Monet y ‘Nenúfares’, su obra más famosa

Una de las obras de arte más famosas del mundo, ‘Nenúfares’ de Claude Monet esconde secretos nunca antes reveldados, aquí te contamos todo lo que debes saber.
Waterlilies
Conoce ‘Nenúfares’, la serie de obras más importantes de Claude Monet.Fine Art / Getty Images.

Nenúfares de Claude Monet es una de las obras de arte más icónicas alrededor de mundo, que representan una corriente artística o un periodo de la historia en específico.

Esta serie de obras realizada por el famoso pintor entre 1896 y 1926, no solo inmortalizó el paisaje del estanque de su casa en Giverny, sino que se convirtió en un símbolo del impresionismo, a pesar de las duras críticas que recibió en aquella época.

Los nenúfares o lirios de agua fueron una de las flores favoritas de Monet.

Anastasiya Romanova / Unsplash

Nenúfares o lirios de agua

También conocidos como ninfeas o lirios de agua, los nenúfares son una flor cuyo nombre proviene del griego “numphé. Según la antigua mitología, este nombre atribuye el nacimiento de la flor a una ninfa que murió de amor por Hércules, hijo de Zeus y Alcmena.

Así, esta flor inspiró a Monet para crear la serie de obras que sería su más famosa, Nymphéas o Nenúfares, compuesta por alrededor de 250 pinturas realizadas a lo largo de 30 años hasta su muerte en 1926.

La inspiración de Monet

Claude Monet se mudó a una finca abandonada en Giverny en 1883, donde pasó los últimos periodos de su vida. Gracias a su amor por la jardinería, éste logró transformar aquel lugar con flores y naturaleza, además de puentes inspirados en la cultura japonesa, siendo el estanque su lugar favorito para pintar.

Sin embargo, el momento decisivo fue cuando Monet decidió importar nenúfares de Egipto y América del Sur, a pesar de las advertencias del ayuntamiento de Giverny de retirar las plantas exóticas por temor a que estas contaminaran el agua.

Aun así, Monet estaba maravillado por el juego de la luz y los contrastes de los nenúfares en el agua, por lo que en 1896 comenzó a pintar una serie que captaría la atmósfera de esta superficie, llevando su pintura los límites del arte abstracto.

El estanque de la casa de Giverny se convirtió en el lugar de inspiración de las obras de Monet.

Getty Images.

Técnica y composición

Como toda obra del impresionismo, los elementos que pueden diferenciarse en los Nenúfares de Monet son la luz, la combinación de colores y los trazos o pinceladas difusas, las cuales reproducen una imagen definida y luminosa al observarlas en su totalidad.

Así, Monet realizó dos tipos composiciones en esta serie: la primera realizada antes de 1900, conocida como Bassins aux Nymphéas y que abarcaba las orillas del estanque y su increíble vegetación además de los Ponts japonais o puentes japoneses; y la segunda, los Paysages d'eau, realizada hasta antes de su muerte 1926, la cual se enfocaba en el reflejo del agua cubierta por flores.

Regalo de Monet

Un dato curioso sobre los Nenúfares de Monet, es que gran parte de esta serie fue realizada en uno de los periodos más difíciles del artista, tras la muerte de su hijo en 1914 y el inicio de la Primera Guerra Mundial en Europa.

Sin embargo, la idea de donar esta serie al Estado como un símbolo del Día de la Victoria, surgió gracias al político Georges Clemenceau en 1918, amigo de Monet quien convenció al artista de regalar más de 10 paneles decorativos para ser instalados conforme a su visión.

Actualmente, se pueden encontrar fragmentos de los Nenúfares de Monet en diferentes museos alrededor del mundo.

© Saint Louis Art Museum / Getty Images.

Legado vivo

Tras la muerte de Monet en 1926, Georges Clemenceau se encargó de que la serie fuera montada conforme a los deseos del artista y la visión del arquitecto Camille Lefèvre, en dos salas en forma de elipse las cuales permitían el paso libre de los visitantes y la entrada de la luz cenital, para poder apreciar de mejor manera las obras dependiendo del clima.

Así, el Museo de la Orangerie en París alberga ocho composiciones de los Nenúfares de Monet desde 1927, las cuales sobrevivieron a los bombardeos de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque los Nenúfares de Monet no tuvieron gran aceptación por parte del público en un inicio, tras el auge del arte moderno en Nueva York, las obras de Monet comenzaron a cobrar importancia, por lo que el Museo Metropolitano de Arte (MoMa) adquirió uno de estos grandes lienzos en 1955.

Actualmente, se pueden encontrar fragmentos de los Nenúfares de Monet en museos alrededor del mundo: desde en Museo de la Orangerie, el Museo Marmottan Monet y Museo de Orsay en París, hasta el MoMA en Nueva York, la Galería Nacional en Londres y el Museo Nacional de Arte (MUNAL) en la Ciudad de México.