La supermodelo llevó en su equipaje varios modelos de traje de baño y complementos de playa para acompañar. ¿Uno de los más clásicos? Un diseño negro liso, básico infaltable, de corpiño triangulito con breteles finos y bombacha diminuta a juego.
Esta pieza indispensable del vestidor fue su aliada para una jornada a puro relax en una reposera junto a su marido, que eligió un short de baño negro con costuras blancas. La rubia, en tanto, combinó su bikini con un par de anteojos de sol oscuros de formato cuadrado, el pelo pasado por agua y la cara al natural, sin maquillaje.
Para otro de sus días de playa, decidió apostar por otra bikini del mismo formato pero estampada. ¿El elegido? Un diseño camuflado en verde militar, un print atemporal que cada verano es tendencia. Para lograr un mejor bronceado, llevó los breteles levemente caídos, al borde de la censura, y el pelo recogido en un rodete tirante.
Pero todo no terminó ahí y, en otra de sus jornadas de relax en la playa, fue fotografiada nuevamente con un clásico traje de baño de dos piezas de corpiño triangulito y bombacha con tiritas en los laterales en color verde oliva, un infaltable cuando hablamos de microbikinis. A la orilla del mar, desplegó estilo con el pelo pasado por agua, un peinado recogido, anteojos de sol oscuros XL y, una vez más, la cara lavada. Hasta en su faceta más descontracturada e informal, Valeria Mazza da cátedra de moda.
