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      Verde que te quiero verde

      En esta época del año, hay que jugar con las texturas de las hojas y las formas de las plantas. Los follajes son  protagonistas y las flores tienen una participación fugaz. 

      Verde que te quiero verdeCLAIMA20130827_0125 Un jardín verde es sutil, juega con las texturas de las hojas y las formas de las plantas.
      Redacción Clarín

      Hace unos meses, en parques grandes, es posible  que nos hayamos deslumbrado con los espléndidos colores otoñales de algunos árboles caducos. Mientras que en jardines más pequeños, básicamente resueltos a escala arbustiva, este espectáculo suele tener menor impacto.

      Ahora, durante el invierno, estamos en ese preciso momento de año en el que no abundan los colores en el jardín: los amarillos, naranjas y rojos del otoño “ya pasaron” y solemos estar expectantes a la explosión de colores de la primavera. O bien podemos, también, estar disfrutando del sosiego que nos brinda un jardín de los llamados “verdes”. Suena poco creativo pero no lo son en absoluto.

      Un jardín verde es sutil… juega con las texturas de las hojas, con las formas de las plantas, con maticees. En éstos los follajes son los protagonistas y  las flores tienen una participación fugaz. Sobrios y estables, no acusan escandalosamente el paso de las estaciones y pueden, aún así, ser visualmente muy ricos.

      La estructura de estos jardines se logra con la utilización de arbustos de hojas persistentes que ofrecen muchas formas, matices, texturas y densidades, con más el agregado de plantas herbáceas atractivas por su follaje, algunas perennes de flor y gramíneas.

      Las plantas herbáceas anuales (de temporada) quedan fuera de catálogo aquí.

      Los jardines verdes pueden tener un diseño clásico; si  hasta algunos jardines barrocos lo son, usando discrecionalmente al arte topiario, que permite trabajar formas esculturales y caprichosas en los arbustos de follaje persistente, pero también pueden venir de la mano de un diseño contemporáneo y hasta minimalista.

      Libres ya del esfuerzo por lograr sincronicidad en las floraciones de las distintas especies, que nos permitan con su escalonamiento sostener un complejo y cambiante planteo cromático  a lo largo de las estaciones, los jardines verdes, con su  estabilidad cromática y sus poco notables modificaciones a lo largo del año, no restan sino que agregan y afinan el sentido. 

      Con especies bien elegidas, suelen ser además, de mantenimiento sencillo. Sólo requieren restarle protagonismo a las flores y encontrar, aquietados y contemplativos, la grandiosa sutileza de los follajes.

      (*) La Ingeniera agrónoma Adriana Vidal es paisajista y docente de Integral Instituto de Diseño  www.integral.edu.ar


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