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Un estudio profundo de la profecía de la visión de Daniel que complementa los sueños proféticos de los capítulos 2 y 7. Federico Salvador Wadsworth 0. Contenido 0. Contenido .......................................................................................................................................... 2 1. Introducción General ......................................................................................................................... 3 2. Estructura del Tratado Teológico ...................................................................................................... 3 3. Mapa General de Tratados ................................................................................................................ 5 4. Mapa del Tratado .............................................................................................................................. 6 5. Propósito del Tratado ........................................................................................................................ 7 6. Desarrollo del tema ........................................................................................................................... 7 6.1. Introducción............................................................................................................................ 7 6.2. Fondo histórico del relato ....................................................................................................... 8 6.3. La visión ................................................................................................................................. 9 6.4. Interpretación profética ........................................................................................................ 11 6.4.1. El carnero medo-persa ............................................................................................. 12 6.4.2. El querubín cubridor revela el significado ................................................................. 16 6.4.3. El macho cabrío griego ............................................................................................. 16 6.4.4. Un detalle sobre el cuerno pequeño ......................................................................... 24 6.4.5. Un cuadro resumen .................................................................................................. 25 7. Material complementario ................................................................................................................. 25 7.1. El imperio medo-persa ......................................................................................................... 25 7.1.1. El imperio de Media .................................................................................................. 25 7.1.2. El surgimiento persa ................................................................................................. 27 7.1.3. Genealogía de los principales reyes persas ............................................................. 27 7.1.4. Ciro II el Grande y la profecía ................................................................................... 28 7.1.5. Ciro y la caída de Babilonia ...................................................................................... 30 7.1.6. El desarrollo del imperio hasta Darío I el Grande ..................................................... 33 7.1.7. Los tiempos intermedios ........................................................................................... 35 7.1.8. El decaimiento del imperio ........................................................................................ 38 7.2. La religión persa................................................................................................................... 38 7.3. El surgimiento del imperio greco-macedónico...................................................................... 39 7.3.1. Grecia: algunos antecedentes .................................................................................. 39 7.3.2. Las Guerras y la aparición de Macedonia ................................................................. 41 7.3.3. Alejandro y la expansión del imperio ........................................................................ 42 7.4. El imperio desmembrado ..................................................................................................... 43 El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 2 de 46 1. Introducción General La búsqueda del conocimiento de Dios y su propósito para el hombre constituye la más apasionante de las aventuras que la mente humana pueda proponerse. El reto de encontrar en el libro sagrado aquel hilo de oro del plan de salvación recompensará al estudioso, que podrá comprender la majestuosidad del esfuerzo de Aquél que “no escatimó ni a su propio hijo” (Romanos 8: 32). El conjunto de tratados sobre temas bíblicos, del que usted tiene en sus manos uno de los estudios, ha sido preparado para proveer al miembro laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día del conocimiento requerido para enseñar a otros acerca de cómo crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3: 18) así como para “presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3: 15). El autor es miembro regular de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde 1977, anciano de iglesia desde 1979, esposo, padre y abuelo, con el gozo de tener a toda su familia en “la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1: 3) y que además suscribe totalmente las 28 doctrinas oficiales de la misma. Reitero que estos tratados han sido preparados para el miembro de Iglesia, por lo que deberá graduar la dosis de conocimiento que deba transmitir a aquellos que se encuentren interesados en conocer a Jesús, a quien el profeta llama el “Deseado de todas las gentes” (Hageo 2: 7). Por eso, al mismo tiempo, hemos querido también incluir material complementario al estudio bíblico que esperamos le permita ampliar sus actuales conocimientos, así como estar preparado para profundizar en “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles” (1 Pedro 1: 12). Su habilidad para introducir estos subtemas en armonía con los conceptos centrales es clave para favorecer la transferencia del conocimiento que usted y yo nos proponemos. Dado que el conocimiento de nuestro Dios y sus propósitos estarán, por la obra y gracia del Espíritu Santo, siempre en pleno desarrollo, podrá encontrarse regularmente con actualizaciones de cada tratado (vea la fecha aa.mm.dd que acompaña al nombre del archivo). Estas actualizaciones, por supuesto, también corregirán algunas de las fallas humanas que puedan haber pasado inadvertidas para el autor. Por otro lado, su bien intencionado propósito de ayudarnos a mejorar estos temas será siempre bienvenido. 2. Estructura del Tratado Teológico Al inicio de cada tratado le presentaremos la estructura general del conjunto de estos utilizando un diagrama de bloques numerado, llamado Mapa General de Tratados. Este gráfico (que aparece en la subsiguiente página) le permitirá ver dónde encaja el tratado que tiene en sus manos en relación con los otros temas. Para facilitar su ubicación además de la numeración, este estará marcado en color diferente de los demás. Coleccione los temas, actualícelos y ordénelos en esta secuencia si le parece útil a su propio desarrollo del conocimiento. Los números en cada bloque establecen simultáneamente el orden de creación de estos tratados y la dependencia lógica también entre ellos. Los bloques del número 70 en adelante representan, a su vez, un conjunto de tratados especiales. Los he agrupado en 6 grandes temas: a. b. c. d. e. f. Religiones comparadas Cronologías Armonías de los Evangelios Genealogías Biografías bíblicas Historia Serie 70.nn Serie 75.nn Serie 80.nn Serie 85.nn Serie 90.nn Serie 95.nn La lectura de estos temas le dará el marco referencial para entender los tratados más temáticos. Estos otros temas tienen su propia estructura que guardará relación con la aquí mencionada. Luego del diagrama del conjunto, encontrará usted un diagrama de bloques del estudio propiamente dicho, llamado Mapa del Tratado, donde podrá notar lo siguiente: a. Cada bloque del diagrama indica el versículo o versículos de referencia en la parte inferior y una breve frase que corresponde con la lógica de su inclusión en el tema. El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 3 de 46 b. c. d. e. Notará que hay algunos bloques, con versículos de color diferente, que hacen referencia a parábolas que ayudan a entender el tema central. Otros bloques, que no contienen versículos, exponen asuntos que podría usted tocar cuando presente el estudio; asuntos que poseen un trasfondo histórico, geográfico, científico, técnico, entre otros. Usted encontrará en este estudio alguna información que le ayudará a exponer sobre estos conceptos. Estos dos tipos de bloques no necesariamente están incluidos en todos los estudios. Las flechas indican la secuencia lógica en la que el autor piensa que estos temas deben ser presentados. La secuencia está establecida de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Sin embargo, su propia iniciativa y conocimiento de las necesidades de sus oyentes le pueden marcar una ruta diferente. Déjese guiar en oración por Aquél que no puede errar. Al finalizar esta fase gráfica usted encontrará el estudio en detalle, que seguirá hasta donde sea posible, la estructura del diagrama de bloques. Algunos materiales complementarios al estudio se incluirán al final. Le recomiendo que los lea con anticipación para encontrar el momento exacto para incluirlos en su exposición. Hasta donde me ha sido posible he presentado la fuente de algunos de estos temas para que pueda extender su comprensión revisándolos. No pretendo conocer todo lo que estas fuentes tratan sobre el tema, por lo que lo aliento a profundizar y comentarme cómo mejorar este contenido. He incluido algunas imágenes halladas en Internet para hacer más amena su lectura, espero le agraden. La fase escrita del estudio contendrá: a. b. c. d. e. f. g. Acápites por los subtemas principales. Citas Bíblicas (en color rojo). Citas del Espíritu de Profecía (en color verde). Citas de libros o artículos de diversos autores, destinadas a ampliar su conocimiento sobre el tema (en color azul). Comentarios de las citas mencionadas; en algunos casos estos se presentarán antes de la cita, como anticipando la declaración, mientras que en otras se ubicarán después como confirmación del concepto que se sostiene (en color negro). Mapas, cronogramas, genealogías y otros diagramas cuando corresponda a la exposición del tema. Material complementario agrupado en un acápite que ayuda a comprender algunos de los aspectos que podrían surgir al tratar el tema central con otras personas. No todos los temas contienen necesariamente este material. Cuando no se indique lo contrario las citas de la Santa Biblia corresponden a la versión Reina-Valera 1960, mi favorita. Alguna vez incluiré otras versiones para comparar o ampliar la comprensión de un texto. Cuando usted desarrolle un estudio bíblico sobre este tema con personas que no pertenecen a la Iglesia le recomiendo que use la sección correspondiente al estudio (con los versos incluidos en el diagrama de bloques) sin presentar las declaraciones del Espíritu de Profecía. Comente los materiales complementarios conforme surjan en la exposición, así como en la fase de preguntas y respuestas. He preparado también un archivo que incluye todos los diagramas de bloques de los tratados de manera que le sirvan de ayuda memoria cuando presente el tema. También he creado un archivo con una copia de todos los contenidos de los tratados de manera que pueda revisarlos sin abrir cada uno de los documentos, en caso esté buscando un subtema específico. Permítame, como hasta ahora, que durante el estudio me dirija a usted en forma personal. Creo que así es como nuestro Salvador hablaba con aquellos a quienes amaba y deseaba salvar. Seguramente usted hará lo propio con aquellos que le escuchen con este propósito. Este es un material gratuito que seguramente ha llegado hasta usted por alguien que lo aprecia y desea que conozca aún más a Jesús y su maravilloso plan de salvación. Difúndalo de la misma manera, ya que “de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10: 8). El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 4 de 46 3. Mapa General de Tratados 05 El Espíritu Santo 30 Los dones espirituales 31 El don de lenguas 32 El Don de Profecía 47 La estatua de Nabucodonosor 50 Las 7 iglesias 48 Las 4 Bestias 49 El carnero y el macho cabrío 33 Profecías mesiánicas 02 La Divinidad 04 El Hijo 15 La Encarnación 16 Muerte Vicaria 17 La Resurrección 03 El Padre 01 La Santa Biblia 06 La Ley de Dios 34 La Redención 54 Los 1260 años 57 El juicio investigador 59 El sellamiento 60 La Apostasía final 58 Los libros del cielo 61 El Tiempo de Angustia 62 El milenio 40 La Gran Comisión 41 Historia de la IASD 42 Organización Eclesiástica 37 Santificación 38 El Bautismo 39 La Iglesia 43 Disciplina Eclesiástica 44 Diezmo & Ofrendas 10 La Muerte 26 Los Ángeles 07 El Sábado 55 El Anticristo 35 La Conversión 36 Justificación por la fe 09 El Pecado 08 El origen del pecado 53 El cuerno pequeño 19 Señales de la Segunda Venida 14 El Amor 29 Los libros apócrifos 52 Las 7 trompetas 56 Las 70 semanas 18 La Segunda Venida 13 El Ángel de Jehová 51 Los 7 sellos 24 La Adoración 27 Espiritismo 28 Posesión demoníaca 45 El matrimonio 25 La Cena del Señor 46 Estilo Cristiano de Vida 12 La Oración 11 La creación 20 El diluvio 21 El Santuario Celestial 22 Nuestro Sumo Sacerdote 63 La tierra nueva 23 La ley ceremonial 70 Religiones Comparadas El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth 75 Cronología 80 Armonía de los Evangelios 85 Genealogía 90 Biografías Bíblicas 95 Historia Página 5 de 46 4. Mapa del Tratado Visión en el tercer año de Belsasar El imperio de Media El surgimiento persa Dan 8: 1 Junto al río Ulai La visión Reyes de Media y Persia Dan 8: 2 Dan 8: 3-27 Dan 8: 20 Un cuerno pequeño que surge Un carnero poderoso Dan 8: 23 Dan 8: 3, 4 Genealogía de los principales reyes persas La religión persa Gabriel aparece en escena Una visión para el tiempo de fin Al fin de la ira Dan 8: 15, 16 Dan 8: 17 Dan 8: 18, 19 Ciro II el Grande y la profecía Ciro y la caída de Babilonia Un cuerno pequeño que surge 4 cuernos = 4 reinos Un triunfo sorprendente Un veloz macho cabrío Dan 8: 9 Dan 8: 22 Dan 8: 7 Dan 8: 5, 6 Quebrado en su mayor fuerza El Rey de Grecia Dan 8: 8 Dan 8: 21 El desarrollo del imperio hasta Darío I el Grande Grecia: algunos antecedentes El imperio desmembrado El carnero y el macho cabrío Alejandro y la expansión del imperio Las Guerras y la aparición de Macedonia Federico Salvador Wadsworth Los tiempos intermedios El decaimiento del imperio Página 6 de 46 5. Propósito del Tratado El propósito del tratado es el siguiente: a. b. c. d. e. 6. Presentar la profecía de la visión de la lucha entre el macho cabrío y el carnero. Mostrar que Dios controla el futuro y el destino de las naciones. Establecer una base para otras profecías que apuntan al tiempo del fin. Establecer la relación de esta profecía con el sueño de la estatua de Nabucodonosor y el de Daniel de las 4 bestias que surgen del mar, con los acontecimientos finales. Colocar la base para el estudio del cuerno pequeño en un tratado posterior. Desarrollo del tema 6.1. Introducción En dos tratados precedentes hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel, así como el sueño de Daniel que ve a 4 terribles bestias surgiendo de un mar agitado. Estos mensajes dados al rey y al profeta por Dios tenían como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una de ellas un tiempo en la historia. Este gobierno omnímodo de Dios queda evidenciado al estudiar estas profecías desde un punto de la historia que nos permite comprobar su matemático cumplimiento. Lo que para nosotros hoy es historia comprobada, para el profeta era una luz que alumbraba el devenir de los acontecimientos anticipando lo que ocurriría durante unos 25 siglos. No sorprende, por lo tanto, la perplejidad del rey y del profeta al recibir de Dios los propósitos para naciones que, en algún caso, no habían surgido como aparentes líderes de la lucha por el poder. La profecía que trataremos ahora añade nuevas características de los imperios en conflicto en los sueños anteriores y robustece la seguridad que no solamente Dios gobierna, sino que ha dejado esta información para que no tengamos duda que la profecía que está aún para nosotros en el futuro, sin duda se cumplirá. Si no la ha hecho ya, le sugiero que lea los dos tratados precedentes antes de este, pues mucha de la lógica de aquellos le resultará indispensable para facilitar su comprensión del presente. Como en el caso del tratado anterior, por asuntos relacionados al método trataremos el tema del cuerno pequeño (que forma parte también de esta visión) en un documento posterior, cuando debamos relacionarlo con otras revelaciones que son temáticamente coincidentes. Por lo tanto, haremos solamente una referencia (que se añadirá a la ya mencionada) que nos servirá de soporte cuando lo ampliemos en el tratado correspondiente que lleva su nombre. Por otro lado, dejaremos la profecía de los 2,300 días de tarde y mañana para cuando tratemos en otro estudio el tema del juicio investigador. Aunque estos asuntos están indisolublemente ligados, haremos, como en el caso del cuerno pequeño, una separación de los conceptos en razón del método empleado y para no extender en demasía la dimensión de cada uno de los tratados mencionados. Gracias por su comprensión. Daniel 8 presenta proféticamente dos grandes conflictos que iban a ocurrir en el tiempo. El primero era el enfrentamiento de Persia contra Grecia. En la visión, el profeta vio a cada uno de estos dos poderes representados por un animal. Un carnero simbolizaba a Persia (8: 3, 20), y un macho cabrío simbolizaba a Grecia (versículos 5, 21). El choque de estos dos poderes fue representado por el combate cabeza contra cabeza entre los dos animales. Grecia ganó, y el carnero persa fue derribado al suelo y pisoteado por el macho cabrío (versículos 6, 7). El segundo gran conflicto presente en Daniel 8 confronta a Roma contra las fuerzas del cielo. Roma está representada por el símbolo de un cuerno pequeño (versículo 9). Históricamente hablando, Roma existió en dos grandes fases: la fase clásica o imperial, la Roma de los césares [antes la época de la república], y posteriormente la fase religiosa o espiritual, la Roma de los papas. Si bien la profecía simboliza ambas fases de Roma, el énfasis está sobre la segunda fase. De acuerdo con la visión, el Santuario o templo en el cielo sería un blanco especial de contención entre estos dos poderes (versículo 11). Obviamente, no hay forma física en que un poder terrenal ataque una estructura celestial. El ataque es espiritual, o teológico, y esto es a lo que apuntan los símbolos en la segunda mitad de esta visión. El desafío al Santuario celestial se produce cuando se dirige la atención de los hombres y mujeres a un sustituto terrenal, cuando la atención a los ritos religiosos en la tierra toma el lugar de los verdaderos ritos celestiales. Esta lucha prolongada relacionada con el Santuario habría de continuar por un período prolongado de tiempo: 2.300 tardes-mañanas, o días (versículo 14), que equivalen a 2.300 años históricos… No se nos muestra el fin completo de esta fase del conflicto; se espera el cuadro El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 7 de 46 completo de estos eventos en Daniel 7. Sin embargo, el capítulo 8 nos da la seguridad de que este conflicto será resuelto en el propio tiempo profético de Dios y en la forma en que Dios lo decida. William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 173, 174 6.2. Fondo histórico del relato La visión de Daniel le es dada unos dos años después de la visión de las 4 bestias, esta vez no mediante un sueño sino como una visión, es decir mientras estaba despierto. Esto nos permite además analizar las diferencias entre los efectos sobre el profeta que tienen estos dos métodos (sueños y visiones) de comunicación de la Deidad con el hombre. En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes. Daniel 8: 1 Como mencionamos en el tratado anterior, de acuerdo a la historia y al Comentario Bíblico Adventista, Tomos II (página 95) y III (página 47) la secuencia de reyes babilónicos del nuevo imperio (incluyendo los años de reinado) fue la siguiente: • • • • • • • Nabopolasar Nabucodonosor Evil-Merodac Nergal-sar-usur Labasi-Marduk Nabonido Belsasar 626 605 562 560 556 556 553 605 562 560 556 556 539 539 21 años 43 años 02 años 04 años 00 años 17 años 14 años como corregente De acuerdo a esta tabla, puede entonces establecerse que el tercer año de Belsasar (como corregente con su padre Nabonido) sería el 551/550 AC, esto es casi 52 años después del sueño de la estatua. Por lo tanto, Daniel, que tendría 18 años cuando interpretó el sueño de Nabucodonosor, sería ahora un hombre de unos 70 años de edad. En 553 AC, mientras [Nabonido] combatía en la Palestina oriental, cayó enfermo y fue al Líbano para curarse. Inmediatamente llamó a su hijo Belsasar y le confió el reino. De este modo procuró garantizar la perpetuidad de su casa real, para que de esa forma ningún usurpador fuera puesto en el trono de Babilonia durante su ausencia. Así estuvo libre para llevar a cabo nuevos planes de expansión de su imperio. Mientras tanto, Belsasar regresó a Babilonia y a principios del 552 AC (probablemente…) reinó como corregente sobre las provincias centrales en nombre de su padre. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 50 Sin embargo, algunos otros estudiosos consideran que Belsasar recién fue nombrado corregente unos 3 años después (550/549 AC, años de primavera a primavera del hemisferio norte). Pareciera ser que esta fecha es más probable que la anterior, por lo que la usaremos como referencia en adelante, con lo que Belsasar pasaría a tener 11 años y no 14 como corregente con su padre Nabonido, para el periodo del 550 al 539 AC, fecha de la caída del imperio. Ahora se sabe que Belsasar no fue rey en un período posterior al de Nabonido su padre, sino que fue corregente con éste y reinó en su nombre. Se han encontrado 98 tablillas que identifican a Belsasar como hijo mayor del rey y como su representante cuando éste se ausentó a Tema, en el noroeste de Arabia, probablemente desde el año 3º hasta el 11º de Nabonido. En el “Relato persa de Nabonido, en verso”, se cuenta que este rey “confió el reino” a su hijo mayor “en el tercer año”. Por lo general, se entiende que debe tratarse del tercer año de su reinado (553/552 AC, de primavera a primavera); sin embargo, algunos han pensado que “el tercer año” sería el tercero después de la terminación de un templo en Harán. Puesto que el texto dice que Nabonido confió el reino a su hijo cuando estaba por emprender la conquista de Tema, y siendo que estuvo en Tema antes del 7º año de su reinado, esto no podría haber ocurrido después del año 6º (550/49). De esta manera Belsasar fue en realidad, por algunos años, un rey de Babilonia inferior a su padre en categoría, pero no en poder. Las tablillas escritas durante su administración llevan como fecha los años de Nabonido, su padre, como rey del país. De este modo Belsasar, hijo y corregente, y segundo gobernante bien podía ofrecer a Daniel el puesto de “tercer señor en el reino” (Daniel 5: 16, 29). Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 97, 98 Si esta fuera la fecha del tercer año de Belsasar, 548/547 AC, la visión del carnero y el macho cabrío de Daniel habría ocurrido 55 años después del sueño de la estatua y el profeta tendría 73 años. En realidad, la edad del profeta (70 o 73 años) solamente sirve, además de colocar en contexto histórico al relato del libro, como referencia acerca del largo periodo en que Daniel fue considerado como un funcionario ocupando un importante puesto en la corte de Babilonia, a pesar de ser un cautivo, y pertenecer a una etnia El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 8 de 46 y religión diferente a la dominante en su tiempo. La influencia de este gran hombre de Dios se sentiría hasta el fin de sus días bajo el siguiente imperio en el que también sería tratado con una gran deferencia por los nuevos monarcas, esta vez del imperio medo-persa. También es bueno señalar que habían pasado ya 14 años desde la muerte del gran Nabucodonosor II y el imperio que este había consolidado empezaba a resquebrajarse (y se vendría abajo en unos 9 años) por el ataque de un nuevo poder: la alianza entre los medos y los persas. En su introducción a esta visión, Daniel dice que Dios le dio la visión en el "año tercero del reinado del rey Belsasar" (8: 1). En relación con nuestro calendario, el año tercero de Belsasar equivale aproximadamente al 548 AC. En ese tiempo, se estaban desarrollando cambios importantes en el Cercano Oriente. Babilonia estaba en declive y Persia estaba en ascenso. En esta visión, Dios le muestra a Daniel cuán lejos llegaría Persia. Pero, más aún, también le muestra los poderes que seguirían a Persia. Las visiones registradas con anterioridad en Daniel llegaron en la forma de sueños durante la noche. Esto fue cierto en el caso de Nabucodonosor (2: 1; 4: 5) y de Daniel (7: 1). Pero la visión del capítulo 8 llega a Daniel durante el día. El profeta pareciera estar en Susa, o Shushan, en la provincia oriental de Elam (versículo 2). Este es el mismo lugar donde ocurrieron los eventos del libro de Ester (Ester 1: 2). Elam era un Estado fronterizo entre Babilonia y Persia. A veces estuvo bajo el control de Babilonia; otras veces estuvo bajo el control de Persia. Y en otras ocasiones permaneció libre e independiente de ambos poderes. En la visión, Daniel pareciera transportarse de Babilonia hacia el oriente, hasta que llegó a detenerse en la ribera occidental del río Ulai, cerca de Susa. William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 174 Mientras que los sueños anteriores ocurren en la capital del imperio neobabilónico, la visión parece transportar a Daniel al futuro, al tiempo en que el imperio medo-persa sería el amo del mundo, pues al profeta le parece encontrarse en Susa, y cerca de las orillas del río Ulai, mientras que otro río, el Hidekel, sería también escenario de otra visión del profeta ya en tiempo de gobierno medo-persa. Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai. Daniel 8: 2 Ahora bien, Daniel 8: 1, 2 nos dice que el profeta en su visión creía estar de pie junto al río Ulai, un canal de unos trescientos metros de ancho que pasaba cerca de la antigua ciudad de Susa. Lo importante es que estaba ubicado en las proximidades de una comunidad, Susa, que iba a figurar en forma prominente como depósito de tesoros y capital de invierno del Imperio Medopersa. En forma simbólica, entonces, el profeta fue trasladado a la época medopersa. C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 155 Como en el capítulo 7, el profeta observa al animal cerca del agua. En el capítulo 7 era el "mar", el Mediterráneo. Aquí, es solamente un río próximo a la ciudad de Susa, quizás hasta un canal, como lo da a entender el término hebreo ubal (Daniel 8: 2), que significa "conducir". El capítulo 7 hace que la visión se extienda por todo el Mediterráneo. Aquí no va más allá de los confines del Imperio Persa. En cuanto a la ciudad de Susa, a 370 kilómetros al este de Babilonia, posteriormente llegaría a ser una de las capitales más ricas de los reyes persas, su residencia favorita, donde guardaban todos sus tesoros. La presencia de un canal ya sugiere prosperidad. En el mundo babilónico, los canales servían como base para la riqueza y la abundancia de la agricultura. Una inscripción de Nabucodonosor se refiere al canal de Babilonia llamado Libil khigalla, "que traiga abundancia". La palabra libil ("lo que trae") deriva de la misma raíz de la palabra ubal (río, canal). Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 122 6.3. La visión La visión del carnero y el macho cabrío abunda en más detalles sobre el desenvolvimiento de los dos imperios que las anteriores revelaciones (por sueño) de la estatua y las cuatro bestias. Aunque aparece información sobre algunos de los mismos reinos y otros poderes ya mencionados, es la primera vez que el mensajero celestial que acompaña al profeta en la visión identifica con su nombre a algunos de estos poderes, por lo que se reduce la necesidad de interpretación de los símbolos y al mismo tiempo se confirma las conclusiones de los sueños antes mencionados. …la estructura literaria de Daniel 8 presenta un paralelismo temático entre las primeras tres secciones de este capítulo (Daniel 8: 1-16) y las tres últimas del mismo (Daniel 8: 18-27). Luego, en el centro de la estructura, aparece la exhortación del ángel Gabriel al profeta Daniel, de que El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 9 de 46 entienda que la visión concluirá hasta “el tiempo del fin” (Daniel 8: 17). Es decir, la estructura literaria de la visión de Daniel 8 presenta el período del “tiempo del fin” como el foco central de toda la visiónaudición. Este hecho nos ayuda a ver la importancia que el “tiempo del fin” tiene en la visión de Daniel 8 y en el plan de Dios, porque en el transcurso de este período el “santuario celestial” sería purificado, el “ejército de Dios” liberado y el “cuerno pequeño” destruido. La expresión “tiempo del fin”, que aparece por primera vez en esta visión (Daniel 8: 17), se repite cuatro veces más en la última visión de Daniel (Daniel 11: 35, 40; 12: 4, 9). Aquí es donde se revela cuando comenzaría ese tiempo (Daniel 12: 7) y cuando terminaría (Daniel 12: 1-3, 13). El “tiempo del fin”, como se demostrará más adelante, es una expresión netamente escatológica y se refiere al período final de la historia de nuestro mundo. Dicho período se inició en 1798 DC, cuando los “tres tiempos y medio” de Daniel 7: 25 se cumplieron (cf. Daniel 12: 7), y concluirá. cuando Miguel se levante del santuario celestial para: 1. 2. 3. libertar a su pueblo de la cautividad del cuerno pequeño o rey del norte, resucitar a los que duermen en el polvo de la tierra y glorificar a los “entendidos” o “sabios” (Daniel 12: 1-3). La visión de Daniel 8, al igual que las visiones de Daniel 2 y 7, es una profecía simbólica y de largo alcance. Decimos que es simbólica porque ella presenta su mensaje, en gran parte, a través de figuras visibles (animales) y figuras de pensamiento (lenguaje figurado). Es decir, los elementos simbólicos de esta visión cumplen la función de representar realidades que están fuera de ellos mismos y, por lo tanto, no deberían interpretarse de manera literal, sino simbólica. Afortunadamente, los animales simbólicos o el lenguaje figurado que aparecen en la primera parte de la visión (8: 314) son explicados en la segunda parte de la misma (Daniel 8: 20-26) o en las otras visiones que se le presentaron al profeta posteriormente (Daniel 9: 24-27 y 11: 2-12: 13). La explicación de esos símbolos o figuras que aparece en Daniel 8: 20-26, o en las visiones posteriores, es de suma importancia y de mucho valor para el lector, ya que dicha explicación nos ayudará a entender los símbolos de una manera más adecuada. Por otro lado, decimos que la visión de Daniel 8 es de largo alcance porque su mensaje profético abarca desde el tiempo del imperio Persa (8: 20) hasta el fin de la historia de nuestro mundo (Daniel 8: 23-25). Samuel Núñez, Las Profecías Apocalípticas de Daniel, 32, 33 Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Aún se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 10 de 46 enseña a éste la visión. Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana. La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días. Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía. Daniel 8: 3-27 Quisiera que recuerde que Gabriel menciona que esta visión “es para el tiempo del fin” y que, por lo tanto, al igual que los sueños que hemos mencionados ocupan el mismo periodo desde la época del profeta hasta el fin de los tiempos, pasando por el nuestro. Aunque en este tratado nos ocuparemos de la porción histórica de los imperios medo-persa y griego, no debemos olvidar que todo esto se proyecta sobre un fondo que incluye los eventos finales, desde la perspectiva del santuario celestial. Otro aspecto destacable de esta narración es la condición del profeta, que luego de visión quedó “quebrantado” y estuvo “enfermo algunos días”. Esta es, como hemos mencionado cuando estudiamos el Espíritu de Profecía la condición del profeta como consecuencia de una visión. Hemos presentado la visión completa, pero nos concentraremos en la primera mitad dejando, como mencionamos el tema del “cuerno pequeño” y las referencias a las “dos mil trescientas tardes y mañanas” que serán motivo de otros tratados. Pero no bien hubo explicado Gabriel el significado de las bestias y los cuernos, se dio cuenta de que tenía que suspender su conversación. El cuadro que había pintado le causó un desmayo al profeta, que para aquel entonces ya era anciano. La visión terminó y Daniel dice con pesar, casi como un chico que no puede hacer sus deberes: "Seguía perplejo por la visión, que no se podía comprender" (versículo 27). Este es el vacío que llenará Daniel 9, algunos años más tarde. Cuando Daniel se dedicó con alma y vida a la comprensión de la parte relativa al tiempo en la profecía, Gabriel apareció de nuevo y le explicó que había acudido para "ilustrar tu inteligencia". Al decirle una vez más "entiende la visión", el ángel se puso inmediatamente a explicarle el símbolo de ese tiempo profético, exactamente en el punto donde había suspendido la aclaración al final del capítulo 8. C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 151 6.4. Interpretación profética Mientras que en el sueño de las 4 bestias (león alado, oso, leopardo con cuatro alas, la bestia irreconocible y terrible) los animales que representan a los reinos pertenecen a la categoría de animales inmundos (que no se deben comer, y que no se utilizan como víctimas en el servicio del santuario); en la visión que nos ocupa los animales que aparecen son animales limpios, pues el trasfondo de la visión es la lucha que involucra al cuerno pequeño en su oposición a lo que ocurre en el santuario celestial. Consideremos también que en la visión hay un elemento clave: los cuernos, tanto del carnero como el macho cabrío, incluyendo en este último al cuerno notable, a los cuatro que surgen de este cuando se quiebra, así como del cuerno pequeño que aparece en escena luego. (Hebreo: qeren, "cuerno" [de macho cabrío, de carnero o de cualquier animal]; arameo: qeren, “cuerno" [de carnero o de cabra]; hebreo: shôfâr [cuerno de carnero]; griego: kéras [Lucas 1: 69, DHHI). Como Palestina era un país ganadero, desde el comienzo de su historia los israelitas usaron los cuernos de sus animales de diversos modos. 1. Como instrumentos para transmitir señales (Josué 6: 4, y siguientes). El término hebreo es generalmente shôfâr, a menudo traducido como “trompeta"; pero en 4 pasajes (1 Crónicas 15: 28; 2 Crónicas 15: 14; Salmos 98: 6; Oseas 5: 8) se lo traduce por “bocina" para distinguirlo de las trompetas de metal (jatsôtserâh). En Daniel 3: 5, 7, 10, 15 se tradujo el término arameo como "bocina". El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 11 de 46 2. 3. Como recipientes para el aceite que se usaba en el ungimiento (1 Samuel 16: 1, 13; 1 Reyes 1: 39). Como salientes o proyecciones en los altares; a veces con la forma de cuernos (Éxodo 30: 10; 1 Reyes 1: 50, 51; etc.…). En sentido figurado, el cuerno era el símbolo de la arrogancia y la insolencia (Salmos 75: 4, 5; la primera parte del versículo 5 dice literalmente: "No levantéis vuestro cuerno"; cf. BJ), de fuerza o poder político (porque los cuernos de un animal eran símbolo de su fuerza; Salmos 132: 17, literalmente "cuerno de David"; Jeremías 48: 25, literalmente "cuerno de Moab"). En el simbolismo profético, los cuernos representan reyes, reinos u otros poderes (Daniel. 7: 8, 20, 21, 24; Apocalipsis 17: 12, 16). Diccionario Bíblico Adventista, Cuerno 6.4.1. El carnero medo-persa La visión de Daniel se centra primero en un carnero poderoso, exitoso, victorioso, que parece invencible. Daniel se centra en los cuernos del carnero, que parecen los centros de poder del recio animal, pues con ellos “hería” a sus enemigos en 3 direcciones que quedan registradas en el relato: oeste, norte y sur. La referencia a que “ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder” denota la superioridad bélica que se traduce en una expansión de sus dominios y en la consolidación de su poder, de una manera que parece incontrastable. Este poder imponía su voluntad a todo el mundo y “se engrandecía”. Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. Daniel 8: 3, 4 Gabriel, el ángel más exaltado, el querubín cubridor, que reemplazó en esa posición al caído Lucero, hoy Satanás, revela, en este mismo capítulo, a Daniel de qué poder se trata. No se necesita en este caso echar mano a la historia y hacer comparaciones para determinar a quién se refiere: el imperio medo-persa. Al que vimos en los sueños proféticos anteriores que reemplazaba en el dominio al imperio neobabilónico. Quisiera que note que, en esta visión, Daniel ya ve al carnero engrandeciéndose y no hay referencias al poder anterior, Babilonia, como si ya fuera evidente su caída. Daniel parece históricamente ubicado (en la visión, se entiende) en tiempos de dominio del carnero medo-persa. Persia. En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Daniel 8: 20 A pesar que la identificación del carnero con el imperio medo-persa no deja duda, es interesante notar que la descripción de este poderoso animal permite identificar las características de este imperio con mayor especificidad que cuando nos fue presentado como el reino de plata de la estatua (dos brazos, dos poderes en el interior) o como un oso que se levanta de un lado más que del otro (que es comparable con los cuernos que crecen a diferente velocidad y alcanzan una distinta dimensión también). El surgimiento posterior de los persas (unos doscientos años después unieron sus casas reales con los medos) y el dominio que ejercieron desde la época de Ciro es presentado por los “dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después”. Señalamos, entonces, que, aunque se trata de dos etnias, dos poderes en el interior, ambos son representados por una bestia, lo que implica una imagen simbólica compleja. El primer animal simbólico que aparece en la visión de Daniel 8 es un carnero con dos cuernos (8: 3, 4). Éste, según Daniel 8: 20, se refiere a los reyes de “Media y Persia”. Al analizar esta expresión, notamos que tiene características propias de un recurso literario que los antiguos utilizaron para expresar un solo concepto, pero complejo. Dicho recurso es conocido como “hendiadys” y se compone de dos sustantivos que se unen por la conjunción “y”. Estos elementos gramaticales son los mismos de la expresión “Media y Persia”, y por esta razón consideramos que esa expresión es un “hendiadys”. Es decir, la expresión “Media y Persia” cumple el propósito de indicar un solo reino o imperio (un concepto), que estaba formado por dos pueblos o razas: los Medos y los Persas (complejidad del concepto). Este reino fue el que conquistó al imperio babilónico en el año 539 AC, y se convirtió en el segundo de los cuatro grandes imperios (Babilonia, MedoPersia, Grecia y Roma). Además, consideramos que el “carnero” de Daniel 8 se refiere a Medo-Persia porque observamos una correspondencia real entre la descripción de Daniel 8: 4 y la historia de ese imperio. Daniel 8: 4 dice que el carnero combatió hacia el occidente, hacia el norte y hacia el sur. Estos tres puntos cardinales nos permiten asumir que dicho animal vino del oriente; y el único reino que estaba al oriente de Susa y logró derrotar a Babilonia en el año 539 AC, fue Medo-Persia. También la historia El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 12 de 46 presenta a Medo-Persia como un reino que extendió su dominio hacia el occidente (Babilonia, Lidia y Grecia), hacia el norte (Asiria) y hacia el sur (Egipto). Por lo tanto, concluimos que el carnero de dos cuernos simboliza al imperio Medo-Persa, que llegó a ser el segundo de los cuatro grandes imperios (Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma). Samuel Núñez, Las Profecías Apocalípticas de Daniel, 39, 40 También es evidente, en la descripción del carnero, que este enfrenta enemigos en 3 direcciones, a los que hiere sin que nadie pueda frenarlo. Recuerde que el oso, que también representa a Medo-Persia, tiene en su boca 3 costillas simbolizando los mismos enemigos vencidos. Es como si la Deidad, en su propósito de revelarnos el futuro (futuro para Daniel, historia para nosotros) fuera añadiendo detalle tras detalle sobre este imperio para que sepamos que gobierna los tiempos y decide sobre las naciones, y estableció la secuencia de estos formidables imperios y nos los presentó con sus marcas significativas para que supiéramos que la historia demuestra que la profecía es verdadera, y que garantiza que lo que aún queda en el futuro también se cumplirá. El carnero viene entonces de oriente y golpea con invariable eficacia a los otros 3 puntos cardinales, y los imperios caen ante él: Lidia, Babilonia y Egipto. Le comentaré que tengo algo en común con Ciro, yo también conquisté a Lidia (así se llama mi esposa), aunque creo que fue bastante más fácil (lo de Ciro, digo). Bueno… pongámonos serios. Daniel miraba hacia el oriente, al otro lado del río, y vio un carnero que venía hacia él desde esa dirección. Tenía dos cuernos sobre su cabeza, pero estaban disparejos. El más alto creció después (versículo 3). Más tarde, Gabriel, quien fue enviado a Daniel para interpretarle la visión, explicó este elemento. "En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, estos son los reyes de Media y de Persia" (versículo 20). Los medos y los persas eran pueblos relacionados entre sí que ocuparon la meseta iraní, los medos en el norte y los persas en el sur. Los medos eran los más poderosos, y, desde el siglo noveno hasta el séptimo antes de Cristo, se opusieron con mucha fuerza a los asirios en su frontera oriental. Las familias reales de los medos y persas se casaron entre sí, y, a la postre, bajo Ciro, los persas llegaron a ser los más fuertes de los dos. Ciro conquistó Media y la incorporó a su reino, de ahí el nombre combinado de Imperio Medo-Persa (versículos 3, 20). Este poder doble está representado por el carnero en esta visión. Mientras Daniel observaba, el carnero "hería hacia tres direcciones diferentes". Es obvio que esto representaba las conquistas de este poder: "Ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder" (versículo 4). Los tres puntos cardinales hacia los cuales se proyectaba eran el norte, el occidente y el sur. La mayor conquista de los persas hacia el norte fue el reino de Lidia, en Anatolia, o la antigua Turquía. Ciro conquistó esta área en 547 AC. Hacia el occidente, Persia, bajo Ciro, conquistó Babilonia en el 539 AC. Daniel 5 y 6 hacen referencia a este acontecimiento y a sus consecuencias inmediatas. Hacia el sur, el hijo de Ciro, Cambises, conquistó Egipto en 525 AC. De esta forma, el Imperio Medo-Persa se extendió hacia estas tres direcciones. William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 174, 175 Note que en la cita siguiente el autor sostiene que los 3 puntos cardinales a los que hiere el carnero tienen el mismo orden que las conquistas del imperio medo-persa. Creo que no le falta razón, geográficamente, para sostener esto, pues Lidia queda más al oeste que Babilonia desde la perspectiva Persa; mientras que Babilonia queda algo al norte de la zona tradicionalmente persa. Vea un mapa de las conquistas de Ciro al inicio de la página siguiente. Los tres puntos cardinales que hería con los cuernos el carnero son: el poniente (u oeste), el norte y el sur". Exactamente el Imperio Persa conquistó a los tres grandes imperios de su época: el imperio Lidio, al poniente (hoy Turquía) en el 547 AC; el imperio Neo-Babilónico, al norte en el 539 AC; y el imperio Egipcio, al sur en el 525 AC. Los mismos puntos cardinales y en ese mismo orden cronológico mencionado por Daniel. Si consideramos que esta visión es dada a Daniel por el año 548/547 AC, significa que ya Ciro ha unido a estos dos reinos y los persas, nación de Ciro, está creciendo más que los medos y están conquistando el primer punto cardinal mencionado, el poniente, lo que implica que el siguiente que caerá en sus manos será Babilonia, el reino del norte. Ahora bien, si el carnero hiere o conquista hacia estos tres puntos cardinales se infiere que proviene del este u oriente o le pertenece esta área geográfica ya que no necesita conquistar hacia esta dirección. Precisamente estos dos reinos que formaron al imperio Medo-Persa provinieron de un punto más oriental que Babilonia y que todos los reinos pertenecientes a ella. De hecho, cuando Media y Babilonia destruyeron a Asiria se dividieron el cercano oriente, la parte más occidental para Babilonia y la más oriental para Media. El carnero no tiene rival en su desarrollo, "ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapara de su poder. Hacia conforme a su voluntad, y se engrandecía", esta última oración: El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 13 de 46 "se engrandecía” viene del verbo hebreo gadal que es bastante común en el Antiguo Testamento y significa justamente “engrandecerse” o “ser grande", el adjetivo gadol significa “grande”. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 208 Note la comparación de los “cuernos asimétricos” del carnero con el “oso asimétrico” al que hace referencia la cita siguiente, que es un detalle histórico que la profecía nos deja para que entendamos la profundidad de la presciencia de Dios. También es interesante comprender que el símbolo del carnero como tal no era ajeno a la iconografía medo-persa, por lo que este imperio queda bien representado en la profecía por este poderoso animal. Vale la pena también entender que los cuernos para los persas eran también una representación adecuada del poder, en alusión al macho dominante de un rebaño, donde la posesión de poderosos cuernos otorgaba una posición de dominio frente a otros posibles contendientes por la supremacía. Note la referencia al preterismo y sus dificultades de explicar sus El primer símbolo de la visión de Daniel 8 es un carnero con dos cuernos asimétricos, hiriendo hacia tres puntos cardinales, que nos recuerda al oso asimétrico con tres costillas en los dientes de la visión anterior y justamente representan al mismo imperio, Gabriel, el ángel intérprete le revela a Daniel: “en cuanto al esmero que viste, que tenía dos cuernos: estos son los reyes de Media y de Persia" (Daniel 8: 20). No hay forma en que los preteristas puedan decir que este animal represente exclusivamente a los medos o únicamente a los persas. Así como el capítulo 7 añadió detalles al capítulo 2 este capítulo 8 añade detalles al capítulo 7, la sentencia: “el más alto creció después” revela un detalle preciso desde el punto de vista histórico porque los persas llegaron a ser más poderosos que los medos al punto que el imperio fue llamado: "Imperio Persa”, aunque originalmente, como mencionamos antes, los persas fueron tribus casi anónimas en comparación con el poderoso Imperio Medo que en tiempos de Nabucodonosor era tan grande como Babilonia y junto con éste Imperio destruyeron al gran imperio Asirio y se repartieron sus territorios. Por tanto, no siempre el más alto (Persia) fue más grande sino “creció después”. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 207 Es interesante que en la iconografía hallada por los arqueólogos del imperio Persa, se comprueba que ellos mismos se representaban como carneros o animales con cuernos, por ejemplo, de la siguiente pieza se dice: “Los cuernos serpenteados y el collarín de un carnero salvaje resaltan El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 14 de 46 nítidamente contra la brillante superficie de esta copa de 18 cm. hallada en Hamadán. El carnero de largos cuernos constituía un signo de poderío real Persa, pues se creía que un macho dominante dirigía su rebaño de la misma forma que el Rey de Reyes [el rey persa] gobernaba el mundo”. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 209 El imperio persa le es presentado a Daniel bajo un simbolismo diferente del mostrado en el capítulo 2 y 7. Sin embargo, los rasgos peculiares de su historia resaltan con claridad su identificación indiscutible. Además, la identificación hecha por el intérprete celestial es por demás explícita, "el carnero que viste, que tenía dos cuernos, son los reyes de Media y de Persia" (Daniel 8: 20). Por otro lado, las representaciones de carneros en los palacios de Persia eran harto conocidos y desde luego familiares a Daniel. Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 260 La siguiente cita (lamento si le parecen repetitivas, pero considero que cada una de ellas añade detalles para la comprensión de la profecía) relaciona también al oso con el carnero y su voracidad por el crecimiento y el dominio. Quienes consideren un argumento poco sustentado el asignar al imperio medo-persa el símbolo del oso se pueden dar cuenta que con cada visión se añaden peculiaridades que hacen segura la identificación. Por si hubiera hecho falta, la declaración de Gabriel sobre a quién representa el carnero hace que parezca llover sobre mojado. En este contexto de riqueza y prosperidad, Daniel divisa un carnero que carga contra el oeste, el norte y el sur; una forma colorida de sugerir la expansión de sus conquistas, que se extienden a tres rincones de la tierra y omiten el rincón de su origen, el Este. Su apetito voraz por el espacio, y con un cuerno más alto que el otro, nos recuerda al oso del capítulo 7, con su ansia por carne y con un lado más elevado que el otro. El carnero, por lo tanto, representa al reino del oso, es decir, el reino de los medos y los persas. La interpretación de la visión apoya nuestra conclusión (Daniel 8: 20). La historia confirma la profecía. Cuatro años más tarde, en 547 AC, Ciro el persa, ya habiendo conquistado Media… ahora arrasa con Lidia, y extiende los límites de su reino hasta el Mar Egeo. En 539 AC, finalmente se hizo cargo de Babilonia. Los persas, originalmente vasallos de los medos, los vencen y, de los dos cuernos, se convierten en el más alto que "creció después" (versículo 3). Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 122, 123 Me resulta interesante comprobar en la historia que mientras un imperio domina el horizonte de los pueblos, hay otros poderes que a la sombra medran hasta esperar su oportunidad histórica. Los medo-persas intentaron penetrar a Europa en el largo conflicto (más de una década) conocido como las Guerras Médicas. Fracasaron en su intento de vencer a un todavía desmembrado grupo de ciudades-estado griegas. Más tarde, unos 150 años después, pagarían el no haberlo logrado. Por otro lado, la expansión medo-persa hizo que entraran en contacto con el pueblo de Dios, a la sazón cautivo en Babilonia, porque el tiempo de su liberación había llegado, luego de los 70 años de opresión que había profetizado Jeremías. El carnero embestía con furor hacia el occidente, hacia el norte y hacia el sur y su hegemonía era indiscutible mientras el imperio mantuvo su vigor. Y tal como el oso ostentaba tres costillas denotando los reinos que conquistó con especial empeño, aquí en la "visión de los cuernos" los reinos de Babilonia (occidente), Lidia (norte) y Egipto (sur) son puestos en escena histórica comprobable y certificada. …El "poder" y la "voluntad" del reino persa se engrandeció de modo que en su apogeo nadie pudo "escapar" de su poder. El nuevo imperio no sólo absorbió a su predecesor, sino que se extendió más allá de él. Los persas incluso intentaron irrumpir en Europa, pero en la batalla de Maratón (490 AC) los atenienses frenaron el ímpetu de ellos, luego en Salamina (480 AC) y de nuevo en Platea (479 AC) los griegos les cerraron el paso y ésta fue la clarinada de quienes serían pronto los nuevos amos del mundo de entonces. Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 261, 262 La primera actividad tiene que ver con las acciones del carnero de cuernos asimétricos, que representaba colectivamente el reino de Medopersia (versículos 3, 4, 20). Es significativo observar (a diferencia de las bestias simbólicas del capítulo 7) que la actividad direccional se da de inmediato, tan pronto como el símbolo entra en el escenario. Se describe que el carnero estaba en la ribera del río Ulai (versículo 2, 3). (Desde el punto de vista del narrador, y por lo que sigue, se yergue en la ribera izquierda del río). Desde ese lugar privilegiado, el profeta lo observa embestir hacia occidente, hacia el norte y hacia el sur (versículo 4). Esas tres direcciones de movimiento simbólico encajan bien geográfica e históricamente en las tres conquistas principales de Persia hacia Occidente: Babilonia, al oeste, en 539 AC; Lidia, hacia el norte, en 546 AC; y Egipto, hacia el sur, en 525 AC. Estas tres conquistas fundamentales hacia el El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 15 de 46 oeste tienen buena correspondencia con las tres costillas que había en la boca del oso medopersa (capítulo 7). Sin embargo, no se describe que el oso salga en esas tres direcciones para hacer sus conquistas. Las costillas ya están presentes en la boca del oso cuando se describe a este. En el capítulo 8 el carnero tiene que desplazarse en esas direcciones para realizar sus conquistas. Hay que fijarse en la orientación occidental de esta acción simbólica. Históricamente, el Imperio Persa también extendió sus fronteras orientales mediante la conquista. Sin embargo, esas conquistas orientales no eran tan relevantes históricamente para los fines de esta visión. La expansión hacia el oeste llevó al carnero en la dirección de la tierra del pueblo de Dios. También lo llevó a entrar en conflicto con el macho cabrío griego. Esos movimientos los acabaron enzarzando en un combate. Frank B. Holbrook, Simposio sobre Daniel, 510, 511 6.4.2. El querubín cubridor revela el significado Permítame hacer un alto en el examen de la secuencia profética para analizar la participación del Gabriel, el querubín cubridor. Se le da la orden a Gabriel de explicar al profeta el significado de esta impactante visión. Una voz, que no hace falta presumir proviene de Dios, ordena al ángel más exaltado del cielo que enseñe a Daniel el significado. Incluso la ubicación del río Ulai y de dónde proviene la voz tienen un significado para la comprensión del mensaje. Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. Daniel 8: 15, 16 El motivo del río es determinante en el surgimiento de Medo-Persia. El Éufrates fue secado para dar paso a las tropas medo-persas la noche del 12 de octubre del 538 AC y Ciro quedó como nuevo monarca del mundo. El vigoroso carnero tenía dos cuernos altos, y uno de ellos sobresalía y a la postre creció más. Tal como el oso cuyo "costado se alzaba más que el otro" (7: 5) los cuernos de este carnero simbolizaban la alianza entre los medos y persas para la conquista a Babilonia tras lo cual, por un poco de tiempo, los medos quedaron en el ocaso mientras Persia asumía el dominio central y total del reino unido. Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 260, 261 Es tan impresionante la presencia de Gabriel que Daniel cae a sus pies, pero escucha con claridad que “la visión es para el tiempo del fin”. Por lo tanto, aunque la profecía (en una porción importante de la misma) se centra en los imperios medo-persa y griego, su trasfondo, cuando analizamos al “cuerno pequeño” y al santuario celestial, se extiende hasta el “tiempo del fin”; al igual que los sueños proféticos que hemos estudiado en los tratados precedentes. Como mencionamos, al ser el trasfondo el tema del santuario celestial, los símbolos (carnero y macho cabrío) corresponden a animales limpios, de los que se usaban en los sacrificios del santuario terrenal, mientras este estuvo en pie. Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. Daniel 8: 17 Es tan importante que el profeta comprenda esto (también nosotros) que el ángel luego de reincorporar a Daniel le repite que “eso es para el tiempo del fin”. También señala que esto ha ocurrir al “fin de la ira”. Recuerde, pues lo hemos comentado en otros tratados, que la ira de Dios es la manifestación de su justicia, cuando Dios debe completar el juicio, lo que otra vez nos lleva al “tiempo del fin”. Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. Daniel 8: 18, 19 6.4.3. El macho cabrío griego Volvamos a la secuencia profética. Mientras aún contempla al poderoso carnero, otro animal viene del oeste. Es tanta su velocidad que parece no tocar la tierra, tiene un solo cuerno (que a Daniel le parece “notable”) y que ataca al carnero “con la furia de su fuerza”. Es interesante que se utilice la descripción de una condición emocional para graficar el ataque del macho cabrío; lo que parece indicar una venganza, revancha o ajuste de cuentas entre ambos poderes aquí representados. Siempre menciono a quienes quieran escucharme que nada de lo que aparece en la Santa Biblia carece de importancia, sino que más bien tiene un propósito que debe ser entendido. El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 16 de 46 Hay en el propósito del ataque del macho cabrío algo más que la lucha por la supremacía que siempre han generado las guerras. Las citas siguientes nos ayudarán a entender el propósito de la Deidad al darnos a conocer estos detalles identificatorios. Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. Daniel 8: 5, 6 La visión lleva a Daniel a un futuro aún lejano. Recordemos que aún regía Babilonia, ya decadente, y Dios le anticipa la caída del siguiente reino con más de 200 años de antelación. Esta caída, como ocurrió en el caso de la gran Babilonia se debió, humanamente hablando, al gobierno de reyes más débiles que no pudieron sostener la grandeza del imperio heredado del gran Ciro. Aunque la profecía nos demuestra que Dios define los tiempos de las naciones, también nos es permitido entender las causas que los historiadores asignan a la ascensión y caída de los imperios, y ver cómo estas causas son congruentes con lo que la profecía presenta. Se cree que Ciro era el nieto del último rey de Media. En su apogeo esa nación se extendió a través de las montañas desde el río Halys en el noroeste hasta el golfo Pérsico en el sudeste. Por contraste Ciro al principio reinó sólo sobre la pequeña provincia media de Persia. En ese momento el cuerno medo era más alto que el cuerno persa. Pero en el año 553 AC [según la cronología más probable la visión ocurrió unos 3 años después], el de la visión de Daniel 7, Ciro se rebeló contra su abuelo, el rey Astiages, y pronto puso a Media bajo su propio control. En el año 547 AC, cuatro años después [según nuestros cálculos solamente casi un año después] de la visión de Daniel 8, Ciro anexaría Lidia, y extendería sus dominios más allá del rio Halys hasta el mar Egeo. En el año 539 AC conquistaría Babilonia. De este modo el cuerno inferior llegó a ser superior al primero. Amplio de mente y generoso, Ciro trató a los medos como aliados y no como súbditos, con lo que acuñó el término “Imperio Medopersa”. Con el tiempo, sin embargo, el cuerno persa creció tanto que el imperio llegó a ser conocido meramente como "Persa". El Imperio Persa gozó de buenos gobiernos bajo la conducción de varios dirigentes además de Ciro, entre los que incluimos, por ejemplo, a Darío I (522-486 AC) y Artajerjes I (465-423 AC), que trataron especialmente bien a los judíos… Pero Dario III (336-331 AC), el último de los emperadores persas, era un gobernante débil, que seguramente no estaba en condiciones de hacerle frente a Alejandro Magno [como finalmente ocurrió]. C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 155, 156 La respuesta al comportamiento revanchista que hemos percibido en el macho cabrío se relaciona con lo que ya anticipamos: las Guerras Médicas. Se suele decir que los griegos habían quedado con “la sangre en el ojo” luego de los intentos fallidos de los persas de sojuzgarlos al invadir su territorio. Enardecidos por el éxito, los emperadores persas trataron de extender sus conquistas un paso más allá, hacia el norte [en realidad más bien al occidente]. Invadieron Grecia. Dos reyes persas diferentes, Darío I, en 490 AC, y Jerjes, en 480 AC, intentaron subyugar a Grecia. Pero después de un éxito inicial, ambos fueron finalmente resistidos y tuvieron que regresar a casa. Así terminaron los intentos persas de conquistar Grecia. Pero el macho cabrío griego (versículos 5, 21) no olvidó esta humillación nacional [en realidad más fue un intento que una humillación, pues los persas fueron los finalmente humillados, al ser vencidos, esta vez en Europa, por ejércitos menos numerosos, aunque tácticamente mejores] de una invasión persa y la destrucción que ellos habían causado. Por lo tanto, cuando la profecía habla acerca del choque entre estos dos poderes, dice que el macho cabrío corrió contra el carnero "con la furia de su fuerza" (versículo 6). Grecia quería desquitarse, y lo logró con creces. Alejandro Magno El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 17 de 46 derrotó a los persas, y su ejército victorioso marchó por toda la ruta hacia el valle del Río Indo, en el noroeste de la India, antes de regresar. William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 175 Una vez más es interesante comparar las imágenes proféticas de Daniel 7 y 8. Al macho cabrío se le da una imagen de rapidez (“sin tocar tierra”) semejante a las 4 alas del leopardo. Aunque en el capítulo 7 se entiende la velocidad del leopardo, por la presencia de las 4 alas de un felino ya de por sí rápido, en el capítulo que tratamos esta velocidad se percibe en el detalle de los movimientos del macho cabrío. Además, se menciona que el macho cabrío viene de occidente y ataca al carnero en oriente, cosa que es geográficamente impecable pues Alejandro emerge en occidente y ataca al poder oriental medo-persa. Se describe más movimiento direccional en las actividades del macho cabrío griego. Procede de poniente y avanza hacia oriente sin tocar el suelo (versículo 5). Al llegar al lugar donde se encuentra con el carnero persa, el macho cabrío embiste con gran furia (versículo 6). Derriba al carnero al suelo y lo pisotea. Así, la visión simbolizaba la victoria de Grecia sobre el reino persa en tiempos de Alejandro. Aunque el carnero persa provenía de oriente y cargó contra occidente, el macho cabrío provenía de occidente y cargó contra el oriente. Su vuelo sobre el suelo simboliza de forma muy expresiva la gran rapidez de la conquista del Próximo Oriente por parte de Alejandro [su velocidad de movimiento sería ejemplar para ejércitos de los siguientes casi dos milenios]. El macho cabrío griego no toca el suelo debido a la extrema rapidez con la que se presenta su movimiento (capítulo 8). En cambio, no se describe que el leopardo griego se mueva en absoluto (capítulo 7), pese al hecho de tener cuatro alas en la espalda. En relación con este símbolo, el elemento dirección del capítulo 8 es omitido en el capítulo 7. La conclusión a la sección sobre la Grecia de Alejandro se encuentra en la primera oración del versículo 8: “el macho cabrío se engrandeció sobremanera” …La forma verbal empleada para describir el poderío del carnero puede traducirse "se magnificó" o "se engrandeció". En el caso del macho cabrío se emplea en un sentido comparativo, pues se añade una oración adverbial modificativa, "se engrandeció sobremanera", o "se hizo muy grande". Frank B. Holbrook, Simposio sobre Daniel, 512 Los versículos 6, 7 describen la completa victoria de Grecia sobre Medo-Persia, nos informan que fue el macho cabrío quien “vino hasta el carnero” para derrotarlo, no el carnero hasta el macho cabrío, detalle singular porque las guerras del Imperio Persa contra Grecia fueron en territorio griego, donde los griegos básicamente se defendían, la campaña ofensiva que terminó conquistando Persia la inició Alejandro Magno llevando a sus soldados a territorio persa, al cual conquistó completamente y llegó más al este de sus fronteras. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 210, 211 Recuerde que mencionamos que mientras un imperio existe hay otros pueblos que crecen a la sombra, en algunos casos, este descuido geopolítico ha sido la causa (desde la perspectiva humana) de esa alternancia de poder que la historia nos presenta. El versículo 5 introduce al macho cabrío, el texto dice: “Mientras yo consideraba esto, un macho cabrío venia del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra”, el verbo “considerar” en hebreo es byn, que significa “entender" aparece por primera vez en este capítulo, pero es recurrente en la sección hebrea de Daniel. Este verbo y el verbo “venir” están en participio, lo que indica que mientras todavía el carnero estaba creciendo y engrandeciéndose, el macho cabrío ya estaba corriendo desde el poniente contra el carnero. Exactamente las ciudades estados El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 18 de 46 comenzaron a fortalecerse y crecer mucho antes que cayera el imperio persa, y antes que Alejandro Magno uniera estos reinos para transformarlos en imperio. Los persas intentaron crecer o expandirse hacia Grecia, pero en todas las batallas perdieron ante el hábil macho cabrío. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 210 Gabriel identifica con precisión al nuevo poder: Grecia; el tercer metal de la estatua del sueño de Nabucodonosor y el leopardo del sueño de las 4 bestias. No hay forma de cuestionar esta identificación explícita que hace la Escritura. Al reconocer a Grecia como este poder, la identificación del “rey primero” (simbolizado por el “cuerno notable”) es indubitable: Alejandro Magno. El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. Daniel 8: 21 El macho cabrío venía del poniente a diferencia del carnero, justamente Grecia y Macedonia están en Europa, más al poniente que cualquiera de los reinos conquistados por Persia. Las extensas conquistas de Alejandro el Grande son predichas en la frase “sobre la faz de toda la tierra”. Su extremada rapidez es graficada con la frase “sin tocar tierra”, parecía que volaba, una similitud con el leopardo con cuatro alas del capítulo 7 que representaba al mismo imperio. Este animal tenía “un cuerno notable entre sus ojos”, la palabra notable en hebreo es jazut, que pertenece a la familia de jazón “visión” y significa “visible”, de ahí “notable”. Tenía un solo cuerno, pero era lo suficientemente grande como para compensar a los dos que tiene un macho cabrío normal. El chivo es más pequeño y débil que el carnero en la naturaleza, pero es más ágil, adecuados símbolos para el fuerte y gigante imperio persa y el más pequeño pero ágil reino griego. Ambos animales son apropiados para representar dos reinos que habitaban zonas geográficas montañosas, propias de estas especies, reinos que estaban uno al este y el otro al oeste de la planicie de Babilonia. La cabra montesa es una de las nueve especies de animales mencionados en la enciclopedia Encarta… como autóctonos y más importantes de Grecia hasta hoy Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 210 La violencia con la que el macho cabrío doblega al otrora poderoso carnero es impresionante, pues además de quebrar sus cuernos “lo pisoteó” y no hubo nada que este pudiese hacer para detenerlo. El enfrentamiento, como lo presenta la Inspiración, parece mostrar una lucha desigual a pesar que como se menciona en la cita anterior el macho cabrío (en el mundo natural) parece de una menor capacidad para competir con un carnero. A un observador externo, en el tiempo del choque entre estas potencias le hubiera resultado difícil anticipar el resultado de este choque y mucho menos que el vendedor fuera un reino en crecimiento como los griegos o que la lucha pareciera tan espectacularmente desigual. Pero… ya estaba decidido: el carnero debía ceder su puesto de poder al macho cabrío y nada podía detener el brazo de Dios. Podemos encontrar razones técnicas para esta caída, como el talento de Alejandro, la debilidad o cobardía de Darío, el equipamiento militar del ejército macedonio, o la superioridad técnica de las estrategias griegas en batalla, hasta la motivación griega para vengar la destrucción de su territorio durante las Guerras Médicas, o el hecho que los ejércitos persas estaban formados por mercenarios, pero la realidad es esta: el tiempo del carnero había terminado. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. Daniel 8: 7 Todo esto estaba simbolizado por las acciones del macho cabrío en Daniel 8. En el versículo 21, Gabriel identifica al macho cabrío con Grecia, y añade: "Y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero", una referencia obvia a Alejandro. La rapidez de la conquista griega es referida por el simbolismo del macho cabrío que flota sin tocar tierra (versículo 5). La derrota de los persas y su último rey, Darío III, está indicada por la forma en que el macho cabrío trató al carnero: "Se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder" (versículo 7). Pero Alejandro no vivió para disfrutar los frutos de sus conquistas. A la corta edad de treinta y tres años, murió en Babilonia después de su regreso de la India. William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 175, 176 Pero a pesar de las cualidades y los equipos notables de Alejandro, no podemos escapar a la convicción de que las cosas podrían haber sido muy diferentes si el rey Darío no hubiera sido tan cobarde. Los persas de Darío superaban en número por lejos a los griegos. Se dice que en Arbela El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 19 de 46 los persas reunieron un millón de hombres contra los 47.000 de Alejandro [proporción 21:1]. Pero en Gránico, Iso y Arbela el rey Darío perdió el ánimo ante la primera insinuación de dificultad, dio vuelta su carro y comenzó a huir para salvar su vida, una señal elocuente en aquellos días para que todo el ejército persa huyera también. C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 156, 157 Alejandro derrotó los ejércitos de Darío, inmensamente superiores, tres veces en tres grandes operaciones militares: primero, junto al río Gránico, en Frigia, en el año 334 AC; segundo, en la costa cerca de Iso, en Cilicia, en el año 333 AC; y tercero, en la llanura de Arbela, o Gaugamela, en Siria, en el año 331 AC. El macho cabrío de Alejandro despedazó fácilmente al camero persa tal como Daniel lo había visto doscientos años antes. … Un artículo publicado en la Scientific American (revista norteamericana de ciencias) atribuye en parte el éxito de Alejandro al desarrollo, poco tiempo antes, de la artillería de torsión. Esta artillería estaba constituida por grandes catapultas impulsadas por fuertes cuerdas de crin y tendones entretejidos, que actuaban como resortes mediante una traba que se aflojaba repentinamente. Podían arrojar una y otra vez pesadas piedras sobre un punto elegido del muro de una ciudad hasta que éste cedía, o podían arrojar grandes flechas contra las filas enemigas antes que los arqueros adversarios pudieran estar lo suficientemente cerca como para poder disparar con sus armas convencionales. Diseñadas por ingenieros y matemáticos sumamente calificados, se caracterizaban por su extraordinaria precisión. Una catapulta construida de acuerdo con antiguas especificaciones hace algunos años en Alemania, se dice que partió en dos una de sus flechas con una segunda, en el mejor estilo de Robin Hood. Más conocidas que sus catapultas son las cualidades personales de Alejandro, que le dieron el éxito …parecía que él siempre sabía qué había que hacer: cuándo atacar o demorar el ataque, si había que perseguir al enemigo después de la victoria o si era necesario retroceder para consolidar posiciones. Era sumamente valeroso. Cuando uno de sus generales fue muerto durante el sitio de Tiro mientras trataba de entrar por la brecha abierta en el muro de la ciudad, Alejandro, sin vacilar, ocupó su lugar. Y podía caminar una noche entera. En una ocasión condujo su caballería casi sin pausa en una persecución que duró tres días y cuatro noches. C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 156 La derrota del otrora invencible carnero fue total Sus riquezas fueron expoliadas por el nuevo poder y su dominio desaparece de la historia de los grandes imperios. Llegaba el tiempo de los griegos, pero su destino ya estaba también señalado… La identificación innegable del macho cabrío la da igualmente Gabriel, "el macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero" (Daniel 8: 21), e igualmente, el entorno fluvial es señalado de nuevo como indicando el escenario donde se dirimiría el dominio mundial a favor de los griegos. Las tropas macedónicas avanzaron desde el occidente y el río Gránico no fue problema para el ejército griego pues allí obtuvieron una gran victoria, al barrer al ejército de Darío (334 AC). Los encuentros siguientes, en Iso (333 AC) y Arbelas o Gaugamela (331 AC), sólo fueron consecuencia del triunfo junto al río Gránico. …Difícilmente podría haberse descrito en una forma más apropiada la caída de los persas a manos de las tropas griegas. Los medos y los persas literalmente "no tuvieron fuerzas para pararse frente" al macedonio Alejandro. Éste, simplemente quebró los dos reinos ("cuernos"), y "derribó" por tierra el poderío persa y "lo pisoteó" y el imperio de los persas no tuvo ningún auxilio que lo salvase. Susa fue saqueada y Persépolis, la gran capital de los persas, fue despojada e incendiada. Plutarco precisa que, para trasportar las riquezas tomadas de aquí a Ecbatana por decisión de Alejandro, se necesitaron 10,000 mulas y 5,000 camellos". En cambio, solamente de Susa, él tomó 40,000 talentos de oro -es decir 1’200.000 kg o 1,180 toneladas [unos 46 mil millones de dólares a precios de hoy]El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 20 de 46 y desde luego otras ciudades también fueron despojadas de sus riquezas. De este modo, los griegos tomaron de Persia sin obstáculo no sólo un botín esplendoroso sino el poder tal como estaba profetizado. Así tras la derrota de los persas en la batalla de Gaugamela y la huida de Darío, el imperio persa cayó sin ninguna resistencia en las manos de Alejandro el 331 AC. Aquí del mismo modo, los ejércitos de Alejandro compartieron las riquezas y adoptaron vínculos de hogar con familias persas al realizar matrimonios masivos los soldados y oficiales griegos. El mismo Alejandro se unió en matrimonio con la hija de Darío III en Susa en el 324 AC tras su retorno de la India. Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 262-264 El poder griego “engrandeció sobremanera” (una manera relativa de mostrar esto en comparación a lo que había logrado el carnero medo-persa) mientras tuvo la conducción de Alejandro. Pero la profecía le daría poco tiempo al “rey primero” de disfrutar de su incontestable superioridad y de las inmensas riquezas obtenidas. La vida desordenada del gran macedonio, anticipada por la Inspiración, en cuanto a sus resultados, haría que el “gran cuerno” fuera “quebrado” cuando estaba “en su mayor fuerza”. La muerte causada por un proceso infeccioso dejaría a Grecia sin su liderazgo natural lo que desembocaría en luchas de poder que a la larga debilitaría al imperio. Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. Daniel 8: 8 El versículo 8 informa que “el macho cabrío creció en gran manera”, otra vez aparece el verbo gadal, y en la misma forma verbal y gramatical que calificaba al carnero, pero acompañado de una frase que lo transforma en comparativo, literalmente se puede traducir “se engrandecía hasta mucho”, que implica que el macho cabrío llegó a ser más grande que lo que fue Persia en sus mejores tiempos, detalle también cumplido con precisión. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 211 La visión avanza, y un macho cabrío irrumpe en la escena y embiste al carnero, que sigue de pie junto al canal, como si protegiera el acceso. Al atacar al carnero, el macho cabrío le inflige una herida mortal. La visión enfatiza la velocidad del macho cabrío y sus cuatro cuernos, que nos recuerda al leopardo del capítulo 7, también definido por su velocidad y sus cuatro cabezas (Daniel 7: 6). El macho cabrío representa a los griegos, que provienen del oeste, una conclusión posteriormente corroborada por la interpretación de la visión (Daniel 8: 21). La historia nuevamente confirma la profecía. En 490 AC, los atenienses vencieron a los persas en la batalla de Maratón. Después, los ejércitos de Alejandro se abren camino a través de Arbela y aplastan al débil Darío en 331 AC, despejando el camino hacia las ciudades doradas de Babilonia y Susa. Una vez conquistadas, sus tremendas riquezas caen en manos de Alejandro. "Toma aquella ciudad [Susa] y entonces no necesitas temer cambiar a Zeus por las riquezas". Aristógoro le había hablado a Cleómenes, rey de Esparta, acerca de Susa. Y, de hecho, la riqueza recién adquirida de Alejandro llegaba a los cincuenta mil talentos, el equivalente a varios millones de dólares [se quedó muy corto]. "El enemigo hereditario de Grecia había sido completamente derrotado; ...Alejandro deliberadamente le prendió fuego al palacio de Jerjes, a fin de que el mundo pudiera comprender claramente que un régimen le había dado paso a otro". Alejandro asume el título de "rey de Persia". Pero, siempre tan ambicioso, cruza las altas montañas de Asia y desciende al Valle Hindú. En la cúspide de su gloria, a la edad de 33 años, sucumbe a la enfermedad y muere, víctima de su propia ambición. La historia cumple la visión hasta el más mínimo detalle. "…pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado". Cuatro funcionarios de Alejandro se dividieron el reino entre ellos: "…y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo" (versículo 8). Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 123 Hemos analizado al comienzo de la interpretación el significado del símbolo “cuerno” en esta profecía (también aplicable a otras) y en el versículo 8 se menciona a los vientos. Permítame una definición general de este término, en el uso bíblico, antes de hacer la aplicación específica que sea pertinente a esta profecía en la que se menciona que los “cuatro cuernos” que surgieron se extendieron “hacia los cuatro vientos del cielo”. También comentaremos sobre el uso intercambiable de las expresiones “rey” y “reino” que se usan en esta porción del hilo profético. (Hebreo y arameo: generalmente rûaj, "aire", “viento", "aliento", "espíritu"; griego: generalmente ánemos, "viento"; pnéuma, "aire", "viento", "espíritu"; pnoe). Para los habitantes de las tierras bíblicas, "viento" significaba tanto la tortura del calor, de la sequía y las tormentas de arena (Génesis 41: 6; Isaías 21: 1, "torbellino" RVR; Jeremías 4: 11; Oseas 13: 15; Lucas 12: 55; etc.) como el alivio refrescante de las lluvias (Proverbios 25: 23; cf. 1 Reyes 18: 43-45). Dios usó un "recio viento oriental" para abrir el Mar Rojo (Éxodo 14: 21), y el comercio marítimo dependía de los vientos para navegar. Simbólicamente, los "cuatro vientos" El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 21 de 46 representan los 4 puntos cardinales (Daniel 8: 8; Marcos 13: 27; Apocalipsis 7: 1); los vientos aparecen como símbolos de la destrucción producida por la guerra (Jeremías 8: 17), de la incertidumbre de la vida (Job 7: 7; Salmos 78: 39, DHH; "soplo" RVR) y de los juicios inexorables que les sobrevienen a los impíos (Job 21: 18; Proverbios 10: 25, "torbellino" RVR). Se emplea la palabra con sentido figurado respecto de las cosas vanas (Jeremias 5: 13). A veces se la usa con referencia a alguna forma de energía, cuyo significado preciso lo da el contexto (Jeremías 49: 36; Ezequiel 37: 9-14; Daniel 7: 2; 11: 4). Ocasionalmente Dios resuelve darle fuerza a su mensaje por medio del torbellino (Ezequiel 1: 4, "viento tempestuoso" RVR). El torbellino también representa la velocidad y la furia con que ataca un ejército (Jeremías 4: 13; Habacuc 3: 14, "tempestad" RVR), la destrucción que provoca (Proverbios 1: 27; Isaías 40: 24; etc.) y la intervención personal y visible de Dios en los asuntos humanos (Isaías 66: 15). La manifestación del Espíritu Santo en el día de Pentecostés se describe como "un viento recio" (Hechos. 2: 2). Jesús ilustró la naturaleza intangible del viento para ilustrar la obra del Espíritu Santo (Juan 3: 8). Diccionario Bíblico Adventista, Viento Mencioné que comentaríamos sobre el uso intercambiable de las expresiones “rey” y “reino” que se usan en esta porción del hilo profético. Aunque hemos mencionado sobre esto en los tratados proféticos anteriores es importante hacer notar que los términos resultan intercambiables en algunos casos, pero también pueden existir sutiles formas de aplicación del término para explicar algunos conceptos claves. Por ejemplo, cuando se menciona al “rey primero” es evidente, por la connotación histórica, que se trata de un personaje: Alejandro Magno. Sin embargo, también es evidente que cuando este cuerno es quebrado (la muerte del personaje, Alejandro) se entiende que es del reino que él gobernaba es de donde surgen luego los cuatro reinos. La muerte del gran líder macedonio trajo un largo periodo de inestabilidad política traducida en luchas de poder, traiciones y batallas por la supremacía parcial. El segundo animal simbólico de Daniel 8 es un “macho cabrío”. Este tuvo al principio un “cuerno notable” entre sus ojos, pero cuando estaba en su mayor apogeo, el cuerno notable se quebró y en su lugar surgieron otros cuatro cuernos prominentes (8: 5-8). Este macho cabrío, de acuerdo a la interpretación del ángel Gabriel, se refiere al “rey de Grecia”, y el cuerno notable que tenía entre sus ojos, al “rey primero” (8: 21). Nos llama la atención que tanto el “macho cabrío” como su “cuerno notable” representan en la visión a “un rey”. Esto nos motiva a formular la siguiente pregunta: ¿Cuál es el significado del término “rey” en las expresiones “el rey de Grecia” y “el rey primero”? ¿Significa esa palabra un monarca o un reino? Estas preguntas son importantes y deben ser contestadas. Para ello, tenemos que analizar el término “rey” de cada frase, en su contexto local y en el contexto de todo el libro. Al investigar el uso de dicho término, encontramos que el libro de Daniel lo utiliza tanto de manera literal como de manera figurada. El último uso se justifica porque el lenguaje humano permite usar palabras en sentido metafórico, para alterar su significado por razones de retórica o de estrategia literaria. También se justifica porque las figuras de lenguaje se acomodan perfectamente bien a la naturaleza apocalíptica de las visiones del libro de Daniel. Nuestro estudio de Daniel 8: 21 indica que el ángel Gabriel utilizó el término “rey” en esta visión de manera figurada. Es decir, el ángel utilizó la figura de sinécdoque para designar un objeto o una entidad mediante una de sus partes cuando le declaró a Daniel el significado del macho cabrío. En otras palabras, el ángel se refirió al reino de Grecia mediante una de sus partes, “el rey”. Hemos llegado a esta conclusión porque el uso figurado del término rey es común en las profecías de Daniel. Allí notamos que el profeta utilizó la figura de sinécdoque cuando le explicó al rey Nabucodonosor el significado de la cabeza de oro de la imagen de su sueño (Daniel 2: 38). También observamos que el ángel Gabriel la utilizó cuando le explicó al profeta el significado de las cuatro bestias simbólicas (Daniel 7: 17) y el significado de los diez cuernos de la cuarta bestia (Daniel 7: 24). Este uso figurado de la palabra “rey”, en Daniel 2 y 7, nos permite afirmar que la frase “rey de Grecia” (8: 21) debería entenderse como el “reino de Grecia”; y la frase “el rey primero” (8: 21), como la primera etapa del reino de Grecia, bajo el liderazgo de Alejandro Magno. Además, consideramos que la palabra “rey” de Daniel 8: 21 debiera entenderse de manera figurada porque “un cuerno”, en el libro de Daniel, representa un reino. Este significado de un “cuerno” simbólico es claro en la visión de Daniel 8. Allí observamos que el “macho cabrío” (Grecia) aparece primero con “un cuerno notable” que representa la etapa unida del reino, y después aparece con “cuatro cuernos” que representa la etapa dividida del reino de Grecia. Estos “cuatro cuernos”, declaró el ángel Gabriel, significan “cuatro reinos” que se levantarán de esa nación (Grecia), aunque sin la fuerza o el poder de la primera etapa (8: 22). Es claro, pues, que los “cuatro cuernos” del macho cabrío representan “cuatro reinos”. Ellos fueron Macedonia, Tracia, Siria y Egipto. La historia de Grecia nos indica que Casandro inició el reino de Macedonia; Lisímaco, el de Tracia; Seleuco, el de Siria y Ptolomeo, el de Egipto. El hecho de que los “cuatro cuernos” del “macho cabrío” representan “cuatro reinos” (8: 22), es razón suficiente para que entendamos que el término “rey” de El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 22 de 46 Daniel 8: 21 fue usado metafóricamente para indicar “reino”. En otras palabras, si los cuatro cuernos del macho cabrío representan cuatro reinos en la visión, el cuerno notable del mismo animal simbólico también debe representar a un reino, y no a un rey literal. Es interesante notar que la descripción del macho cabrío de Daniel 8 y la historia del imperio griego concuerdan entre sí. Los historiadores afirman que Grecia, bajo el liderazgo de Alejandro Magno, conquistó definitivamente al imperio Medo-Persa en la batalla de Gaugamela, cerca de Arbela (331 AC). Después, el imperio griego continuó unido bajo el liderazgo del mismo rey durante 8 años (331-323 AC). Pero, cuando Alejandro Magno murió, sus generales dividieron el territorio de Grecia en cuatro reinos (315-301 AC). Éstos fueron, como ya se dijo, Macedonia, Tracia, Siria y Egipto. Todo esto nos indica que el testimonio de la historia armoniza con el mensaje profético de Daniel 8. Hasta aquí, hemos visto que todos los aspectos descriptivos del macho cabrío concernientes a su origen, su velocidad, su triunfo sobre el carnero, su cuerno notable y sus cuatro cuernos (Daniel 8: 5-8) concuerdan con la historia del imperio de Grecia y su división. Por lo tanto, concluimos que el macho cabrío, con sus cinco cuernos, se refiere al imperio de Grecia; esto es, el tercer imperio en la secuencia de los cuatro grandes imperios (Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma). Samuel Núñez, Las Profecías Apocalípticas de Daniel, 40-42 El engrandecimiento inmenso del macho cabrío es la predicción del avance extraordinario que los griegos hicieron en sus conquistas. Tras la conquista y toma de Babilonia y las capitales persas, las tropas de Alejandro siguieron victoriosos hasta la India extendiendo sus territorios mucho más allá de lo que sus predecesores lo hicieron. Pero ese engrandecimiento quedó frustrado de modo repentino cuando en la cúspide de su poder, o más bien, tal como lo profetizó Daniel, "estando en su mayor fuerza" -con sólo treinta y tres años- Alejandro murió en Babilonia, víctima de sus desórdenes de intemperancia. Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 264 La profecía de Daniel 8 predecía la muerte de Alejandro. "Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado" (versículo 8). En la cúspide de sus facultades y conquistas, Alejandro murió en el 323 AC. Él tuvo un hijo, pero su hijo no heredó el reino (Daniel 11: 4). Más bien, el reino de Alejandro se dividió entre sus generales. Lucharon entre ellos durante casi veinte años. Pero para el 301 AC, cuatro reinos habían emergido del caos político que siguió después de la muerte de Alejandro (8: 8, 22). Estos fueron: 1. 2. 3. 4. Macedonia, bajo Casandro; Tracia y el Asia Menor noroccidental, bajo Lisímaco; Siria y Babilonia, bajo Seleuco; y Egipto, bajo Ptolomeo. …Estas facciones continuaron peleando intermitentemente entre sí, pero las profecías finales de Daniel (capítulo 11) llegan a concentrarse en las batallas entre el rey del norte (Siria) y el rey del sur (Egipto). William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 176 Note la información que provee el siguiente versículo. Cuando el cuerno notable es quebrado, Gabriel lo identifica como una “nación” de la que surgirían “cuatro reinos”. Podemos decir que cuerno significa tanto rey, como reino, como nación. También señala que a pesar que estos cuernos son también “notables” no alcanzarán ni la dimensión, ni el brillo del imperio de Alejandro. Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. Daniel 8: 22 Gabriel otra vez es explícito en identificar los símbolos: "El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero” (8: 21), volvemos a recordar que la palabra rey es más propia entenderla como reino. Ahora, no llama al cuerno “notable” o más bien “visible” sino “grande”, gadol en hebreo. El “cuerno notable” (grande) o “el rey primero”: es Alejandro El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 23 de 46 Magno o el Grande quien en plena juventud, en el clímax de su grandeza, murió de tanto beber y comer celebrando sus triunfos, detalle que la visión revela claramente: “pero cuando estaba en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo” (8: 8), “en cuanto al cuerno que fue quebrado y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él” (8: 22). Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 211 Lo que siguió a su muerte, fue el enfrentamiento de sus generales en su ambición de dominio y poder, hasta que finalmente quedaron cuatro que se repartieron la vastedad territorial lograda por Alejandro. El registro histórico establece que Casandro quedó con gran parte del territorio oriental, Seleuco con algo de la parte occidental (mayormente Siria), Lisímaco con otra parte del sector oriental (Babilonia y Persia), en tanto que Ptolomeo recibía Egipto. De hecho, la incipiente prole de Alejandro fue talada sin misericordia y de igual modo su parentela quedó eliminada en la contienda, de suerte que el poder en el imperio dividido no estaba en absoluto ligado familiarmente a Alejandro; y tal como el intérprete celestial lo anticipó, los hechos históricos se encargaron de corroborar lo registrado por Daniel. …De este modo, aunque el empuje macedónico inicial encumbró a los griegos a la hegemonía mundial, la desaparición de Alejandro inició una nueva fase en su imperio, dando pase al mantenimiento de la expansión helénica en una especie de condominio tetra imperial, unido sólo por sus vínculos helénicos, hasta su desaparición a manos de los romanos. Así, el imperio forjado por Alejandro quedó repartido tal como lo predijo Daniel "hacia los cuatro vientos del cielo" …pero, a su vez éste fue liquidado también por el nuevo reino -cuarto de hierro en la estatua del capítulo 2 e igualmente cuarto en secuencia en el capítulo 7 con la bestia espantosa y terrible que en ambos casos (tanto profética como histórica) es Roma. Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 264, 265 [Un autor] piensa que cuando Gabriel interpreta al cuerno grande como el “rey primero” también deberíamos entender “reino” más que “rey", y aquí en el versículo 22 dice que “cuatro reinos se levantarán de esa nación”, no dice de ese "rey”, que además de sugerir que no son descendientes de Alejandro, [el mismo autor] piensa que el cuerno grande es la nación o imperio durante la monarquía unida que abarcó los reinados de Alejandro Magno (331-323 AC); Filipo III (323-317 AC), y Alejandro IV (317-311 AC). Independiente de si el cuerno grande es sólo Alejandro o la monarquía unida es indiscutible que “cuatro reinos” representados por los “cuatro cuernos” son las cuatro divisiones del imperio griego que surgieron después de años de guerras internas. En 301 AC cuatro generales de Alejandro se transformaron en reyes de esos territorios que antes eran regidos por un solo rey: Tracia y Asia Menor quedaron para Lisímaco y la dinastía que le sucedió (311-284 AC); Macedonia y Grecia para Casandro y sus descendientes (311-168 AC); Egipto para Ptolomeo y sus sucesores (311-30 AC); y Asia Oriental para Seleuco y las dinastías subsiguientes (301-65 AC). Hay que destacar que los "cuatro reinos” no son llamados “cuatro reyes” sino "cuatro reinos”, detalle que confirma el uso indistinto de ambos términos en Daniel y que nos libra de limitarlos sólo a los cuatro generales de Alejandro, por lo que es más propio hablar, por ejemplo, del reino de Seleuco que del rey seléucida. Los preteristas pretenden entender estos cuernos como reyes individuales y el cuerno pequeño que es visto después en la visión como un rey particular, Antíoco Epífanes, pero el texto no permite esta individualización. Aunque estos cuatro cuernos son calificados de “visibles” o “notables" igual que el cuerno grande, Gabriel deja en claro que crecen, “aunque no con la fuerza de él” (8: 22), es decir, nunca alcanzaron ni menos superaron a Alejandro. Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 212, 213 6.4.4. Un detalle sobre el cuerno pequeño Aquí se expone el concepto que los “cuatro vientos del cielo” representan los cuatro puntos cardinales. Por lo tanto, estos reinos se dividirían el imperio de Alejandro y de uno de estos puntos cardinales surgiría el “cuerno pequeño”. Recuerde que trataremos más sobre esto en otro estudio. El movimiento en dirección horizontal ocurre de nuevo en la sección siguiente de la visión. El versículo 8 habla de los reinos que habían de surgir de la ruptura del imperio de Alejandro. Los símbolos empleados son cuatro cuernos que salen hacia los cuatro vientos del cielo, los puntos cardinales, después de su surgimiento de la base del gran cuerno que simbolizaba a Alejandro. Los movimientos direccionales en este caso son difusos. El carnero persa había embestido hacia el oeste, y el macho cabrío griego había embestido hacia el este. Sin embargo, estos cuernos El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 24 de 46 de la cabeza del macho cabrío griego se extienden en direcciones diversas. Este aspecto de los reinos helenísticos estaba simbolizado en Daniel 7 por las cuatro cabezas del leopardo griego. Pero no se señala que las cabezas se extendieran simbólicamente en direcciones diferentes, cosa que sí se dice de estos cuatro cuernos. Frank B. Holbrook, Simposio sobre Daniel, 513 Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. Daniel 8: 9 Los estudiosos de las Escrituras a veces llegan a la conclusión de que cuando éstas dicen que el cuerno pequeño salió “de uno de ellos”, significa que salió de uno de los cuatro cuernos. Lo que las Escrituras realmente quieren decir es que el cuerno pequeño salió de uno de los cuatro vientos; es decir, que salió de uno de los cuatro puntos cardinales. (Se trata de una figura de lenguaje.) ¿Cómo puede ser esto así? Los sustantivos en hebreo poseen un género gramatical. Son masculinos, femeninos o neutros. Muchos otros idiomas también tienen género gramatical. Y en esos casos la regla consiste en que los pronombres tienen que concordar con su sustantivo antecedente, y tienen que ser masculinos, femeninos o neutros. La gramática castellana, en este aspecto, concuerda con el hebreo. En el hebreo de Daniel 8: 8, 9, “cuernos” es femenino y “vientos” puede ser masculino o femenino. En la frase “de uno de ellos” el pronombre “ellos” es masculino. Esto significa que el sustantivo correspondiente a “ellos” no puede ser “cuernos” ' sino “'vientos”. De modo que el cuerno pequeño tendría que aparecer de uno de los cuatro vientos. Iba a surgir de uno de los puntos cardinales. Es de importancia para nuestro estudio tener en claro que el Imperio Romano, pequeño al principio, surgió en un punto ubicado al oeste de los tres primeros imperios de la profecía. C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 158, 159 Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Daniel 8: 23 6.4.5. Un cuadro resumen Podemos resumir lo tratado sobre esta profecía en el siguiente cuadro, incluyendo los sueños de la estatua y de las cuatro bestias que surgen del mar. Aunque la visión es dada mientras aún rige Babilonia, ya esta no es considerada en la profecía. Pero al identificar con nombre propio los 2 imperios (Medo-Persia y Griego) los otros dos quedan también afirmados. Babilonia como el reino a punto de desaparecer y Roma, aún desconocida para los grandes del mundo, pero que constituiría el mayor imperio de todos. 7. Daniel 2 Daniel 7 Daniel 8 Reino Estatua Bestias Carnero y M. Cabrío Babilonia Oro León alado Medo-Persia Plata Oso Carnero Grecia Bronce Leopardo alado Macho Cabrío Roma Hierro-barro cocido Bestia terrible Material complementario 7.1. El imperio medo-persa 7.1.1. El imperio de Media La historia de Media, considerando su participación significativa en el concierto de las grandes naciones de aquel entonces, empieza modestamente en los registros asirios del tiempo de Salmanasar III (933-824 AC) donde sus habitantes aparecen al nivel de mercenarios del ejército asirio, procedentes del noreste (desde la ubicación asiria). No es sino hasta bien avanzado el siglo El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 25 de 46 VIII AC cuando mantienen una pugna (de las que salen derrotados) frente al entonces poderoso imperio asirio. Ya les tocaría, mucho después (un poco más de un siglo de esta su primera confrontación), tener su revancha. Su consolidación parece haberse logrado en siglo VI AC. Vea en el mapa siguiente la relación entre los imperios de aquel entonces (Siglo IV AC). Note la superioridad (dimensión y poder) de Media sobre Persia, “el más alto” que “creció después”. Para ese entonces los persas eran un reino vasallo de los medos, pero la historia iba a cambiar muy pronto, en ese mismo siglo, con la aparición en el escenario mundial de Ciro II el Grande. Con los medos, y los persas que los sucedieron, aparecen en el escenario de la historia mundial pueblos de estirpe indoeuropea. Las únicas otras naciones étnicamente emparentadas que habían desempeñado papeles importantes en la historia anterior eran los hititas y mitanios, que habían florecido en el segundo milenio de la era precristiana. Los medos y los persas habitaban la meseta que se halla entre Mesopotamia y la India, tierra escabrosa que produjo una nación robusta moralmente sana, de guerreros fuertes y acostumbrados a las penurias y las privaciones. Se daban el nombre de arianu "nobles", y a su tierra la llamaban Ariana o Irán, nombre que conserva todavía. Las primeras tribus iranias, llamadas medos, aparecen como guerreros bárbaros en los registros del rey asirio Salmanasar III a mediados del siglo IX AC. Sargón II pretende haberlos derrotado y sometido en 715 AC y menciona a Daiaukku como su gobernante, nombre que Herodoto da como Deikos (Deioces), a quien atribuye la fundación del reino de Media, y a quien caracterizó como gobernante sabio y justo. También se dice que Deioces logró que las tribus medas formasen una nación y fundó la capital Ecbatana. Sin embargo, es difícil identificar al Deikos de Herodoto, que parece haber gobernado desde c. 700 hasta c. 647 AC, con el Daiaukku de los registros de Sargón, y por supuesto es posible que hubiera habido dos personas del mismo nombre. Fraortes, hijo de Deioces, reinó durante 22 años después de la muerte de su padre, desde c. 647 hasta c. 625 AC, y se le atribuye el haber subyugado las tribus persas del sur. Perdió la vida luchando contra Asiria. Ciajares, hijo de Fraortes, gobernó a los medos durante 40 años, desde c. 625 hasta c. 585 AC. Se convirtió en aliado de Nabopolasar de Babilonia, contra Asiria, y sin ayuda ajena conquistó a Asur en 614 AC, y a Nínive junto con los babilonios, en 612 AC… Los babilonios absorbieron la parte mayor y más civilizada del caído imperio asirio, mientras que los medos parecen El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 26 de 46 haberse contentado con heredar las posesiones septentrionales y nororientales de Asiria. Ciajares, que así llegó a ser el primer gran rey de los medos, también es reconocido por Herodoto como el que derrotó a los escitas, cuyo territorio del Asia Menor pasó entonces a su poder [ver el mapa anterior]. Durante sus últimos años, Ciajares tuvo que luchar contra los lidios, quienes, bajo Alyates, rey de Sardis, habían llegado a ser el tercer poder del Asia y deseaban ser los dueños de Anatolia. En el sexto año de su guerra sucedió que "en medio de la batalla el día se convirtió repentinamente en noche". Convencidos de que el desagrado de los dioses había recaído sobre ellas, las dos naciones contrincantes estuvieron dispuestas a concertar un tratado de paz. Esto se logró con la ayuda de algunos mediadores entre los cuales se menciona a Labineto de Babilonia, probablemente Nabonido... El eclipse solar del 28 de mayo de 585 AC, (predicho según se dice por Tales de Mileto), que ocasionó la terminación de la guerra entre los medos y los lidios, proporciona una de las pocas fechas fijas de batallas de la antigüedad. El tratado firmado con Alyates concedía a Ciajares todo el territorio de Anatolia al oriente del río Halys, y esto fue confirmado por el casamiento de Astiages, hijo de Ciajares, con Aryanis, hija de Alyates. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 52, 53 7.1.2. El surgimiento persa El cambio surgiría en la época de Astiages, el último gobernante medo y en concordancia con la profecía no sería un imperio que reemplazaría a otro, sino que era un imperio complejo, formado por dos pueblos, vinculados históricamente desde su origen étnico y relacionados a través de los vínculos de sus respectivas realezas. Astiages, que gobernó durante más de 30 años (Herodoto dice 35), desde c. 585 hasta 553/2 o 550 AC, fue el último monarca verdadero del imperio medo. No se sabe casi nada de su largo reinado. los historiadores antiguos que lo mencionan sólo dicen que participó en los asuntos de Ciro, su nieto, según fuentes griegas. Había dado su hija Mandana a Cambises I, rey vasallo de los persas en Ansán; pero cuando su hija dio a luz un hijo, parece haber sido acosado por el temor de que Ciro le arrebataría el trono. No se sabe cuánta verdad hay en las leyendas griegas que cuentan los intentos de Astiages por matar a su nieto. Sin embargo, es cierto que sus temores no fueron infundados, porque Ciro se levantó contra su señor en c. 553 AC. Dos veces fue derrotado por las fuerzas de Astiages, pero en el tercer encuentro Hárpago, comandante del ejército medo, traicionó a su señor entregó sus fuerzas a Ciro. No más tarde de 550 AC, Ciro tenía en su poder la capital meda de Ecbatana. También Astiages había caído en manos de Ciro, pero parece haber recibido buen trato, si podemos creer a los griegos quienes informan que llegó a ser gobernador de Hircania, al sur del mar Caspio. Cuando Ciro se apoderó del imperio medo no hubo grandes cambios en la estructura externa del Estado porque los medos y los persas eran tribus estrechamente emparentadas, como lo estaban también las dos casas reales por vínculos de casamiento. Por eso hallamos que los historiadores de la antigüedad y también documentos de la época de distintos países se refieran al imperio como de "los medos y los persas", o muchas veces simplemente como de "los medos", aunque éstos, después de la caída de Astiages, sólo desempeñaron un papel secundario en los asuntos del Estado. Por lo tanto, la transición del imperio medo al Imperio Persa fue en verdad una entrega de poder de una casa real a otra, y un traspaso de cargos desempeñados por nobles medos a nobles persas. Desde entonces, la nobleza persa ocupó los primeros puestos en la administración del gobierno, aunque aún se empleaba a medos influyentes, y éstos ocupaban muchos puestos importantes durante el período persa. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 53 7.1.3. Genealogía de los principales reyes persas Así como no ha sido posible reconstruir la historia de los medos en los periodos anteriores a la consolidación del imperio bajo Ciajares, lo propio ocurre con los hasta entonces vasallos persas. Los principales reyes persas han quedado muy bien referenciados desde Ciro II el Grande, aunque hay suficiente información como para reconocer a los anteriores. Los gobernantes persas del período del imperio se conocen como reyes aqueménidas porque, con excepción de Darío III [fin del imperio, derrotado por Alejandro], todos los monarcas El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 27 de 46 persas pretendieron tener como su antepasado a un cierto Aquemenes. Las inscripciones de Ciro y Darío I proporcionan informaciones de la genealogía de las dos familias a las cuales éstos dos reyes pertenecían, y que parten de Aquemenes y Teipes según lo muestra el siguiente diagrama. 1. Aquemenes 2. Teispes 3. Ciro I Ariaramnes 4. Cambises I Arsames 5. Ciro II el Grande Histapes 6. Cambises II 7. Darío I el Grande 8. Jerjes 9. Artajerjes I 10. Darío II No se sabe el orden exacto de los reyes reinantes desde Aquemenes hasta Ciro II, pero parece que la mayoría o todos los que figuran en la genealogía que hemos dado estuvieron por algún tiempo en el trono de Persia. Las dos casas reinantes gobernaron simultáneamente sobre distintas tribus persas o el dominio pasó de una casa reinante a la otra varias veces. La capital parece, haber sido Ansán, pues los primeros reyes persas se llaman en forma regular "reyes de Ansán", pero no se ha fijado con exactitud su ubicación, aunque la hipótesis de identificarla con Pasargada, en el suroeste de Irán, parece ser la mejor que se ha hecho hasta ahora. El único gobernante persa anterior a Ciro II mencionado en algún registro de la época de que dispongamos es Ciro I. Las inscripciones del rey asirio Asurbanipal lo mencionan como Kurash de Parsua, quien después de enterarse de la victoria asiria sobre los elamitas, envió a Nínive a su hijo Arukku -probablemente un hermano de Cambises I- con cuantiosos regalos, a fin de ofrecerse como vasallo del emperador asirio. Este suceso ocurrió poco después de 639 AC, año en que Elam fue conquistado, pero sin duda antes que el rey Fraortes de los medos sometiera a los persas y anexara su territorio a su imperio. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 53, 54 7.1.4. Ciro II el Grande y la profecía El gran personaje de la lista de reyes persas es sin duda Ciro II el Grande, al que la historia recuerda con este justo apelativo. Ciro no solamente fue un brillante guerrero y estadista, sino que El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 28 de 46 estaba señalado por Dios para ser quien cumpliera con la liberación de Judá del yugo babilónico. Tal como Dios lo había profetizado Ciro había sido llamado por Dios, unos 150 años antes de su nacimiento, para cumplir la profecía de los 70 años de cautividad en Babilonia. que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: serás fundado. Isaías 44: 28 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste. Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. Isaías 45: 1-7 La llegada del ejército de Ciro ante los muros de Babilonia fué para los judíos un indicio de que se acercaba su liberación del cautiverio. Más de un siglo antes del nacimiento de Ciro, la Inspiración lo había mencionado por nombre y dejado registrado lo que iba a hacer al tomar la ciudad de Babilonia de imprevisto, y al preparar el terreno para liberar a los hijos del cautiverio. Por Isaías había sido expresado: “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar gentes delante de él, ...para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré las tortuosidades; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados; para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre”. Isaías 45: 1-3. En la inesperada entrada del ejército del conquistador persa al corazón de la capital babilónica, por el cauce del río cuyas aguas habían sido desviadas y por las puertas interiores que con negligente seguridad habían sido dejadas abiertas y sin protección, los judíos tuvieron abundantes evidencias del cumplimiento literal de la profecía de Isaías concerniente al derrocamiento repentino de sus opresores. Y esto debiera haber sido para ellos una indicación inequívoca de que Dios estaba encauzando en su favor los asuntos de las naciones; porque inseparablemente vinculadas con la profecía descriptiva de cómo iba a ser tomada Babilonia estaban las palabras: “Ciro: es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, en diciendo a Jerusalem, serás edificada; y al templo: serás fundado”. “Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos”. Isaías 44: 28; 45:13. Tampoco eran estas profecías las únicas sobre las cuales los desterrados podían basar su esperanza de una pronta liberación. Tenían a su alcance los escritos de Jeremías y en ellos se había indicado claramente cuánto tiempo iba a transcurrir antes que Israel fuese devuelto de Babilonia a su tierra. El Señor había predicho por su mensajero: “Cuando fueren cumplidos los setenta años, visitaré sobre el rey de Babilonia y sobre aquella gente su maldad, ha dicho Jehová, y sobre la tierra de los Caldeos; y pondréla en desiertos para siempre”. En respuesta a la oración ferviente, el residuo de Judá iba a ser favorecido. “Y seré hallado de vosotros, dice Jehová, y tornaré vuestra cautividad, y os juntaré de todas las gentes, y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice ser llevados”. Jeremías 25: 12; 29: 14. Ellen G. White, Profetas y Reyes, 404, 405 Daniel el profeta tendría en gran honor de presentar delante de Ciro la profecía que no solamente le ponía nombre, sino que le decía cómo tomaría Babilonia, y le decía que, aunque no lo supiera Dios lo había conducido hasta entonces. La declaración del libro de Esdras es notable pues muestra que el gran conquistador comprendía que Dios le había concedido el lugar de grandeza que la historia ahora registra para nosotros. Y continuó Daniel hasta el año primero del rey Ciro. Daniel 1: 21 Dios usó la manera en que Daniel fué librado del foso de los leones para crear una impresión favorable en el espíritu de Ciro el Grande. Las magníficas cualidades del varón de Dios como El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 29 de 46 estadista previsor indujeron al gobernante persa a manifestarle gran respeto y a honrar su juicio. Y ahora, precisamente en el tiempo en que Dios había dicho que haría reedificar su templo de Jerusalén, movió a Ciro como agente suyo para que discerniera las profecías concernientes a él mismo, bien conocidas por Daniel, y le indujo a conceder su libertad al pueblo judío. Cuando el rey vio las palabras que habían predicho, más de cien años antes que él naciera, la manera en que Babilonia sería tomada; cuando leyó el mensaje que le dirigía el Gobernante del universo: “Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste; para que se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que no hay más que yo”; cuando tuvo delante de los ojos la declaración del Dios eterno: “Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; púsete sobrenombre, aunque no me conociste”; cuando leyó en el registro inspirado: “Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones” (Isaías 45: 5, 6, 4, 13), su corazón quedó profundamente conmovido y resolvió cumplir la misión que Dios le había asignado. Dejaría ir libres a los cautivos judíos y les ayudaría a restaurar el templo de Jehová. En una proclamación escrita que se publicó “por todo su reino”, Ciro dio a conocer su deseo de proveer para el regreso de los hebreos y para la reedificación de su templo. El rey reconoció con agradecimiento en esa proclamación pública: “Jehová Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalem, que está en Judá. ¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba a Jerusalem, ...y edifique la casa a Jehová Dios de Israel, (él es el Dios), la cual está en Jerusalem. Y a cualquiera que hubiere quedado de todos los lugares donde peregrinare, los hombres de su lugar le ayuden con plata, y oro, y hacienda, y con bestias; con dones voluntarios”. Esdras 1: 1-4. Ellen G. White, Profetas y Reyes, 408, 409 7.1.5. Ciro y la caída de Babilonia Veamos un poco sobre el Ciro histórico en los albores del Imperio Medo-peras que él forjó. Ciro que era persa y estaba emparentado con la casa gobernante de Media logró hacerse del control del Imperio no sin el apoyo de un traidor. Los historiadores griegos tratan ampliamente las aventuras del joven Ciro, pero es difícil discriminar la verdad de la leyenda, y la historia de la tradición. Sin embargo, parece verosímil que Mandana, la madre de Ciro, fuese hija de Astiages, el último monarca que reinó sobre Media, que Ciro mismo se hubiera casado con Kasandana, la hija de Ciajares, hijo de Astiages. Por razones que no nos resultan claras, Ciro se rebeló contra su señor y abuelo Astiages, probablemente en 553 AC. Ciro, cuyas fuerzas fueron derrotadas dos veces por Astiages, logró finalmente el éxito cuando Hárpago, comandante medo, traicionó a su amo y rey, y se pasó a Ciro, quien para 550 AC tuvo en sus manos a Ecbatana, la capital meda, y a su rey. Aunque Ciro asumió el gobierno real del imperio, parece haber tratado a los medos con deferencia. Astiages fue enviado a Hircania como gobernador de una provincia y según Jenofonte, su hijo Ciajares II fue puesto en el trono como gobernante nominal. Registros de la época no dicen absolutamente nada de la existencia de Ciajares II, pero no es improbable que Ciro permitiese que el príncipe heredero de Media, que era también su suegro [y su tío, pues era hermano de su madre], ocupase el trono en forma conjunta con él para agradar a los medos. Si fue así, este Ciajares puede haber sido el mismo rey que se menciona repetidas veces en el libro de Daniel con el nombre de Darío de Media… Durante los siguientes años Ciro consolidó su poder sobre su extenso imperio, que llegaba desde los límites de la India por el este hasta el río Halys en el centro del Asia Menor al oeste. Los documentos disponibles revelan que se hallaba luchando contra tribus hostiles al este del Tigris en 548 AC, mientras se preparaba para la gran contienda que pronto afrontaría. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 54, 55 Note que Ellen G. White menciona que Ciro era “sobrino de Darío el Medo”, un personaje que la historia no ha desentrañado lo suficiente, hasta ahora... No tardaron en ocurrir reveses. Babilonia fué sitiada por Ciro, sobrino de Darío el Medo y general de los ejércitos combinados de los medos y persas. Pero dentro de la fortaleza al parecer inexpugnable, con sus macizas murallas y sus puertas de bronce, protegida por el río Éufrates, y abastecida con abundantes provisiones, el voluptuoso monarca se sentía seguro y dedicaba su tiempo a la alegría y las orgías. Ellen G. White, Profetas y Reyes, 384, 385 El surgimiento meteórico de Ciro, que lo llevaría a ser el gobernante del segundo imperio en extensión de su tiempo, no dejó de impresionar a sus contemporáneos. Pueblos subyugados El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 30 de 46 pusieron su esperanza en él. Por ejemplo, los judíos cuyas profecías indicaban a un Kóresh o Ciro, como futuro libertador (Isaías 44: 28), por cierto, deben haber observado su surgimiento con emoción… Pero dirigentes políticos, tales como Nabonido de Babilonia, Amasis de Egipto, y Creso de Lidia, contemplaron el surgimiento de Ciro con gran aprensión, temerosos de perder su propia seguridad y sus respectivos tronos. Por eso se unieron mediante un tratado de ayuda mutua. Que este temor tenía fundamento quedó demostrado en la primavera de 547 AC cuando Ciro penetró en la región superior de Mesopotamia localizada entre el río Jabur y el gran codo del Éufrates, para reocupar una antigua provincia que Nabonido había quitado a los medos. Esta fue una acción claramente hostil hacia los babilonios, aunque no parece haber provocado acciones bélicas entre las fuerzas de los dos imperios. Sin embargo, Creso creyó que debía hacerse algo para contener la creciente amenaza oriental, y convencido de que siempre es ventajoso tomar la iniciativa en vez de esperar a que la tome el adversario, el rey de Lidia cruzó el Halys, y penetró en el territorio de Ciro. En Pteria se riñó la primera batalla con los persas a fines del verano de 547 AC, pero terminó en un empate. Sin embargo, Creso creyó prudente retirarse a su fuerte capital, Sardis, para esperar la llegada de sus aliados antes de emprender futuras operaciones contra Ciro. Quizá creyó que Ciro había sido bastante debilitado en la batalla en Pteria, de modo que ya no le era una amenaza inmediata, y es evidente que no esperaba que los persas avanzaran en el otoño hacia el occidente, lejos de sus bases, con el severo invierno de Anatolia a las puertas. Genios de la talla de Ciro obran a veces en forma irracional, y hacen lo que hombres prudentes consideran insensateces. Por eso a menudo sus acciones son inesperadas. Ciro era así. En vez de regresar a su patria durante el invierno y volver con todas sus fuerzas al siguiente año, avanzó y se presentó súbitamente delante de Sardis con su ejército. Puede verse claramente que Creso se había equivocado por completo en aquilatar a su adversario, porque había despedido a sus mercenarios permitiéndoles que se retiraran durante el invierno a sus pueblos natales. Creso, confiado en el valor de los lidios y en la fuerza irresistible de su caballería, se atrevió a atacar a Ciro apenas éste llegó. Sin embargo, una vez más quedó demostrada la astucia del rey persa, cuando rápidamente Ciro hizo montar a los soldados de caballería en sus camellos de carga y así esperó a los lidios que atacaban. Los caballos de batalla de los lidios, que no estaban acostumbrados ni a la apariencia de los extraños animales de cuello largo ni a su penetrante hedor, se desviaron y regresaron a la ciudad. Muy pronto, después de un corto sitio - entre octubre y diciembre de 547 ACSardis capituló antes que los aliados tuvieran oportunidad de acudir en ayuda de Creso. El rey de Lidia cayó en manos de Ciro, quien parece haberle perdonado la vida, aunque un documento refiere que Creso fue ejecutado. Una vez más Ciro había comprobado ante el mundo que era un hombre oportuno y que sabía dar sorpresas. Con sentimientos encontrados recibieron sus contemporáneos las noticias de sus victorias increíbles que llegaban a las ciudades y aldeas de Babilonia. Para los judíos cautivos estas noticias habrán sonado como dulce música, pero los gobernantes de Babilonia y Tema -Belsasar y Nabonido- deben haberse alarmado. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 55, 56 La caída de Lidia debe haber confirmado los temores de los aliados, que habían podido hacer poco frente al surgimiento de Ciro, que conducía al carnero profético y que había herido con sus cuernos ya a uno de los grandes imperios de aquel entonces. Le tocaba el turno a la arrogante Babilonia de Nabonido y Belsasar. Nada se sabe con exactitud de las actividades de Ciro durante los seis años que siguieron a la conquista de Lidia. Sin embargo, es improbable que un hombre como Ciro hubiera permanecido ocioso durante esos años. De Beroso [sacerdote babilonio, 350-270 AC aproximadamente], citado por Josefo, llega el informe de que Ciro conquistó toda Asia antes de marchar contra Babilonia, y Jenofonte supo de una campaña contra Arabia durante ese tiempo. Por eso podemos concluir que Ciro consolidó su dominio sobre las distintas partes del Asia Menor durante los años de los cuales guardan silencio los documentos de la época, y también puede haberse encontrado con Nabonido en Arabia, porque este rey pretende en un texto haber "conquistado sus [de Ciro] territorios" personalmente y haber llevado sus posesiones a su residencia. No se sabe con certeza si esta pretensión fue una jactancia hueca, o si en realidad Nabonido derrotó en alguna ocasión a Ciro. No importa qué hubiera sucedido entre la caída de Sardis (547 AC) y 540 AC, lo cierto es que para fines del 540 AC Ciro había organizado su imperio, que constituyó una unidad bien estructurada, y había formado un ejército formidable con el cual estaba listo para la contienda que se avecinaba con Babilonia. Una vez más la buena fortuna de Ciro acudió inesperadamente en su ayuda cuando el gobernador de Gutium, la provincia más oriental de Babilonia, entregó su territorio y su pueblo a los persas. Nabonido, que había regresado de Tema a Babilonia, puede haber ayudado a su hijo Belsasar, comandante en jefe de todas las fuerzas orientales, en la preparación para el choque inevitable con Ciro. La batalla grande y decisiva entre las fuerzas de los dos imperios se realizó en Opis sobre el Tigris, en el sitio de lo que después fue la ciudad de Seleucia o cerca de allí (a unos 32 Km río abajo El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 31 de 46 de la Bagdad moderna), y cerca de la gran muralla de Nabucodonosor. Se desconocen las razones de la desastrosa derrota que sufrió el ejército babilónico en Opis. Nuestros registros incompletos sólo nos dicen que Ciro logró cruzar el río Tigris y que derrotó al ejército babilónico en forma tan completa que de repente dejó de existir toda resistencia organizada, y todo el país quedó a merced de los persas. Los vencedores aprovecharon inmediatamente las oportunidades que se les presentaban y no perdieron tiempo en sacar el mayor beneficio posible de su victoria. Siguieron a los babilonios que huían hacia el oeste y sureste, y sin combatir tomaron a Sipar, que quedaban a unos 24 Km. al oeste del Tigris, el 10 de octubre de 539 AC, y sólo dos días más tarde a Babilonia, que quedaba a unos 65 Km al sureste de Opis. Nabonido, que había estado en Sipar justamente antes que cayera la ciudad, huyó hacia el sur, pero por razones desconocidas regresó a Babilonia pocos días después y se entregó a los persas, que le perdonaron la vida. Después de la batalla de Opis, Belsasar esperó a sus enemigos detrás de las poderosas fortificaciones de Babilonia. Sin embargo, ellas no lo protegieron. Parece haber tenido enemigos dentro de Babilonia que lo traicionaron entregaron la ciudad en manos de los Persas. De esta manera "Ugbaru el gobernador de Gutium", quien después de la batalla de Opis había marchado directamente hacia Babilonia, entró en la ciudad sin lucha el 12 de octubre de 539 AC… Belsasar, que había pasado la noche en una orgía y había visto literalmente, "la escritura en la pared", fue muerto; pero aparte de esto parece haber habido poco derramamiento de sangre. Yendo en contra de lo acostumbrado, los persas no destruyeron la ciudad, y pusieron soldados como guardias en los templos y edificios públicos para garantizar la continuación ordenada de la vida diaria de Babilonia, y evitar el saqueo o destrucción de propiedades. Por su lenidad [blandura, suavidad], Ciro tuvo éxito como conquistador no sólo de reinos, de ciudades, sino también del corazón de la gente. Cuando unos 17 días más tarde (29 de octubre de 539 AC), entró personalmente, en la ciudad capital, "todos los habitantes de Babilonia ...besaron sus pies, llenos de júbilo y con rostros alegres de que él [hubiera recibido] el reino. Con alegría lo saludaron como amo por cuya ayuda habían vuelto [nuevamente] a la vida de la muerte [y] todos habían sido librados del daño el desastre, y adoraron su [mismo] nombre" (inscripción del cilindro de arcilla de Ciro, conocido como Cilindro de Ciro…). Raras veces fue tan fácilmente vencido un imperio tan grande, y aún era más raro que un vencedor fuese, aceptado tan rápidamente por los vencidos, como lo fue Ciro. La clase gobernante caldea, y en especial Nabonido, habían perdido de tal manera la simpatía de los babilónicos, que éstos aceptaron gustosos cualquier cambio en el gobierno. Las naciones subyugadas no sentían amor ni lealtad para sus opresores, pero esperaban mejores días del gobierno más humano de los persas, de cuya política ya había pruebas en los países sobre los cuales ya había gobernado durante varios años. Quizá aquella política había llegado a conocerse por todo el mundo civilizado. Su suavidad y justicia habían hecho que Ciro ganase el corazón de la gente con poco esfuerzo adicional de su parte. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 56, 57 La imagen de Ciro como gobernante ha trascendido las fronteras del imperio y los historiadores reconocen el esplendor de su figura pública. Su indiscutida capacidad militar queda, si se puede, opacada por sus dotes de gobernante, y para el estudioso de la profecía bíblica perdurará la imagen del pagano que reconoció al Dios de Israel, aceptó que le había llamado a ocupar un lugar en la historia y liberó a su pueblo. ¿Estará Ciro entre los salvados, se habrá convertido como Nabucodonosor?... queda menos tiempo que ayer para que lo sepamos. Ciro no sólo fue un gran guerrero y general, sino también un gobernante sabio, que sabía ganar la paz además de las guerras. En sus medidas pacíficas demostró su verdadera grandeza. Los asirios y los babilonios habían destruido las ciudades de las naciones vencidas habían trasplantado sus habitantes a otros lugares del imperio, pero Ciro no deseaba segur su ejemplo destruyendo a los pueblos a fin de gobernar sobre sus tumbas. Perdonó las ciudades conquistadas, hizo retornar a sus lugares de origen a los pueblos previamente trasladados y enriqueció su patrimonio con medidas que los favorecieron económicamente. La capital babilónica es un ejemplo. Al convertir a Babilonia en una de sus capitales, al favorecer a Marduk, el principal dios babilónico, y al declararse más tarde "rey de Babilonia", ganó el cariño del pueblo. También se hizo popular al devolver a las ciudades las diversas deidades que Nabonido había transportado a Babilonia, y al refaccionar o reconstruir templos locales, uno de los cuales fue el de Jerusalén. Con esta actitud favorecía a los babilonios, que habían visto de mala gana tantos dioses adoradores extraños en su ciudad, y agradó en gran medida a los pobladores de las ciudades y países extranjeros cuyos dioses les fueron devueltos, o cuyos templos destruidos fueron reconstruidos. Obró sabiamente al permitir que dirigentes locales mandaran a sus propios pueblos como gobernadores de provincias subordinados a los persas, y al abstenerse de imponer a las naciones conquistadas la manera de vida, religión o idioma persas. Esta sabia política iniciada por Ciro fue seguida en general por sus sucesores, aunque ocasionalmente algunos violaron estos principios. El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 32 de 46 Sin embargo, los persas en general hicieron un leal esfuerzo por honrar las costumbres, religiones y leves locales. También se valieron como idioma oficial del imperio del idioma arameo, conocido casi universalmente. Por lo tanto, fue una gran pérdida cuando sólo ocho años después de la caída de Babilonia, murió Ciro en una campaña contra algunas tribus del Irán oriental en agosto de 530 AC. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 57, 58 7.1.6. El desarrollo del imperio hasta Darío I el Grande Cambises, 530-522 AC, sucedió en el trono a su padre Ciro, pero ni se acercó a él en sus dotes de guerrero, estadista, ni alcanzó el cariño de su pueblo. El asesinato, por temor, de su hermano Esmerdis no hizo sino añadir a su pobre imagen histórica. Su logro más importante fue la conquista de Egipto para el imperio, lo que completó los huesos en la boca del oso profético de Daniel 7, o las direcciones en las que embestía el carnero del que hemos tratado ampliamente en la interpretación profética. Los tres aliados contra Medo-Persia terminaban siendo absorbidos por el gigante imperio. Ciro había designado a su hijo Cambises como príncipe heredero, según lo sabemos por varios registros. Sin embargo, en contraste con su padre, no fue un gobernante popular. Él lo sabía muy bien. Por eso, antes de dirigirse a Egipto, hizo matar secretamente a su hermano Bardiya, o Esmerdis, temeroso de que una larga ausencia de la capital pudiera ser aprovechada por sus enemigos para colocarlo en el trono. Cuando más tarde se conoció este asesinato y usurpó el trono un falso Esmerdis, que pretendía haber sobrevivido al complot, este usurpador fue aceptado por grandes sectores del imperio, clara prueba de la falta de popularidad de Cambises. Poco más sabemos de Cambises fuera de su campaña en Egipto. La conquista de la tierra del Nilo era la meta de sus ambiciones apasionadas. Los historiadores están en desacuerdo en cuanto a si Cambises en su campaña contra Egipto llevó a cabo los planes de su padre, o si incurrió en un error que su padre nunca hubiera cometido. Es posible que Ciro tuviese planes de conquistar finalmente a Egipto, cuyo rey Amasis era el único sobreviviente de la anterior triple alianza contra Persia, formada por los monarcas de Babilonia, Lidia y Egipto. Siendo que había consolidado sabiamente su gobierno en las regiones conquistadas después de cada victoria antes de atacar a otros, puede ser que hubiera deseado llevar a cabo una consolidación cabal de su dominio en todo el anterior Imperio Babilónico antes de atacar a Egipto, pero murió antes de revelar sus planes. Sin embargo, es posible también que hubiera evitado sabiamente extenderse demasiado en sus compromisos, mientras que Cambises, como hijo de un genio, puede haber creído que solamente nuevas conquistas podrían afianzar su nombre y su fama. Cuando Cambises marchó contra Egipto, a principios de 525 AC, Amasis había muerto y Psamético III había subido al trono. Al principio su campaña logró un éxito inusitado. Disfrutó de la colaboración de las ciudades fenicias, incluso Tiro y la isla de Chipre, que pusieron sus flotas a su disposición. También Polícrates de Samos rompió sus vínculos con Egipto para aliarse con Persia. Fanes, un general de las fuerzas mercenarias egipcias, abandonó a Psamético y se pasó a Cambises, ayudándolo en su campaña contra su señor anterior, especialmente cuando guió al ejército persa para que cruzara a salvo el desierto rumbo al delta. La primera batalla ocurrió en Pelusio, donde el ejército mercenario de Psamético sufrió una grave derrota. Cambises avanzó inmediatamente hacia Menfis y tomó la ciudad después de sitiarla. También logró capturar al faraón, que había reinado menos de seis meses. Libia y Cirenaica se sometieron voluntariamente a los persas, pero fracasó una incursión en el desierto occidental a causa de enormes pérdidas. Tuvo éxito otra campaña contra Etiopía, nombre que se daba a Nubia, pero también fue muy costosa. Así todo Egipto y sus dependencias fueron anexados al Imperio Persa. A fin de granjearse la buena voluntad de los egipcios, Cambises asumió los títulos y realizó las funciones ceremoniales de un faraón. Organizó a Egipto convirtiéndolo en una poderosa satrapía, que permaneció segura en manos de sus comisionados aún durante los años cuando estuvo agitada la mayor parte del imperio. Herodoto describe ciertas crueldades de que fueron víctimas los egipcios e insultos contra sus dioses, pero sin duda sus informes son exagerados. Algunos creen que reflejan un cambio de política después de los reveses de Cambises. Por lo menos las narraciones del historiador griego revelan el odio que sentían los egipcios contra el conquistador. Es cierto que Cambises destruyó algunos templos egipcios -tal vez donde se fomentaba agitación contra su régimen, - aunque también hay testimonios de que favoreció a ciertos templos y les hizo concesiones. Por ejemplo, dispuso la purificación del templo de Neit, en Sais, y respaldó los gastos de las fiestas en honor de dicha diosa. Cambises dejó Egipto en 522 AC cuando recibió noticias de que un hombre que pretendía ser su hermano Bardiya (Esmerdis) había usurpado el trono. El nuevo pretendiente fue ampliamente aceptado en las provincias centrales de Persia, Babilonia y otros lugares. Mientras pasaba por Siria, El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 33 de 46 Cambises murió repentinamente, ya fuera por suicidio o por un accidente. Al no dejar heredero, el trono del falso Esmerdis parecía quedar establecido. Sin embargo, su reino sólo duró poco más de seis meses, hasta que Darío, pariente lejano de Cambises, lo mató y ascendió al trono [vea la genealogía presentada en un acápite anterior]. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 58, 59 La inesperada muerte de Cambises II produjo una etapa de inestabilidad política y militar en el imperio. Además de la lucha causada por la usurpación del falso Esmerdis, la recuperación del afecto popular perdido durante el gobierno de Cambises II, así como someter a los grupos de poder que apoyaban al usurpador limitaron la acción de Dario I (522-486 AC, llamado “el Grande”) durante los primeros años. Con Dario, la línea sucesoria (ver genealogía) pasa a la línea del hermano de Ciro I. Note la relación entre el breve reinado del falso Esmerdis y su efecto sobre el retraso en la reconstrucción del templo de Jerusalem. Estamos bien informados de la manera en que Darío ascendió al trono gracias a la larga inscripción de dicho rey en la roca de Behistún, que sirvió de clave en el Siglo XIX para descifrar las inscripciones cuneiformes… Aquí Darío registra para la posteridad el relato de cómo un mago (de la tribu de los magos) llamado Gaumata había usurpado el trono, y había hecho creer al pueblo que era Esmerdis, el hijo de Ciro [II el Grande], a quien se suponía que Cambises [II] había hecho matar. Dice además que Persia, Media y otros países lo habían aceptado antes de la muerte de Cambises, y que Esmerdis destruyó ciertos santuarios, que no se nombran, y sin duda al hacerlo iniciaba una política dirigida contra la de sus predecesores. Uno de los planes de acción del falso Esmerdis, durante su corto reinado, fue la destrucción de templos. Con un rey tal en el trono, no es difícil que los enemigos de los judíos pudieran detener la reconstrucción del templo de Jerusalén, que había avanzado lentamente desde que Ciro diera el permiso de construirlo. Aunque Darío, con la ayuda de algunos fieles partidarios, logró matar al falso Esmerdis llamado Bardiya en documentos babilónicos- y pudo ocupar el trono, devolviéndolo así a la casa de los aqueménidas, se necesitó un largo tiempo y más luchas antes que por fin se lo reconociera en todo el imperio. El mismo menciona 19 batallas reñidas contra sus enemigos y 9 reyes [vasallos, se entiende] capturados antes de sentirse seguro en el trono. Entre los opositores hubo dos pretendientes al trono de Babilonia que surgieron uno tras otro, diciendo ambos ser hijos de Nabonido. El tumulto en el cual se halló Persia después de la usurpación del falso Esmerdis y la muerte de Cambises duró casi tres años. Pero finalmente triunfó Darío sobre sus enemigos y quedó como gobernante indiscutido del mayor imperio jamás visto por el mundo. Ese imperio se extendía desde el Indo al este, hasta el Helesponto al oeste, y desde el monte Ararat, en el norte, hasta Nubia en el sur. Después que Darío hubo aplastado toda oposición a su gobierno, comenzó un reinado de paz que duró casi 30 años, y que le mereció el título de "el Grande". Múltiples fueron las obras de paz que promovieron el bienestar y la felicidad de los países de su imperio. En Egipto, Darío hizo terminar en canal entre el Nilo y el mar Rojo, que Necao II había comenzado a cavar muchos años antes. Se edificaron puestos para abrevar sobre la carretera entre Egipto y Palestina, y se organizó en todo el imperio un sistema postal muy eficiente (para despachos de gobierno) con postas para caballos y jinetes a intervalos regulares. El nombramiento de naturales de cada país para desempeñar cargos de responsabilidad en las administraciones provinciales y el apoyo del rey a las prácticas y cultos religiosos de las naciones sometidas, le ganaron mucha buena voluntad. Numerosas inscripciones de Egipto muestran cuántos templos reabrió o reparó Darío en la tierra del Nilo y cómo mantuvo al sacerdocio egipcio con ricos obsequios, de manera que se lo llama "el amigo de todos los dioses". Esta actitud benévola, mencionada también en los registros griegos, respecto a santuarios y cultos de sus provincias occidentales resalta más en lo que atañe a los judíos. Su cordial decreto no sólo les permitió terminar la construcción de su templo, sino que les garantizó ayuda económica para sus servicios religiosos (Esdras 6: 6-12). Más aún, permitió que sus súbditos viviesen de acuerdo con sus propias leyes, como puede verse por ejemplo en su trato con Egipto. Ordenó que todas las leyes de Egipto fuesen recopiladas y publicadas. Por eso los egipcios lo llamaron su sexto legislador. En todo su trato con sus naciones subyugadas se discierne un esfuerzo sistemático por continuar la política de Ciro y crear buena voluntad mediante un gobierno benéfico. Respetó los sentimientos religiosos de otras naciones, sostuvo y fomentó sus cultos y toleró sabiamente sus particularidades y costumbres nacionales. Sin embargo, Darío fue un gobernante fuerte que mantuvo unido su imperio con una determinación y prudencia de verdadero temple oriental. En sus palacios de Persépolis y Susa El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 34 de 46 (Susán) formó el centro del imperio y concentró la gloria y riqueza de la nación. Alimentaba diariamente a 15.000 personas a las puertas de su palacio, e introdujo un ceremonial en la corte que tenía el propósito de inculcar en sus súbditos reverencia por su persona. Cualquier que se le aproximase sin ser invitado corría el riesgo de perder la vida [recuerde el episodio de Esther con Asuero, el Jerjes histórico], y los que estaban autorizados para presentarse delante de él, debían arrojarse al suelo y mantenerse las manos dentro de las mangas en actitud de una persona indefensa. Su voluntad era ley para todos los súbditos, grandes y pequeños. Escogió sus esposas de las casas de los nobles persas, y vinculó a esos nobles con su trono al darles en casamiento sus hijos e hijas. Los hijos de nobles persas, educados en el palacio, eran sus pajes personales. Se les enseñaban las virtudes nacionales: decir la verdad, montar a caballo, la caza y la ballestería. De esos hombres se escogía a los encumbrados funcionarios del reino. Se convertían en los más firmes puntales del trono después de que habían pasado su juventud rodeados por la riqueza y la gloria de la vida cortesana y al haberse vinculado directamente con la persona del rey. Darío introdujo también un sistema monetario uniforme valiéndose de una moneda de oro, cuyo nombre, dareikós (dárico), se derivada del suyo. Los lidios habían usado monedas desde el Siglo VII AC, pero su uso había estado limitado mayormente a las naciones de habla griega. Ahora Darío adoptó un sistema similar para todo el imperio. El dareikós valía unos 20 siclos de plata y el rey tenía el monopolio de su acuñación, pero la emisión de monedas de plata y bronce quedaba en manos de los diversos gobiernos provinciales. La proverbial honradez de los persas fue también una gran bendición para el imperio. Su religión les requería que fuesen veraces y que cuidasen del bienestar de los países donde vivían. Por eso los persas diseñaron hermosos parques, llamados por los griegos paradéisoi (palabra derivada del persa…), en muchas ciudades grandes, e hicieron mucho para proteger los bosques y promover buenas prácticas y sabios métodos de agricultura. Después que Darío hubo reinado pacíficamente unos 20 años, entró en una década de intranquilidad política. Se sostuvieron guerras de desenlaces variables contra los griegos, hasta que el imperio sucumbió ante los helenos. Las semillas de estas guerras habían sido sembradas en la primera expedición europea de Darío contra los escitas nómadas, en 513 AC. Se emprendió esa expedición para derrotar a esas tribus bárbaras en su país de origen a fin de evitar sus continuas incursiones en los dominios de Darío en Asia Menor. Ocupó a Tracia, que quedaba entre el Helesponto y Macedonia, con sus ciudades griegas; después avanzó sobre Escitia, donde el pueblo desoló su propia tierra y huyó, pero hostigó al ejército de Darío hasta hacerlo retroceder. Sin embargo, en 500 AC se produjo la revuelta jónica dirigida por Mileto. Esta rebelión se extendió a muchas de las ciudades griegas gobernadas por Darío. Cuando fue quemada Sardis, centro de la administración persa en Asia Menor, Darío se enfureció y juró que nunca olvidaría ni perdonaría ese crimen. Sería desviarse demasiado el seguir en esta breve monografía histórica las distintas fases de la revuelta griega y los contraataques persas. Baste decir que la poderosa ciudad de Mileto, centro de la revolución, fue destruida en 494 AC para vengar la destrucción de Sardis. Sin embargo, Darío también deseaba castigar a los atenienses por su participación en la rebelión, y por eso inicio sus guerras contra la Grecia continental. La primera expedición en 492 AC, fracasó porque la mitad de su flota fue destruida por una tormenta en el promontorio del monte Atos. Siendo que Atenas y Esparta continuaron negándose a someterse al gobierno persa, se envió una segunda expedición contra Grecia en 490 AC, tan sólo para sufrir una derrota desastrosa en Maratón. La pérdida de prestigio que sufrieron así los persas fue mayor que la pérdida de materiales u hombres, como puede verse porque, en 487 AC, tres años después de la batalla de Maratón, los egipcios se rebelaron y expulsaron a los persas de su país. Darío no vivió parar ver el restablecimiento del dominio persa en Egipto ni la venganza de su derrota en Maratón. Murió siendo un anciano desilusionado, en noviembre de 486 AC, y dejó su imperio a su hijo Jerjes. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 59-61 7.1.7. Los tiempos intermedios A Darío I el Grande le sucedió Jerjes (486-465 AC) que no era su hijo mayor. Para el estudiante bíblico Jerjes tiene una gran importancia pues es el Asuero del Libro de Esther. Aunque no tuvo la grandeza de su padre, ni la de Ciro, tampoco la historia le otorga la imagen que el séptimo arte ha popularizado con la película 300. Bueno, la imagen espartana, también está exagerada, y no El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 35 de 46 solamente en los aspectos estéticos. También resulta importante históricamente por su intento, frustrado también, de sojuzgar a Grecia continuando las Guerras Médicas que inició su padre, así como la recuperación del dominio sobre Egipto, perdido por una rebelión en los últimos años de su gran antecesor. Darío había accedido al deseo de [su esposa] Atosa, hija de Ciro, y nombró a su hijo Jerjes como su sucesor, aunque no era el hijo mayor. Según Herodoto, el nuevo rey era de buen parecer, sin igual entre los persas en hermosura o fuerza física. Sin embargo, ni como caudillo militar ni como monarca resultó un digno sucesor de Ciro o Darío. Sufrió graves derrotas, pero las aventuras amorosas y las intrigas del harén parecen haberle interesado más que la política y los asuntos de gobierno. Su carácter era inestable y vacilante; pero no básicamente malo ni fue la figura ridícula descrita por los griegos, que lo odiaban. La primera tarea de Jerjes después de subir al trono fue sofocar la rebelión egipcia. En 485 AC, penetró en Egipto y reconquistó el país en una corta campaña. Egipto, que había defendido valerosa pero infructuosamente su libertad, fue puesto en mucho más "dura servidumbre" que antes de la rebelión y colocado bajo el dominio férreo de Aquemenes, hermano de Jerjes. Durante casi 25 años no hubo dificultades para los persas en la tierra del Nilo. Probablemente en 482 AC, sólo dos años después de sofocada la rebelión egipcia, estallaron dos serias revueltas en Babilonia. La primera fue encabezada por Belsimani en agosto. Después de su fracaso, una segunda revuelta fue encabezada por Samas-eriba en septiembre del mismo año. Jerjes comisionó a su joven yerno Megabises para que sofocase estas rebeliones con mano férrea. Babilonia, que no había sido destruida por Ciro debido a su importancia como centro cultural del mundo, fue cruelmente castigada por su rebelión. Quizá fue ese mismo año cuando Jerjes hizo destruir las fortificaciones de la ciudad, así como sus palacios y templos, incluso el glorioso templo de Esagila con su famoso zigurat (torre templo) Etemenanki. La estatua de oro de Marduk, cuyas manos todos los reyes, inclusive los persas, apretaban cada año nuevo babilónico, a fin de hacer confirmar el título de "rey de Babilonia", fue enviada a Persia; entonces se unió el reino de Babilonia a la provincia de Asiria. Nunca se volvió a usar el orgulloso título de "rey de Babilonia". Se destruyó a Babilonia, "la gloria de los reinos, y la hermosura de la excelencia de los caldeos", para nunca ser restaurada a su gloria anterior, aunque permaneció como ciudad, parcialmente en ruinas, hasta después de los días de Alejandro… Las profecías pronunciadas más de dos siglos antes por Isaías (capítulo 13: 19-22), finalmente comenzaban a cumplirse, y la altiva nación recibió su merecido por el orgullo, la arrogancia y la crueldad que había demostrado al tratar con los pueblos subyugados. Los registros de Nipur, en Mesopotamia, revelan que pocos años más tarde gran parte del territorio estaba en manos persas. Esto parece indicar que Jerjes confiscó las propiedades de muchos babilonios pudientes y las entregó a nobles persas. También es evidente por los registros cuneiformes que los judíos babilónicos asimismo se beneficiaron con estas medidas… En sus guerras contra los griegos, Jerjes no tuvo buen éxito. Durante mucho tiempo apareció vacilar sobre si debía continuar las guerras de su padre contra Grecia o limitar su gobierno al Asia. Herodoto cuenta cómo un sector de sus consejeros, encabezado por su tío Artabán, favorecía la paz, mientras que otro, cuyo paladín era Mardonio, deseaba la guerra, y que el partido belicoso obtuvo finalmente el apoyo del rey y por todo el imperio se hicieron los preparativos para una nueva expedición. Algunos creen que su lentitud se debió a que hubo una preparación metódica. La invasión de Grecia comenzó con el cruce del Helesponto en 480 AC. Sería desviarse de nuestro objetivo intentar en esta monografía una descripción de la bien conocida tercera [en realidad la segunda, la tercera sería otra derrota con Artajerjes I en 465 AC, mientras aún reinaba Jerjes] guerra médica, y seguir a las fuerzas imperiales hasta Artemisio y el desfiladero de las Termópilas, donde los valientes griegos comandados por Leónidas sostuvieron una de las más famosas batallas defensivas de la historia. Los persas tomaron Atenas, que había sido abandonada, pero perdieron la batalla naval en Salamina, y tuvieron que retirarse vencidos. Más desastrosa que la campaña de 480 AC fue la del siguiente año (479 AC) cuando las fuerzas de Jerjes, encabezadas por Mardonio, sufrieron en un día una doble derrota en Platea, Grecia, y en el promontorio de Micala en la costa del Asia Menor. Los persas abandonaron a Grecia y limitaron su dominio, de allí en adelante, al continente asiático; pero aún allí los griegos demostraron su superioridad como soldados, cuando bajo el mando de Cimón, derrotaron a los persas a orillas del río Eurimedonte en Panfilia. En un solo día de 466 AC, 14 años después de sus grandes derrotas en Grecia, fueron destruidos el ejército y la flota persas y 80 naves auxiliares fenicias. Acerca de esta batalla, un poeta griego pudo declarar que "desde que el mar ha separado a Asia de Europa y desde que el tormentoso Ares ha regido las ciudades de los hombres, ninguna hazaña igual fue realizada por los humanos ni en la tierra ni en el mar". El prestigio de Jerjes debe haber sufrido muchísimo por las diversas catástrofes que experimentaron las fuerzas imperiales, pero el rey no parece haberse perturbado mucho. Sin embargo, el serio desastre en el Eurimedonte puede haber ocasionado el complot contra su vida El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 36 de 46 encabezado por su poderoso visir Artabán. No habían tenido buen éxito las conspiraciones anteriores, una de las cuales se menciona en el libro de Esther (capítulo 2: 21-23), pero esta última prosperó, y Jerjes cayó a manos de asesinos en una revolución palaciega. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 1-63 Su sucesor fue Artajerjes I, 465-423 AC, que debió enfrentar a los homicidas de su padre y recuperar el trono. Durante el reinado de este rey se produce la salida de la orden para reedificar Jerusalem, que es un hito clave para la profecía de los 2,300 días que estudiaremos luego. Artabán, confidente y poderoso visir de Jerjes, parece haber dado muerte al rey con la esperanza de ocupar el trono. Después de eliminar a Jerjes y creyendo que fácilmente podría dominar al príncipe más joven Artajerjes, cuyo carácter débil conocía muy bien, acusó al príncipe heredero Darío de haber asesinado a su padre. Artajerjes creyó la acusación y por eso autorizó a Artabán para que matara a Darío; pero cuando supo por su cuñado Megabises quién era el verdadero asesino de su padre, mató al poderoso y peligroso cortesano. Como su padre, Jerjes, el joven gobernante no era un hábil caudillo ni un fuerte general. Si la corona no hubiese tenido un vigoroso puntal en el abnegado Megabises, seguramente Artajerjes no habría conservado el trono por mucho tiempo. Vivió mayormente en sus espléndidas ciudades, hizo que sus generales dirigieran sus guerras, fue dominado por su madre y su esposa, y generalmente se mostró indeciso respecto al curso de acción que debía seguir. Siendo que era fácilmente persuadido por consejeros de influencia para hacer el bien o el mal, nunca podía confiarse en su palabra. Es notable que su imperio se mantuviese tan bien unido durante su reinado. El desastre persa en el río Eurimedonte en 465 AC y el asesinato de Jerjes en el mismo año probablemente fueron la razón de nuevos levantamientos en los sectores nororientales y suroccidentales del imperio: Bactriana y Egipto. La rebelión de Bactriana no fue tan grave y pudo ser sofocada fácilmente, pero la situación fue diferente en Egipto. Un gobernante libio, Inaro, hijo de un Psamético, obtuvo el control del delta (463 o 462 AC) y estableció su sede en Mareia, antigua fortaleza fronteriza en el delta noroccidental. En la batalla de Papremis los egipcios vencieron a los persas, cuyo sátrapa Aquemenes perdió la vida. Su cuerpo fue enviado a Persia por Inaro. Sin embargo, los persas pudieron retener el control de Menfis y del Alto Egipto, y mantuvieron algunas vinculaciones con su patria por vía del Wadi Ham-mamat en el sur de Egipto y el mar Rojo. No obstante, la situación en la cual se hallaban se volvió más desesperada cuando los atenienses acudieron en auxilio de Inaro en 460 AC y tomaron la mayor parte de Menfis, lo cual obligó al resto de la guarnición persa a refugiarse en la ciudadela. Se hicieron preparativos en Persia para una expedición contra Inaro, pero esto llevó mucho tiempo a causa de otras dificultades menores en diferentes partes del imperio. Mientras tanto Artajerjes procuraba mantener su amistad con las naciones de cuya ayuda y buena voluntad dependía una campaña contra el distante Egipto. Entre esas naciones se contaban los fenicios, y varios pueblos de Siria y Palestina, como los judíos. Las concesiones hechas a Esdras y a los judíos en 457 AC pueden haberse motivado en esta política de manifestar amistad a diversas naciones de esa época. Finalmente, Megabises penetró en Egipto en 456 AC y venció a los egipcios y atenienses en Menfis; los que escaparon del desastre huyeron a la isla de Prosopitis, donde bien pronto su situación se volvió desesperada, porque Megabises, ayudado por la flota fenicia, tenía completo dominio del río. Sin embargo, los defensores pudieron retener la isla durante un año y medio, hasta que fue tomada por asalto en el verano de 454 AC. Inaro escapó a una fortaleza del delta, pero finalmente se rindió a Megabises después que este último le garantizó la vida. No obstante, el delta occidental permaneció en manos de un reyezuelo egipcio, Amirteo, que había sido uno de los seguidores de Inaro. Se desconoce lo que hicieron los persas contra él o si lograron recapturar ese sector de Egipto. Entregaron la porción reconquistada al príncipe Arsam (Arsames), persa acaudalado, dueño de grandes propiedades en Babilonia y en otros lugares, y gobernante de la tierra del Nilo durante casi medio siglo. Hay información abundante acerca de su administración en documentos arameos, babilónicos y griegos. Inaro, confiado de la palabra de un persa, se había entregado a Megabises, quien lo envió a Persia. Pocos años después, la madre de Artajerjes persuadió al rey que lo hiciese matar en represalia por la muerte de Aquemenes. Megabises, que gobernaba la gran satrapía de "más allá del río", que abarcaba todos los territorios entre el Éufrates y Egipto, se indignó tanto por esta violación de la palabra empeñada, que rompió con su cuñado real y se rebeló por el año 450 AC. Dos ejércitos enviados contra él fueron derrotados por el hábil general, y la situación de Artajerjes se volvió muy grave. Fue también durante este tiempo cuando la flota persa sufrió una seria derrota en la batalla naval contra los atenienses, cerca de Salamina, en Grecia. Cansado de una guerra larga y sin propósito, y puesto que parecía estar en juego la existencia misma del imperio, Artajerjes firmó la El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 37 de 46 paz con los griegos en 448 AC. Esta paz de Cimón -como se la llama- liberó a los persas de la interferencia ateniense en Chipre y Egipto y a las ciudades griegas de la costa del Asia Menor del pago de tributo. También se llegó a una transacción entre Artajerjes y el poderoso Megabises, pues no parecía haber perspectivas de eliminarlo por la fuerza. Fue perdonado por la corte y retuvo su elevado cargo de sátrapa de "más allá del río". Ya se ha indicado cómo repercutieron estos graves sucesos en la provincia de Judea, que quedaba en la satrapía de Megabises… [de lo que se ocupan los libros de Esdras y Nehemías] Poco se sabe de los últimos 20 años del gobierno de Artajerjes, en los cuales el imperio no parece haber sufrido calamidades de importancia. El rey siempre fue un gobernante débil y déspota cuyas acciones dependían de su buen o mal estado de ánimo. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 63, 64 7.1.8. El decaimiento del imperio El decaimiento del imperio se hace más evidente con la asunción de Darío II (423-405/4 AC) en quien parecen reunirse todos los defectos como gobernante y persona. Aunque quedaban cerca de 90 años de hegemonía medo-persa pero ya se hacían evidentes los motivos que le llevarían a caer con relativa facilidad en manos de Alejandro. Cuando Artajerjes murió hacia fines del año 41 de su reinado, quizá en febrero de 423 AC, nuevamente prevalecían condiciones caóticas, Jerjes, el hijo mayor, ascendió al trono como Jerjes II, pero con la ayuda de algunos eunucos, fue muerto después de pocas semanas por Secidiano, uno de sus medio hermanos. Sin embargo, el asesino no pudo mantenerse en el trono y pronto fue eliminado por otro medio hermano, Oco, quien llegó a ser rey con el nombre de Darío II. Este Darío, siendo un hombre débil, fue completamente dominado por Parisatis, su esposa y hermana, mujer de carácter traicionero y cruel. Con el auxilio de algunos eunucos, ella fue quien gobernó el reino y le acarreó vergüenza por una serie de crímenes ignominiosos. Esta situación oprobiosa ocasionó un verdadero desprecio por la autoridad real en todo el imperio y desató una serie de revueltas que surgieron al gobierno en una crisis tras otra. Debe mencionarse una de esas rebeliones. Fue encabezada por Arsites, hermano del rey, apoyado por el sátrapa de Siria, Artifioa, hijo de Megabises. Ambos, confiando en la palabra de Parisatis y Darío, se rindieron finalmente, pero fueron muertos de una manera pérfida y vergonzosa. Durante sus últimos dos años Darío fue afligido por enfermedades, desasosiego en Egipto, y una reyerta doméstica por la sucesión al trono en vista de su muerte inminente. Después del fracaso de la rebelión de Inaro, Egipto había soportado resignadamente su humillante posición. Pero la obvia y creciente debilidad del gobierno persa y la continua agitación de todo el imperio hicieron que los nacionalistas egipcios se reanimaran y se levantasen contra sus opresores. La rebelión se manifestó abiertamente en ocasión de la muerte de Darío y se proclamó rey de Egipto a Amirteo. El movimiento de liberación comenzó en el delta y avanzó lentamente. Tan sólo a fines del siglo todo Egipto les fue arrebatado a los persas, como lo sabemos ahora por el papiro arameo de Brooklyn… Con la muerte de Darío II en 405 o 404 AC y la ascensión al trono de su hijo mayor Artajerjes II, la historia persa inicia un período del cual no existen registros bíblicos. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 64, 65 7.2. La religión persa Aunque escapa algo al enfoque de este tratado citaremos algo sobre la religión persa y la influencia que algunos cambios de esta pudieron provocar en el entorno político. Algunos de estos dioses o religiones “sobrevivieron” a la caída del imperio, y tuvieron gran influencia en Roma, como el mitraísmo, en especial. La religión original de los persas estaba estrechamente vinculada con la que fue común a todas las naciones arias, como los mitanios del norte de Mesopotamia en el segundo milenio AC, o Media y la India de tiempos posteriores. Los arios, politeístas, tenían como principales dioses las deidades de la naturaleza, el dios del cielo atmosférico llamado por los persas Ahuramazda, "señor sabio" (el Varuna indio, señor del cielo); Mitra, el dios de la luz y los tratados (o convenios); Indra, el antiguo dios ario de las tormentas, y los mellizos aurigas, llamados ambos Nasatya. Los sacerdotes de esta religión popular eran los magos, que según Herodoto, descendían de una antigua tribu meda que había tomado posesión del sacerdocio, y monopolizaban todos los ritos y sacrificios religiosos. Un gran cambio religioso fue efectuado por Zaratustra (Zoroastro), fundador de una nueva religión persa monoteísta. Se desconoce la época cuando actuó. Se ha sugerido cada siglo desde el XI hasta el VI como la época en la cual vivió Zoroastro. Parece más plausible que hubiera vivido a fines de este período que en los primeros siglos, probablemente durante el reinado de Ciro o poco antes. Esto se basa en que Darío I, que fue sumamente adicto a la nueva religión, afirma que El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 38 de 46 Gaumata, el falso Esmerdis -que perteneció a los magos- había destruido templos que antes deben haber sido santuarios de Zoroastro, y que eran como espinas en la carne para los magos. Esta declaración de Darío I indica así que la nueva religión a la cual eran hostiles los magos, ya existía en tiempo de Cambises, y poseía santuarios para sus servicios religiosos. El dios único de Zoroastro es Ahuramazda (u Ormuz), "señor sabio", el principio más importante de todo lo bueno, el sabio espíritu creador, que se revela en la luz y el fuego. Espíritus puros le sirven, como los ángeles bíblicos sirven a Dios. El principio del mal está encarnado en Angra Mainyu, jefe de todos los demonios, quien añade el mal a lo que crea el dios de la luz. El hombre está implicado en esta lucha de poderes espirituales y le incumbe hacer triunfar el principio bueno. Por eso los seguidores de Zoroastro apreciaban la pureza y la verdad, y despreciaban toda clase de falsedad. Por pureza, Zoroastro entendía salud, vida, fuerza, honradez, lealtad, agricultura, cría de ganado, protección de los animales útiles, y destrucción de las sabandijas repugnantes, que se suponía creadas por el ser maligno. La contaminación era causada por la pereza, la falta de honradez, y el contacto con un cadáver. Zoroastro elevó así el código ético de su pueblo y educó a los campesinos iranios para que llegasen a ser portadores de una cultura elevada, que se extendió por todo el imperio. No se sabe con certeza si Ciro y Cambises eran todavía adoradores de los antiguos dioses iranios de la naturaleza o ya eran discípulos de Zoroastro, aunque parece cierto que estaban muy influidos por la nueva religión. El falso Esmerdis, que anteriormente había sido mago, debe haber pertenecido al antiguo clan religioso, porque Darío habla de él con desprecio por haber destruido santuarios, que los seguidores de Zoroastro, como Darío, usaban como lugares de culto. Darío I, Jerjes y Artajerjes I fueron zoroástricos puros, y el único dios invocado en sus inscripciones persas es Ahuramazda. Había gran tolerancia para con otras religiones, y de buena gana se hacían concesiones a otros pueblos respecto a sus costumbres y ritos religiosos, aunque Zoroastro mismo había rechazado a todos los demás dioses. Esta tolerancia para con otros grupos religiosos muestra que los reyes persas eran gobernantes sabios, ansiosos de fomentar buena voluntad entre seas súbditos que pertenecían a muchos y diferentes grupos étnicos y religiosos. El monoteísmo de los judíos parece haber sido especialmente atractivo para los persas, y por eso se les hicieron muchas concesiones. Demuestran esto los diversos decretos reales hallados en Esdras y Nehemías, y por los documentos judíos que se han descubierto en Elefantina (Egipto). Cuando el Imperio Persa comenzó a declinar, se notó un relajamiento en la pureza religiosa de sus ciudadanos. Con Darío II, y especialmente con Artajerjes II, se restauraron muchos de los antiguos dioses nacionales y recibieron un lugar junto a Ahuramazda. También el fuego, y haoma, una bebida embriagante prohibida por Zoroastro, fueron nuevamente adorados como divinidades. Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 65, 66 7.3. El surgimiento del imperio greco-macedónico 7.3.1. Grecia: algunos antecedentes Aunque los macedonios no son específicamente griegos, la historia de ambos estuvo conectada por la proximidad geográfica que luego alcanzaría una proximidad ideológica y luego bélica, contra el enemigo también histórico de los griegos. La expansión futura provocada por el incontenible Alejandro llevaría la cultura griega a todo el mundo conocido hasta entonces. Lo propio ocurriría con el idioma griego que se convertiría en el idioma universal, así como en el medio para expandir el conocimiento, en particular del Dios de Israel. Los griegos -los helenos- son pueblos indoeuropeos procedentes de las regiones danubianas que, a partir del siglo XVI AC, se diseminaron por la península balcánica, entre el Adriático y el mar Egeo. Los primeros que llegaron fueron los aqueos, que se instalaron en el Peloponeso; la segunda oleada fue la de los jonios, asentados en la Grecia central; y la tercera oleada fue la de los eolios y tesalios, que poblaron las regiones más septentrionales del país. Estos helenos ya se hallaban altamente civilizados: conocían las técnicas fundamentales de la agricultura y la ganadería, sabían trabajar los metales y asimilaron perfectamente las civilizaciones autóctonas preexistentes (las de Creta y el mar Egeo). Nada más llegar, fundan las primeras ciudades-estados, características de su futura organización política, unas marítimas (como Argos, Atenas, Corinto), otras continentales (como Esparta, Tebas) y se desparraman por las islas y las riberas asiáticas del mar Egeo (Sardes, Mileto, Halicarnaso, Samos o Rodas, por ejemplo), así como por las costas de Sicilia y del sur de Italia (Magna Grecia). [Ver mapa de la Grecia del Siglo VIII AC en la página siguiente]. Hasta el siglo V AC, estos microestados independientes, donde florecían en gran número brillantes inteligencias, los mayores escritores y los artistas de mayor talento que nunca había conocido el mundo antiguo, y cuyo territorio se limitaba a una ciudad (la mayoría de las veces El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 39 de 46 rodeada de murallas) y a los campos circundantes, por regla general estaban gobernadas por un pequeño número de privilegiados -una oligarquía-. Al principio de su historia fueron escenario de crisis o revoluciones locales que suscitaron la obra de legisladores (como Licurgo en Esparta, Dracón y Solón en Atenas), o favorecieron la instalación de monarcas absolutos más o menos hereditarios, los tiranos (la palabra griega tyrannos, “rey”, no tiene connotación peyorativa). La más rica de estas ciudades-estado, Atenas, inventó en el siglo VI AC la democracia… y su ejemplo sería seguido por otras, mientras que ciertas ciudades helénicas conservaron su estatuto oligárquico (Esparta) o monárquico (Siracusa). En el transcurso del siglo V AC, dos sacudidas guerreras estremecen el mundo griego: las Guerras Médicas y la Guerra del Peloponeso. Las primeras enfrentaron al Imperio Persa con las ciudades griegas, coaligadas en lo que se llamará la Liga de Délos; fueron ganadas por los griegos y concluyeron mediante la “paz de Calías”, en el año 449 AC; la segunda fue una larga guerra que duró cerca de treinta años (431-404 AC) entre Atenas y Esparta, que se disputaban la hegemonía sobre las restantes ciudades de la Grecia continental: fue ganada por Esparta y provocó la ruina de Atenas. La victoria de Esparta marcó no sólo el fin del poder ateniense, sino también el fin de la Liga de Délos y la democracia en Grecia. Cada ciudad se organizó, durante un tiempo, por el modelo lacedemonio, con un gobierno oligárquico. No obstante, la hegemonía espartana fue precaria y las ciudades griegas recuperaron con bastante rapidez su independencia: Tebas, por ejemplo, El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 40 de 46 reconstruyó en torno a ella una Liga de Beocia; Atenas formó una nueva Confederación marítima en el año 337 AC, menos imperialista que la anterior, pero que a su vez se desmembró. Al mismo tiempo, la Liga espartana se desmoronaba bajo los golpes de los tebanos en 371 AC. Después de las guerras del Peloponeso, estalla el marco tradicional de la ciudad griega. A principios del siglo IV AC, se instala una crisis económica que tuvo como por efecto inevitable la división de los ciudadanos en dos clases: los ricos y los pobres. Guerras civiles, motines provocados por el hambre y distintas revueltas estallaron por todas partes, con la consecuencia de un exilio general de los griegos; los más jóvenes se alquilan como mercenarios a los pueblos en guerra en el entorno del mar Egeo (y en particular a los ejércitos del Imperio Persa). Por último, en el siglo IV AC asistimos al desarrollo en el norte del territorio griego de un Estado semibárbaro, el reino de Macedonia, …un Estado monárquico, con una aristocracia militar (de caballeros) que reina sobre un pueblo de campesinos que habla una lengua muy cercana al griego. A partir de las Guerras Médicas, los reyes de Macedonia mantienen relaciones principalmente comerciales, a veces pacíficas, a veces tensas, con Atenas, que domina todo el norte del mar Egeo. A principios del siglo IV AC el reino de Macedonia va transformándose lentamente y pierde su carácter rural: en los campos aparecen burgos que se convertirán en ciudades, y la caballería aristocrática se acompaña ahora de una infantería pesada popular (los hoplitas macedonios), creada en la primera mitad del siglo IV AC durante los reinados de los reyes Arquelao, Alejandro II y Perdicas. Roger Caratini, Alejandro Magno, 9, 10 Los pueblos que vivían en Grecia, en las islas del mar Egeo y en la costa occidental del Asia Menor, históricamente formaron parte de las sucesivas oleadas migratorias de pueblos indoeuropeos que vinieron del noreste en el segundo milenio AC… A fines del siglo VI AC se originó en Grecia una forma de gobierno democrático de ciudades-estados. Cada ciudad era una democracia directa, no representativa, en la cual todos los ciudadanos se reunían para decidir por votación todos los asuntos. Esto fue posible porque cada núcleo de ciudadanos era pequeño (la mayoría de los cuales estaba compuesta de esclavos y forasteros sin reconocimiento político o social). Esos pequeños estados griegos independientes fueron desarrollando principios democráticos de administración y finalmente desafiaron al poder autocrático de Persia. Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 21 Mientras esto ocurría en Europa, muy cerca, en Asia los imperios se formaban y se generaban las condiciones para la confrontación futura. En los siglos XI-X AC, mientras en la Grecia continental se difunde el pastoreo, otros indoeuropeos, salidos de las estepas y las llanuras de esos países que los geógrafos antiguos llamaban Bactriana y Sogdiana (el noroeste de Afganistán, Turkmenistán y Uzbekistán actuales), hacen su aparición en la meseta irania y descienden lentamente hacia la fértil Mesopotamia (el actual Irak): son los medos y los persas. Tienen piel blanca, nariz recta, rostro ovalado, cabellos lisos, barba espesa, y, según las tradiciones, su religión, el zoroastrismo, les ha sido revelado por un sabio llamado Zoroastro, al que se atribuye un conjunto de textos sagrados conocido como el Zend-Avesta, que habría estado formado por veinte libros de 100.000 versos cada uno, redactados sobre 120.000 pieles de vacas secas, en una lengua de la antigua Bactriana, el avestino. En esa época los reinos semitas de Asiría y Babilonia son las grandes potencias políticas, militares y culturales de Mesopotamia -con Asur, Nínive y Babilonia como capitales-, y sus reyes se preocupan ante la llegada de estos vecinos turbulentos y extraños. Al principio se disponen a luchar contra ellos, a vencerlos y deportarlos a los desiertos de Siria, de la misma manera que el rey neobabilonio Nabucodonosor II llevará a los judíos en cautividad a Babilonia, en el año 586 AC. Los medos fueron los primeros en unirse y en constituir un reino, con Ecbatana como capital; pero hubieron de sufrir la dominación de los semitas asirios: el rey asirio Sargón II deportará a Siria al primer rey medo conocido, Dejoes (en 751 AC), y uno de sus sucesores, el famoso conquistador Asurbanipal, ocupará la Media durante cerca de treinta años. Luego los medos se liberaron del yugo asirio, destruyeron Asur y Nínive, y Asiría saldrá de la historia durante los reinados de los reyes medos Ciaxares y Astiages (que muere en 549 AC). Roger Caratini, Alejandro Magno, 10, 11 7.3.2. Las Guerras y la aparición de Macedonia La confrontación entre el Imperio Persa y las ciudades estado griegas, la pugna entre Esparta y Atenas (que se desequilibró en favor del primero en la Guerra del Peloponeso, aunque Tebas resultó a la postre la más beneficiada) proveyó el telón de fondo para la aparición de Macedonia, bajo el liderazgo de Filipo II, padre de Alejandro. Aunque el proceso fue lento, las colonias griegas jónicas en la costa oriental del mar Egeo, antiguamente sometidas a Lidia, fueron incorporadas al Imperio Persa junto con Lidia. Medio siglo El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 41 de 46 después de Ciro, la ayuda proporcionada a los jonios revolucionarios por los griegos europeos causó la venganza de Persia. Las ciudades-estados de Grecia, que habían demostrado ser incapaces de cualquier acción concertada duradera debido a intensos celos e intrigas, se vieron obligadas a proceder unidas ante la amenaza persa. Las campañas de Darío I y Jerjes contra los griegos fracasaron primero en Maratón (490 AC), y posteriormente en Salamina (480 AC) y en Platea (479 AC). Por ese mismo tiempo los persas sufrieron graves pérdidas en Micala, en la costa jónica. En esta forma Grecia se salvó del Imperio Persa, y los griegos jónicos (de las islas del Egeo y de la costa occidental del Asia Menor) se unieron en una liga defensiva con Atenas y otras ciudadesestados griegas que habían ayudado a derrotar a Persia. Este período del liderazgo de Atenas fue la edad de oro de la cultura griega. En 431 AC comenzó la guerra del Peloponeso que duró más de 25 años. Atenas y Esparta lucharon por la supremacía, y ambas fueron suplantadas por Tebas. Esta guerra debilitó aún más a los Estados griegos, lo que dio a Persia la oportunidad de hacer que los griegos pelearan entre sí. Mientras Grecia se hallaba sumida en conflictos, Macedonia -país semigriego del norte- se constituyó en Estado monárquico y procuró extender su territorio. Cuando Artajerjes III (Oco) llegó a ser rey de Persia, Filipo II (de 23 años de edad) subió al trono de Macedonia y comenzó la formación de un ejército nacional, y pronto obtuvo la supremacía sobre casi toda Grecia. Pero Filipo fue asesinado [336 AC] antes de que se pudiera ejecutar su plan de que una unión greco-macedónica atacara a Persia [vea el mapa siguiente del Reino de Macedonia a la muerte de Filipo II]. Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 21, 23 7.3.3. Alejandro y la expansión del imperio El joven e intrépido Alejandro luego de lograr el apoyo de las ciudades estado griegas, a las que ya había vencido su padre, incluida alguna rebelión que el mismo Alejandro sojuzgó con dureza, como el asedio de Tebas, se lanzó contra el más grande imperio que jamás había existido y lo derrotó en tiempo récord y con una facilidad asombrosa, como el macho cabrío con el carnero. Había ya doblegado a la alianza tebano-ateniense en la famosa batalla de Queronea (338 AC, cuando su padre aún vivía y él guerreaba con apenas 18 años) y la Liga de Corinto estaba en sus manos, ahora El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 42 de 46 como una aliada importante para emprender la conquista del gran gigante asiático. En esa época Esparta ya no representaba peligro y se mantuvo neutral durante las conquistas de Alejandro en las tierras griegas. Filipo le entregó la antorcha de la conquista a su hijo Alejandro Magno, de 20 años de edad… Dos años después de ascender al trono, Alejandro tenía asegurado el apoyo de toda Grecia y de Macedonia, unidas ahora en una alianza contra el Imperio Persa. Alejandro avanzó con su ejército macedonio hacia el este, bordeando el mar inmediatamente privó a Persia de su fuente de impuestos del Asia Menor. Darío, después de remontar el Éufrates, se encontró con Alejandro en Iso, cerca de la esquina nororiental del Mediterráneo, y los persas fueron derrotados (333 AC). Alejandro entonces avanzó por Siria y Palestina, tomando todas las ciudades principales (Tiro resistió en 332 AC un asedio de siete meses). Luego marchó hacia Egipto, seguro de recibir una calurosa recepción, pues ese país había rechazado el dominio persa desde los días en que sus ciudades y templos habían sido implacablemente destruidos. Los egipcios abrieron gustosamente sus puertas para que Alejandro entrara como su libertador (332 AC), y lo coronaron como Faraón; y él se unió a ellos rindiendo culto a las deidades egipcias. Egipto lo aclamó como un dios y le rindió culto como al verdadero hijo de Amón-Ra. Alejandría fue fundada por Alejandro, y en los primeros meses de 331 AC cruzó por Siria en su avance hacia el este. Cruzó el Éufrates y el Tigris, se encontró con Darío y su ejército en octubre de 331 AC en la planicie de Gaugamela, donde se riñó la batalla más conocida como la batalla de Arbela (nombre de una ciudad vecina). Las fuerzas persas sufrieron aquí una desastrosa derrota. Darío huyó a Ecbatana, en Media. Luego, y en rápida sucesión, se produjo la rendición de Babilonia, Susa y Persépolis. Después de haber incendiado a Persépolis, Alejandro marchó hacia Ecbatana persiguiendo a Darío a principios de 330 AC, y encontró que éste había huido hacia el oriente. Prosiguió la persecución de Darío, pero sólo encontró el cadáver del gran rey [parece un exceso calificarlo de esta manera, aunque nadie merece la muerte por traición], que había sido muerto por sus propios hombres. Alejandro dispuso que Darío fuera sepultado en forma regia, y después continuó con su expedición. En el lapso de tres años, llegó hasta el río Yaxartes (ahora Sir Daria, que desemboca en el mar Aral) y el río Indo. En 326 AC cruzó el Indo y penetró en el norte de la India; hasta aquí sus hombres estuvieron dispuestos a seguirlo. Después regresó por la vía de la costa (325 AC) hasta Susa, donde se realizaron festejos por la fundación de una nueva monarquía mundial (324 AC) destinada a unir el Oriente y el Occidente por medio de la civilización griega. Para consolidar la unión de los pueblos griego y persa, Alejandro y algunos de sus oficiales macedonios tomaron esposas persas. Además, fundó muchas ciudades griegas por todo el vasto imperio. En 323 AC se encontraba en Babilonia para presidir la organización de una expedición a Arabia, y lo atacó una fiebre mortal. Murió el 13 de junio de 323 AC, tras haber reinado en lugar de Filipo, su padre, durante unos 13 años. Alejandro cambió la organización política en un tiempo muy corto; pero no había intentado cambiar la religión de los pueblos conquistados. Continuó el zoroastrismo persa, que ha sobrevivido a través de los siglos. Los egipcios, los judíos y los griegos conservaron sus religiones; pero el pensamiento de la humanidad en todo el mundo mediterráneo fue afectado por la propagación de las ideas helenísticas y por el concepto que tenía Alejandro de un imperio mundial de razas y pueblos unidos por un idioma, literatura y cultura comunes. El período helenístico iniciado por Alejandro preparó el camino para la civilización grecoromana, en la cual fue modificado el judaísmo y el cristianismo llegó a ser una fe de alcances mundiales. Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 23, 24 7.4. El imperio desmembrado La sorpresiva muerte del joven caudillo macedónico dejó un vacío de poder que desencadenaría en la disolución del imperio, aunque las partes seguirían siendo notables como lo adelantaba la profecía. Ha sido evidente que al gran conquistador le faltó la sabiduría que dan los años, así como la experiencia en el gobierno. No había pensado en el imperio si él faltaba, su sucesor era un niño y existían demasiados elementos en pugna que vieron en el inmenso imperio de Alejandro una oportunidad única. Al no haber un líder indiscutido, como él había sido, muchos de los generales de Alejandro se sintieron con derecho a reclamar su lugar en la historia, saliendo de la oscuridad que la sombra del macedonio provocaba. Vea un mapa del imperio y la secuencia de batallas en la conquista de Alejandro en la página siguiente. No fue una tarea fácil la administración del territorio persa que acababa de ser conquistado. Los generales de Alejandro convinieron en colocar en el trono a Filipo Arrideo [Filipo III, 323-317 AC], débil mental y medio hermano de Alejandro, como rey juntamente con el niño Alejandro, hijo de Roxana, princesa de Bactriana, nacido después de la muerte de su padre. Caudillos macedónicos El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 43 de 46 (en su mayor parte generales de Alejandro) fueron puestos como gobernadores por todo el imperio. Pero las ambiciones contrarias de los generales, de Roxana (viuda de Alejandro), de su madre Olimpia y de los partidarios de Filipo Arrideo, produjeron una década de guerras e intrigas. Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 24 En la larga y compleja lucha por el poder entre los numerosos "sucesores" rivales, las disputas tendieron a centrarse en la tentativa de Antígono por ganar y conservar el poder para sí [ver un mapa del territorio en el 315 AC con claro predominio de Antígono]. Sus principales oponentes -Casandro en Macedonia, Tolomeo en Egipto y Lisímaco en Tracia- formaron una alianza propuesta por Seleuco. Cuando se vio que ninguno ganaría en la lucha, se llegó a un convenio en 311 AC, que dejó los principales territorios del imperio en manos de los cinco caudillos... La siguiente década fue sumamente confusa: Casandro ordenó asesinar a Alejandro (el rey niño) [Alejandro IV, 317-311 AC, 12 años de edad al morir, Alejandro su padre había sido Alejandro III, el Magno] y a su El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 44 de 46 madre Roxana… la tentativa de Antígono para quedarse con todo el imperio, y la lucha siguiente entre Casandro, Lisímaco, Tolomeo y Seleuco. Esa lucha llegó a su desenlace en 301 AC en la decisiva batalla de Ipso, en Frigia, que ganaron los cuatro aliados. Antígono fue muerto y su territorio dividido [vea el mapa siguiente]. Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 24 Sin embargo, durante algunos años los generales macedonios de Alejandro intentaron conservar -en teoría si no en la realidad- la unidad del vasto imperio. Alejandro murió sin arreglar la sucesión de su trono. Primero su medio hermano Felipe, débil mental, y después su hijo póstumo, Alejandro, fueron reyes titulares bajo la regencia de uno u otro de los generales, y el imperio dividido en un gran número de provincias, las más importantes de las cuales fueron regidas por unos seis generales principales que actuaron como sátrapas… Pero la autoridad central -es decir, los regentes de los dos reyes títeres- nunca fue lo suficientemente fuerte como para unir al vasto imperio. Después de unos doce años de luchas internas, durante las cuales el dominio de diversas zonas del territorio cambió de mano repetidas veces y en los que ambos reyes fueron muertos, Antígono surgió como el último de los pretendientes al poder central sobre todo el imperio. Se le oponía una coalición de cuatro poderosos caudillos: Casandro, Lisímaco, Seleuco y Ptolomeo, que tenían la intención de dividirse el territorio entre ellos. En 306 AC Antígono se declaró rey (conjuntamente con su hijo Demetrio) de toda la nación y sucesor de Alejandro. Ante esto, los cuatro aliados, dejando su título inferior de sátrapas, se declararon reyes de sus respectivos territorios… Comentario Bíblico Adventista, Tomo IV, 848, 849 La larga lucha a muerte entre los defensores de la unidad bajo el cetro de Antígono y Demetrio y los partidarios de la partición entre los cuatro generales fue resuelta en la batalla de Ipso en 301 AC, Antígono fue muerto, Demetrio huyó y su territorio fue dividido. Con excepción de pequeños fragmentos, esto dejó en pie cuatro reinos independientes… en lugar del inmenso imperio que Alejandro había formado pero que no había logrado consolidar. Ptolomeo tenía Egipto, Palestina y parte de Siria; Casandro dominaba Macedonia con soberanía nominal sobre Grecia; Lisímaco tenía Tracia y una gran parte del Asia Menor; y Seleuco poseía la mayor parte de lo que había sido el Imperio Persa: parte del Asia Menor, el norte de Siria, Mesopotamia y el oriente. Demetrio, sólo quedó con la flota y varias ciudades costeras que no llegaron a conformar un reino, aunque más tarde desplazó a los herederos de Casandro y fundó la dinastía antigónida en Macedonia. Comentario Bíblico Adventista, Tomo IV, 849 Finalmente, unas dos décadas después, los 4 reinos se convirtieron en 3 y la dinastía de Antígono, muerto en la batalla de Ipso, finalmente se haría del control de Macedonia reemplazando a Casandro. El gran dominador sería el imperio seléucida que tendría gran importancia para Israel, pero que había cambiado de dueño en algún momento. No muchos años después de la batalla de Ipso (301 AC), Lisímaco logró el dominio de dos de las cuatro divisiones del imperio -las que se habían convenido en 301 AC- la occidental y la del norte. Pero Lisímaco fue derrotado y muerto en una guerra con Seleuco en 281 AC, después de lo El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 45 de 46 cual Tolomeo Ceraunio arrebató el fruto de la victoria al vencedor. En 280 AC asesinó al victorioso Seleuco y se apoderó de Macedonia. De modo que, aunque Seleuco fugazmente tuvo el dominio de tres de las cuatro divisiones, en realidad nunca ocupó Macedonia. Su muerte dejó a su hijo Antíoco I con lo que había sido territorio de Seleuco y de Lisímaco. Macedonia fue gobernada por la casa de Antígono durante más de un siglo, hasta que se convirtió en un protectorado de Roma al terminar la tercera guerra macedónica en 168 AC, y finalmente en provincia romana en 146 AC. De este modo, en menos de 40 años desde la muerte de Alejandro y 20 años después de la división del imperio hecha en Ipso, su vasto territorio había pasado por las manos de muchos pretendientes. Ahora todo el imperio, excepto fragmentos menores, estaba bajo el dominio de tres dinastías de sangre macedonia. La casa de Tolomeo gobernaba a Egipto; la casa de Antígono -que reemplazaba a la de Casandro- se había posesionado de Macedonia; la casa de Seleuco retenía el este, y el antiguo territorio de Lisímaco, el norte… En 279 AC los galos invasores -una oleada oriental de bárbaros bien conocidos en la historia romana- entraron en Macedonia y Grecia, de donde fueron expulsados. Algunos de ellos invadieron grandes partes de Asia Menor. Amparados por reyes locales que querían hostigar a los gobernantes de linaje seléucida, saquearon el país durante muchos años y consiguieron tributos mediante extorsiones. Finalmente, después de casi medio siglo, fueron decisivamente derrotados por el gobernante de Pérgamo, que más tarde se convirtió en el más importante de los pequeños Estados que surgieron de los fragmentos del imperio de Lisímaco. De allí en adelante esos galos quedaron restringidos a la región de Asia Menor, de donde ésta tomó el nombre de Galacia. Posteriormente esa zona se convirtió en una provincia romana, donde Pablo fundó varias iglesias y a las cuales escribió la Epístola a los Gálatas… Aunque estos pequeños Estados conservaron su existencia independiente, casi todo el territorio del imperio de Alejandro quedó bajo los tres fuertes reinos helenísticos: Macedonia, Egipto y el imperio seléucida (este último con frecuencia es llamado Siria debido a que Antioquía llegó a ser su capital principal y posteriormente su territorio se redujo a Siria). Estos tres reinos dominaron el Mediterráneo oriental hasta que fueron absorbidos sucesivamente como provincias por el Imperio Romano. Por eso en muchas historias abreviadas se omite la mención de la primera división cuádruple del imperio de Alejandro y sólo se hace referencia a la fase final de tres reinos. Palestina, situada en el corredor entre Egipto y el imperio seléucida, se constituyó durante muchos años en un motivo de discordia entre "el rey del sur" y "el rey del norte". Por eso los Ptolomeos de Egipto y los reyes seléucidas… son más importantes para la historia sagrada que Macedonia. Palestina estuvo bajo el dominio de los Ptolomeos aproximadamente hasta el año 200 AC, cuando cayó bajo el poder de los seléucidas. Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 25, 27 El vasto, pero efímero imperio de Alejandro, había una vez más cumplido la profecía. Había derrotado al carnero medo-persa, se había fragmentado como adelantaba la profecía, y ya veía en el horizonte el nuevo reino de hierro que gobernaría el mundo. Dios le bendiga. El carnero y el macho cabrío Federico Salvador Wadsworth Página 46 de 46