Las esculturas infinitas de la artista Gego llegan al Guggenheim Bilbao

Nueva exposición

La pinacoteca repasa la trayectoria de una de las artistas más significativas de la escena latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX

Gertrud Goldschmidt se convirtió en artista al llegar a Venezuela huyendo del nazismo

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El Guggenheim Bilbao presenta la exposición 'Gego. Midiendo el infinito', retrospectiva dedicada a la artista Gertrud Goldschmidt, Gego, que analiza sus aportaciones formales y conceptuales

LUIS TEJIDO / EFE

Los avatares sociopolíticos del siglo XX, el horror de la persecución nazi, llevaron a Gertrud Goldschmidt desde Alemania hasta Venezuela y desde el ámbito de la arquitectura hasta el arte. Gego, como se le conoce, se convirtió en artista a una edad tardía, a los 41 años, y durante cuatro décadas se labró una trayectoria que la convertiría en una de las grandes referencias de la segunda mitad del siglo XX. El Museo Guggenheim Bilbao ofrece ahora la exposición Gego. Midiendo el infinito, que tras pasar por Nueva York acerca la obra de esta pionera de la abstracción.

La retrospectiva está integrada por cerca de 150 piezas que datan desde los inicios de la década de 1950, cuando dio el salto al mundo del arte, hasta comienzos de los 90. La exposición incluye esculturas, dibujos, grabados, textiles y libros de artista, además de imágenes fotográficas de instalaciones y obra pública, bocetos, publicaciones y cartas.

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El director del museo Juan Ignacio Vidarte, los hijos de la artista y la comisaria de la exposición. Geaninne Gutiérrez-Gimaráe

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El Museo Guggenheim rinde homenaje a través de esta muestra a “una de las artistas más significativas de la escena latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX”, cuya obra no fue convenientemente reconocida en su momento. “La exposición sigue nuestra voluntad de recuperar la obra de mujeres injustamente oscurecidas, que no han tenido el reconocimiento que merecieron”, ha explicado Juan Ignacio Vidarte, director del museo.

La comisaria de la exposición, Geanine Gutiérrez-Guimaraes, también ha subrayado este aspecto. “Es mujer, latinoamericana… encaja muy bien con la programación dedicada a un arte global y presentando historias olvidadas o marginalizadas, especialmente con el arte de mujer y más en el caso de la mujer latinoamericana. Iba a ser arquitecta, pero por razones sociopolíticas se convierte en artista”, ha explicado.

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Las esculturas de Gego

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Gertrud Goldschmidt (Hamburgo, 1912-Caracas, 1994) fue protagonista de un particular recorrido artístico, “marcadamente individual” y que “se resiste a cualquier categorización". La muestra pretende ofrecer una síntesis de esa trayectoria y ha sido organizada de forma cronológica y temática.

Las primeras obras que se muestran datan de sus primeros años en Venezuela.

Formada en arquitectura e ingeniería en la Technische Hochschule Stuttgart (actualmente, Universidad de Stuttgart), con el inicio de la Segunda Guerra Mundial emigra a Venezuela, donde se asienta definitivamente.

El país latinoamericano vive en aquellos años un florecimiento económico, gracias a la exportación de petróleo, que tiene su reflejo en el arte. Surge la abstracción geométrica, “un movimiento internacional caracterizado por el uso de la forma, la línea y el color puros y estructuras geométricas, marca un periodo de gran innovación creativa”.

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Una de las obras de 'Gego. Midiendo el infinito’,

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Es en ese contexto en el que Gego decide abandonar la arquitectura y se dedica enteramente a la producción artística. Sus primeras obras están relacionadas con la representación del paisaje, las formas arquitectónicas y la figuración, tal y como se puede apreciar en la obra.

El contexto artístico venezolano, no obstante, no tardaría en influir en la artista. La abstracción geométrica y el cinetismo, movimiento que surge allí en los 60, llevan a Gego a experimentar “las posibilidades espaciales y estructurales de lo que denomina líneas paralelas”. Comienza a experimentar con los efectos ópticos de la oscilación y la vibración y sintetiza sus exploraciones en torno a la luz, el movimiento y el espacio. De aquellos años surgen las obras agrupadas en el apartado líneas paralelas de la exposición, muchas de ellas esculturas, en su mayoría de hierro soldado y pintado, que presentan elementos tubulares paralelos y que forman planos geométricos que se superponen o entrecruzan.

Su biografía continuó modulando su trayectoria artística a mediados de los 60, cuando se desplaza a Los Ángeles y se sumerge en el ámbito de la litografía, unos años de experimentación a los que la muestra dedica un apartado específico.

La sección Chorros, Troncos, Esferas y otras tipologías en retícula, mientras, muestra una selección de esculturas colgantes de Gego que sintetizan la noción de un “mesurado infinito”, un oxímoron poético que emplea el poeta venezolano Alfredo Silva Estrada en su poema Variaciones sobre reticuláreas (1979), en homenaje a Gego.

Estas esculturas evocan la experimentación de la artista en torno a “la estructura, el espacio, la luz, la sombra, la línea y la retícula”. El visitante podrá apreciar en esta sección obras suspendidas verticalmente en el espacio central de la sala, esculturas minimalistas que ponen de relieve temas como “la fragilidad, la gravedad y la transparencia”, y que “permiten comprender la evolución formal de la artista”.

Las esculturas minimalistas de Dibujos sin papel, otra de las secciones, desafían el concepto de autonomía de la escultura al subordinar la obra al muro, “atribuyendo así las cualidades bidimensionales del dibujo a la forma tridimensional”.

La exposición se cierra con las tres últimas series de Gego: Tejeduras, piezas pequeñas, en dos dimensiones, realizadas con tiras de papel entrelazadas procedentes de sus propias obras, de revistas y folletos; Bichos, que representa “la deformación y el colapso total de la geometría, la forma y la retícula”; y Bichitos, creados con materiales recuperados y elementos de otras obras.

La muestra Gego. Mindiendo el Infinito se puede visitar hasta el 4 de febrero.

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