Natalia Jiménez se encuentra en la Ciudad de México para promocionar el cierre de su Antología Tour, con la que ha celebrado 20 años de carrera artística. La cantante española tendrá su última presentación el 18 de mayo en la Arena Ciudad de México.
En entrevista con Hoy Día, la artista de 42 años se abrió por completo para hablar de lo complicado que fue su divorcio y lo mal que la pasó durante su matrimonio con Daniel Trueba.
“Para mí ha sido muy difícil desde el divorcio hasta ahorita, tengo estrés postraumático por haber vivido muchas cosas que me hubiera podido ahorrar, tengo miedo de decir muchas cosas y tengo miedo de mostrar a la gente que me hizo estas cosas, pero ya he trabajado en mi misma para que al final no sea yo la que esté cargando con ese peso”, indicó.
10 años fuera de escena
Natalia y Daniel iniciaron su relación en 2009, se casaron en 2015 y tuvieron a su hija Alessandra en 2016. En 2021 la pareja firmó el divorcio, un paso que no fue nada sencillo de dar para la intérprete.
“A mí me dijeron ‘tú no vas a poder llegar a ninguna parte, sin mí no vas a llegar nunca a ningún lado”, recordó Natalia.
La cantante explicó que durante una década solo realizó 10 presentaciones sin éxito: “Acabábamos perdiendo dinero, debiendo y demostrándome de nuevo que ‘efectivamente no estás tú para hacer conciertos”.
Jiménez prepara un documental en el que dará a conocer su versión de lo que sucedió en su matrimonio y lo que ha vivido en su carrera artística.
Los presuntos abusos
Decidida a no callar por más tiempo, Natalia habla abiertamente sobre el presunto abuso del que fue víctima durante su relación con Trueba.
Me hicieron creer que yo tenía un trastorno que no tenía, me diagnosticaron mal y a mí me las hicieron pasar muy difíciles"
natalia jiménez
“Se sentía horrible, a mí me apagaron como mujer, me apagaron como artista, me apagaron como compositora, me apagaron en todos los sentidos de mi vida, me hicieron creer que yo tenía un trastorno que no tenía, me diagnosticaron mal y a mí me las hicieron pasar muy difíciles y eso la gente tiene que saberlo”, dijo.
La cantante relató que pasaba la mayor parte de su tiempo encerrada en casa y que aprendió diversas habilidades como yoga y bordado para “no volverme loca” y que todo esto sucedía en el “marco de un abuso”.
“Para mí era muy difícil de repente sentarme en la televisión y ver a los demás artistas llevando vidas normales y yo encerrada”, expresó.
Una nueva vida
A la distancia, Natalia analiza cómo, desde su punto de vista, funcionaba la dinámica de sumisión que vivía en su matrimonio.
“Estas personas utilizan la herramienta de la destrucción para sentirse bien con ellos mismos, o sea, hasta que ellos no te ven realmente mordiendo el polvo, llorando, sola, aislada, sin un peso, con deudas, ahí es cuando ellos se sienten salvadores y reyes del mundo”, dijo.
Tras haber tomado la decisión de finalizar su matrimonio y retomar su carrera artística, mientras sigue en una batalla legal por la custodia de su hija, Natalia reflexiona sobre la nueva etapa que está viviendo.
“El día que yo me fui de ahí he tenido una vida maravillosa desde entonces, llevo la vida que siempre debí de tener y perdí 10 años de mi vida, pero los estoy recuperando a marchas forzadas”, finalizó.
