Fernando Peña: Un provocador con sentido

Nacho Martínez
3 min readOct 19, 2015

El locutor y presentador de TV Lalo Mir también es un cazatalentos espontáneo. En 1996 durante un viaje a Estados Unidos, escuchó por primera vez el saludo de bienvenida de la azafata Milagros López. “Era distinta, sus relatos hacían reír a los pasajeros, yo quería conocerla”, cuenta Lalo Mir a los largo de los años. Luego de cinco viajes él seguía con las ansias de conocerla. Cuando decidió escaparse hasta el sector de primera clase, la reconoció. Ya había visto, ella le había servido la comida unas horas atrás. Milagros López era Fernando Peña.

Milagros era uno de sus personajes. Peña supo crear y darle vida a más de 20 personas. Si bien él las caracterizaba a todas con su voz en la radio y con vestuarios y voz en el teatro, Martín Revoira Lynch, Palito, Roberto Flores, Cristina Mega Hertz eran reales. “Fernando podía estar hablando con Milagros, con La Mega y con Palito al mismo tiempo sin interrupciones”, expresa con admiración Diego Ripoll, locutor y compañero de radio de Peña. Cada personaje era un rasgo de personalidad de él, aunque sus historias personales se mezclaban en los pasados de cada una de sus invenciones.

Amado por muchos y odiado por otros tantos, Peña supo convivir con las críticas y los halagos. Hasta el momento de su muerte aseguró que la mejor arma de uno es decir siempre la verdad y contarlo todo. Así fue que por el año 2001 anunció de manera pública que era portador de HIV. Luego contó sobre sus enfermedades, cáncer, neumonías. Peña siempre dijo todo. Y no solamente llegó a contar sobre sus enfermedades, sino que hizo un seguimiento sobre sus tratamientos de quimioterapia. Quiso desdramatizar a la muerte y graficarla en un reality.

A través de sus personajes, de su poco filtro a la hora de, Peña supo contar y expresar sentimientos que guardaba dentro de él. En el año 2000 fue al programa de Susana Giménez y dijo que él era un “puto sufrido”. Los que lo conocían se dieron cuenta que quería expresar que no era un buen momento en su vida y que su condición de homosexualidad le estaba causando sufrimiento por parte de terceros.

El Parquímetro fue su programa de radio en Metro 95.1 que lo llevo al pico máximo de su carrera. Sus personajes entraban y salían del aire y conversaban con él y con los columnistas. La locura era común en él. También era actor, Peña decía que si no lo hubiese sido sería “un puto triste… un Barreda, un asesino serial”. Su locura la expresaba en sus personajes y no se contenía nada.

Todas sus bromas sobre la muerte eran un escudo para lo que vendría en 2009. En noviembre de 2008 una neumonía amenazó con su salud y amigos y compañeros de trabajo pensaban que no iba a poder sobrevivir. Esta fue su segunda pelea contra la muerte y la había vuelto a ganar. Luego del cáncer de los riñones en 2002, le diagnosticaron la misma enfermedad en el hígado. Sebastián Wainraich, conductor de radio y humorista, cuenta que quienes convivían con él a diario apostaban a que esta última enfermedad iba a perder contra Fernando Peña. El 17 de junio de 2009 Peña falleció en la Clínica Fleming. La noticia la confirmó, entre lágrimas, Matías Martin quien fue compañero de radio. Ese día se fueron también Martín Revoira Lynch, La Mega, Palito, Roberto Flores y Milagros López.

“A mí me encantaría pararme en el Obelisco y decirles a todos: déjenme terminar, pero escuchen bien lo que tengo que decir”. ¿Qué? “Que soy un romántico, que no provoco al pedo, que mi provocación tiene un sentido y un rumbo… que la necesito, para poder embellecer el final”. Un provocador, Fernando Peña se definía así. Y lo logró. Provocó enojo, risas, cuestionamientos, reflexiones. El 17 de junio, a los 46 años, el “puto lindo” se fue con su última provocación: tristeza.

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Nacho Martínez

Productor de radio. Fanático de la radio. Columnista en @latitud17FM935.