El sabor irresistible de la sopa paraguaya supo trascender las fronteras y conquistar nuevos paladares. En su país de origen, en la Argentina y en el sur de Brasil esta comida se ganó un lugar entre las más populares. Sin embargo, hay quienes todavía no la conocen (y no saben lo que se pierden).

Su nombre puede confundir, que se llame “sopa” a una receta que no respeta las características de ese plato es llamativo. Pero en realidad, esta preparación se asemeja más a un pastel o bizcocho salado del que se hace imposible comer solo un bocado.

Entre sus ingredientes lleva harina de maíz finamente molida, huevos, leche, cebolla, grasa animal, sal gruesa y queso fresco. Su receta original no ha sufrido grandes modificaciones con el paso del tiempo, aunque en agunos hogares puede sumar ingredientes secretos que se transmiten de generación en generación.

La sopa paraguaya se remonta a la época de los jesuitas españoles que interactuaron con los indígenas guaraníes. Habrían sido estos últimos quienes, luego de que se les terminara la carne, les ofrecieron una preparación a base de harina de maíz, con agua y cualquier alimento listo que tuvieran a mano en el día, todo envuelto en hojas de banano y caliente.

Esta especie de pastel salado se le sirvió a los misioneros y al verla exclamaron: “so’o opa”, que significa “la carne se terminó” en el idioma guaraní. Aquellas palabras suenan muy parecido a “sopa”, por lo que se dice que los españoles la bautizaron con ese nombre. Con el tiempo la receta fue cambiando y se le agregó grasa animal, huevos y queso.

Sopa paraguaya

Ingredientes

– 500 grs. de harina de maíz

– 50 grs. de manteca

– 300 grs. de queso semi duro

– 3 cucharadas de aceite

– 2 cebollas picadas

– 3 huevos

– 1 taza de leche

– ½ taza de agua caliente

– 5grs. de polvo para hornear

– Sal a gusto

Preparación

1- En una sartén colocar la manteca y saltear la cebolla hasta que quede transparente. Reservar.

2- En un bol batir los 3 huevos y la leche a temperatura ambiente.

3- Agregar la harina de a poco. Luego añadir la cebolla y sal. Mezclar. Por último sumar el polvo para hornear (evitará que quede duro y seco) y el aceite. Incorporar.

4- Cortar el queso en cubos.

5- En un molde aceitado para horno (circular o rectangular) volcar la mezcla e ir agregando los cubos de queso.

6- Llevar al horno a 200° durante unos 45 minutos.

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