Estimados miembros de la Gran Misión Continental:

La Gran Misión ha dado comienzo oficialmente. Nuestras diócesis, nuestras parroquias, nuestros grupos, nuestras comunidades, apremiadas por el estado de misión permanente. No es una decisión humana, no es un invento de los Obispos, no es una posibilidad entre otras. América, el Continente de la esperanza y del amor, se embarca con Jesús para llegar a la otra costa, allá donde están los que no han escuchado hablar de Cristo, allá donde los que alguna vez lo escucharon se olvidaron, allá donde decir “Dios” es mala palabra, allá donde la pobreza y el relativismo moral atentan contra el Reino. La otra orilla: ese es el objetivo. La barca de Jesús: ese es nuestro medio.

Este lanzamiento de la Gran Misión se enmarcó en el Tercer Congreso Americano Misionero que vivimos entre el 12 y el 17 de agosto en Quito, Ecuador. Allí hubo ponencias, trabajos en grupos, debates por temáticas y celebraciones. Una de las ponencias, titulada “Evangelización: comunidad misionera para la humanidad”, estuvo a cargo de Mons. Erwin Kraütler, quien comenzó preguntándose cuál era el significado del anuncio del Reino para los grandes problemas actuales de la humanidad. Y de la respuesta que podamos dar a la cuestión depende el valor que le asignemos a la Gran Misión. ¿Es necesaria esta Gran Misión? ¿Debemos hacerla? ¿Puede esperar? ¿Aportará algo a nuestro Continente con su problemática social? ¿Qué significa el Reino para los habitantes de América? Conviene tener en claro nuestra convicción sobre la necesidad de la misión, porque lo que anunciamos es lo que creemos, y si no lo creemos, imposible será comunicarlo.

Sobre el final de su ponencia, Mons. Erwin Kraütler afirma lo siguiente: “La Iglesia será casa de esperanza”. Y esa es la clave de lo que puede aportar la Gran Misión al Continente, siguiendo las líneas trazadas en Aparecida. La Iglesia es casa, la Iglesia es casa de los que se han marginado alejándose de Dios, la Iglesia transmite esperanza. El ser casa es una invitación a todos los hombres y mujeres, para que se vengan a cobijar a los brazos del Padre, para que se dejen abarcar por el Cuerpo de Cristo. El ser casa es un aporte concreto del Reino a la situación de millones de americanos que llevan una vida anti-Reino, anti-vida. Y, finalmente, el ser casa de esperanza, es el aliento ante las dificultades; la Iglesia cree y afirma que el mal no tiene la última palabra, que la luz de Cristo quiere iluminarnos, que hay un futuro y que el Reino no es una mentira para acallar el presente, sino la certeza del amor de Dios. ¿Creemos esto? ¿Creemos en una Iglesia que es casa de esperanza? Porque si lo creemos, es que la Gran Misión tiene sentido.

El Boletín de hoy intentará mostrar, a muy grandes rasgos, aspectos de lo que fue el Tercer Congreso Americano Misionero. A través del significado de estos Congresos, las noticias de esos días, las palabras enviadas por el Papa, el mensaje final del Congreso, las conclusiones de trabajo y la tarea que queda por delante. Catholic nos sigue ofreciendo sus espacios de participación para hacer realidad la Gran Misión: Misión Aparecida, Manos a la Obra y el Foro Aparecida, Manos a la Obra.

Un abrazo grande en Cristo para todos.

Leonardo Biolatto
aparecida@catholic.net



El Continente americano vive, desde la Iglesia, muchos eventos y acontecimientos importantes. Entre ellos, aparecen los Congresos Americanos Misioneros (CAM). ¿Qué son estos congresos, qué significan en la vida eclesial? ¿Qué ha sucedido en los congresos anteriores?.

Click aquí para leer el artículo completo: Continente misionero



Las palabras del Papa nos recuerdan que la misión es un servicio a la humanidad y que no hay mejor regalo para cualquier hombre o mujer que encontrarse con Cristo, por eso no se puede detener el anuncio, por eso es imperioso llevar a todos al encuentro del Salvador.

Click aquí para leer el artículo completo: El Papa a católicos de América: el servicio más importante es el anuncio de Jesucristo



Será importante comprender cuáles son las consecuencias prácticas de Aparecida para que el espíritu que los Obispos quisieron transmitir no pierda su esencia y se plasme en lo diario de la vida eclesial, en las celebraciones, en la educación en la fe, en el anuncio, en el servicio, realizando así una conversión pastoral de nuestras comunidades.

Click aquí para leer el artículo completo: Consecuencias prácticas de Aparecida



Ha comenzado la Gran Misión. ¿Qué nos ha dejado el CAM 3 a los discípulos misioneros? ¿Qué ha vivido la Iglesia americana en estos días para transmitirnos individualmente, a cada uno, en sus situaciones particulares? La conferencia del Card. Rodríguez Maradiaga nos ayudará a posicionarnos en el verdadero y profundo significado de ser discípulos y plantearnos como vivirlo con este impulso de Pentecostés.

Click aquí para leer el artículo completo:¿Quién es tu Maestro?



Otras palabras del Papa nos recuerdan que la misión depende de la comunión, que la misión se alimenta de ella. No podemos pretender una Gran Misión Continental sin un sentir comunitario, sin el valor de la fraternidad.

Click aquí para leer el artículo completo: El Papa llama a formar comunidades fraternales y misioneras



El CAM 3 ha finalizado. ¿Qué nos queda por delante? El Congreso nos deja, para comenzar a transitar este camino de misión permanente, un mensaje y su declaración final, como puntapié para comenzar a trabajar, como base de despegue, como esperanza.

Click aquí para leer el artículo completo: Mensaje y declaración finales del CAM3



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