CRECIMIENTO INMOBILIARIO DESCONTROLADO EN CHINA

Un bloque de 13 plantas a punto de entregar a sus nuevos inquilinos se cae entero hacia atrás

Muchos edificios se levantan con menos presupuesto de lo escriturado

Impactante  Panorámica del edificio caído hacia atrás.

Impactante Panorámica del edificio caído hacia atrás.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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La foto es tragicómica. Un bloque de viviendas de 13 plantas vencido hacia atrás, extendido sobre el suelo, con las columnas subterráneas que debían asirlo al piso descubiertas y en alto, como las raíces de un árbol caído. No debe de haber muchos precedentes de edificios caídos de espaldas, y menos que sigan casi intactos: incluso los marcos de las ventanas siguen incólumes. El edificio está en Shanghái y es el último ejemplo de que al febril ritmo de construcción chino no le acompañan siempre los mejores materiales.

Al bloque le faltaban apenas los últimos arreglos antes de que entraran a vivir sus inquilinos cuando cayó en la madrugada del sábado. Eso evitó la tragedia. Solo murió un trabajador que había acudido a por sus herramientas. La causa, según las primeras investigaciones, fue el traslado a unos 30 metros de la abundante tierra excavada para construir los aparcamientos, justo en la orilla del río Dianpu, que reaccionó tragándose lo que quedaba de terreno.

Se han tomado muestras de cemento y vigas para comprobar que tienen la calidad prometida. Los propietarios han salvado la vida y perdido su casa. Shanghái Meidu Real Estate, la constructora que levanta el complejo Lotus Riverside, había vendido 489 de los 629 pisos. Tras varios análisis, las autoridades han descartado riesgos en el resto de los once edificios en construcción, sin que el mensaje haya calado demasiado en los compradores. Más de 400 ya han exigido la devolución del dinero y una indemnización que cubra el alza de los precios inmobiliarios.

El complejo se levanta en el distrito de Minhang, a las afueras de la capital. Gran parte de la clase media shanghainesa se desplaza al oeste porque en la capital los precios son prohibitivos.

Las autoridades han reaccionado con prestancia. A un año de la Expo Universal, no ha sido una buena publicidad. Ya han asegurado el pago a los compradores y congelado la cuenta del constructor. De este se ha sabido que operaba ilegalmente porque su licencia había expirado cuatro años atrás.

Un arquitecto ha criticado en el diarioShanghái Daily la ejecución de la obra: al estar al lado del río debería haberse previsto la posibilidad de pérdida de tierra. Justo un día antes del derrumbe se había roto un tramo de 80 metros del dique construido para frenar las crecidas del río.

CALIDAD EN ENTREDICHO/ China consume la mitad del cemento del mundo. Los edificios crecen a ojos vista, con obras que no discriminan fines de semana ni noches. China avanza rápidamente de un modelo rural a otro urbano, expandiéndose las ciudades como manchas de aceite. Son habituales las dudas sobre la calidad de los materiales de construcción. Esta semana cayó un puente sobre el río Hulan en la norteña provincia de Heilongjiang, y con él ocho coches.

Cuando se cae un puente o un edificio en China se habla de corrupción. Se conocen como proyectos tofu –un alimento chino con la firmeza del flan– aquellos edificios levantados con menos presupuesto del escriturado y cuya diferencia se reparten el constructor y los Gobiernos locales. Con todas las partes en el ajo, los controles de calidad posteriores son quiméricos. Pero esos proyectos abundan en la China rural del interior, donde los dirigentes locales actúan como los antiguos mandarines. No se tiene constancia de tofu en la cosmopolita y exuberante Shanghái.