El último sprint de Taringa!

(English version below)

Me siento a escribir estas líneas con el único propósito de ser leal y coherente con los valores que han definido al increíble equipo que lideré junto con las cabezas de Tecnología ( Johan Duque ), Producto ( Estefania Ruiz de Esquide ) y Marketing ( Isabel Espinosa ) estos últimos dos años largos en Taringa!. Transparencia, autenticidad, responsabilidad, respeto, gratitud, y obsesión por el usuario. No nos corresponde adueñarnos de 20 años de historia de la mayor red social en Latinoamérica, es bien sabido que ese mérito lo tienen los usuarios que durante tantos años compartieron historias que hicieron historia, valga la redundancia. Sin embargo, sí corresponde honrar esta plataforma histórica dando más visibilidad de lo que se ha convertido en el último sprint de esta red social. 

Ayer anunciamos el cierre de Taringa!, una comunicación difícil como todas las que rodean decisiones de negocio que, como bien compartirán quienes se hayan enfrentado a este tipo de situaciones, nunca resultan sencillas de asimilar ni existe una fórmula perfecta para hacerlo. Es en estas situaciones cuando más fiel hay que ser a los valores y cultura que definimos, nuestra brújula en todo este proceso. 

Quiero volver a octubre de 2021, cuando me uní a este proyecto, tras varias conversaciones con sus dueños actuales y pasados. El reto era inmenso, aunque tenía las bases adecuadas para que mereciera la pena apostar por el retorno de una marca con tanto apego emocional que, a pesar de las circunstancias que la llegaron a rodear, consiguió hacer historia, sus usuarios crearon un sentimiento de comunidad sin precedentes, y adquirió una identidad y principios propios. El objetivo era claro: si en su día había sido pionera de la Web2, esta vez la relanzaríamos haciéndola pionera de la Web3, y para eso teníamos que apoyarnos en los valores que la hicieron tan única, renovar su misión y su propuesta de valor. Fueron varios los retos a analizar y sobre los que tomar decisiones: la estructura y cultura del equipo, la tecnología, el producto, la propuesta de valor, y cómo la tecnología Web3 (al fin y al cabo, Taringa! pertenecía ya a una empresa de Blockchain) debía entrar como mejor solución al problema que íbamos a resolver. 

Bajo el propósito de asegurar que los creadores moneticen desde su primer contenido (un gran problema para aquellos que no tienen grandes bases de seguidores), reconstruimos toda la plataforma y relanzamos Taringa! en junio del año pasado en forma de aplicación para el móvil, integrando la tecnología Web2 más puntera junto con las nuevas tecnologías Web3 que aportan más valor a los usuarios. En estos primeros meses de la aplicación, nos centramos en probar que los usuarios estaban dispuestos a tener más control sobre qué contenido debe monetizar, y les dimos el poder de apreciar contenido. A los creadores, les dimos la oportunidad de generar recompensas en criptomoneda estable y en relación directa con el reconocimiento que recibían de los usuarios. De esta forma, el rol de Taringa! como plataforma era dar herramientas a los usuarios para definir qué querían, y actuar en consecuencia. Vimos cómo decenas de miles de usuarios utilizaban billeteras cripto por primera vez y utilizaban sus ganancias en cripto en su día a día, gracias a la facilidad de uso que les proporcionamos. Esa fue siempre nuestra obsesión cuando nos enfrentamos al reto de integrar tecnologías Web3 en una plataforma social: debían servir como solución a un problema, no ser el centro de la propuesta de valor. Pero esto, es para otro post.

Nuestro plan tenía varias fases que fuimos cumpliendo, y aunque habíamos arrancado ya la monetización, todavía estábamos lejos de ser sostenibles. Esto sucedía en medio de las peores condiciones de mercado en muchos años, tanto del mercado inversor, como del mercado cripto; unido a un movimiento de las grandes redes sociales con más foco en la monetización por parte de los creadores. La combinación de varios factores llevó a la comunicación del cierre de Taringa! el próximo 24 de marzo. Desde ayer, emociona leer todos los mensajes de los usuarios. Tanto en taringa .net, con miles de usuarios volviendo solo para despedirse representando lo que significó Taringa en sus vidas, como en la App lanzada hace poco más de 9 meses, que muestran el impacto que comenzábamos a tener. 

El reto era inmenso. Seguro pudimos haber tomado decisiones diferentes. Como en toda apuesta, el resultado nunca está garantizado. Por doloroso que es siempre el final, y más de una historia que ha durado 20 años en la cual participamos en el último sprint, fue un sprint en el que lo dimos todo. Terminamos llenos de gratitud: 

• Por los usuarios que se unieron a la aplicación y apoyaron a sus creadores favoritos, a los cuales animamos a que sigan haciéndolo allá donde decidan ir.

• Por los creadores que vieron en Taringa! sus primeras monetizaciones de contenido, a los cuales les deseamos que sigan apostando por su creatividad.

• Por los que por primera vez entraron en contacto con el mundo cripto, a los cuales les animamos a que sigan operando y descubriendo más de este mundo. 

• Por los usuarios que compartieron sus emotivas historias de cómo habían usado sus ganancias.

• Por los que desearon que volviera Taringa! con más fuerza que antes, y establecieron ya nuevas amistades a través de la App.

Taringa! representa el sentimiento de Comunidad. Y eso siempre perdurará en el tiempo. 

Han sido poco más de dos años de verdadera aventura. Aún recuerdo cuando describimos internamente lo que se venía como una “montaña rusa”. Las expectativas se cumplieron. Ha sido increíble recorrer este camino con todas y cada una de las personas que han formado este equipo. En los momentos difíciles es cuando realmente nos conocemos, y donde se ve quiénes honran la cultura y los valores del equipo. Nadie, absolutamente nadie, ha decepcionado. La resiliencia, el compromiso, el sentido del humor y el apoyo en equipo son cualidades difíciles de encontrar. Cualquier equipo que incorpore a alguna de estas personas, tendrá mucha suerte. Gracias por vuestra inagotable energía.

Alma Cristina Ortiz Negrete Daniela Anantes Federica Holly Giancarlo Ramirez Diego Salazar Pardo Kenjy Tasato Cánepa Ulises Magdaleno Oriana De Lira Gosia Ciempiel Andrea Porceddu Diana Beatriz Llacza Sosaya Kelvin Rafael Calcaño Baez Cristopher Solís Oscar Bonilla Correa Johana Castro Andrés Lizano Maximiliano Marino Javier Loaiza Guillermo Viedma Facundo J. Gonzalez Divine-Hope Emmanuel Monty Dimkpa Harry Perez Jose Zuñiga Julian Marin Ceballos Kelvin Rafael Calcaño Baez Oscar Benavides Curro Cejudo Fernández

(ENGLISH TRANSLATION)

The last sprint of Taringa!

I sit down to write these lines with the sole purpose of being loyal and consistent with the values that have defined the incredible team that I led alongside the heads of Technology (Johan Duque), Product (Estefania Ruiz de Esquide), and Marketing (Isabel Espinosa) over the last two long years at Taringa!. Transparency, authenticity, responsibility, respect, gratitude, and obsession with the user. It is not for us to claim ownership of 20 years of history of the largest social network in Latin America; it is well known that this merit belongs to the users who, for so many years, shared stories that made history. However, it is appropriate to honor this historic platform by giving more visibility to what has become the final sprint of this social network.

Yesterday we announced the closure of Taringa!, a difficult communication like all those surrounding business decisions, which, as those who have faced such situations will agree, are never easy to assimilate, nor is there a perfect formula for doing so. It is in these situations that one must be most faithful to the values and culture defined, our compass throughout this process.

I want to go back to October 2021, when I joined this project after several conversations with its current and past owners. The challenge was immense, although it had the right foundations to make it worth betting on the return of a brand with so much emotional attachment that, despite the circumstances that surrounded it, managed to make history, its users created an unprecedented sense of community, and it acquired its own identity and principles. The objective was clear: if it had once been a pioneer of Web2, this time we would relaunch it as a pioneer of Web3, and for that, we had to rely on the values that made it so unique, renew its mission and its value proposition. There were several challenges to analyze and on which to make decisions: the structure and culture of the team, technology, the product, the value proposition, and how Web3 technology (after all, Taringa! already belonged to a Blockchain company) should enter as the best solution to the problem we were going to solve.

With the purpose of ensuring that creators monetize from their first content (a big problem for those who do not have large follower bases), we rebuilt the entire platform and relaunched Taringa! in June of last year in the form of a mobile application, integrating the most cutting-edge Web2 technology along with the new Web3 technologies that provide most value to users. In these first months of the application, we focused on proving that users were willing to have more control over which content should monetize, and we gave them the power to appreciate content. To the creators, we gave the opportunity to generate rewards in stable cryptocurrency and directly related to the recognition they received from users. In this way, the role of Taringa! as a platform was to give users tools to define what they wanted, and to act accordingly. We saw how tens of thousands of users used crypto wallets for the first time and used their crypto earnings in their daily lives, thanks to the ease of use we provided. That was always our obsession when we faced the challenge of integrating Web3 technologies into a social platform: they had to serve as a solution to a problem, not be the center of the value proposition. But this is for another post.

Our plan had several phases that we were fulfilling, and although we had already started monetizing, we were still far from being sustainable. All this was happening amid the worst market conditions in many years, both in the investor market and the crypto market; coupled with a movement by major social networks with more focus on creator monetization. The combination of several factors led to the announcement of the closure of Taringa! on March 24. Since yesterday, it's been moving to read all the messages from users. Both on taringa .net, with thousands of users returning just to say goodbye, representing what Taringa meant in their lives, and on the App launched just over 9 months ago, showing the impact we were starting to have.

The challenge was immense. Surely we could have made different decisions. As in any bet, the outcome is never guaranteed. As painful as the ending always is, and in more than a 20-year story in which we participated in the final sprint, it was a sprint in which we gave it our all. We finish full of gratitude:

• For the users who joined the app and supported their favorite creators, to whom we encourage to continue doing so wherever they decide to go.

• For the creators who saw their first content monetization on Taringa!, to whom we wish to continue betting on their creativity.

• For those who were first introduced to the crypto world, to whom we encourage to continue operating and discovering more of this world.

• For the users who shared their emotional stories of how they used their earnings.

• For those who wished for Taringa to return stronger than before, and already established new friendships through the App.

Taringa! represents the feeling of Community. And that will always endure over time.

It has been just over two years of a real adventure. I still remember when we internally described what was coming as a "roller coaster". Expectations were met. It has been incredible to travel this path with each and every one of the people who have formed this team. In difficult times is when we really get to know each other, and where it is seen who honors the culture and values of the team. No one, absolutely no one, has disappointed. Resilience, commitment, sense of humor, and team support are qualities hard to find. Any team that incorporates any of these people will be very lucky. Thank you for your tireless energy.