top of page

Qué es La Misión Continental?

Es un llamado a una acción concreta de evangelizar, es un llamado a todos los cristianos católicos,     consagrados y laicos a asumir el reto de la construcción de la Iglesia de Cristo.

La Misión Continental tiene entonces por objeto, recordarnos y reforzarnos la verdadera identidad y responsabilidad de todo cristiano que es EVANGELIZAR.

Este proyecto de La Misión Continental destaca un aspecto muy importante: el protagonismo de los laicos dentro de este proceso de evangelización   como su columna vertebral; “todos los caminos de la Iglesia conducen al hombre” por lo que “el   hombre es el camino que la Iglesia debe recorrer”.

Es decir que todos los bautizados estamos llamados a esta gran misión y que no es responsabilidad de los sacerdotes o religiosos únicamente.

Objetivos de la Misión Continental?

DOCUMENTO DE APARECIDA 226

a) La experiencia religiosa. En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerygmático y el testimonio personal de los evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral.

 

b) La vivencia comunitaria. Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y corresponsables en su desarrollo. Eso permitirá un mayor compromiso y entrega en y por la Iglesia.

 

c) La formación bíblico-doctrinal. Junto con una   fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa. En este camino, acentuadamente vivencial y comunitario, la  formación doctrinal no se experimenta como un   conocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamental y necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario.

 

d) El compromiso misionero de toda la comunidad. Ella sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella.

¿Por qué es necesaria una Misión Continental?

Ante una globalización que nos ha llevado a procesos equivocados de desarrollo, necesitamos una visión crítica que nos permita valorar, defender y promover la identidad de nuestras comunidades.

 

 Ante una indiferencia religiosa creciente, necesitamos volver a Dios a partir de un encuentro personal con Jesucristo para darle sentido y valor a nuestra vida.

  Ante el deterioro de la familia que vive una pérdida de legitimidad en la sociedad, necesitamos vivir nuestra experiencia de fe y vida en Cristo, para fortalecer nuestros hogares y hacer de esta célula de la sociedad una Iglesia doméstica abierta al respeto, el diálogo, la esperanza y el amor.

 Ante la brecha entre ricos y pobres que ha llevado a una desigualdad social, necesitamos despertar la solidaridad y el valor de la justicia con criterios éticos perfilados al respeto y la dignidad humana. 

Ante la violencia y el irrespeto a la vida, necesitamos volver a Cristo con su mensaje de amor, para retornar a nuestros principios cristianos que nos lleven a un estado de tolerancia y de comunión entre nuestras comunidades y pueblos.

 Ante el deterioro de nuestra sociedad a causa de la droga y otras adicciones, necesitamos retomar los valores cristianos para forjar en nuestra juventud el valor de la educación y el afán por cuidar cada proyecto de vida que nos permita una convivencia familiar y social digna.

 Ante la deserción de católicos que se unen a nuevos grupos religiosos al margen de la fe cristiana católica, necesitamos despertar una nueva pedagogía espiritual con base en los sacramentos de iniciación cristiana para vivir el Evangelio con mayor ardor, con nuevos métodos y nuevas expresiones de Fe.

 Ante la soledad, la depresión y la angustia que viven personas de nuestras familias, necesitamos retomar la esperanza y las ganas de vivir, con la fuerza del amor demostrada por Jesucristo, para dinamizar nuestra existencia con el gozo que nos da el ser hijos de Dios y vivir el mandamiento del amor.

 En síntesis, la Misión Continental es necesaria porque los cambios de tiempo así nos lo exigen; no podemos ser indiferentes, y la Iglesia Católica, como escuela de humanismo que es, debe leer los signos de los tiempos (Jn 10,10) y pedirnos a todos un compromiso serio ante lo que estamos viviendo en nuestras parroquias y comunidad en general. 

 El trabajo consiste en un recomenzar desde Cristo, reconociendo que somos cristianos gracias al encuentro que vivimos con Él y la gracia que derrama en nuestros corazones para darle un nuevo horizonte a nuestra existencia.

 El reto nos lo plantea el individualismo pragmático del mundo, la avidez de la sociedad de consumo, el mundo imaginario de la libertad y la igualdad, el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología; en fin, el reto está en el mundo y a cada uno de nosotros nos corresponde tomar la Sagrada Escritura, el Concilio Vaticano II, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Documento Conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, para convertirnos en discípulos misioneros y decirle a nuestras gentes:

 

¡Jesucristo también vale la pena!

PLEGARIA DE LA MISIÓN CONTINENTAL

Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos, aunque no siempre hayamos sabido reconocerte.Tú eres la Luz en nuestros corazones, y nos das tu ardor con la certeza de la Pascua. Tú nos confortas en la fracción del pan, para anunciar a nuestros hermanos que en verdad Tú has resucitado y nos has dado la misión de ser testigos de tu victoria.Quédate con nosotros, Señor, Tú eres la Verdad misma, eres el revelador del Padre, ilumina Tú nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti.Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares para que caminen unidos, y en ellos nazca la vida humana generosamente; quédate, Jesús, con nuestros niños y convoca a nuestros jóvenes para construir contigo el mundo nuevo.Quédate, Señor, con aquellos a quienes en nuestras sociedades se les niega justicia y libertad; quédate con los pobres y humildes, con los ancianos y enfermos.Fortalece nuestra fe de discípulos siempre atentos a tu voz de Buen Pastor.Envíanos como tus alegres misioneros, para que nuestros pueblos, en ti adoren al Padre, por el Espíritu Santo.A María, tu Madre y nuestra Madre, Señora de Belén, confiamos el Pueblo de Dios peregrino en este inicio del tercer milenio cristiano.

Amén.

© 2023 by Car Dealership. All rights reserved.

bottom of page