Los proyectores de cine son parte esencial en la magia del séptimo arte, llevando desde hace años a los espectadores a viajar a mundos lejanos y vivir miles de aventuras. Unas máquinas que siempre han estado ligadas a la tecnología y que han ido evolucionando con el paso de los años. Tanto que actualmente existen modelos para el hogar, como uno de 15.000 euros u otro más económico, portátil y chino. Sin embargo, estos dispositivos pueden tener los días contados en España; al menos en Madrid, donde unas nuevas salas en Majadahonda han prescindido de ellos para apostar en su lugar por pantallas LED de grandes dimensiones.

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Se trata de los cines Odeon, ubicados en el Centro Comercial Gran Plaza 2 y que en EL ESPAÑOL - Omicrono pudimos visitar, aunque aún no están abiertos al público. La compañía se ha aliado con LG para abrir nuevas salas que incluyen tecnología Miraclass LED, es decir, no cuentan con cabinas de proyección, sino que sustituyen al proyector con unas grandes pantallas LED. "Somos los primeros cines 100% LED de Europa y queremos ofrecer la mejor experiencia en una sala de cine. Nuestro objetivo es abrir de aquí a un mes como tarde. Lo haremos en cuanto consigamos la licencia", explica a este periódico Luis Millán, dueño de Odeón Multicines; quien también confirma que las entradas costarán 12 euros.

Los nuevos multicines Odeon tienen más de 200 metros cuadrados de pantallas con tecnología LG Miraclass, que es una solución LED que sustituye a la proyección tradicional de los cines y que integra en sus paneles más de ocho millones de píxeles con un pitch de 2,5 milímetros y pueden mostrar hasta 68.700 millones de colores distintos. "En total hay seis salas. Tres de ellas tienen pantallas 4K de 10 metros y capacidad para 120 personas; las otras son de 5 metros, en este caso Full HD, y con 40 butacas. Además, todas ellas vienen con audio Dolby Atmos, para un sonido y experiencia más inmersiva", señala Roberto de Andrés, responsable de producto de LG España.

Una imagen más nítida

Durante la visita conocimos las salas con pantallas de 10 metros y lo que impresiona es ver ese gran panel en el centro y echar la vista hacia la parte de atrás y comprobar que no hay cabina de proyección. Pero la experiencia es fantástica, algo que comprobamos con los tráilers de Aquaman y el Reino Perdido, Wonka, Napoleón o los Trolls 3: Todos Juntos. Al tratarse de una tecnología de píxeles autoluminiscentes, la pantalla ofrece una gran calidad de imagen, con un negro puro y un altísimo contraste, "acercando al espectador el cine tal y como ha sido concebido por los propios directores", apunta Roberto de Andrés.

También pudimos ver cómo son estas pantallas por detrás. "La pantalla puede emitir en 2D y 3D, y su brillo configurarse desde 48 a 300 nits, que es casi diez veces superior a los sistemas de visionado tradicional. El gran panel LED se monta como un Lego con pequeños bloques LED que se conectan con cables y que tienen medidas de seguridad para que nadie se lleve nada. Mientras que en la mitad de esta parte posterior se encuentra el 'cerebro', que dentro tiene un reproductor Media Player Dolby en el que se almacenan los contenidos que se proyectan y que los envía a cada uno de los cables y sintoniza la señal", señala Roberto de Andrés. 

La pantalla de cine LED de LG. Nacho Castañón Omicrono

Uno de los grandes secretos de esta pantalla LED de 10 metros es, que al no tener cabina de proyector, "desde una tablet o un ordenador portátil se puede controlar de forma inalámbrica el contenido. Además, la pantalla está flotante, está en el aire colgada por su parte superior, por lo que se puede mover como una hoja. Se pueden montar los módulos desde abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo, y en este caso apostamos por lo segundo; aunque no es lo que recomiendan los fabricantes". Roberto de Andrés también destaca que una de sus grandes ventajas frente a los proyectores es que "a pesar de que la inversión inicial es más elevada, se amortiza mucho más porque los costes de mantenimiento son muchísimo menor. Es un producto con un tiempo de vida muchísimo más largo". 

En términos de eficiencia tampoco tienen rival frente a un panel habitual que se utiliza actualmente en las diferentes salas de cine: "apenas se calienta y es muy sencillo de reparar. Si falla un bloque LED se cambia fácilmente ese bloque sin tener que tocar o retirar nada más. También es más complicado que sufran daños en comparación con otros dispositivos que se suelen instalar en los cines". De hecho, la compañía señala que realizaron varias pruebas de estrés. Una de ellas consistió en dejar encendida una de estas pantallas todo el fin de semana con el brillo al máximo "y ni siquiera llegó a alcanzar la temperatura humana". 

Los módulos de la pantalla de cine por detrás. Nacho Castañón Omicrono

Otra ventaja que destaca LG de esta tecnología es que es totalmente posible ver cualquier contenido, como una película, incluso con las luces de la sala totalmente encendidas. "Gracias a las pantallas retroiluminación LED se puede regular la intensidad del brillo hasta 300 nits. Por lo que con una luz absolutamente encendida, la calidad de imagen no se ve distorsionada. Puedes ver el contenido perfectamente, lo que también permite una versatilidad mucho mayor en las salas de cine", explica Guillermo Calvo, de ID LG Business Solutions España.

De hecho, uno de los propósitos de estas salas es que se puedan utilizar para más cosas, como para que las compañías puedan realizar eventos. "La pantalla tiene un reproductor integrado dentro de la estructura, en los que van las películas para que no haya posibilidad de copiar el contenido, y tiene dos puertos HDMI con entradas 4K compatibles con HDR. De esta manera, se puede reproducir cualquier contenido. En el caso de que haya una presentación de una compañía, ésta puede venir y pinchar sus contenidos directamente en un HDMI y reproducirlos como si fuese una pantalla de un ordenador", indica a este periódico Miguel Ángel Piqueras, de IGVideo. 

Un audio ultrainmersivo

La experiencia visual se completa con un sonido ultraenvolvente y es que todas las salas están equipadas con un sistema de audio Cinity de la marca Christie con Dolby Atmos 7.1, que ofrecen una gran inmersión. En la sala con la pantalla de 10 metros había un total de 30 altavoces: 18 distribuidos en bloques de 6 entre los laterales y la parte de atrás -donde estaría la cabina de proyección- y los otros 12 restantes en el techo; mientras que los altavoces de los graves están ocultos bajo la pantalla de LG, "pero no suponen un problema para la estructura". 

Como resultado de esta instalación sonora, se consigue un audio con una alta claridad, intensidad, detalle y profundidad. De hecho, en el tráiler de Napoleón las explosiones se sentían como si se estuviera en la batalla, con los asientos incluso retumbando. Además, el audio se puede mover de forma precisa, como viajar de un lado de la sala a otro, o de delante hacia atrás, como un pájaro que se desplaza por toda la sala o una nave espacial que parece que pasa volando justo por encima del espectador. Y, a diferencia de otras salas, el sonido no sale de detrás de la pantalla.

Los altavoces del techo de la sala iluminados en color azul. Nacho Castañón Omicrono

"El sonido que ofrece no es el Dolby Atmos que se conoce a nivel de consumo, que tienen una limitación de canales. Aquí podemos pedir hasta más de 64 canales. En esta sala hay más de 40 canales de sonido y cada uno de los altavoces tiene un sonido independiente del de al lado. Todos son array y cada uno de ellos está dirigiendo una sección de su altavoz a una zona determinada de la sala de tal manera que la presión sonora sea similar en cualquiera de las filas. Mientras que un altavoz tradicional de trompeta pega el pelotazo de sonido en el centro, pero a la primera fila llega más de lo que debe y a la última, menos. Nuestra tecnología deja una presión de sonido muy homogéneo", afirma Miguel Ángel Piqueras.

Este sistema de sonido también ofrece una limpieza en el diálogo extremadamente cristalina. Una tecnología que es de Christie, pero "nosotros la hemos tuneado con iluminación LED porque creemos que merece la pena señalar los altavoces para que la gente vea lo que hay arriba, y no que toda la sala sea negra. Las luces se pueden cambiar de color. Por ejemplo, del color de una marca que esté realizando un evento aquí. Evidentemente, durante la película están siempre apagados, solamente se encienden en el momento en el que la gente entra en la sala y durante los tráilers", explica Piqueras.

La pantalla de cine LED con la película Napoleón. Nacho Castañón Omicrono

Por último, y para redondear todavía más la experiencia, la sala también dispone de una instalación de climatización Multi V de LG junto con unidades de tratamiento de aire con baterías de expansión directa. "El equipo de aire acondicionado puede regular la temperatura, la humedad y el CO2 para que el espectador esté muy a gusto cuando ve una película", indica Guillermo Calvo. El directivo también presume de que todas las pantallas del cine, como las de las taquillas o las del bar, "son nuestras. Pero la joya es la de dentro, que permite experimentar la sensación de lo que es vivir una película tanto desde la mejor calidad de imagen y sonido como de ambiente". 

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