Las calabazas ya están recogidas la mayor parte de ellas. Aunque el otoño está viniendo bueno, las más maduras ya están retiradas y guardadas en casa. A las más verdes les daremos algo más de tiempo. Las mantendremos en tierra hasta que bajen las temperaturas y llegue algo más de frío, antes de las heladas.
En el huerto este año sembramos diferentes tipos de calabazas, pero de ellas una de las más interesantes para cultivar son las calabazas Butternut. Pertenece este tipo a las calabazas de invierno (Cucurbita moschata), calabazas que se conservan durante un periodo amplio de tiempo, pero es a lo largo del invierno cuando se encuentran en su momento para el consumo.
Son un tipo de calabaza de pequeño tamaño,en torno al kilo, con forma de pera o a veces un poco cuadrada depende del tipo, de piel fina en comparación con otras calabazas y carne dulce y carne anaranjada. Su tamaño menor facilita su consumo sin tener que tirar calabaza o congelarla.
Las semillas de calabaza las colocamos en el huerto después de las últimas heladas, pronto con el calor de mediados de mayo aparecieron las plántulas, alrededor de las cuales colocamos algo de paja como acolchado para protegerlas, dado que en ocasiones una helada tardía puede dar problemas y llevarse las plantas recién nacidas.
Coloqué plantas de calabazas en dos sitios diferentes, siendo uno de ellos uno de los bancales creados en el mes de julio. En ambos casos han desarrollado como una decena de frutos que se suman al resto de frutos de los diferentes tipos de calabazas plantados.
Durante el verano se mantuvo un cuidado de las plantas, aportándole agua, y algo de acolchado para conservar la humedad. El resto ha sido tarea de la planta que ha ido sacando flores masculinas y femeninas de forma regular. La mayoría de las flores ha cuajado, pero otras no lo han hecho debido a la escasez de polinizadores de este año.
Los frutos que van cuajado presentan al comienzo un color verdoso, con un dibujo rayado de diferentes tonos y formas en su diseño, que va desapareciendo y se va igualando en el color de la piel conforme va madurando el fruto. La madurez de la calabaza es importante pues las semillas se van desarrollando en ese proceso y si las plantas no están maduras cuando se cortan, el número de semillas bien desarrolladas es mucho menor.
Solo queda recolectar las calabazas y prepararlas para la mesa. En ese proceso el quitar y secar las semillas es imprescindible para poder tener una nueva generación de plantas. ©