La mujer que llora (cuadro de Picasso)

La Mujer que Llora
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La mujer que llora (The weeping woman) es uno de los cuadros pintados por Picasso tras la Guerra Civil Española.
Datos Generales
Autor(es):Pablo Picasso
Año:1937
País:Bandera de España España
Datos de la Pintura o dibujo
Estilo pictórico:Cubismo.
Técnica:Pintura al aceite
Dimensiones:60 X 49 cm
Localización:Galería Tate (Londres)

La Mujer que Llora es un cuadro que Pablo Picasso pinta en 1937, en el que presenta el sufrimiento y el dolor de una mujer ante la guerra civil española. En este cuadro vemos como rompe con la perspectiva convencional y mezcla diferentes puntos de vista al representar los rasgos del rostro humano.

Contexto

En 1937, siguiendo los pasos del Guernica, Picasso realizó una serie de pinturas que representaban el rostro de una mujer desesperada. Una de las figuras del Guernica es una mujer que llora con su hijo muerto en brazos, y durante bastantes meses el pintor estudió el tema de su rostro angustiado, volviendo a proponerlo de una manera casi obsesiva hasta alcanzar un total de trece obras realizadas con técnicas diversas, junto con cuatro pinturas al óleo. Mujer que llora, la última y más elaborada de las piezas, señala la culminación de uno de los períodos creativos más intensos de su vida. Un aspecto característico de la obra de Picasso es la manera en que recomponía las formas humanas, la misma que empleaba para reordenar los distintos componentes de una naturaleza muerta en el cubismo desplazando los ojos, las orejas, la boca y la nariz para intensificar las emociones. Así, deformando la figura humana, sentía que podía expresar esto con mucha más fuerza que a través de representaciones convencionales.

Significado artístico

Aunque el rostro esté fuertemente distorsionado, parte del mismo es el de una persona real, la fotógrafa Dora Maar, que en aquella época era la pareja sentimental de Picasso. En el cuadro predominan las formas y los colores ásperos. Los rasgos del rostro están alterados y desmenuzados en formas recortadas que ponen de manifiesto el tormento interior de la mujer.

Los rasgos del rostro están alterados y desmenuzados

El dolor y el sufrimiento se hacen patentes. No hay lugar para la serenidad y el equilibrio. Las líneas se quiebran y los colores se contraponen. Los colores nos evocan los tonos de la bandera republicana. Son a su vez, tonos intensos, amarillos y rojos frente al frío azul que capta nuestra atención hacia el punto más dramático, unas inmensas manos y esa boca que muerde un pañuelo arrugado.

La atención del espectador se centra de inmediato en la zona fría, azul y blanca, en torno a la boca y los dientes. Los ojos y la frente están dislocados, literalmente rotos por la pena. La pintura no representa, si no presenta, el grito del dolor. El realismo fotográfico no sería suficiente para plasmar un sentimiento desgarrador que ha llegado a deformar la realidad. Igual que una metáfora en poesía, la pintura expuesta exagera también los rasgos de la mujer más significativos, las grandes manos que cogen el pañuelo, los ojos que no saben hacia dónde mirar. Así mismo, compositivamente, la perspectiva y el punto focal ha sido voluntariamente destruido, vemos a través de varios puntos de vista, no uno. El tiempo y el espacio se fragmentan, el caos, la inseguridad, la desesperación quedan sugeridos

Descripción y análisis

Es un cuadro que transmite gran emoción mediante colores fuertes, como rojos y amarillos , verdes y negros y formas y planos geométricos. Las líneas de contorno de la figura son negras y están muy marcadas y vemos como la boca, el pañuelo y las manos están en blanco y negro para acentuar el contraste y llamarnos la atención hacia ese grito desgarrador que parece emitir la figura. Es un cuadro que no nos deja indiferentes y llama la atención el llamativo sombrero con flor, el pelo que parece recién peinado y ese abrigo con pespuntes. Si nos fijamos en los ojos, parecen abiertos de par en par, como transmitiendo la desesperación y el dolor que produce una guerra. En Mujer que llora, los dientes de la protagonista aferran convulsivamente un pañuelo arrugado, que en lugar de tener la apariencia de tela blanda está pintado con líneas decididas en zigzag, como si fuese rígido y encrespado evocando el dolor de la mujer que protagoniza la obra.

Los dientes de la protagonista aferran convulsivamente un pañuelo arrugado.

Los colores verdes y amarillos oscuros, no sólo transmiten un sentimiento general de crueldad sino que hacen pensar en la carne putrefacta. Unas pocas áreas de rojo vivo surgen en contraste con los verdes y amarillos predominantes, y crean una discordancia deliberada que acentúa el impacto de la pintura y hacen de ella uno de los trabajos cubistas más destacados en la carrera artística de Pablo Picasso.

Fuentes.







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