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      Luisa Delfino: “Vine al mundo para escuchar”

      A 25 años del debut de su ciclo de radio (“Te escucho”), asegura: “Mi oyente cambió”. 

      Luisa Delfino: "Vine al mundo para escuchar"Delfino dice que sueña con ser corresponsal argentina en Los Angeles.
      Redacción Clarín

      Estás más silenciosa o es que no te dan lugar en los medios?

      El tema es así: hace poco en Twitter alguien dijo que escuchaba a Luisa Delfino y otro respondió: “¿Luisa vive?” Si no estás en la televisión, estás muerto, no vivís. Esa es la idea. Pero no tener pantalla no me desvela. Te escucho (Radio del Plata, domingos de 0 a 5) cumplió 25 años. Todavía recuerdo cuando me llamaron de Continental, en 1991, para hacer un ciclo nocturno. Yo ya tenía el título. Venía de una depresión, me había separado, no sabía cómo asimilar ciertas cosas. Por eso sentía que la gente debía tener un lugar donde la escucharan. Yo había leído La nueva psicología del amor, de Scott Peck y de allí saqué el concepto de escuchar, que debería ser materia a enseñar en la escuela, porque todos oímos, pero pocos eschamos.

      Tu programa está como muy asociado a la soledad y a la tristeza. ¿Pensaste en cambiar de rumbo?

      No, para nada. Los noventa fueron especiales, llamaban muchos alcohólicos, chicas anoréxicas, drogadependientes que salían al aire en pleno trance. Era una década donde había una movida no alegre.

      ¿Y ahora? ¿Cambió tu oyente?

      Si, cambió. Era como si en ese entonces hiciéramos psicoanálisis y ahora una terapia de apoyo. Ahora es el aquí y ahora, separaciones, divorcios, desencuentros, menos intensidad. Ahora me escucha el niño de diez años porque lo escucha con su abuela y el señor de 90 años.

      Con tanto problema ajeno: ¿Explotaste alguna vez? ¿No te hunde escuchar tanto bajón?

      No. Una vez, sí recuerdo haber quedado devastada. Hace unos años, un chico con VIH salió al aire para contarnos que se había enterado de su enfermedad y nos pidió salir cada semana para contarnos el día a día. Hasta que día llamó para despedirse. Cuando corté le hice una seña al operador. Puso música y me senté en el piso a llorar. Lloré durante tres temas seguidos. Siempre tuve necesidad de hacer sentir bien al otro.

      ¿Por qué?

      Es como darles luz. Esperanza. Soy feliz haciendo eso. Incluso lo he hecho gratis, porque hubo épocas en que no cobraba.

      ¿Se puede vivir de un programa de radio que va una vez por semana?

      No se puede vivir de un programa si es de servicio. Los auspiciantes están en la política o en el espectáculo.

      "Soy una persona que prepara su programa toda la semana", sostiene Delfino."Soy una persona que prepara su programa toda la semana", sostiene Delfino.

      ¿Y de qué vivís?

      Me mantiene mi marido (se ríe). Es periodista. Nos conocimos en radio Rivadavia. Es empleado del Consulado de España.

      Leo en archivo una noticia de 2006: “Conoció a su novia en el programa de Luisa Delfino y terminó asesinándola”. ¿Te da cierto miedo el oyente que puede estar desequilibrado?

      Eso fue un error. Lo atribuyeron a mi programa y no era así. Hablé con el periodista que dio a conocer la noticia incorrectamente. A mí el oyente no me da miedo. No me han acosado ni me han buscado. Nunca me pasó.

      ¿Sentís que la radio de hoy es “chata”? ¿Se quedó en el tiempo? ¿O al oyente le alcanza con lo que se le ofrece?

      El oyente siempre va a buscar cosas nuevas. Creo que se abusa demasiado del conductor que por acercarse al que lo escucha termina hablando como se habla en la calle. No soy para nada puritana, pero la radio debe ser un medio que enriquezca el lenguaje. Será que yo me crié escuchando a Hugo Guerrero Marthineitz.

      ¿Cómo transcurre tu vida fuera de la radio?

      Voy de bar en bar. Estoy en pareja desde hace 20 años, casada, con una hija que vive en Los Angeles (Mariana). Yo era hija única y mi hija, que también lo fue, rompió el hechizo y me dio dos nietos. Sueño con irme a vivir a Los Angeles y ser corresponsal para la Argentina. Leo mucho. En Gualeguaychú no había televisión, no llegaban las repetidoras y siento que fue una ventaja haber crecido sin televisor. Vengo de un mundo de radio y libros.

      Hay una generación que caza pokemones y te desconoce. ¿Cómo te presentarías ante ellos? ¿Quién sos?

      Soy una periodista de la gráfica. El periodista de la gráfica marca la diferencia cuando habla en radio. Soy una persona que prepara su programa toda la semana. Soy la chica que desde que era adolescente estaba atenta a escuchar a los demás. No era rubia ni de ojos celestes y como quería pertenecer al grupo de mis compañeros, empecé a escuchar.

      ¿Esa es la clave para que no te ignoren?

      ¡Si! Nadie escucha a nadie. Queremos que el otro termine rápido, para hablar nosotros. Eso es el ego. Por eso mi casa estaba llena de gente siempre. Soy un ser que vino al mundo a escuchar. Escuchando se llega a Roma.


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