EXPEDICION AL VOLCAN LLULLAILLACO



EL SITIO ARQUEOLOGICO  MAS ALTO DEL MUNDO 


 El Volcán Llullaillaco se encuentra ubicado a 12º 43’ Latitud Sur y 68º 32’ Longitud Oeste, en el Departamento Los Andes, Provincia de Salta; República Argentina.  Se eleva 6.739 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en una de las principales montañas de la cordillera de los Andes y en uno de los volcanes más altos del mundo. 

Desde antiguo, el volcán ha estado poblado de leyendas, que hablan de una mítica caverna en su interior, y de un tesoro de oro enterrado en la cima.   


En los años ochenta, el Dr. Johan Reinhard efectuó sucesivas campañas de exploración al Llullaillaco y publicó extensamente los resultados, incluyendo los planos del conjunto de ruinas ceremoniales en la cumbre, que ostenta el record de ser el sitio arqueológico más alto del mundo.



Entre los días 26 de Febrero y 27 de Marzo de 1999 se llevó a cabo una campaña de investigación arqueológica en el Volcán Llullaillaco, bajo la dirección del Dr. Johan Reinhard y de la Dra. Constanza Ceruti. Contó con la participación de estudiantes de arqueología peruanos y argentinos, y con financiación de la National Geographic Society. La expedición demandó 23 días de trabajo en la montaña, con 13 días de permanencia ininterrumpida en la cima, acampando sobre la nieve, a 6.700 metros de altitud. El trabajo se realizó en condiciones climáticas extremas, con temperaturas que diariamente alcanzaban los –30° centígrados; ráfagas de viento de 100 km/h., tormentas de nieve y riesgo permanente de edema cerebral o pulmonar por la escasez de oxígeno y la bajísima presión atmosférica.  Se llevaron a cabo diferentes tareas de investigación, en los distintos sitios arqueológicos existentes en la montaña: en un cementerio situado en la base del volcán, a 4.900 m.,  se recuperaron esqueletos de tumbas profanadas por buscadores de tesoros. A 5.000 m. se localizó un conjunto de ruinas desconocidas. A 5.200 m., en el imponente conjunto de ruinas de la tambería, se relevaron las construcciones – algunas que conservaban los muros hasta 2.2 m. de alto y con las vigas del techo en su ubicación original -  y se realizaron sondeos para obtener información acerca de cómo funcionaba el “campamento base” de las ascensiones de los Incas. También se relevaron los conjuntos de ruinas intermedias sobre las laderas de la montaña ( a 5.600 m., 6.300 m. y 6.550 m.).            


En el santuario de la cumbre, a 6.715 m. de altura, se realizaron cuidadosas mediciones de todas las construcciones, especialmente de las ceremoniales. Se hicieron sondeos en la “choza doble”, cabaña techada en la que se presume que los sacerdotes Inkas pasaron la noche antes de la ceremonia. Las tumbas y las ofrendas fueron halladas en una plataforma de 6 m. por 10 m., sobre un promontorio muy visible de la cumbre. Se invirtieron 10 días de trabajo ininterrumpido para completar la excavación de la plataforma, procurando que ningún objeto valiosos quedara a merced de los buscadores de tesoros.    


          


Se trabajó con todo rigor científico, pese a las  difíciles condiciones climáticas. Los hallazgos fueron cuidadosamente medidos, consignándose su ubicación - distancia y orientación y profundidad - con respecto a puntos fijos preestablecidos. Se dibujaron plantas y perfiles y se realizaron croquis detallados de los contextos funerarios. Se emplearon las técnicas e instrumentos característicos de la excavación científica tradicional (cucharín, pincel, palitas), aunque al comenzar la tarea también fue necesario utilizar cuidadosamente pico y pala, para remover la nieve y el relleno con el que estaban cubiertas las ofrendas. Cuando la campaña terminó, se procedió al rellenado de todos los pozos generados a lo largo del trabajo, precaución que los arqueólogos siempre toman, para garantizar una adecuada preservación de los sitios excavados.            



Los cuerpos congelados, durante su excavación, fueron protegidos del calor del sol, cubriéndolos con papel de aluminio. Una vez extraídos, fueron envueltos en plástico y  cubiertos de hielo y nieve, para mantener baja la temperatura. Aislados en goma espuma y colocados en soportes, los bultos, que a veces superaban los 40 kgs., fueron transportados montaña abajo a espaldas de porteadores especializados. El transporte hacia la ciudad se efectuó en vehículos todo-terreno del ejército, dentro de cajas de madera acolchadas con goma espuma y refrigeradas con hielo seco.            


La investigación arqueológica del Volcán Llullaillaco fue precedida por una campaña de excavaciones de rescate en la cumbre del Volcán Quehuar (6.130 m.; Provincia de Salta), que se llevara a cabo entre los días 3 al 21 de Febrero de 1999. Durante las excavaciones de rescate en la cumbre del Quehuar, se logró recuperar parte de un cuerpo humano congelado, que fuera destruido con dinamita por buscadores de tesoros, junto con una estatuilla de valva de Spondylus, fragmentos de textiles, entre otras escasas evidencias que sobrevivieron al saqueo del santuario.

 

HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS EN LA CUMBRE DEL LLULLAILLACO    

 

Durante las excavaciones dirigidas por Johan Reinhard y Constanza Ceruti en la cumbre del Volcán Llullaillaco (6.739 m.) -  el sitio arqueológico más alto del mundo - se hallaron tres cuerpos congelados, pertenecientes a víctimas de sacrificios humanos de los Incas. Conservando todos sus órganos internos intactos tras medio milenio de su muerte; y  con la apariencia de personas dormidas, han sido consideradas las momias precolombinas mejor preservadas conocidas hasta la fecha. Además de las tres momias, ricamente ataviadas en textiles cumbi, se recuperaron más de 80 objetos, que formaban parte del ajuar colocado en las tumbas; o que habían sido enterrados como ofrendas. Estatuillas de oro, plata y valva de Spondylus ataviadas con miniaturas textiles y tocados de plumas; aríbalos y platos pato de cerámica; bolsas tejidas conteniendo hojas de coca o alimentos, son algunas de las exquisitas manufacturas de distintivo estilo Inca, que han pasado a enriquecer el patrimonio cultural de toda la humanidad, gracias a este descubrimiento científico.            

Los hallazgos fueron encontrados en la plataforma ceremonial de la cumbre del Llullaillaco, en una superficie delimitada por muros de contención, de aproximadamente 10 m. por 6 m. Excavadas en la roca madre y cubiertas por el relleno artificial de la plataforma, tres tumbas custodiaban los cuerpos y bienes ofrendados a una profundidad de 1,5 m. a 2 m. Las bajas temperaturas, la escasa humedad y el ambiente sin microorganismos contribuyeron a la extraordinaria preservación de los conjuntos. Uno de los cuerpos, que pertenecía a un niño de siete años se encontraba sentado sobre una túnica o uncu plegado, y presentaba distintos elementos del ajuar acompañante, tales como sandalias o ushutas,  bolsitas de piel de animal conteniendo cabello del niño, un saquillo tejido o chuspa, engarzado con plumas blancas, estatuillas masculinas de valva de spondylus y un aríbalo de cerámica. La víctima enterrada en la tumba norte era una joven mujer de quince años, que llevaba un tocado de plumas blancas. Estaba acompañada de un uncu o túnica tejida, de objetos de cerámica de formas y estilos típicos incaicos - aríbalo, vasija con pie, jarrito, platos ornitomorfos – y de elementos textiles tales como chuspas, fajas arrolladas y una pequeña vincha. Presentaba keros de madera en miniatura, un peine de espinas y trozos de carne seca o charqui. De su tumba se recuperaron asimismo estatuillas femeninas de oro, plata y valva de spondylus. . En la tercer tumba se descubrió el cuerpo de una niña de seis años, dañado por la descarga de un rayo. La niña se encontraba rodeada de varios elementos de cerámica en miniatura, de típico estilo incaico. Llevaba consigo bolsas o chuspas;  mocasines de cuero y sandalias, vasos o keros, y un conjunto de estatuillas femeninas alineadas.  

  

También se recuperaron varios conjuntos de ofrendas, formados por agrupamientos de estatuillas masculinas, femeninas y de camélidos, de oro, plata y spondylus, así como un pendiente de valva y un brazelete metálico en miniatura. Los resultados de los trabajos científicos realizados en el sitio ceremonial más alto del planeta han sido publicados por la Editorial de la Universidad Católica de Salta, en una obra que contiene fotografías a color, mapas y descripciones detalladas de los hallazgos: 2000 -   Reinhard, Johan y Constanza Ceruti“Investigaciones arqueológicas en el Volcán Llullaillaco: Complejo ceremonial   incaico de alta montaña” . EUCASA. Salta.

 

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