La magnífica catedral de San Patricio se alza en la Quinta Avenida, al sureste de Central Park, en el distrito de Manhattan. Su tamaño y su noble arquitectura de mármol blanco la convierten en uno de los monumentos religiosos más populares de Nueva York.
Construcción de la catedral de San Patricio
La construcción de la catedral de San Patricio de Nueva York comenzó el 15 de agosto de 1858, unos años antes del estallido de la Guerra Civil estadounidense, que ralentizó los trabajos. No obstante, se terminó 20 años más tarde, y fue el 25 de mayo de 1879 cuando el edificio fue consagrado como catedral.
El arquitecto James Renwick Jr supervisó las fases finales de la construcción, pero en los años siguientes, la catedral experimentó numerosas mejoras y ampliaciones, incluida la creación de las torres de la fachada oeste (1888).
La capilla de la Virgen, con sus vidrieras diseñadas por Paul Vincent Woodroffe, data de 1912. También se amplió el coro de la catedral para dar cabida a los 7.000 tubos del nuevo órgano construido por George Kilgen & Son. Por último, fue durante las obras de restauración de 1940 cuando hizo su aparición el magnífico baldaquino de bronce, tras un regalo del arzobispo Francis Spellman.
La catedral se construyó en los terrenos de Dom Augustin Lestrange, un abad francés que ya poseía un orfanato en el emplazamiento de una de las vías más prestigiosas de Nueva York, la Quinta Avenida, a tiro de piedra del Rockefeller Center y del New York Palace Hotel, y no lejos del Carnegie Hall y del Lincoln Center for the Performing Arts.
En este barrio de rascacielos y enormes complejos comerciales, la catedral de San Patricio parece muy pequeña. Pero no se equivoque, es la catedral más grande de Estados Unidos, y muchas catedrales europeas no alcanzan su altura de 101 metros, su longitud de 183 metros o su anchura de 84 metros. Además, su fachada de mármol blanco impone el respeto que corresponde a su ubicación.
Visitar la catedral de San Patricio
En el interior de la catedral de San Patricio, los visitantes descubrirán magníficas vidrieras creadas por artistas franceses e ingleses, así como el inmenso rosetón diseñado por el artista Charles Connick. En la nave, los visitantes pueden presentar sus respetos en los altares de San Patricio, San Miguel y Santa Isabel.
Cerca, pueden admirar el Vía Crucis tallado en piedra de Caen y la imponente Piedad de William O. Partridge. Uno de los momentos más emotivos de esta visita es pasar ante las tumbas de los ocho arzobispos de Nueva York en la cripta de la catedral.
La catedral de San Patricio es el escenario de la celebración de grandes acontecimientos como los funerales de la cantante de salsa Celia Cruz y del senador Robert Kennedy. Todos los años, desde 1766, el Gran Desfile del Día de San Patricio de Nueva York pasa por delante de la catedral. Es la mayor celebración mundial de la festividad irlandesa.
Entrada: gratuita
