El ojo matemático de Horus

Pintura mural sobre yeso de la cámara funeraria del artesano Pashedu, en Tebas.
Pintura mural sobre yeso de la cámara funeraria del artesano Pashedu, en Tebas.

Varios años ha tardado Elena Soto en terminar su poema sobre «el ojo de Horus», sobre el cual pende una historia legendaria y otra matemática. En el Antiguo Egipto era uno de los amuletos más poderosos: potenciaba la vista, protegía y remediaba las enfermedades oculares, contrarrestaba los efectos del «mal de ojo» y, además, protegía a los difuntos. Incluso en la actualidad se sigue utilizando como amuleto por personas que practican distintas religiones en todo el mundo. Como talismán simboliza la salud, la prosperidad, la indestructibilidad del cuerpo y la capacidad de renacer. Pero más allá de todo eso el Ojo de Horus también contiene una sofisticada ecuación matemática utilizada, entre otras cosas, para expresar fracciones de volumen.

Por ELENA SOTO

Cuenta la leyenda que Horus se enfrentó a Seth en una cruel lucha en la que su ojo izquierdo quedó destrozado, pero Tot logró recomponerlo. Este nuevo ojo de Horus era el Udyat, «el que está completo» y, además de un amuleto de protección, representa un sistema de cuantificación fraccional de las partes de un todo.

Las fracciones del ojo de Horus eran cada una de las partes en las que éste fue seccionado durante la batalla y se representaban mediante una grafía: la esquina interior era ½, el iris ¼, la ceja 1/8, la esquina exterior 1/16, mientras que los ornamentos debajo del ojo continuaban la secuencia 1/32, 1/64, …

Udyat, el ojo aritmético.
Udyat, el ojo aritmético.

El ojo matemático de Horus

En tu brazo resplandece el Udyat,
el ojo matemático de Horus
que dibuja las fracciones.
En tu brazo, la mirada oblicua
que desmiembra mi cuerpo
juntando de nuevo los pedazos.
Con un cuarto del iris,
un octavo de la ceja,
un sesentaicuatroavo de la lágrima…
Y, aunque cada fracción
siempre es la mitad de la anterior,
la suma nunca alcanza la unidad,
solo se aproxima
porque lo que se despedaza
nunca puede totalmente completarse.
Pero se alegra mi espíritu al saber
que llevas en el brazo el ojo arimético
con las medidas exactas del ungüento
para que mi corazón pueda sanarse.
Yo ofrendo a la serie geométrica
el humo de mi cigarro fascinado,
volutas áspid con esa ínfima fracción angular
que provoca el aleteo
para que la lágrima de Horus alcance el infinito,
y no acabe en el Nilo,
y no la arrastre el agua.
Si se pierde, te lo advierto,
nunca hallarás fórmula, ni hechizo, ni conjuro
que mida con precisión el trigo y la cebada.

Brazalete de Sesonquis I con el ojo Udyat. Museo Egipcio de El Cairo.
Brazalete de Sesonquis I con el ojo Udyat. Museo Egipcio de El Cairo.

Los egipcios se detuvieron en la sexta división 1/64, pero si continuamos haciendo mitades del trozo que falta nos acercaremos cada vez más a la unidad, aunque no la alcanzaremos jamás. En matemáticas podemos construir una expresión del tipo: «Donde la suma tiende a 1 cuando n tiende a infinito».

  • Vídeo “El ojo de Horus en las matemáticas” (haz un click en la imagen):
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