Este artículo fue publicado originalmente por Anylú Ayala el 15 de febrero de 2019 y ha sido actualizado por Cultura Colectiva.
Miguel Ángel fue un escultor italiano que dejó un gran legado no sólo en la escultura sino también en la arquitectura y pintura. La Capilla Sixtina es el ejemplo de su grandeza y de la importancia que tiene en la historia del arte.
Cuando era adolescente ya sabía que quería dedicarse a las artes pero su familia, en principio no estaba contenta con esa idea, sin embargo no se lo impidieron y fue gracias a su carácter necio que logró comenzar su formación artística.
Detalle de La creación de Adán, 1510, que se encuentra en la Capilla Sixtina. / Foto: Wikimedia Commons
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Miguel Ángel Biografía Corta
Michelangelo di Lodovico Buonarroti, o Miguel Ángel Buonarroti, nació el 6 de marzo de 1475 en Caprese, Italia. Su familia pertenecía a una adinerada estirpe de mercaderes y banqueros de Florencia que cuidaban su prestigio. Su padre era funcionario de gobierno y no le hizo mucho gracia cuando su hijo le habló de sus aspiraciones artísticas.
Aún así, lo apoyó cuando a los trece años, se colocó como alumno y aprendiz en el taller de Domenico Ghirlandaio. Un año después, en 1478, Lorenzo de Médicis lo invitó a vivir y aprender en su palacio, que era un lugar donde convergieron artistas, filósofos y poetas y en el que Miguel Ángel aprendió mucho de filosofía, en especial de Platón. Recordemos que los Médicis eran mecenas de muchos artistas e intelectuales y gracias a éstos es que hubo un gran auge artístico en Italia, como parte del Renacimiento.
David / Wikimedia CommonsMiguel Ángel comenzó a desarrollar, desde sus inicios, una gran fuerza en sus esculturas, su preferida de las artes que desarrolló. Tenía gran fijación por el arte antiguo e incluso una de sus réplicas fue vendida como antigua, lo que le ganó el mecenazgo de un cardenal que no se ofendió por la falsa antigüedad.
También tuvo predilección por la figura masculina, como podemos ver en sus obras pues la mayor parte son de hombres e incluso sus figuras femeninas llegan a tener rasgos masculinos.
Piedad del Vaticano, única obra firmada de Miguel Ángel / Flickr
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Cuando los Médicis tuvieron que irse de Florencia, Bounarroti viajó a Venecia, Bolonia y Roma, donde había grandes promesas de mecenazgo tanto de las personas adineradas como de la jerarquía papal. Entonces creó La piedad del Vaticano, una de sus obras maestras, como una prueba de su talento. Sorprendió a todos.
En 1501, tras cinco años en Roma, volvió a su ciudad natal. Fue entonces, cuando el auge republicano estaba fuerte, que le encargaron el David, como una representación del ideal republicano, una alegoría del pasaje en el que David vence a Goliat.
Moisés, fragmento de la tumba para el papa Julio II / Flickr
Cuatro años más tarde volvió a Roma y el papa Julio II le encargó la realización de su mausoleo, encomienda que al principio le entusiasmó pero después, ante las dificultades económicas del proyecto, le comenzó a parecer un lastre. Esta obra fue interrumpida pues le hicieron otro encargo, que se convertiría en su obra magna: la Capilla Sixtina.
Cuando terminó su obra, compuesta de alrededor de 300 figuras al fresco, se ganó el reconocimiento de la comunidad artística así como la fama por toda Europa que reconoció su talento y supremacía.
Capilla Sixtina / Wikimedia Commons
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Para 1513, uno de los hijos de Lorenzo de Médicis fue nombrado papa, León X. Éste encargó a Miguel Ángel una serie de obras monumentales para festejar no sólo su cargo sino que los Médicis habían recuperado su poder. Durante cerca de una década, Buonarroti se dedicó a la creación de la fachada de la iglesia de San Lorenzo, las tumbas Mediceas y la biblioteca Laurenciana.
Luego de un ir y venir entre Florencia y Roma, en medio de conflictos políticos y de desencanto para él que a pesar de ser apoyado por las jerarquías tenía ideales republicanos, sacó a relucir su faceta de arquitecto cuando le fueron encargadas la ampliación de la Basílica de San Pedro, la plaza del Campidoglio y la Porta Pía. Por esas épocas, Miguel Ángel tenía una gran crisis espiritual.
Hacia el final de su vida, el miedo a la muerte, a la condenación eterna y la primacía de la belleza que había expresado en sus obras, comenzó a hacerse presente y su obra lo demuestra. Hizo varias representaciones de La piedad y su última escultura fue precisamente la Piedad de Rondanini, obra que dejó inconclusa.
Miguel Ángel murió en Roma, el 18 de febrero de 1564, a la edad de 88 años. Fue enterrada en Florencia, en la Basílica de Santa Croce y su sepulcro fue diseñado por Vasari.
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