El gran viaje

El 12 de octubre de 1492: cuando Colón llegó por primera vez a América

Justo en la noche del 11 al 12 de octubre de 1492 se dio el grito de "¡Tierra!", y la historia de Europa y de América cambió de manera irreversible. Así descubrió Cristóbal Colón el posteriormente llamado "Nuevo Mundo".

Desembarco de Colón de Dióscoro Puebla

Desembarco de Colón de Dióscoro Puebla

Primer desembarco de Cristóbal Colón en América, óleo de 1862 de Dióscoro Teófilo Puebla (1831-1901), en el Ayuntamiento de La Coruña.

Ellos no lo sabían, pero su viaje cambiaría el rumbo de la historia de manera irreversible. El que había de ser uno de los viajes más trascendentales de la historia empezó a tomar forma el 22 de mayo de 1492, cuando llegó al puesto de Palos de la Frontera, en Huelva, una carta de los Reyes Católicos en la que se le ordenaba a la municipalidad contribuir con dos embarcaciones a la expedición.

Aunque no fue fácil armar los barcos y reclutar a la tripulación, Colón partió el 3 de agosto de 1942 al frente de tres naves, la Santa María, la Pinta y la Niña. Tres naves cargadas de provisiones, marineros y esperanzas de encontrar una nueva ruta comercial que cruzara el Atlántico.

La primera, la capitana, era una nao, mientras que las otras dos eran carabelas. Las naos eran barcos de tres mástiles y velas cuadradas, de tradición atlántica; pesadas y robustas, resultaban muy aptas para navegaciones largas. Por su parte, las carabelas eran más ligeras y maniobrables, tenían dos o tres palos que se solían aparejar con velas latinas.

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Los principales conocimientos de Colón sobre el viaje y las distancias que recorrerían se basaban en dos hechos: uno cierto, la esfericidad de la Tierra, y otro erróneo, el tamaño de la misma. De este modo, Cristóbal Colón pensaba que nuestro planeta tenía una circunferencia ecuatorial de unos 30.000 kilómetros, es decir, unos 10.000 menos de los que en realidad tiene.

Así pues, después de hacer escala en las Canarias, el 6 de septiembre la armada tomó rumbo al oeste. El almirante calculaba que la distancia hasta Cipango (Japón) sería de unas 700 leguas, por lo que cuando se superaron las 800 sin avistar tierra hubo de afrontar el descontento de sus hombres, deseosos de abandonar una aventura que cada vez parecía más temeraria.

 Los Reyes reciben a Colón en Barcelona

Los Reyes reciben a Colón en Barcelona

Un cronista explica que, a la llegada de Colón a Barcelona a mediados de abril de 1493, «los Reyes Católicos le esperaban públicamente, con toda la majestad y grandeza». Sin embargo, los diarios de la ciudad no registran una recepción pública. Parece que el encuentro se produjo en alguna sala de palacio, repleta, eso sí, de curiosos y admiradores. Óleo de Francisco García Ibáñez (Museo del Ejército, Madrid).

Foto: Prisma Archivo

¡Tierra a la vista!

El 12 de octubre de 1492 llegó a la isla de Guanahaní, bautizada por Colón como San Salvador e identificada con la actual Watling, una de las Bahamas. El navegante siguió su periplo por las islas de este archipiélago -Santa María de la Concepción (Rum Cay), Fernandina (Long Island), Isabela (Crooked Island), etc.- antes de arribar a Juana (Cuba) el 28 de octubre.

El 6 de diciembre llegó a La Española. El día 24 del mismo mes la Santa María encalló a la altura del actual cabo Haitien y sus restos sirvieron para construir un pequeño fuerte, bautizado como Navidad.

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Por fin, el 16 de enero de 1493 Colón ordenó el regreso. Tras superar las Azores y después de una breve escala en Lisboa, la armada fondeó de nuevo en Palos de la Frontera el 15 de marzo. Una aventura que abrió las puertas de América a los europeos. Una peligrosa empresa que cambió el mundo, que cambió la historia para siempre.