Ya habrás leído varias veces un listado con las características que hacen de los yaguaretés uno de los animales más emblemáticos de nuestro país y de todo el continente. 

Seguramente se te hizo más de un nudo en la garganta cuando leíste, en el transcurso de estos años, que la especie pasó de estar “En Peligro de Extinción” a considerarse “Críticamente Amenazada”.

Al ver las fotos de este felino hermoso e imponente seguís sin poder comprender cómo la destrucción de su hogar, los bosques, que hasta principios del siglo XX iba desde el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia, avanza implacable como si no dependiera de una acción humana que podría detenerse solo con la voluntad política de hacerlo.

Sabemos que ya estás al tanto de esta situación. Por eso hoy queremos proponerte algo distinto: imaginar juntos cómo es la vida de los 250 yaguaretés que aún viven y resisten en Argentina. 

Encuentro imaginario con un yaguareté

Los yaguaretés son el felino más grande del continente americano y el tercero a nivel mundial, después del tigre de bengala y el león. ¿Podés visualizar a un gato de 2,50 metros de longitud y hasta 140 kg.? Así de imponentes pueden llegar a ser los machos. 

Su cabeza es grande y su mandíbula, poderosa, porque su menú incluye tapires (de hecho, es el único depredador capacitado para capturarlos), pecaríes, corzuelas y yacarés.

Este animal, considerado sagrado por la cultura guaraní, es un cazador solitario. Si para conseguir alimento debe hacer largas caminatas, eso no es problema: puede llegar a desplazarse diariamente hasta 11 Km.

Si solo verlos en fotos infunde respeto, ¿cómo sería encontrarlos andando sigiloso con su paso de plomo en medio de los ambientes boscosos de las apenas 40.000 hectáreas de la región chaqueña que aún son su casa

A pesar de que los yaguaretés ahora viven solo en un 5% de la superficie original respecto del lugar que ocupaban originalmente en Argentina, esta especie demuestra un nivel de resistencia impresionante frente a la acción humana

Como ejemplo podemos mencionar que, como bien señala la Red Yaguareté, en la provincia de Misiones convive entre miles de personas en una selva que cada día se reduce y fragmenta. 

Además, en las últimas décadas su área de distribución se ha mantenido, y si bien en algunas zonas donde era habitual ahora es raro, sigue caminando entre los hombres, en zonas donde no deja de sorprender su presencia.

Al ser una especie que necesita de bosques continuos y en buen estado para sobrevivir, encontrarse con un yaguareté ayuda a indicar la salud de ese ambiente. Esto se debe a que, al posicionarse en la cima de la cadena alimenticia y depender de presas menores para su subsistencia, su presencia garantiza un medio ambiente sano.  

Estos gigantes color tierra buscan su sustento y supervivencia día a día en un espacio dos veces del tamaño de la ciudad de Buenos Aires. Están en las Yungas de Salta y Jujuy, Región Chaqueña y porciones de la Selva Misionera o Paranaense.

Ellos no quieren desaparecer pero su hogar sigue perdiendo la batalla frente al avance de las topadoras que derriban los bosques para generar un suelo de pastura para actividades de ganadería intensiva.

El avance de la frontera agropecuaria los priva de su hábitat y los expone a fatales (para ellos) encuentros con el hombre que muchas veces por desconocimiento y otras muchas por diversión, termina matándolos.

Si la superficie ocupada por poblaciones estables de yaguareté sigue disminuyendo a este ritmo, la especie podría extinguirse en el Chaco argentino en pocos años. Aún podemos sacar a los yaguaretés del borde del abismo. Contamos con vos para lograrlo.