El viaje interno de Norelys Rodríguez

La modelo, presentadora, actriz, escritora y activista social nacida en el estado Vargas, emprendió un recorrido que la ha llevado a afirmar que el equilibrio es la clave para una vida plena

Gitanjali Wolfermann @GitiW

Una conversación con Norelys Rodríguez basta para confirmar aquello de que más que el destino, lo que cuenta es el viaje. Reconoce que su trayecto de vida ha sido una verdadera montaña rusa que la ha llevado a experimentar momentos muy dulces y también pruebas amargas. Ese contraste, sin duda, es una de las fuentes del equilibrio que hoy exhibe. 

Quien representara en 2001 al estado Vargas en el Miss Venezuela –se alzó como segunda finalista y con las bandas de Miss Personalidad; Miss Fotogénica y Miss Simpatía-, ha desarrollado desde entonces una exitosa carrera como modelo, actriz, presentadora, escritora y activista de causas muy cercanas a su corazón: la educación de los niños y la conservación del medio ambiente. 

Desde su primera aparición ante las cámaras, Rodríguez se ha mantenido frente a ellas tanto a nivel nacional como internacional. La conducción de los programas Muévete y Wild On Latino; así como su participación en la película venezolana Muerte en Alto Contraste y en varios videos musicales; aunado a su estreno como escritora, han sido algunos de los hitos más sobresalientes de su carrera. 

A lo largo de su trayectoria, Rodríguez ha sabido conjugar su faceta más comercial con el apoyo a proyectos sociales. “Decido con el corazón y me involucro personalmente en cada cosa que emprendo”, destaca.     

Al hablar, Rodríguez deja entrever la que quizás sea su cualidad más notable: la capacidad de aprender de las experiencias de la vida para extraer de ellas lo positivo y no anclarse en el pasado. “He pasado cosas muy duras, pero también tengo mucho que agradecer”, afirma. 

“He aprendido a vivir bajo la filosofía de aquí y ahora para así disfrutar cada momento del presente. La vida me ha enseñado que no sabemos lo que pasará el día siguiente. Recuerdo que la primera vez que estuve en el Poliedro de Caracas fue a raíz de la tragedia de Vargas, sin duda una de las experiencias más duras de mi vida, pero a la vuelta de un año, me tocó regresar representando a mi estado en el Miss Venezuela”. 

Narra que ese contraste de experiencias la ayudó a entender las dos caras de la moneda. “La tragedia de Vargas me enseñó que lo más valioso es la vida, más allá de todo lo material que puedas perder”. Agrega que su paso por el Miss Venezuela le reafirmaría esa misma lección.

“Yo participé por mi mamá, ella quería que ese triunfo le trajera alegría a Vargas. El concurso fue un viernes y ella me pidió que el sábado hiciera una caravana por el estado para saludar a la gente. Me recibieron como si hubiesen ganado los Tiburones de La Guaira. Ese día, la salud de mi mamá se descompensó –sufría de diabetes-, esa noche falleció. Esa noche, todo cambió para mí”.

“Todos tenemos una historia que contar” 

Rodríguez relata que ese punto marcaría el principio de un viaje interno que la llevaría a buscar herramientas para tener una vida más plena y balanceada. “Para mí hubo un antes y un después. Entre otras cosas, aprendí la importancia de cuidar la salud y equilibrar la búsqueda de las metas materiales, espirituales y mentales”.

El aprendizaje de ese recorrido la llevó a publicar su primer libro en 2011, llamado Vida en equilibrio, el cual llegó al tercer puesto en ventas nacionales. “Lo escribí para dejar un legado, algo que ayudara a otros a superar los momentos difíciles. A través de anécdotas e historias distribuidas en cinco capítulos, comparto las actitudes que fueron clave para superar la tristeza y equilibrar mis emociones”. 

Ese período de búsqueda de plenitud también fue propicio para que la modelo le dedicara más tiempo y esfuerzo a los proyectos sociales, con los que de forma espontánea había colaborado desde que era pequeña. 

Cuenta que desde su época en el Colegio San Vicente de Paúl en Maiquetía, tuvo la oportunidad de ayudar como voluntaria. “Hay una edad en la que todos queremos salvar el mundo y con ese deseo en mi corazón, por dos años fui asistente del preescolar del colegio; fui payasita; voluntaria en la Cruz Roja y en la leprosería de Cabo Blanco”. 

“Esas experiencias me hicieron sentir útil, me ayudaron a ser agradecida y a madurar; ahora forman parte de esa historia que todos tenemos para contar”. Ese deseo de cambiar el mundo sigue presente, ya que actualmente Rodríguez dedica gran parte de su tiempo a las causas que están más cerca de su corazón. 

A través de la organización Somos Posible apoya en el desarrollo de tres proyectos: Échale Color, que cuenta con más de 200 voluntarios que buscan integrar y empoderar a la comunidad mediante el remozamiento de los espacios físicos; Paz con todo, cuyo objetivo es generar consciencia acerca de los valores como base para la convivencia ciudadana.

El tercer proyecto, llamado Vamos, se realiza en alianza con la Universidad Metropolitana y ha alcanzado a más de 20.000 niños. Se desarrolla a través de embajadores, entre los que está Maickel Melamed, quienes buscan transmitirles a niños y jóvenes la importancia de soñar y de trabajar en equipo para alcanzar sus metas. 

“Cuando hablo con los niños, les cuento que desde muy pequeña mi sueño era viajar. Yo tenía un mapa en mi cuarto y marcaba las ciudades que deseaba conocer. Mi paseo favorito era ir al aeropuerto, para mí era un lugar mágico. Por supuesto, también comparto con ellos el consejo que me dio mi papá: estudia y luego podrás viajar a donde quieras”. 

Seguir soñando, naturalmente

“Soñar es algo que mantenemos a lo largo de la vida”, comenta Rodríguez al hablar de los proyectos que planea encarar durante los próximos años. “Llevo tres años escribiendo una columna llamada Naturalmente Norelys para la revista Río Verde, que es una publicación venezolana dedicada a la promoción y conservación de la naturaleza a través de la investigación científica”. 

La meta, puntualiza, es llevar el proyecto al resto de Latinoamérica. “Estamos trabajando en esa proyección internacional porque sabemos que hace falta promover el ecoturismo desde la investigación profunda, que nos ayude a entender y apreciar la riqueza y diversidad de nuestros recursos naturales”. 

Rodríguez describe que el proyecto incluirá además la producción de micros radiales dirigidos a niños, ya que señala que esa es la etapa para aprender los valores de conservación del medioambiente. “En mi experiencia, la conexión con la naturaleza se formó desde muy pequeña al crecer frente al mar, por eso creo que los niños ayudarán a llevar el mensaje a los adultos”. 

Durante los próximos meses también verá la luz su proyecto digital Vida en equilibrio. Será una plataforma basada en el libro homónimo para canalizar muchas de sus inquietudes: bienestar y salud; trabajo social y viajes. 

“Una de mis grandes satisfacciones es haber podido conectar mi trabajo con la posibilidad de viajar. Mucha gente me pregunta en broma a cuál santo le pedí viajar porque hasta mi esposo es piloto. Definitivamente soy una viajera”, confiesa y sonríe. 

Luego de mucho andar, todo indica que Norelys Rodríguez -la modelo, actriz, presentadora, escritora y activista social-, en efecto encontró la manera de vivir una vida plena y balanceada. “El viaje de la vida, siempre lleno de contrastes, me enseñó a disfrutar y valorar cada momento, pero sin asumir que ninguno, por sí solo, podía ser todo para mí. Ese todo vital –agrega- es el amor, que es la fuente de inspiración de todo cuanto hago”.

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