¿Erupciones en la piel tras un día de playa?: las secuelas de la mal llamada alergia al sol

Alicia Blanco / L. B.

ENFERMEDADES

La alergia al sol provoca reacciones cutáneas
La alergia al sol provoca reacciones cutáneas Istock

Si bien se han popularizado bajo el paraguas de la 'alergia', las distintas reacciones cutáneas provocadas por la luz solar suelen desaparecer con el paso del tiempo

17 ago 2023 . Actualizado a las 21:23 h.

La alergia es una reacción de defensa del organismo contra sustancias externas que penetran en él. Cuando se piensa en esta patología se suele relacionar, sobre todo, con picores de nariz y ojos. En algunos, casos también se asocia con la aparición de lesiones en la piel y, en los peores pronósticos, con una crisis anafiláctica y la inyección de adrenalina para paliar los síntomas. Por esta razón, es común que cada vez que se presenta algún tipo de erupción cutánea rápidamente pensemos en una reacción alérgica. Bajo esta correlación tan simple, la común y erróneamente llamada «alergia al sol» ha llegado a nuestro vocabulario cotidiano, pero la realidad es que el término no es estrictamente correcto. Ni mucho menos.

Nos saca del error Lucía Gámez Pérez, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (Gedet) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). La doctora comenta que «hay muchas personas que tienen reacciones en la piel cuando toman el sol» y que, a todas ellas, «comúnmente se las llama a todo alergia al sol». Pero añade: «Podríamos decir que hay muchas formas de presentación de erupciones por una reacción al sol». Según la dermatóloga Gámez, a este tipo de fenómenos se les debería llamar erupciones fotoinducidas.

Los tipos más comunes

Existen diferentes formas de presentación de estas reacciones. La doctora Carmen M. D'Amelio Garófalo, presidenta del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología (Seaic), explica: «La más común, es la erupción polimorfa lumínica; por contra, la menos frecuente es la urticaria solar». La erupción polimorfa lumínica, según detalla la experta, «aparece durante los dos o tres primeros días de exposición al sol, generalmente durante la primavera o el verano, y suele ir desapareciendo ante las sucesivas exposiciones». En este caso, las lesiones permanecen en la piel entre dos y seis días. Por otro lado, está la urticaria solar, que es menos frecuente que la erupción polimorfa lumínica, con la que guarda diferencias significativas. «Las lesiones desaparecen sin dejar huella, generalmente en menos de dos horas, aunque pueden durar un tiempo máximo de 24 horas», aclara D'Amelio. Este tipo de urticaria es poco frecuente y predomina en mujeres.

EVOLUCIÓN DE LOS Síntomas Y TRATAMIENTO

Los síntomas se pueden llegar a prevenir «utilizando fotoprotectores solares orales», aconseja la especialista de la GEDET. Hay casos en los que desaparecen por completo. «Puede producirse un fenómeno de habituación, por el que la piel se acostumbra a la exposición lumínica y la reacción suele ir disminuyendo de intensidad», según la presidenta del Comité de Alergia. Además, las recidivas son habituales: «En el caso de la urticaria solar suele ser un proceso persistente, si bien puede tener períodos de inactividad o remisión». 

Fotoprotectores orales

Son una de las nuevas incorporaciones del mercado dermatocosmético, sin embargo, su uso debe complementarse con un protector solar de aplicación tópica. «Son una mezcla de vitaminas y de sustancias antioxidantes que se toman en pastillas y que también facilitan la función del protector, esta combinación eleva nuestro umbral de tolerancia al sol; es decir, hace que no nos quememos tan fácilmente. Son nuevos productos que llevan a cabo los laboratorios para satisfacer la demanda del mercado. Pero son un complemento, no van a sustituir nunca la aplicación de crema solar».

Fuente: Nuria Blázquez, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Las personas que padecen esta dolencia suelen tener el brote en las primeras exposiciones. «Aparecen en zonas donde han recibido el sol, es decir, zonas fotoexpuestas», añade Gámez. La dermatóloga enumera algunas de las zonas más habituales de presentación: «Cara, borde de las orejas, brazos…». Aunque el verano sea por excelencia la época de sol, hay personas que les puede pasar más en primavera, época del año en el que las temperaturas se suelen elevar llevando a que utilicemos menos ropa que nos proteja.

Diagnóstico

El diagnóstico es bastante sencillo y no son necesarios los conocidos pinchazos en el antebrazo, método habitual de identificar alérgenos. Ante la sospecha de padecer este problema —o en caso de presentarse los síntomas—, «se debe acudir al dermatólogo y, normalmente, con la historia clínica es suficiente», aclara la especialista miembro de la Gedet. Del mismo modo, existe la opción de realizar una pequeña biopsia, es decir, un estudio de la piel para confirmarlo.

Tratamiento 

En los casos leves de urticaria, la doctora D'Amelio recomienda:

  • Ropa con protección UV, cremas solares de al menos SPF 50 y medidas de barrera como sombreros y gafas de sol.

Cuando ya son situaciones más graves, la experta comenta que puede ser útil el uso de «fototerapia o desensibilización, se expone al paciente de manera controlada al sol». Pese a que no es lo habitual, es cierto que hay pacientes que presentan cuadros más complicados, aquí «pueden emplearse otros tratamientos como inmunoglobulinas, ciclosporina A e incluso anticuerpos monoclonales», aclara Carmen.

Esto no es alergia al sol

Existen algunos medicamentos que, una vez tomados, hacen que la piel pueda reaccionar con el sol y, producir una especie de quemaduras. Esto no se puede confundir con una reacción solar. «No es que seamos propensos a estas erupciones, es por la toma de los medicamentos o de los productos que nos ponemos», aclara Gámez. Asimismo, agrega: «Pueden afectar determinados cosméticos, colonias o productos que podemos utilizar para la piel».

D'Amelio proporciona algunos fármacos con los que se debe tener cuidado cuando hay una exposición solar. 

  • Los antiinflamatorios no esteroideos son los fármacos que con más frecuencia intervienen en las reacciones fotoinducidas. Entre ellos podemos mencionar al ketoprofeno, naproxeno, etc. Tanto en su forma tópica como por vía oral.

  • Otros fármacos sensibilizantes son los antihistamínicos tópicos, motivo por el cual es preferible evitar esta vía de administración.

  • Los antibióticos del grupo de las sulfonamidas, las quinolonas, las tetraciclinas y algunas cefalosporinas, así como los fármacos antipalúdicos (para el tratamiento de la malaria) y los retinoides (fármacos empleados para el tratamiento del acné grave o moderado).

¿Existe también la alergia al frío?

Del mismo modo que el sol puede provocarnos reacciones en nuestra piel —descartemos de forma definitiva el término alergia—, también existe su opuesto: la alergia al frío. Pero de nuevo, se trata de un término que entra estrictamente en la definición de alergia, ya que no se produce una reacción inmunomediada en nuestro organismo.

«La alergia al frío se manifiesta de varias maneras. Una es la que se denomina urticaria a frigore, que puede llegar a producir una anafilaxia. Si tienes esta alergia al frío y haces una inmersión en el agua del río, puedes sufrir incluso un shock anafiláctico», detallaba en este entrevista Carmen Vidal Pan, una de las alergólogas más reputadas de nuestro país que pasa consulta en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela. 

En resumidas cuentas, la 'alergia al frío' —que se diagnostica mediante la llamada 'prueba del cubito de hielo— parece, hasta sus consecuencias finales, una alergia. ¿Por qué no lo es entonces? Vidal Pan lo desmigaja: «La causa final de esto no es conocida, pero sí se sabe que el frío produce una serie de activadores, de mediadores de inflamación que identificamos mediante la prueba del cubito de hielo. ¿En qué consiste? Consiste en, protegido con un paño o algo similar, poner un cubito hielo en contacto directo con la piel. Tras dejarlo unos minutos, se ve que se presenta un habón o roncha en la zona, sugiriendo una sensibilidad al frío. Hay algunos síndromes autoinflamatorios sistémicos que cursan con un exceso de una determinada citocina que produce, no solamente lesiones en la piel, sino también afectación renal o pulmonar. No encajaría tan estrictamente dentro de la definición de alergia porque no hay una proteína, no hay una IgE específica, pero sí hay una cascada inflamatoria que se activa».