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29 de setiembre de 2021 11:58 am

San Rafael el Arcángel que une a los esposos

Arcángel San Rafael acompaña a los esposos Tobías y Sara


mientras reciben la bendición del padre de ella.

El libro de Tobías en el Antiguo Testamento relata cómo San


Rafael Arcángel ayuda a Tobías a desposar a Sara, una mujer
cuyos maridos fallecían por un demonio que los atormentaba la
noche de bodas.

Cierto día Tobit, un judío fiel a la ley de Dios que había quedado
ciego, discutió con su esposa Ana y se llenó de aflicción, pidiéndole
al Señor que le permitiera morir.

De igual manera Sara, una joven que tuvo siete esposos y que
murieron en la noche de bodas por culpa de un demonio que
estaba enamorado de ella, también rogaba a Dios la muerte o que
el Señor se compadeciera de ella. Entonces Dios acogió las dos
plegarias y envió al Arcángel Rafael a ayudarlos.

Tobit se acordó del dinero que había dejado con un amigo en otra
ciudad y envió a su hijo Tobías a recuperarlo. Pero antes le pidió
que busque un guía de camino y de esta manera Tobías se
encontró con San Rafael, quien de manera incógnita se hizo pasar
por un tal Azarías que conocía el camino.

Ambos partieron y al llegar a un río, Tobías bajó a lavarse los pies.


De pronto saltó del agua un gran pez que intentó morderle el pie.
El ángel le dijo que lo agarrara y que le sacara la hiel, el corazón y
el hígado porque eran útiles como remedios. Luego, en el camino,
el muchacho le preguntó al ángel sobre los efectos curativos de
estos elementos.

El incógnito espíritu celestial le respondió que al quemar el


corazón o el hígado del pez ante un hombre o mujer atacados por
un demonio o espíritu maligno, cesan los ataques y desaparecen
para siempre. Mientras que la hiel servía para ungir los ojos
afectados de manchas blancas y que bastaba con soplar sobre
ellas, para que se curasen.

Más adelante, cerca ya a su destino, Rafael le habló a Tobías sobre


Sara, quien era su pariente y que según la ley le correspondía
como futura esposa. Tobías, sin embargo, le contó de la terrible
desgracia que había caído sobre ella y el ángel le indicó que no se
preocupara por el demonio. Así lo animó a casarse con Sara.

Luego le aconsejó que cuando él y Sara estuvieran en su


habitación, tomara una parte del hígado y del corazón del pez para
colocarlos sobre el brasero de los perfumes. De esta manera se
extendería el olor y el maligno huiría para siempre. Asimismo le
indicó que antes de tener relaciones, los dos oraran para obtener
la misericordia y la salvación de Dios.

Al llegar a casa de Sara, los padres de la joven se enteraron que


Tobías era hijo de su pariente Tobit y después de conversar entre
ellos, el papá le entregó por esposa a su hija y redactó el contrato
matrimonial.

Luego de celebrar, decidieron todos ir a descansar. Entonces


Tobías entró con Sara en una habitación e hicieron lo que Rafael le
había aconsejado al joven. El olor del hígado y del corazón del pez
sobre el brasero efectivamente espantaron al demonio, que fue
atrapado y encadenado por el Arcángel, y los nuevos esposos
oraron a Dios por su matrimonio.

Al día siguiente todos festejaron que Tobías no había muerto y


continuaron las celebraciones por la unión de los esposos. Tobías
le pidió a Rafael que fuera a reclamar el dinero de su padre y más
adelante los dos, junto a Sara, los servidores y animales que el
papá de ella les había dado, partieron a casa de Tobit.

Antes de llegar, Rafael le dijo a Tobías para adelantarse y preparar


la casa para recibir a Sara. El Arcángel le indicó al joven que untara
los ojos de su padre con la hiel del pez y de esta manera Tobit
pudo recuperar la vista, para alegría de toda la familia.

Finalmente Tobit alabó al Señor y a sus ángeles, conoció a su


nuera Sara y celebraron todos. Cuando Tobit y Tobías quisieron
pagar por sus servicios al incógnito consejero, el espíritu celestial
los llevó aparte y se reveló ante ellos como Rafael, uno de los siete
ángeles delante de la gloria del Señor, enviado por Dios para
ayudarlos.

Antes de subir al cielo, San Rafael les dijo que pusieran todo por
escrito y ellos, llenos de alegría, bendijeron a Dios por haber
obrado maravillas.

Lectura para el matrimonio

También, del Libro de Tobías se toman algunos pasajes para la


primera lectura de la Misa de 
.

El pasaje exacto está en Tobías 8, 5-10 y es el siguiente:


Ella se levantó, y los dos se pusieron a orar para alcanzar la
salvación. Él comenzó así:

"¡Bendito seas, Dios de nuestros padres,


y bendito sea tu Nombre
por todos los siglos de los siglos!
¡Que te bendigan los cielos
y todas tus criaturas 
por todos los siglos! 
Tú creaste a Adán
e hiciste a Eva, su mujer,
para que le sirviera de ayuda y de apoyo,
y de ellos dos nació el género humano.
Tú mismo dijiste:
'No conviene que el hombre esté solo.
Hagámosle una ayuda semejante a él'. 
Yo ahora tomo por esposa a esta hermana mía,
no para satisfacer una pasión desordenada,
sino para constituir un verdadero matrimonio.
¡Ten misericordia de ella y de mí,
y concédenos llegar juntos a la vejez!". 
Ambos dijeron: "¡Amén, amén!", 
y se acostaron a dormir.

https://www.aciprensa.com/noticias/san-rafael-el-arcangel-que
-une-a-los-esposos-36692

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