ATARI: De los primeros sistemas domésticos a la Serie XL

Las primeras máquinas que Atari destinó al mercado de los ordenadores personales fueron los computadores Atari 400 y 800, lanzados tras la consola 2600 en 1977, aunque no estuvieron disponibles hasta 1979.

Jay Miner, el “padre del Amiga”, se ocupó del diseño del chip gráfico y del chip de salida, denominados posteriormente ANTIC y CTIA. Un tercer chip, POKEY, controlaba la entrada y salida de periféricos y el sonido. Estos tres elementos liberaban a la CPU de gran carga de trabajo, repercutiéndo en una mejora del rendimiento global. Este tipo de arquitectura sería aporvechada al máximo cuando los exempleados de Atari, incluyendo a Jay, diseñaron su primer ordenador doméstico de 16 bits (el Amiga).

Debido a las nuevas restricciones de la FCC, el 400 y el 800 no podían permitir ranuras de expansión como las que utilizaba el Apple II y en su lugar, crearon una costosa interface serial propietaria llamada SIO (Serial Input/Output) a la que todos los dispositivos externos serían conectados (el controlador de casete, el controlador de disco, la caja de interface).

Atari 400

A pesar de que eran computadoras técnicamente muy avanzadas en el momento de su lanzamiento, el 800 era complejo y costoso de construir, debido a que estaba construido por múltiples tarjetas de circuito conectadas (y conectables) dentro y fuera de la carcasa de aluminio. Además, la máquina fue diseñada para admitir ampliaciones de RAM únicamente a través de tarjetas, que requirieron costosos conectores y empaquetado. Por su parte, el 400, acabó lastrado por su escasa cantidad de RAM y el teclado de membrana, por lo que no pudo competir técnicamente con algunas de las nuevas computadoras que fueron apareciendo a principios de los 80s.

Atari 800

A principios de la década de 1980, los avances en el campo de la electrónica convertían un chip revolucionario en algo obsoleto en solo unos pocos meses. En solo un año el diseño del 400 y 800 (uso masivo de tarjetas de circuito y el característico blindaje de la carcasa) había dejado de tener sentido. Ahora la ampliación de la RAM se podía llevar a cabo simplemente agregando un par de circuitos integrados sobre la placa madre. Además, el descenso constante en el precio de estos componentes y la presión de la competencia había forzado a Atari a sacar sus Atari 800 completamente ampliados de fábrica, por lo que tales tarjetas de ampliación carecían de utilidad para el usuario.

Otro cambio importante fue la introducción de las clasificaciones de la FCC específicamente para dispositivos digitales en hogares y oficinas. Una de las clasificaciones, conocida como Class B, que trataba de las emisiones de RF de los dispositivos, permitía un blindaje más liviano y menos costoso que el de los computadores 400 y 800.

En 1982 Atari comenzó el proyecto Sweet 16 para tratar todos estos problemas y el resultado fue un conjunto de máquinas mucho más sencillas y mucho menos costosas de producir y, a la vez, similares al 400 y al 800.

Atari 600XL

Las fábricas de semiconductores ya contaban con la tecnología necesaria para diseñar chips “a medida”, por lo que grupos de varios circuitos integrados convencionales podían ser reducidos a un solo componente. El nuevo diseño hizo un intensivo uso de esta ventaja, por lo que requirió una sola placa de circuitos donde el Atari 800 original requería de siete. Sweet 16 también abordaba el problema de las expansiones del sistema, para lo que proporcionaba un chasis externo sobre el que insertar las tarjetas. A pesar de las bajas de precios, la RAM seguía siendo lo suficientemente costosa como para que, al igual que ocurrió con los 400 y 800, Sweet 16 previese el desarrollo de al menos dos modelos. Uno de ellos se despacharía con 16KB de RAM -y se llamaría Atari 1000- y el otro tendría 64KB y se vendería como Atari 1000XL.

Placa madre de un Atari 800XL

Placa madre de un Atari 800XL

Para cuando el proyecto Sweet 16 llegó a su fin, ambos modelos se habían “fusionado” en uno solo, al que la empresa había denominado  Atari 1200XL. Era una maquina con características notables: poseía un microprocesador MOS 6502, 64KB de RAM (era el primer Atari con tanta memoria), software de auto diagnóstico capaz de analizar el estado de varios componentes del computador durante el arranque, y un teclado rediseñado, mucho más cómodo que los anteriores. Pero si bien parecía que el 1200XL tenía todo lo necesario para arrasar en el mercado de los ordenadores personales, una serie de fallos o  la mala implementación de buenas ideas lo convirtieron en un enorme fracaso.

Atari 1200XL.

Atari 1200XL

 

A pesar de que se había incluido en la placa principal un conector para el chasis de expansión, en la carcasa no se no previó el agujero necesario para poder utilizarlo. Se había diseñado un nuevo chip de vídeo, capaz de proporcionar una señal mejor de “croma” para que las imágenes fuesen más coloridas, pero el monitor no era capaz de aprovechar esa señal. La tensión de +12V, por algún extraño motivo, no se encontraba presente en el puerto SIO, lo que complicaba su uso. Todo esto hizo que, en la práctica, el nuevo Atari 1200XL ofreciese una pobre ventaja sobre el viejo y más conocido Atari 800. Si a esto le sumamos que los cambios en la ROM del nuevo ordenador provocaron que la mayor parte de los programas escritos para el 800 no fuesen capaz de correr en el 1200XL, podemos comprender el rechazo de los potenciales usuarios y, a la vez, impulsó las ventas de Atari 800.

La situación de Atari se estaba complicando rápidamente. Además del fracaso del 1200XL, se enfrentaba a los efectos que en el mercado de los ordenadores estaba provocando la guerra de precios que Commodore libraba con Texas Instruments (TI había sacado a Commodore del mercado de las calculadoras, por lo que Jack Tramiel estaba dispuesto a eliminar a TI del mercado de los ordenadores personales con una agresiva política de disminución de precios). Esta guerra de precios hacia que Atari necesitase reducir los costes de producción y la solución consistió en rediseñar la máquina, reduciendo el tamaño de sus placas nuevamente y moviendo sus plantas de producción al lejano oriente, donde la mano de obra era más barata. Así, en el CES de 1983 Atari anunció el lanzamiento de cuatro nuevos modelos, los Atari 600XL, 800XL, 1400XL y 1450XLD.

Estas máquinas incluían el Atari BASIC en ROM, un puerto paralelo PBI (Parallel Bus Interface) que permitía conectar periféricos avanzados y físicamente se parecían bastante al 1200XL (aunque sin teclas de función ni demostraciones integradas). Los modelos 1400XL y el 1450XL tenían en su interior un módem de 300 baudios y un sintetizador de voz digital. Además, el 1450XLD -que nunca llegó al mercado- también preveía la incorporación de una interfase controladora de diskettes de doble cara en su carcasa.

Si bien la idea era lanzar al mercado estas nuevas máquinas a mediados de 1983, en la práctica no lograron hacerlo hasta prácticamente fin de año, casi sobre el boom de ventas navideñas, lo que no le permitió competir con C64. Los 1400XL y 1450XLD fueron posponiendo sus fechas de lanzamiento en favor de los más pequeños 600XL (16KB de RAM) y el 800XL (64KB de RAM). Mientras que se solo se distribuyeron unas pocas unidades del 1400XL y los sucesivos retrasos hicieron que el 1450XLD fuese obsoleto antes de llegar al mercado, por lo que nunca se comercializó.

El Atari 800XL, que además de la unidad de casete disponía de una disquetera para discos de 5.25 pulgadas, un teclado decente, una buena cantidad de software (juegos, aplicaciones gráficas y de oficina), gráficos con 256 colores y un interprete de BASIC logró convertirse en el modelo más popular de la linea Atari. Pero el éxito del 800XL no bastaría para salvar a Atari. La mencionada guerra de precios, de la que Commodore, gracias a que poseía la fábrica de chips MOS, saldría victoriosa, destruyó las posibilidades de Atari de conquistar el mercado informático.

El Atari 800XL fue el modelo más vendido por la empresa.

Se dice que en 1984 Atari perdía millones de dólares por día, situación que se haría lo suficiente insostenible como para que sus dueños, la Warner Communications, terminasen vendiéndola a un Jack Tramiel que para aquel entonces ya se había desvinculado de Commodore.

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