Andina

Peruanas que sufren violencia vieron de niñas que sus madres fueron violentadas

Estudio revela el impacto que tiene en la vida adulta de las mujeres presenciar actos de violencia durante su niñez

El estudio evidencia el impacto que puede tener la violencia en las mujeres en una edad temprana, así sea desde la observación. Foto:INTERNET/Medios

El estudio evidencia el impacto que puede tener la violencia en las mujeres en una edad temprana, así sea desde la observación. Foto:INTERNET/Medios

07:30 | Lima, mar. 7.

La violencia es un problema que enfrentan generaciones de mujeres en todo el Perú. Según la Defensoría del Pueblo, cada 48 horas muere una mujer víctima de violencia de género en el país.

Ahora, un nuevo estudio científico reveló que las niñas peruanas que presenciaron violencia física durante su niñez por parte de su padre hacia su madre tienen mayor probabilidad de sufrir violencia en la edad adulta, ya sea de forma física, sexual o psicológica.

“Se determinó que 2 de cada 10 mujeres que presentaron este patrón en su niñez, actualmente sufrieron de violencia por parte de sus esposos o convivientes en el último año”, señala Diego Urrunaga, investigador del estudio. 


La investigación se realizó a partir de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) de 2019, que permite obtener información de representatividad nacional.

“La muestra utilizada corresponde a 17.911 mujeres en edad reproductiva entre 15 a 49 años que hayan estado casadas o conviviendo al momento de la recolección de los datos”, precisa el también investigador asociado de la Universidad Científica del Sur. 

El estudio fue publicado este año en la revista científica European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology: X.

De observadoras de violencia a mujeres violentadas


Con sus resultados, el estudio evidencia el impacto que puede tener la violencia en las mujeres en una edad temprana, así sea desde la observación. “La observación de violencia en la infancia es un evento traumático que causa repercusiones a largo plazo. Tiene un impacto trascendental en la vida de las mujeres que se ve reflejado en estos resultados”, señala Urrunaga. 

Al menos 7 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia durante sus vidas, siendo mayor la violencia psicológica y menor la violencia sexual, advierte el investigador.

“Hay situaciones que han ralentizado la violencia contra la mujer como, por ejemplo, la pandemia que nos obligó a un aislamiento social, pero esto no significa que la violencia haya desaparecido. Sigue presente de forma muy fuerte”, precisa. 


¿Cómo afecta la violencia a la mujer?


La violencia trae serias consecuencias hacia la salud de la mujer. Esto se hace más evidente en regiones de bajos ingresos económicos. 

“En regiones de escasos recursos, la violencia de la mujer es casi 6 veces más alta. Además de todo esto, comparado con la prevalencia a nivel global, que fue cerca de 37% en el año 2021, la prevalencia ya en Perú es muy alta. En América Latina, nuestro país representa la tercera mayor frecuencia de violencia hacia la mujer a nivel mundial con respecto al resto de regiones”, señala el investigador.

En cuanto a la salud, la violencia predispone a un peor control de enfermedades crónicas y a una mayor frecuencia de enfermedades de transmisión sexual, consumo de drogas y de alcohol.

“Por todas las consecuencias que trae en la salud mental y física de la mujer es que es importante actuar de manera firme y considerar a la violencia a la mujer como un problema de salud pública”, reflexiona Urrunaga.


¿Cómo se puede combatir esta problemática?


Una de las razones que hace posible la normalización de la violencia y el abuso es la pobreza, debido a que muchas mujeres que residen en regiones de extrema pobreza dependen económicamente de sus parejas.  

“Las altas tasas de analfabetismo y desempleo femenino colocan a las mujeres en situaciones en las que toleran la violencia con la finalidad de preservar la unidad familiar”, explica Urrunaga.

Sumado a ello, las prácticas machistas impiden que las mujeres eviten tomar represalias como denuncias, lo que hace que continúen en círculos de violencia. El investigador señala que esto es aún más frecuente en zonas rurales.

“Debemos ser conscientes de esta realidad para difundir y visibilizar este serio problema para evitar que en un futuro muchas más niñas puedan tener esta predisposición a la violencia o puedan considerarla normal y luego sufrirla por sus futuras parejas por la alta exposición a la violencia por parte de su padre a su madre”, enfatiza.


Las acciones que se están realizando a nivel nacional, a través de entidades, son importantes y requieren de una mayor focalización. “Si bien hay una serie de intervenciones que se han realizado sobre la violencia, sería importante realizar intervenciones en áreas donde se concentra la mayor frecuencia de violencia, que son las áreas rurales y las áreas de mayor pobreza”, sugiere el investigador.

Sumado a ello, el experto recomienda que el acompañamiento posterior no debe ser dejado de lado para poder observar el progreso de las intervenciones.

“Las intervenciones deben estar adaptadas y ser dirigidas a ciertos grupos. No se puede plantear una intervención de manera universal, es importante dirigir las intervenciones y los esfuerzos hacia los grupos de interés de manera personalizada para poder obtener mejores resultados definitivamente en esta lucha constante contra la violencia hacia la mujer y no olvidarlas luego de este proceso”, finaliza.

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(FIN) NDP/SQH

Publicado: 7/3/2024