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Las ampollas en la piel son un tipo de burbuja que se forma en las capas externas de la piel y que por lo general están llenas de un líquido producido por el mismo organismo. Estas ampollas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y sus causas son muy amplias. Continúa leyendo para conocer por qué salen las ampollas y cómo tratarlas.
Las ampollas en la piel pueden ser desarrolladas por diferentes factores, estos se pueden dividir en dos: por causas de lesiones físicas o por enfermedades. De esta manera, pueden aparecer ya sea por quemaduras por fuego, frío, exposición prolongada a los rayos solares, contacto con sustancia químicas o que estén con temperatura muy elevada.
Asimismo, se pueden formar por el roce con prendas de ropa o accesorios. Cabe destacar que este tipo de ampollas se producen en las capas más externas de la piel.
Por otra parte, cuando las ampollas son producidas por enfermedades, las ampollas se forman desde capas más profundas de la piel, siendo más complicadas de tratar.
Entre algunas de las principales causas de las ampollas en la piel se encuentran las siguientes:
Las ampollas por quemaduras no sólo suelen aparecer por el contacto con el fuego, también se producen por exposición al sol o por contacto con productos químicos. Asimismo, la exposición a temperaturas muy frías por tiempo prolongado también puede generar este tipo de lesión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los tipos de quemaduras pueden generar ampollas, por lo general, suelen ser las de grado más grave.
Una de las causas más comunes de la aparición de ampollas en la piel es el roce que se genera ya sea con una prenda, accesorio o algún otro implemento. Cuando existe una fricción constante en un área de la piel puede producirse una ampolla.
Estas suelen aparecer más que todo en los pies por el uso de un calzado inadecuado. Aunque también pueden aparecer en las manos y otras partes del cuerpo.
Las ampollas pueden ser también un síntoma de ciertas enfermedades que van desde infecciones víricas o por hongos, hasta reacciones a medicamentos, afecciones dermatológicas o trastornos autoinmunes. Algunas de estas son:
La varicela es un tipo de infección vírica que genera ampollas en la piel acompañadas de picazón. Estas ampollas tienen un aspecto rojizo y están llenas de líquido. Suelen aparecer en todo el cuerpo y además son contagiosas incluso cuando se secan.
El herpes Zoster o culebrilla suele ser una erupción dolorosa que puede desarrollar ampollas llenas de líquido en la piel. Estas suelen supurar y romperse con mucha facilidad causando ardor, picor y hormigueo. Por lo general, aparecen en el torso en forma de un patrón lineal, aunque, pueden formarse en cualquier otra parte del cuerpo incluyendo la cara.
Por otra parte, el herpes simple que se divide en dos tipos puede ocasionar ampollas tanto en los labios como en la zona genital. Estas ampollas pueden presentarse solas o en grupo y suelen supurar un líquido de tono amarillento claro. Este tipo de herpes suele cicatrizar más rápido, sin embargo, pueden reaparecer con facilidad en respuesta a otras enfermedades, exposición solar, menstruación y lo más común, el estrés.
Cabe destacar que el herpes genital suele ser una enfermedad de transmisión sexual y las ampollas que se producen en el área genital son dolorosas. Además, se revientan con facilidad y supuran líquido.
Otra de las causas de las ampollas en la piel son las infecciones bacterianas como el impétigo. Esta infección es común en niños y adultos y a menudo causa ampollas alrededor de la nariz, boca y barbilla. Las ampollas que causa esta enfermedad se encuentran llenas de líquido y se rompen muy fácilmente, además, suelen formar una corteza con un tono miel.
Los trastornos autoinmunes pueden generar ampollas, entre estos se encuentra el pénfigo ampolloso y vulgar. Aunque son poco frecuentes suelen desarrollarse por una falla en el sistema inmunitario, el cual genera ampollas generalmente en las piernas, brazos, abdomen y membranas mucosas.
Las ampollas del pénfigo ampolloso suelen ser grandes y gruesas, asimismo, se encuentran llenas de líquido transparente, aunque pueden contener sangre. Por otra parte, las ampollas del pénfigo vulgar aparecen en la garganta, genitales, ano, nariz, ojos, boca y pulmones. Estas ampollas causan dolor, picor y pueden sangrar al reventarse.
Entre otra de las causas de las ampollas de la piel se encuentra la dermatitis de contacto, esta es una reacción alérgica que puede ocasionarse por diversos factores, ya sea alergia al látex, contacto con hiedra venenosa, alergia a productos químicos, adhesivos o irritantes.
Esta desarrolla ampollas que pueden aparecer a las horas o incluso días de tener contacto con algún alérgeno. Las ampollas pueden ser diferentes, pueden supurar, formar costras o incluso rezumar.
Esta enfermedad es un tipo de erupción cutánea que suele producir ampollas en la piel acompañada de otros síntomas como picazón y ardor. Puede desarrollarse en las rodillas, glúteos, cuero cabelludo, codos y en la espalda. Esta suele ser un síntoma de enfermedad celíaca e intolerancia al gluten.
Por otra parte, las ampollas en la piel también pueden formarse por otra gran variedad de enfermedades como:
El tratamiento de las ampollas en la piel suele ser muy variado, este depende de la causa que genere la lesión. Ya que no es lo mismo una ampolla por fricción que una desarrollada por enfermedades.
Sin embargo, en su mayoría el mejor tratamiento es evitar tocarlas y romperlas. Ya que de esta forma se evita que la ampolla pueda infectarse o esparcirse. Al menos que sea muy dolorosa, evitar perforar la ampolla mantendrá el líquido que protege la lesión de infecciones.
Aquellas generadas por roce, quemaduras o alérgenos por lo general son temporales y no suelen requerir de medicamentos o un tratamiento especial. Lo más importante es mantener los cuidados personales y evitar los factores causantes, como, por ejemplo, el uso de zapatos inadecuados o una exposición prolongada al sol.
Aquellas que se generan por infecciones, aunque son temporales, requieren de un tratamiento especial. Para ello, es importante acudir a un especialista para conocer las causas y obtener el tratamiento más óptimo.
Por otra parte, existen ampollas que no tienen cura como las causadas por el pénfigo, sin embargo, con el uso de medicamentos recetados por un especialista se pueden controlar. Estas pueden ser cremas o antibióticos especiales para la piel.
Por último, existen vendas y apósitos que son útiles para cubrir y proteger las ampollas. De esta forma, se puede evitar romperlas y ayudar a que el líquido se mantenga adentro y ayude a que las ampollas desaparezcan más rápido de acuerdo a su causa.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Sí, de acuerdo a la causa de las ampollas, éstas pueden desarrollar fiebre y otros síntomas. Es muy común cuando son producidas por infecciones víricas, por infecciones por hongos y otras enfermedades.
Algunas ampollas en la piel pueden prevenirse, como las causadas por factores externos como el roce de los zapatos, la exposición prolongada al sol, quemaduras por contacto con productos químicos, entre otros. Saber cuáles son las causas más comunes de las ampollas te ayudará a mantener las medidas de cuidado pertinentes para prevenirlas.
Generalmente depende de la causa de las ampollas, éstas pueden curarse por sí solas de 7 a 10 días. Cuando son causadas por algunas enfermedades puede que tengan una duración mayor. Asimismo, si se revientan pueden hacer que el proceso de curación sea más lento y que estén en riesgo de infectarse. Mantén la ampolla limpia y evita romperla, en caso de que su duración se extienda y no veas mejoría consulta con un especialista.