Rossy de Palma (Palma, 1964) y Christian Louboutin (París, 1963) se conocieron en una fiesta de cumpleaños hace más de dos décadas, y lo suyo fue amor a primera vista, «todo un coup de foudre» (un flechazo), apunta Rossy. «A los dos días me estaba recogiendo en su Vespa para ir juntos a un evento. Es divertidísimo, parece la hormiga atómica con su casco y haciendo triquiñuelas por las calles, porque es un pillín. Creo que el Ayuntamiento de París debería tener en su oferta turística un paseo en moto con él». Y toda una propuesta turística (por Andalucía) de accesorios cool es lo que han creado juntos con su pasión por el flamenco como punto de partida. El resultado es Flamencaba, una bulería de bolsos, zapatos y hasta un abanico con el negro y el rojo Loubi por bandera tintando volantes, lunares y borlones typical spanish. ¿El toque final? La imagen de Rossy y Christian bordada bailando. Toda una oda a la artesanía interpretada con el punto lúdico que a los dos amigos tanto les gusta.

Rossy, ¿cómo es Christian?

Es fabuloso, porque a pesar de lo mucho que viaja y trabaja nunca lo verás estresado. También admiro la atención real y genuina que presta a las personas; dedicar tiempo a otro es un acto de amor. Y lo mejor de él es que no ha perdido su curiosidad por todo y su parte lúdica, es un niño grande.

¿Os habéis divertido como niños imaginando Flamencaba?

¡Mucho! Partimos de una panoplia de inspiraciones, y luego fueron quedando las ideas más bonitas. La parte graciosa ya la teníamos con la imagen de nosotros bailando juntos en los bolsos, y luego llegaron los volantes, los lunares, los encajes, las pasamanerías, los borlones... El flamenco es muy inspirador, todo es ¡olé y olé! (da palmas) y alegría de vivir. También hay detalles en los bolsos de la Señorita Pepis, de cuando éramos niños, como las minipestañas bordadas en mi bailaora, y algo del mundo del disfraz, como lo que puedes encontrar de souvenir en un aeropuerto: ¡no te quedes sin un traje de lunares ni unos zapatos de flamenca!

rossy de palma
Mario Sierra
Vestido de volantes de Juana Martín, abanico de encaje y bolso con forma de botín, ambos de la colección ‘Flamencaba’, de Christian Louboutin, y tocado de Vivascarrion.

He leído que alguna vez os habéis llevado las servilletas como souvenir de un restaurante, ¿es cierto?

Los dos somos un poco cleptómanos chic (risas), nos gusta llevarnos algo para luego acordarnos de ese momento, y sí, hace poco robamos las servilletas en un restaurante parisino. Todo es lúdico, como niñatos huyendo con la Vespa con las servilletas. Son nuestras tonterías.

¿Tenéis muchas vivencias juntos?

Imagínate, hace 20 años mínimo que lo conozco, pero lo mejor es que sigue igual que siempre. En una sesión de fotos quise ponerme uno de sus zapatos en la cabeza. Yo dije: «Aquí no me duele nada el zapato», y con el pelo de la coleta me lo coloqué a modo de tocado. Esa imagen ha recorrido el mundo. Tengo un punto surrealista y dadaísta como artista en el que me gusta darle la vuelta a todos los objetos.

rossy de palma
Mario Sierra
Camisa blanca, chaqueta de esmoquin y pajarita, todo de Mirto, y sandalias negras con volantes y sandalias fucsias, ambas de la colección ‘Flamencaba’ de Christian Louboutin.

¿Y cómo le das esa vuelta surrealista precisamente a los tacones?

Hace varios años hice una obra de poesía visual, Resilienza d’amore. En una escena aparecían 15 pares de Louboutanes joya en strass. Yo era la acróbata del zapato vestida con un tutú vintage en la cabeza y en la mano llevaba un palo de un maniquí con un calzador en la punta. Quería expresar la manera en la que las mujeres nos multiplicamos en nuestra propia vida.

¿Qué consejo de vida me darías?

Yo de pequeña abría los juguetes, porque quería saber lo que había dentro, pero me encontraba el vacío. Siempre tenía prisa pensando que me perdía algo maravilloso, y que había una dimensión artística para mí en otro lado. Pero un día me di cuenta de que la vida es como una cebolla llena de capas y, ¿al final qué te queda? La humedad de las lágrimas que habías derramado mientras la pelabas, y luego ni eso. En la vida no hay que apresurarse..., porque no hay nada cuando pelas la cebolla. Hay que disfrutar el camino.

rossy de palma
Mario Sierra
Blusón de seda de Gucci, pendientes de Verili, y sandalias con cintas de la colección ‘Flamencaba’, de Christian Louboutin.

¿Podemos hacer el camino en tacones?

La relación de las mujeres con ellos es como la que tenemos con los hombres, no podemos vivir sin ellos, pero... ¡hay que ver lo que duelen! (Risas).

¿La imperfección es dolorosa?

A los 11 años yo estaba enamorada de la luna y le decía que me mandara su luz, pero un día en el colegio me dijeron que su luz venía del sol. Me llevé un gran disgusto, pero seguí amándola porque en aquel momento la reconocí imperfecta.

¿Crees que todos somos igual de perfectamente imperfectos?

El otro día, por mi embajaduría con la UNESCO, di una charla contra el racismo a estudiantes de todo el mundo, y les transmití que cuando alguien les trate mal –porque yo por mi nariz lo he sufrido–, piensen que nadie puede culparles por su color de piel o su morfología. No hay que sentirse herido, hay que sentir compasión por ellos, porque son pobres de espíritu.

rossy de palma
Mario Sierra
Mono de algodón de Valentino, bolso cabas con bordados en la cabeza y bolso a modo de collar con forma de botín, ambos de la colección ‘Flamencaba’ de Christian Louboutin.

¿Te gusta ayudar?

Me siento una artista humanista y social. De hecho, parte de los beneficios de la colección Flamencaba van a ir destinados al Centro Coreógrafico María Pagés. Me dijeron que eligiera una ONG y pensé que, si la inspiración ha sido el flamenco, tenía que volver de alguna manera a él.

¿Cómo os llamáis Christian y tú?

Yo le llamo a él chérie Chou, y él a mí, cheriza, que es como chérie arabizado.

*Maquillaje y peLuquería: Kley Kafe (Esther Almansa) para Dior Beauty y Moroccanoil.