Resaca emocional: cuando estar de bajón no es culpa del alcohol

Enrique Luque de Gregorio
Resaca emocional: cuando estar de bajón no es culpa del alcohol

Incluso si tiendes más a la sobriedad que a abrazar los placeres del alcohol, lo más probable es que conozcas de sobra los principales síntomas que produce la resaca: dolor de cabeza, fatiga, dificultad para concentrarte, sueño y cansancio general. En los casos más pronunciados, náuseas y vómitos. 

Pero hay ocasiones de que estos problemas pueden producirse, y que no tienen absolutamente nada que ver con el consumo de bebidas alcohólicas. Es lo que comúnmente se viene llamando resaca emocional. Existe, se produce y tienes sus razones. Te contamos todo lo que es conveniente saber sobre ella.

¿Qué es la resaca emocional y cómo se manifiesta?

Hay varias razones por las que puedes sufrir resaca emocional, empezando, claro está, por estímulos o experiencias negativas. Es habitual padecer una resaca emocional, por ejemplo, después de una situación dramática o triste: la pérdida significativa de alguien importante en tu vida, una ruptura amorosa difícil, un problema de difícil solución en el trabajo, etcétera. 

Son casos en los que tu estado de ánimo y tu salud emocional, por así decirlo, se ven llevados al límite. Y el cuerpo, de alguna manera, reacciona con síntomas muy parecidos a cuando te excedes con el vino, la cerveza o las copas. Es decir, sufriendo fatiga mental, dificultad para concentrarte, cambios en tu estado de ánimo, irritabilidad o teniendo una sensación general de vulnerabilidad.

A veces, tampoco escapas de complicaciones físicas en forma de dolores de cabeza o estomacales, o bien a consecuencia de un debilitamiento físico que parece ir mucho más allá de una simple depresión o un momento de bajón. 

Curiosamente, no solo los malos momentos son capaces de llevar a experimentar una resaca emocional. Esta también se manifiesta, y no en pocas ocasiones, por medio de momento de euforia, que a priori pueden considerarse felices, alegres y optimistas. Por ejemplo, tras un gran triunfo o una buena celebración (sin alcohol de por medio, se entiende). 

¿Cómo afrontar la resaca emocional? 

Aunque suene a tópico, es necesario resalta la importancia que tiene reconocer la resaca emocional para poder afrontarla y superarla. Es decir, ser consciente de su presencia antes de pensar en cómo quitártela de encima. Sobre todo si tienes en cuenta que la resaca emocional tiene mucho de psicológico, en realidad. 

Puede decirse, de hecho, que la resaca emocional nace por la estrecha y en ocasiones complicada relación que existe entre la mente y las emociones. ¿Qué hacer entonces en estos casos? Pues básicamente, al igual que cuidas el cuerpo cuando el problema tiene un origen físico, debes cuidar la salud mental cuando todo viene de la cabeza. 

Al reconocer y entender que padeces un estado emocional alterado, es más sencillo afrontarlo, ya sea por ti mismo o mediante ayuda profesional. A veces, la resignación y el estudio pueden darte la posibilidad de suavizar ciertos problemas. Y más aún cuando estás en buena compañía, algo fundamental con todo lo relacionado con el estado de ánimo.

Si se piensa bien, de hecho, la resaca tradicional por ingesta de alcohol se supera con descanso, durmiendo, comiendo e hidratando el cuerpo, pero la resaca emocional, en cambio, puede ser mucho más perturbadora. 

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