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Guillermo Francella: "Es vital que ustedes estén informados de lo que pasa hoy en Argentina"

El actor protagoniza 'La extorsión', un thriller que se ha convertido en el fenómeno cinematográfico del año en Argentina. El estreno en España coincide con el enorme éxito de su trabajo en la serie 'El encargado'.

Guillermo Francella es el protagonista de 'La extorsión'.
Guillermo Francella es el protagonista de 'La extorsión'. AContracorriente Films

Guillermo Francella es uno de los actores más populares de Argentina. En España le llegó tarde, pero merecidísimamente, el prestigio con el personaje de Pablo Sandoval, el asistente judicial alcoholizado de El secreto de sus ojos, la película con la que Juan José Campanella ganó el Oscar. Con el personaje de Eliseo, el conserje manipulador y entrometido de la serie El encargado, ha barrido todas las fronteras. Y en medio de este éxito ha estrenado en su país La extorsión, un thriller de Martino Zaidelis que se ha convertido en un auténtico fenómeno (la película argentina más taquillera del año) y que llega ahora a España.

"Un hombre puede cambiar de nombre, de calle, de cara, pero hay una cosa que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión", decía Sandoval en la película de Campanella. Entonces daba en el clavo de aquella investigación y hoy acertaría también de pleno con el personaje de Alejandro Petrossián, al que da vida Francella en La extorsión. Es un piloto veterano al que chantajean los servicios secretos cuando descubren que ha cometido una grave falta profesional. Ante la posibilidad de tener que dejar la aviación, que es toda su vida, accede a pasar de contrabando valijas cargadas de dinero a España.

'La extorsión' ha sido un éxito enorme en su país, ¿le ha sorprendido?

Con esta historia, que es muy asfixiante, me pareció que al espectador iba a pasarle lo mismo que me pasó a mí con la lectura. El guion me sedujo, también el universo de la historia. En Argentina ha sido un éxito tremendo y, además, en una época muy puntual, donde el cine no está teniendo un buen momento.

Las películas que aquí caminan y que hacen taquilla son las de Marvel, las películas cotidianas de este tipo de características no suelen verse. Así que esta película es un suceso aquí en Argentina y luego, cuando pasó a la plataforma, lo ha sido en toda Latinoamérica (es la producción original argentina más vista en el catálogo de HBO Max para Latinoamérica).

Habla de Marvel y de que hoy son tiempos difíciles para el cine de autor, ¿cree que el dinero contamina el cine hoy?

Es verdad que se ha perdido mucho cine de autor, pero también se han filmado muchos bodrios que llevan a cuatro personas al cine y también hay subsidios que no terminan en el bolsillo adecuado. No nos podemos quedar en la victimización, hay que poner todo en la balanza. Yo soy actor, amo lo mío, pero, por sobre todas las cosas, entiendo que si me convocan, es para ganar dinero. Hay varias medidas de la realidad. En el cine funcionan las películas de Marvel, donde yo no soy espectador, y me da mucha tristeza porque a mí me encanta ir al cine, sentarme con el sonido envolvente, pero la gente perdió la rutina. En la pandemia tuvimos esa comodidad del streaming, de la televisión, pero al final no ayudó, contaminó.

El thriller aquí sirve de herramienta para hablar de muchas cosas, ¿cuánto le interesa el fondo social y político en las películas que hace?

Toda la vida me interesó el fondo político y social del cine, aún en las famosas películas donde yo me formé, en el cine italiano, el neorrealismo, la comedia… Había una crítica social detrás feroz, y eso a mí me fascinó toda mi vida. Las películas de todos estos monstruos italianos Luchino Visconti, Roberto Rossellini, Vittorio De Sica, Dino Risi, Nino Manfredi. Era un cine comprometido.

En 'La extorsión' se habla de los vínculos de los servicios secretos con zonas oscuras del gobierno…

Acá pasó un acontecimiento muy puntual con una valija plagada de dólares del venezolano Guido Antonini Wilson, en la época del Gobierno de Kirchner. Esto es una cosa que siempre está la atmósfera. Me interesa esto como también me interesa y me divierten las cosas populares y frescas.

¿Como la serie 'El encargado'?

Sí, que donde pone el piecito está tocando muy fuerte. Aquí en Argentina es una eclosión, la verdad, y en toda América Latina y creo está empezando a ocurrir en España, cosa que me pone muy feliz. Y ahí también hay crítica. En esa serie, el sindicato de encargados ha tenido una queja feroz para conmigo y para con el programa boicoteando el lanzamiento y haciendo amenazas hasta verbales. Hay que discernir lo que es ficción de lo que es realidad, aunque a nosotros lo que ha ocurrido nos seduce y mucho.

¿Y qué pasa hoy con el cine y la cultura en Argentina, con el nuevo gobierno? ¿Se van a retirar los fondos públicos? ¿Cuál es la situación?

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de ningún modo hay que cerrarlo, pero eso no justifica que se le descargue de cosas que sucedieron… y sabemos muchas cosas que suceden en el INCAA. Estoy totalmente de acuerdo en que no se puede acabar con el Fondo Nacional de las Artes (FNA), pero también hay que saber que hay muchas cosas que no caminan, que hay muchas cosas que han pasado.

Directores muy talentosos han hablado públicamente de ello. Hay que tratar por todos los medios de mantenerlo, pero hay que purificar, optimizar su gestión. Creo que hay que tratar los temas y es vital que también ustedes estén informados de lo que pasa en Argentina. Qué sé yo, de ver acá con 45 días de gestión cómo le hicieron los paros generales al presidente de la nación y en cuatro años de hambruna nunca hubo un solo paro general.

El personaje de 'La extorsión' se ha saltado las reglas para poder seguir volando, eso pone en riesgo a los pasajeros de los vuelos...

No, no. Es uno de los mejores pilotos de la aerolínea, con una antigüedad extraordinaria, y está a la altura de cualquier circunstancia. Obviamente que está cometiendo el delito porque está navegando de un modo que no corresponde, pero a mí me gustó mucho justamente eso de los seres imperfectos, porque en el cine siempre les pasa todo a los buenos, a los perfectos, y éste, al contrario, es un hombre que tiene varios temas con su vida matrimonial, su comportamiento con la línea aérea, el delito que comete al no cumplir las normas médicas…

Un momento de la película protagonizado por Guillermo Francella.
Un momento de la película protagonizado por Guillermo Francella. AContracorriente Films

Es una buena defensa del personaje, ¿es su obligación como actor?

No. He hecho asesinos y jamás los defendí. En El clan interpreté al tipo más execrable de la historia de la cinematografía argentina y jamás comulgué con él en lo más mínimo. Al contrario, era totalmente antagónico a mi pensamiento. En este caso, sin embargo, sí tuve empatía con el personaje.

Hay otro personaje en la película que comete el mismo delito por dinero, ¿tiene la sensación de que mucha gente se mueve por dinero hoy?

No creo que todo el mundo haga todo por dinero. Todos tenemos que trabajar para vivir, para comer, para cuidar a tu familia, a tus hijos, para llevarlos al colegio, pero no todo el mundo haría algo ilegal por plata. En la película, yo lo hago porque me van a apretar y me van a denunciar y sí, hay otro que lo hace por plata, y sabe que es ilegal. Pero estoy convencido de que la mayoría de la gente no hace cosas ilegales por dinero.

El cine te puede mostrar matices, colores, sentimientos y esas miserias, miserias humanas, pero en la vida yo creo que las conductas inapropiadas tienen mucho que ver con tu formación, tu educación, el amor que has tenido, el amor que das. Cuando los veo en la cotidianeidad, no es por el dinero.

De cada trabajo se aprende algo, ¿qué le ha enseñado a usted 'La extorsión'?

Estoy casado con una mujer que es azafata y conocía todo el universo de lo que era una línea aérea contado por ella, pero ahora estuve dentro del mundo de la aeronáutica, con pilotos avezados, explicándome cada relojito, cada despegue, cada aterrizaje. Es una profesión que no había explorado interpretativamente y me gustó y me dejó cosas. Y sobre todo me gustó ver lo que pasa con el público, ver a la gente agarrada a la butaca, la ansiedad y lo que sucede al final, cuando siento pañuelitos de papel en la sala.

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