Pablo Palazuelo, protagonista en Valladolid de una muestra inédita con obras pertenecientes a su fundación

Redacción
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La muestra es en la Sala de Exposiciones del Museo de la Pasión. - Foto: El Día de Valladolid

La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de  Valladolid acoge desde hoy la muestra 'Pablo Palazuelo. Inédito. La  colección del artista', con obras pertenecientes a la Fundación de  autor, fallecido en 2004. 

Esta exposición, que muestra el Ayuntamiento de Valladolid y la  Fundación Pablo Palazuelo, pretende trazar un recorrido que permita  al espectador percibir las concepciones espaciales planteadas por  Pablo Palazuelo (1915- 2007).  

A través de obras dinámicas como sus gouaches, sus pinturas y sus  esculturas, los vallisoletanos podrán entender mejor el interés de  Palazuelo por las distintas manifestaciones artísticas aquí  presentes, de una de las figuras fundamentales de la abstracción  geométrica, un artista inconmensurable, admirado y respetado, Premio  Velázquez 2004 y cuyas obras se encuentran en los grandes museos del  mundo. 

Pablo Palazuelo (1915 - 2007) es una de las figuras claves del  arte español de la segunda mitad del siglo XX. En su trabajo se  pueden diferenciar dos grandes momentos, marcados por su estancia en  París (durante más de dos décadas) y por su regreso a España.  INFLUENCIA FRANCESA 

El hecho de que se instalara en la capital francesa a finales de  los años cuarenta, y que muy pronto se vinculara a la Galería Maeght  de esa ciudad, fue determinante en la proyección de su trabajo. A los  pocos años de comenzar a pintar, la obra de Palazuelo estaba ya  presente internacionalmente en exposiciones no sólo del arte español  del momento, sino también en muestras temáticas que abordaban la  abstracción desde diferentes perspectivas; también muy pronto su obra  fue incorporada a colecciones de particulares y de museos europeos y  americanos. 

En España, en cambio, no fue hasta su regreso, ya a finales de los  sesenta, cuando se empezó a conocer bien su trabajo; comenzó entonces  un proceso de difuminación del panorama internacional, donde no se le  sitúa de la forma que merece en el contexto del arte de la segunda  mitad del siglo XX.  

Pero más allá de la mera "anécdota" del reconocimiento recibido,  también es destacable la influencia de estos cambios en la factura de  las piezas. El trazo inquieto, la manipulación constante del dibujo,  de las pinturas, visible en la primera etapa, se hizo más distante a  la vez que más refinado en los años más recientes, en los que el  proceso, el gesto, se distancian más del resultado final de la obra.  POLIFACETICO 

Pintor, escultor y grabador, Palazuelo es un artista polifacético  y excepcional dentro del panorama del arte abstracto español, tanto  por ser el autor de una obra original y muy personal, como por  haberse apartado de las tendencias generales en las que se inscriben  el resto de los artistas de su generación. 

Nacido en Madrid en 1916, su inicial formación en arquitectura ha  dejado huellas palpables en su obra pictórica y escultórica,  enraizada en la abstracción geométrica.  

Estudia Arquitectura en Madrid, en el Royal Institute of British  Architects de Oxford y en la School of Arts and Crafts de Londres. En  1936 regresa a España y desde 1940 se dedica a la pintura.  

Sus primeras obras neocubistas, le conducen hacia la abstracción a  la que llega en 1948, año en el que viaja a París y se instala en el  Colegio de España donde se relaciona con Eusebio Sempere y Eduardo  Chillida, con quien participa en el Salón de mayo de ese mismo año.  Esta estancia en París le permite conocer con mayor profundidad la  obra de Paul Klee, que le marca profundamente y le conduce hacia una  abstracción con fuerte componente geométrico y matemático. 

Frente a la corriente informalista de su época, en las pinturas de  los años cincuenta y sesenta crea composiciones en las que las formas  geométricas poligonales se expanden en el espacio a partir de planos  irregulares de colores puros surcados por líneas rectas y oblicuas.  

Más adelante su estilo se va depurando y evoluciona hacia un  lenguaje aparentemente más sencillo, pero en realidad más críptico,  en el que aparece multitud de signos, trazos o formas cambiantes que  son reflejo de la evolución interior del artista y de sus principios  místicos. 

Sus primeras realizaciones tridimensionales datan de 1954,  transfiriendo a estas esculturas las investigaciones llevadas a cabo  previamente sobre el lienzo, realizando varios proyectos monumentales  para Madrid y otras ciudades.  

Su obra del decenio siguiente se mantuvo en esa misma línea de  depuración y simplificación que, sin embargo, oculta un incesante  sondeo en los fundamentos de la especulación artístico-metafísica. En  esos años, no obstante, la escultura y el grabado a punta seca  cobraron mayor importancia en su producción artística.  SIMPLE Y COMPLEJA 

La obra de Pablo Palazuelo se define por una aparente simplicidad  que, sin embargo, esconde una enorme complejidad de planteamientos  teóricos, inspirados en las cosmogonías orientales pero también en  los escritos de Mircea Eliade y los textos de Gaston Bachelard.  

Formado en la disciplina de la arquitectura y, en consecuencia, en  una ordenación espacial de las formas y los volúmenes, es también un  apasionado de la filosofía, como demuestra en su ensayo 'El cuerpo  geómetra'.  

Tanto sus investigaciones pictóricas como escultóricas tienen como  argumento central unos códigos geométricos, que le han servido, sobre  todo en tiempos recientes, para relacionar los signos y la música. El  propio artista señala que todo en la naturaleza son formas  geométricas con deformaciones posteriores.