Juan Francisco Casas: «La imagen de la mujer ha sido continuamente examinada desde fuera»

María von Touceda Por María von Touceda
19 Min lectura
Entendemos el proceso de trabajo, la visión de la representación femenina y los problemas de Juan Francisco Casas con la censura

Juan Francisco Casas Ruiz (La Carolina, Jaén, 1976) es un artista, comisario y poeta que llegó al circuito del arte pisando muy fuerte.

Todos recordamos el revuelo de los medios de comunicación ante la novedad que destilaba su trabajo en la feria ARCO del 2009. Gracias a la constancia jamás se ha bajado de ahí. Es uno de los artistas españoles con proyección internacional y lo seguirá siendo porque cada nuevo trabajo que realiza implica una suma de fuerzas que lo engrandece proyecto a proyecto.

A través de una técnica virtuosa de dibujo con bolígrafos Bic trasciende los cuerpos de sus modelos hasta convertirlos en verdaderas deidades del erotismo.

El éxito de Juan Francisco Casas radica, además de en su virtuosismo como artista, en la elección de lo que nos quiere mostrar. Ese lado sexy y salvaje que todos ansiamos y que él logra sin caer jamás en la chabacanería. Su talento es irrefutable y, es por eso que, hasta sus enemigos confesos caen rendidos ante él.

Con la clase que solo puede albergar un dandy, convierte sus desnudos en imágenes que subliman la feminidad y empoderan a las mujeres de manera que dejan de ser sólo musas y modelos para convertirse en auténticas protagonistas de sus obras.

Juan Francisco Casas se licenció en en Bellas Artes en la Universidad de Granada. En 2005 fue el único representante español en la 2ª Bienal de Praga. Durante su carrera ha participado de decenas exposiciones por el mundo.

Su obra se encuentra en colecciones como el Museo ARTIUM, el Museo ABC, la Colección del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Colección de la Junta de Andalucía, la Colección de la Real Academia de España en Roma, además de colecciones privadas.

 

 

Juan Francisco Casas, SPQR(ca)VITA, 2016. Cortesía del artista

 

 

P. Aunque hayas estudiado Bellas Artes en la Universidad de Granada tu técnica no la enseñan en una licenciatura. Confiesa, tú ya venías aprendido de casa.

R. Yo siempre he estado con el lápiz y la plasti en la mano, pero en realidad estudié ciencias puras e iba para otra cosa, tenías buenas notas y todo. Entré en Arquitectura y en Bellas Artes y, en un giro inesperado, acabé en Bellas Artes en Granada, aunque como todos sabemos, la técnica de todo en la vida la da la práctica y no la facultad.

 

 

Juan Francisco Casas, Doubleromanshower#2, 2009. Cortesía del artista

 

 

P. ¿Qué te ofrece el boli que no te ofrecen otras técnicas de dibujo más ortodoxas?

R. Cada técnica tiene sus referencias propias, pero las que no son convencionales en el arte acaban formando parte del discurso. Cuando empecé trabajaba exclusivamente con el óleo de gran formato retratando escenas cotidianas e íntimas en un guiño irónico que es el de convertir lo efímero y banal en importante y destacado gracias al óleo y al formato.

Cuando empecé con el boli quería algo que recordara a esa cotidianidad y nada más cotidiano y doméstico que un boli. Además se produce el efecto contradictorio de hacer algo muy académico con un material que, a priori, no está diseñado para eso, una manera de reírte de la técnica y del mismo academicismo. Irónicamente por mi culpa ahora esto se estudia en las facultades, convirtiéndolo en un nuevo academicismo.

 

 

Juan Francisco Casas, Life is a dirty glitch 1, 2016. Cortesía del artista

 

 

P. ¿Qué le dirías a los haters del hiperrealismo que creen que para eso ya está la fotografía?

R. En los tiempos de una sobreexposición de la imagen, en la que todos podemos hacer fotos de alta resolución, en la que estamos rodeados de imágenes, la pintura es un modo de resistencia, una manera de rescatar lo humano y un juego irónico sobre lo inútil del esfuerzo.

Además la pintura y el dibujo son una manera de subrayar la importancia de esos momentos biográficos e íntimos que retrato: si una persona pasa un mes de su vida pintando eso, es que nos quiere decir que eso es vital para él. Esa acción forma parte del contenido. Eso es diferente a la fotografía.

 

 

Juan Francisco Casas, L'estasidilatex, 2015Juan Francisco Casas, L’estasidilatex, 2015. Cortesía del artista

 

P. En la mayoría de tus obras aparecen mujeres desnudas, algunas en poses muy sexualizadas, ¿te han acusado alguna vez de cosificar el cuerpo de la mujer?

R. Por supuesto, es un tema muy delicado y no seré yo el que aclare la polémica. Igual que hay hasta quien acusa a las FEMEN de lo mismo: no todo el feminismo piensa en bloque, afortunadamente es un movimiento con muchas caras. La mejor manera de entender todo esto es no ver la obra de arte como un producto final acabado, sino entender mi proceso de trabajo, que parte de retratos en los que yo nunca digo lo que debe hacer la retratada: siempre son amigas o parejas y siempre son ellas las que proponen las ideas y deciden cómo quieren ser representadas.

Es un juego casi performático en el que yo soy solo una parte de la obra: el que la termina. Me interesa la idea de representación pictórica tradicional de la mujer, el contraste que supone la nueva imagen de la mujer desde el punto de vista del hombre y cómo, a lo largo de la historia del arte, el sentido de ser de la mujer en su representación artística es suplantado por el hecho de ser apreciada como tal por otro.

 

 

Me interesa la idea de representación pictórica tradicional de la mujer, el contraste que supone la nueva imagen de la mujer desde el punto de vista del hombre

 

Evidentemente, las convenciones que han dado lugar a estos esquemas representativos no están superadas, aunque sí están siendo quizá replanteadas. Hasta hace relativamente poco, nacer mujer ha sido nacer para vivir en un espacio, bajo unos comportamientos y una imagen asignados por el hombre y por ello las representaciones pictóricas de éstas también estaban codificadas y planteadas según dichos parámetros. Eso está empezando a no ser así.

En las obras de arte tradicionalmente el papel de los hombres era muy diferente al de las mujeres, así como su fin. Mientras que en la representación del hombre se plasma la imagen que éste quiere trasmitir, la representación de la mujer es la imagen que el hombre quiere que ésta tenga. Es una imagen subordinada: en palabras de John Berger, en las obras “los hombres actúan, las mujeres aparecen”. La imagen de la mujer ha sido continuamente examinada desde fuera. Su propio sentido de ser ella misma ha sido suplantado por el sentido de ser apreciada como mujer por otro.

Por el contrario, las mujeres en mis obras no sólo actúan, sino que además actúan como ellas quieren. Es decir, los parámetros de la representación de su imagen son establecidos completamente por ellas como definición de su propia identidad y en relación a ser presentadas dentro de una obra de arte, por eso la idea casi siempre parte de ellas o de una colaboración mutua. En resumen, ellas empiezan la obra y yo la acabo. Por otra parte para entender lo que puede representar un desnudo femenino también ayuda leer a Camille Paglia, Lynda Nead, etc.

 

 

Juan Francisco Casas, FUCKART LOVEARTIST#2, 2009. Cortesía del artista

 

 

P. La censura te persigue, no paran de cerrarte tu cuenta de Instagram y Facebook cuando publicas tus trabajos. ¿Cómo les explicarías a los censores las grandes diferencias entre una imagen pornográfica y lo que tú haces?

R. Las redes sociales son una basura infecta llena de gentuza, pero a la que siempre acabamos volviendo en una suerte de síndrome de Estocolmo. La tradición del desnudo femenino de la que vengo y que tanto gustan de censurar tiene como mínimo 40.000 años y es parte inherente del ser humano. Cuando censuran eso están quitándonos parte de lo que somos y convirtiendo el mundo de las redes en un estado fascista supranacional en el que no se cumplen las leyes ni hay libertad de expresión. En realidad censurar una obra de arte es mucho más grave que borrar una simple foto, es un ataque a la humanidad entera.

 

 

Juan Francisco Casas, Iamnotthatcomplicated, 2016. Cortesía del artista

 

 

P. El listado de lugares donde has expuesto recorre casi todo el planeta, ¿has encontrado rechazo a tu trabajo, por cuestiones morales, en alguno de los países donde se ha mostrado tu obra?

R. Para nada, curiosamente la aceptación ha sido enorme en cualquier parte del mundo, en lugares muy diferentes y con culturas dispares. Expongo casi todos los años en Singapur, Corea, Brasil y EEUU y nunca he encontrado rechazo ni problemas. Sin embargo sí hay casos puntuales desagradables a los que no les doy mucha importancia.

Por ejemplo, mi web está bloqueada en todos los países de Oriente Medio como Arabia y demás. También en Madrid durante mi última exposición en la galería Fernando Pradilla un grupo de carlistas (verídico, todavía quedan) y ultracatólicos se manifestaron en la puerta con pancartas de «no más exposiciones blasfemas» y hasta repartieron flyers e hicieron pintadas de “Dios, Patria y Rey».

 

Quité las obras y luego se expusieron en Madrid, para furia de los ultracatólicos.

 

Me pareció divertidísmo. Realmente sólo he sufrido oficialmente censura por parte de la Embajada de España en Roma durante mi exposición en la Academia de España en Roma en la que se quitaron un par de obras que jugaban con la Santa Teresa de Bernini, el embajador me dio dos opciones o quitar las obras o quitar toda la expo. Quité las obras y luego se expusieron en Madrid, para furia de los ultracatólicos.

Fue una cosa muy grave, pero tampoco llamé a la prensa por ello ni nada, a mi edad paso de que me acuse de que busco polémica porque sí. Curiosamente, esas obras censuradas en Roma y que causaron las manifestaciones en Madrid, se expusieron en La Carolina, mi pueblo, y a todo el mundo le encantaron. Cosas de los pueblos, supongo. Por otra parte, gracias a esa censura esa obra ahora forma parte de la importante colección de arte censurado del Tatxo Benet con obras como los Presos Políticos de Santiago Sierra o el Franco en la nevera de Eugenio Merino.

 

 

Juan Francisco Casas, Gravity1, 2018. Cortesía del artista

 

 

P. ¿Cómo valorarías tu relación con el mercado del arte?

R. Siempre me he dedicado exclusivamente a esto desde que dejé la universidad en 2004. Así que creo que soy un privilegiado porque no somos muchos en España en esta situación. En realidad el problema del mercado del arte es España. Aquí no existe el coleccionismo y el que existe es muy emergente: a partir de ciertos precios ya dejas de vender porque resultas caro.

Si no tienes una galería extranjera o una española que te lleve fuera es imposible, prácticamente la inmensa mayoría de mis ventas son fuera, EEUU, Brasil, etc. Aquí aún estamos saliendo de la dictadura, seguimos en los años cuarenta en los que el símbolo de estatus social sigue siendo el casoplón y el cochazo, pero no el arte.

 

 

Juan Francisco Casas
Juan Francisco Casas, Hiding Vesalius, 2017. Cortesía del artista

 

 

P. ¿Qué significa para ti la palabra «éxito»?

R. Levantarme por la mañana con ganas de ponerme a trabajar porque me encanta mi trabajo. Ah, ¡y que me paguen por eso!

 

P. ¿Cómo es el día a día en tu taller?

R. Tengo el estudio en mi casa en Madrid, aunque he tenido de manera puntual estudio fuera, como el año pasado con Rubén Rodrigo Silguero. Y también tengo estudio en mi pueblo. Es un ático en el centro, con muchísima luz, muy silencioso y con una gran terraza en la que desconecto.

El día a día es bastante sencillo. Nos levantamos por la mañana Pushkin –el gato– y yo, hacemos el desayuno, leo, hago algo de mails, trabajo en el ordenador, etc y luego empezamos con el dibujo. Aunque en realidad dibujo más por la tarde, de 4 a 9 o algo así. La ventaja de tener el estudio en casa es la flexibilidad, cuando tengo exposiciones importantes o voy mal de tiempo puedo incluso trabajar toda la noche.

 

 

Juan Francisco Casas, LOVEHURTS1, 2016. Cortesía del artista

 

 

P. ¿Qué consejos esenciales le darías a un recién licenciado en Bellas Artes?

R. Antonio López les aconsejaba que desayunaran bien. Yo soy menos madre y les diría que hicieran lo que les saliera de los cojones, que no piensen en hacer lo que se lleva porque, total, no lo vas a vender de todas maneras. Así que al menos haz algo que no se parezca a lo que viste ayer en la galería tal. Eso y que trabajen como cabrones.

 

 

Juan Francisco Casas
Juan Francisco Casas, LOVEHURTS2, 2016. Cortesía del artista

 

 

P. Háblamos de tus principales referencias en la Historia del Arte.

R. Me confieso muy barroco, en la vida y en el arte. Me encantan Ribera, Frans Hals, por decir alguno. Ahora estoy trabajando en un proyecto sobre Artemisia Gentileschi para principio de 2020.

 

 

Juan Francisco Casas, AFTERTHEARTFAIR#4, 2013. Cortesía del artista

 

 

P. Además de ese proyecto que esperamos con ansias, ¿qué más te va a traer este año 2019, tanto como artista como comisario?

R. Estoy ayudando a preparar en mi pueblo, porque no sé si llamarlo comisariar es demasiado serio, una exposición de Diana Larrea para marzo sobre la recuperación de las mujeres artistas de la Historia del Arte. Y otra en el mismo sitio de Oscar Seco para julio. Como artista para finales de 2019 tendré una individual en París en la Galería Houg.

P. Y por último, ¿tiene algo que envidiarle a la La Gran Belleza de Sorrentino las ya míticas fiestas de tu terraza?

R. Jep Gambardella no tiene a Pushkin y además acaban todos vestidos.

 

Juan Francisco Casas, Yesyas2, 2017. Cortesía del artista

 

Puedes encontrar más obras de Juan Francisco Casas en su página web, Facebook o en su perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.