeiro, acogió ayer al presidente estadounidense Barack Obama.

Acompañado de su esposa, Michelle, y de sus dos hijas, Malia y Sasha, el presidente se desplazó en helicóptero hacia la favela hecha famosa en la película del mismo nombre de Fernando Meirelles, nominada en su día a cuatro premios Oscar.

Obama se dirigió en primer lugar a la sede de la Fundación para la Infancia y la Adolescencia, en donde asistió a una demostración de los ritmos que han hecho famosa la música brasileña. El presidente no pudo resistirse a participar en otra de las grandes manifestaciones culturales brasileñas: el fútbol.

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Descorbatado y sin chaqueta, tras subirse las mangas de la camisa se sumó a unos toques del balón de un grupo de pequeños que lucían camisetas con el lema 'Río 2016', el año en que la ciudad será anfitriona de los Juegos Olímpicos.

Ante la mirada asombrada de los niños, Obama procedió a pelotear, mientras unas divertidas Malia y Sasha, se animaban también a darle unos toques a la pelota.

A la salida del local, el presidente saludó a las decenas de residentes que se esforzaban por verlo a la distancia, apostados en ventanas y tejados.

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Luego, en el Teatro Municipal pronunció un discurso al pueblo brasilero, en el que declaró que "el futuro del mundo árabe vendrá determinado por sus pueblos" y resaltó el ejemplo brasileño como transición a una democracia próspera.

"Nadie sabe con seguridad cómo va a terminar este cambio, pero sé que el cambio no es algo que debamos temer... Cuando los hombres y las mujeres reclaman pacíficamente sus derechos humanos, nuestra propia humanidad se ve mejorada", declaró el presidente estadounidense.

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"Brasil es un país que muestra que una dictadura puede convertirse en una democracia pujante, un país que prueba que la democracia siembra tanto libertad como oportunidades para su pueblo", declaró.

El país que hoy día es la séptima economía del mundo, añadió, "pone de manifiesto cómo el llamamiento en favor del cambio que empieza en las calles puede cambiar una ciudad, un país y el mundo".

Obama concluyó su estancia en Río de Janeiro con una visita a su principal símbolo turístico, la estatua del Cristo Redentor en el cerro del Corcovado. Hoy parte a Chile.