“Paul Alexander, ‘El hombre del pulmón de acero’, falleció ayer. Tras sobrevivir a la polio de niño, vivió más de 70 años dentro de un pulmón de acero", apuntó Christopher Ulmer, activista por los derechos de los discapacitados.
El hombre que vivió más de siete décadas con un pulmón de acero -también conocido como pulmotor- falleció a los 78 años.
Paul Alexander nació en Dallas, Estados Unidos, a finales de la década de 1940. Y en 1952, cuando tenía seis años, contrajo poliomielitis, una enfermedad que afecta la función respiratoria a través del sistema nervioso central y puede causar daño muscular. En el caso de Alexander, quedó paralizado del cuello para abajo.
Ante esa situación, Alexander se vio incapacitada para respirar por sí mismo. Fue así que se lo introdujo en una cabina horizontal para que reciba ventilación pulmonar mecánica con presión negativa -lo que simula la dinámica respiratoria de un pulmón-.
El hombre, que pese a las limitaciones no claudicó en sus intenciones de tener una vida “normal” y hasta pudo recibirse de abogado y ejercer como tal, utilizó la máquina de grandes dimensiones durante más de siete décadas. Y aunque surgieron nuevas tecnologías, el hombre optó por seguir utilizando el mecanismo que ya conocía y que le había permitido sobrevivir durante tanto tiempo.
“Paul Alexander, ‘El hombre del pulmón de acero’, falleció ayer. Tras sobrevivir a la polio de niño, vivió más de 70 años dentro de un pulmón de acero. Durante ese tiempo, Paul fue a la universidad, se convirtió en abogado y publicó varios libros. Su historia viajó por todas partes, influyendo positivamente en personas de todo el mundo. Paul fue un modelo increíble que seguirá siendo recordado”, escribió en redes sociales Christopher Ulmer, activista por los derechos de los discapacitados e integrante de la página GoFundMe -que recaudaba fondos para Alexander y sus tratamientos-.
