La historia de la madre más joven del mundo: nació en Perú en la década de los 30 y aún se desconoce quien la embarazó

En 2002, el ginecólogo e investigador José Sandoval Paredes documentó la historia de Lina Medina en el libro “Madre a los cinco años”

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Lina Medina Vásquez
Lina Medina Vásquez

La historia de Lina Medina puede ser una de las más asombrosas entre las que se han registrado en los últimos cien años en todo el mundo. Como salido de una novela fantástica, o de algún relato de García Márquez, el acontecimiento de su vida tiene de maravilloso y surreal lo mismo que tiene de verídico y dramático. Lo que hasta entonces había sido un asunto impensable y antinatural terminó concretándose en el mes de mayo de 1939.

Por ese entonces, Medina era una niña de apenas cinco años. La noticia que la puso en el radar de todo el mundo había comenzado a gestarse nueve meses atrás, en el pueblo peruano de Antacancha, donde vivía con sus padres y sus ocho hermanos.

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Un día, el cuerpo de Lina comenzó a manifestar cambios extraños que afectaban su salud y despertaron la curiosidad de todo el pueblo. Por como se veía y la manera en que lidiaba con el dolor, muchos dijeron que se trataba de un embrujo o alguna posesión demoniaca. Su abdomen comenzó a crecer de manera alarmante, por lo que se llegó a pensar que algún ente o espectro se había apoderado de su cuerpo.

Ante la alarmante situación, sus padres empezaron a llevarla con chamanes, monjes y curanderos, buscando entender qué era lo que venía ocurriendo. Ningún intento de exorcismo o ritual funcionaba, por lo que se inclinaron por pensar que se trataba de algo médico, quizá un tumor.

Tras un largo viaje a pie hasta Pisco, 230 kilómetros al sudeste de Lima, finalmente pudieron dar con la respuesta. Fue el doctor Gerardo Lozada quien dio con la razón de los extraños síntomas que estaba experimentando la niña. El diagnóstico: Lina estaba embarazada.

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Para cuando el doctor Lozada confirmó el embarazo, Lina ya tenía siete meses de gestación. El asunto fue tan asombroso que rápidamente se coló en la prensa y, de repente, la noticia de una pequeña niña embarazada se tomaba las portadas de los diarios, relevando, al menos por un momento, las informaciones sobre la Segunda Guerra Mundial.

Apenas un mes después se le practicó a Lina una cesárea. El fruto de sus entrañas fue un varón de 2,7 kilos y 48 cm. de largo. El recién nacido recibió el nombre del médico, por quien fue posible salvar la vida, no de una, sino de dos personas.

Lina Medina Vásquez
Lina Medina Vásquez

Lina Medina se convirtió en aquel año de 1939 en la madre más joven del mundo. Para muchos en el pueblo en que nació, la niña era una especie de Virgen María, iluminada por Dios para concebir a esta criatura. La cosa es que la Virgen nunca tuvo relaciones sexuales, y a Lina la habrían violado. Nunca se llegó a saber quién, pero era una verdad segura. Su padre, Tiburcio Medina, llegó a ser investigado por abuso, pero no hubo pruebas suficientes que sustentaran el caso. Lina, por su parte, nunca dijo nada al respecto.

La niña padecía un extraño trastorno. Según reportes de la Academia Americana de Obstetricia y Ginecología de la época, Lina comenzó la pubertad cuando apenas tenía unos meses de nacida. De hecho, a los tres meses ya tenía vello púbico y antes de cumplir los tres años había empezado a menstruar.

Lina Medina Vásquez
Lina Medina Vásquez

El presidente Óscar Benavides, el mandatario peruano por aquellos días, emitió una ley para tener la custodia de Lina y su hijo, prometiéndoles una pensión vitalicia, con el fin de protegerlos de los intereses de empresarios y laboratorios que ofrecían dinero a su familia a cambio de estudiar su caso y usarlo para sus propios fines. La promesa del presidente, aunque guiada por una buena intención, nunca llegó a cumplirse.

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El bebé de Lina fue criado por sus abuelos y creció pensando que su madre era su hermana. Peleaban por juguetes, hacían travesuras juntos, reían y saltaban como cualquier par de hermanos. No fue sino hasta que Gerardo cumplió los 10 años de edad que su familia le reveló la verdad.

(Nuevas Crónicas Peruanas)
(Nuevas Crónicas Peruanas)

En el año 2002, el ginecólogo e investigador José Sandoval Paredes viajó al pueblo de Antacancha con el fin de saber qué había pasado con aquella niña y su bebé. Para entonces, Lina ya tenía 67 años, había trabajado como secretaria en una clínica, se había casado y tenido otro hijo. Gerardo, el primero, a quien concibió en su infancia, había fallecido en 1978, a la edad de 40 años, a causa de una extraña enfermedad en la médula ósea.

Sandoval Paredes confirmó que Lina había decidido vivir su vida alejada de la atención mediática, pero aun así, durante varios años vivió asediada por los curiosos. Su derecho a guardar silencio y a llevar una vida tranquila fue truncado en más de una ocasión. En la década de los 80 fue víctima de una decisión gubernamental que ordenó construir una autopista en el lugar donde se encontraba su casa. La desahuciaron de su hogar y no le pagaron ni un centavo.

(Nuevas Crónicas Peruanas)
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Conforme avanzaba en su historia, el ginecólogo descubría cada vez más misterios y asuntos sin resolver, por lo que decidió escribir un libro, a modo de novela, pero jamás pudo darle la espalda a su espíritu científico, por lo que la naturaleza del texto tiende más a un testimonio médico que a una ficción.

Tras un tiempo sumido en la investigación, Sandoval Paredes publicó “Madre a los cinco años” por su cuenta, con el objetivo de contar la historia de Lina y hacer denuncia de los malos tratos del gobierno peruano hacia ella durante tantos años. La publicación, que aún espera por un editor, se consigue en versión kindle, y bastó en su momento para que se le otorgara a Lina Medina una pensión vitalicia.

Hasta hace muy poco, la mujer se encontraba viviendo en Lima. La última vez que se supo de ella, hacia 2017, todavía intentaba superar los fantasmas de su pasado. Ya son 84 años desde que se convirtió en la madre más joven del mundo y aún hoy ningún otro caso ha superado el suyo. El dato sigue consignado en el libro de los Guiness Récords.

Su historia surge una vez más en tiempos donde parece que lo fantástico ha dejado de ser asunto sorpresivo para ser algo meramente cotidiano.

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