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      Cumbio, la primera influencer: la chica que con una PC rematada cambió su vida y hoy maneja las redes de Tinelli

      A casi dos décadas del fenómeno flogger, Agustina Vivero repasa su historia que hasta tuvo una película: "Todo lo que hice con sólo las ganas de salir adelante, es un montón".

      Cumbio, la primera influencer: la chica que con una PC rematada cambió su vida y hoy maneja las redes de TinelliAyer y hoy. Agustina Vivero en sus épocas de Cumbio y en la escalera del Shopping Abasto donde empezó todo. Foto Archivo y Juano Tesone

      Pasaron 18 años, pero Agustina Vivero todavía mantiene su look característico con flequillo entresacado. Un estilo inconfundible, de la época donde “ser flogger, era ser un rockstar”. Una tribu urbana que invadía las escalinatas del Abasto Shopping y que tenía una líder indiscutida: Cumbio. Con una computadora que le compró su papá en un remate, se convirtió en la primera influencer argentina y hoy maneja las redes sociales de Marcelo Tinelli.

      En el 2005 Agustina era una adolescente de 17 años que pasaba sus días en el cyber de su barrio de San Cristóbal. Por un peso la hora, Cumbio aprovechaba cada segundo invertido para bucear por plataformas de otros países similares a Fotolog, aún cuando en Argentina no era conocido.

      “Me encantaban esas plataformas. Yo buscaba fotos de cantantes o de cosas que me gustaban. Me parecía loquísimo que te podías hacer amigos de otro lugar que no era la escuela, el club de barrio, sino desconocidos. Entonces empecé a hacerme cuentas en esas plataformas”, dice ahora a Clarín.

      Para ese momento, en cada barrio del país abundaban los locutorios que tenían máquinas para navegar en internet. Los cybers eran el refugio donde por 1 peso la hora y 25 centavos los 30 minutos, los chicos que no tenían computadoras pasaban sus tardes.

      Agustina Vivero hoy, en las escalinatas del Abasto donde Cumbio convocaba multitudes hace casi dos décadas. Foto Juano TesoneAgustina Vivero hoy, en las escalinatas del Abasto donde Cumbio convocaba multitudes hace casi dos décadas. Foto Juano Tesone

      “Mi sueño siempre fue tener una computadora, lo volvía loco a mi viejo. Mi papá era plomero y mi mamá, ama de casa. Nosotros vivíamos en un conventillo de San Cristóbal. Mis viejos cuidaban el lugar, entonces a cambio nos dejaban vivir. Teníamos que compartir el baño con 10 familias. El baño estaba afuera y tenías que hacer como más de media cuadra caminando en el frío para ir. En ese contexto soñar con una computadora era una locura, mi viejo siempre me decía que no podían”, recuerda.

      “Hasta que un día mi vieja me dice 'Anda a abrir la puerta vos'. Y cuando abro estaba mi viejo esperándome con una CPU amarillenta, súper vieja, que consiguió en un remate por 25 pesos”, agrega. Es que Agustina, también fue pionera en su barrio: fue la primera en tener una computadora en su cuadra.

      Una visionaria

      El éxito de Fotolog ya era un hecho en Argentina. Tal como conocemos ahora las redes sociales, en ese momento no existían las métricas ni el alcance de una cuenta, pero Agustina con su impronta autodidacta empezó a descubrir, de manera manual, cómo poder impactar con la suya.

      “Empezaba a notar qué era lo que funcionaba y qué era lo que hacía para que a un Fotolog le vaya bien. Por ejemplo, me daba cuenta de que tenían más comentarios los que subían fotos a la tarde, cuando volvíamos de la escuela. Después veía qué era lo que más me llamaba la atención de lo que ese momento eran los F/F, que serían una mezcla entre los seguidores y el timeline”, explica.

      Fotolog: así se veía la cuenta de Cumbio en esta plataforma que fue furor en el 2000. Foto ArchivoFotolog: así se veía la cuenta de Cumbio en esta plataforma que fue furor en el 2000. Foto Archivo

      Cumbio había detectado que los perfiles que más llamaban la atención “eran los que tenían fondo liso y una ropa que hiciera contraste, que por lo general, todos usaban ropa nueva”.

      “¿Qué me pasaba a mí en esa época? Yo no tenía plata y mi fondo era el revoque con los azulejos rotos del conventillo en el que vivía. Yo también quería tener esa misma atención. Entonces iba a la casa de mi hermano, me ponía la ropa suya, me la ataba con un broche atrás, buscaba un fondo lindo en su departamento y así iba viendo la forma. O cambiaba la ropa con amigos y parecía que tenía ropa nueva, ropa colorida, y así le fue yendo bien a mi Fotolog”, sintetiza.

      Los encuentros en el Abasto Shopping

      Con el correr de los días, el Fotolog de Cumbio llegó a los 4.000 seguidores, muchos para ese momento, y había ganado gran notoriedad en su colegio, donde todos la reconocían en los pasillos. Con eso empezaron los encuentros en las escalinatas del Abasto.

      Cumbio y sus amigos floggers, en una foto de 2008. Foto Lucia Merle / ArchivoCumbio y sus amigos floggers, en una foto de 2008. Foto Lucia Merle / Archivo

      “El primer encuentro que organicé fue porque venía un chico de Entre Ríos y me daba miedo encontrarme con él en persona y que no sea. Entonces, le dije a él y a un par de amigos de juntarnos en el Abasto porque era gratis, había seguridad y cualquiera podía llegar en tren o subte. Ese día fuimos 15 y nos llamó la atención. Después, cada uno desde su perfil invitó otra vez, y ahí, tres miércoles después, éramos cinco mil pibes con los chupines de colores llenando el shopping”, relata, y agrega: “Mi primera nota me la hizo Clarín”.

      Como ahora, las colaboraciones de esos momentos para llegar a más seguidores era sacándose fotos en los encuentros con las figuras más conocidas de Fotolog y Cumbio, claro, era la más solicitada.

      La primera nota de Cumbio, en el Suplemento "Sí" de Clarín. Foto ArchivoLa primera nota de Cumbio, en el Suplemento "Sí" de Clarín. Foto Archivo

      “La vestimenta se dio en paralelo. Estaban de moda los chupines de colores, pero lo del pelo te diría que fue todo por Fotolog. De hecho, yo se lo vi a alguien más y me gustó eso del entresacado, del pelo más fino en las puntas y me lo hice”, manifiesta Agustina.

      Cumbio logró llegar a los 300.000 seguidores, llenó teatros con su película, dio una charla en Brasil, hizo un libro, fue invitada a la mesa de Mirtha Legrand y entrevistada por el New York Times. Con tan solo 17 años vivió la fama en su máxima expresión. Pero junto con eso también en el colegio vivió la forma más cruda del bullying y tuvo que terminar la escuela rindiendo 11 materias libres.

      Cumbio hoy. La ex flogger tiene una agencia de marketing y maneja las redes varios famosos. Foto Juano TesoneCumbio hoy. La ex flogger tiene una agencia de marketing y maneja las redes varios famosos. Foto Juano Tesone

      “Me recuerdo feliz, pero también avasallada, sobrepasada por la situación. Yo disfrutaba, pero veía a mi alrededor, por ejemplo, mis viejos como muy preocupados, me acuerdo mi vieja llorando por cosas que me pasaban cuando filtraban mi teléfono o me hacían bullying”, relató.   

      Conforme pasó el tiempo, las cámaras comenzaron a apagarse, los chupines de colores, los cortes en capas y los flequillos abundantes comenzaron a desaparecer. “Cuando pasó todo el boom, en un momento decir que habías sido Flogger estaba mal y yo me ponía a pensar: '¿Qué voy a hacer?'”, recuerda.

      Agustina nunca dejó de ser Cumbio, pero dejó atrás las cámaras y decidió continuar trabajando en la comunicación. Cuando terminó la secundaria estudió y se recibió de comunicadora audiovisual. Con el paso del tiempo trabajó como asistente de producción de Gerardo Sofovich, generó contenidos digitales con las redes de Mirtha Legrand y fundó RUIDO, una agencia de marketing digital en la que trabajó con empresas muy reconocidas y famosos como Mariano Iúdica, Pamela David y hoy con Marcelo Tinelli.

      Agustina dice que Tinelli "es como un amigo" y que cumplió un sueño trabajando con él. Foto Juano TesoneAgustina dice que Tinelli "es como un amigo" y que cumplió un sueño trabajando con él. Foto Juano Tesone

      Marcelo es como un amigo. Yo no puedo creer que de repente tenga un audio de Tinelli a cualquier hora preguntándome qué opino sobre algo. Desde que arranqué hasta hoy, ya habré tenido más de cien cuentas y nunca me pasó tener tanta facilidad con alguien, o sea, tanta confianza y de repente mandarle algo a una persona que es tan famosa y que te diga 'Bueno, lo hago, dale'. Trabajar con él, obviamente, para mí es un sueño cumplido”, expresa con entusiasmo.

      Creo que todo lo que logré en mi carrera se lo debo a Cumbio. Fue y es un ejemplo de que puedo hacer grandes cosas en la comunicación digital. Eso me abrió puertas, le estoy muy agradecida de lo que logré desde Fotolog. Tal vez para otros no sea mucho, pero para mí, desde el lugar que vengo, todo lo que hice con sólo las ganas de salir adelante, es un montón y logré cambiar mi vida”, dice al terminar la entrevista.

      AS


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      Candela Toledo
      Candela Toledo

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